“Baño de hombres.”
Un fic erotico de Ishtar.
Basado en los personajes originales de Masami Kurumada.
Descripción de los personajes en esta historia:
Milo-Aiolia-Shaina.
Aiolia y Shaina estaban sentados en la pequeña mesa, esperando que Milo trajera su quinta ronda de tequila. Al menos, Aiolia creía que era la quinta. Pudo haber perdido la cuenta en algún lado, cuando se sintió algo achispado. Shaina ahora reía todo el tiempo. Había estado bromeando con los muchachos durante la noche entera e incluso acariciado osadamente el muslo de Milo, sentado cerca de ella. ‘Tú sabes, Aiolia no tolera el alcohol: ¡lo vuelve completamente impotente!.’ Shaina y Milo explotaron en carcajadas. Aiolia sonrió forzadamente.
‘¡Te apuesto lo que quieras que no sólo lo hago mejor, sino por más tiempo que tú, Milo!.’ Replicó Aiolia, visiblemente borracho. Los tres estallaron en risitas.
‘¡Está bien, entonces! ¡Pruébanoslo!’, dijo Shaina. Aiolia sonrió y tomó una de las manos de la chica entre las suyas.
‘No tengo una mujer para demostrarlo…’, murmuró el Santo de Leo. Milo sonreía con malicia.
‘Bien, se me ocurre una idea’, dijo ella lentamente, acercando a Milo y a Aiolia. ‘Los quiero a ambos ahora mismo.’ Se sonrieron mutuamente.
‘¿Un trío?’, preguntó Milo. ‘Suena bien para mí. ¿Dónde iremos, a mi casa?.’
‘No, entupido. Dije ahora. ¡Quise decir ya!’, contestó Shaina. Los hombres rieron.
‘¡Shaina, no podemos, hay gente mirando!.’ Exclamó Aiolia en voz baja.
‘Tengo una idea’, murmuró Milo.
Los tres Santos arribaron rápidamente en el baño de hombres. No había nadie, todo estaba en silencio. Entre risitas, los tres entraron al cubículo, dejando abierta la puerta. Shaina se estrechó contra Aiolia, haciendo sugestivos movimientos con sus caderas y besando la garganta y los lóbulos de las orejas del Santo. Aiolia disfrutaba del anticipo, y Milo los observaba con una pequeña sonrisa. Apartó a la chica de su amigo y la besó apasionadamente. Shaina respondió excitada, su lengua buscando la de Milo, su pelvis embistiendo contra la ingle del Santo, de modo que pudiera sentir su erección. Shaina era tan ardiente que su cuerpo entero se sentía eléctrico. La muchacha se estremeció cuando Aiolia comenzó a masajear sus nalgas mientras ella besaba a Milo. Milo lentamente se separo de Shaina.
‘Tu turno’, dijo, ofreciéndola a Aiolia. El Santo besó sus labios con exacerbado deseo, casi mordiéndolos en su frenesí. Entretanto, Milo comenzaba a embestir con su entrepierna la corta falda de Shaina, haciéndola gemir cada vez que golpeaba sus bragas. La joven ya a duras penas encontraba respiro, y de inmediato principió a quitar su playera a Aiolia. Milo la ayudó desabotonando su blusa y deslizando sus manos dentro. Shaina giró hacia atrás su cabeza para volver a besarlo, al tiempo que Aiolia se quitaba la ropa y presionaba su caliente pecho contra el de la chica. Shaina estaba particularmente excitada por ambos bultos, uno delante y otro detrás. Y los deseaba en demasía. Milo se desabotonó el pantalón, y empujó su erecto miembro entre las nalgas de la excitada joven. Shaina gimió y soltó unas risitas, haciendo sonreír abiertamente a los dos hombres. Milo frotó su pene contra las bragas y entre las piernas de la chica, lo cual la hizo gemir impacientemente. El Santo se quitó la playera, su asta aún presionada entre las piernas de Shaina, y la joven desabotonó los pantalones de Aiolia. Cuando Milo se desvistió, atrapó la cintura de la chica entre sus manos para hacer que sus movimientos se profundizaran aún más, al tiempo que ella descubría el enorme miembro de Aiolia. Este la besó, presionando su pene contra su estómago. Milo mordió el hombro de Shaina, mientras sentía que el aliento de la muchacha se volvía más y más dificultoso y su humedad fluía, descendiendo por sus muslos, sobre su pene.
‘Te necesito… por favor…’ Gimió Shaina, entre los labios de Aiolia. Milo le sonrió a su amigo sobre el hombro de la Amazona.
‘¡Eres impaciente!’, exclamó el Santo, deslizando sus manos entre las bragas de la joven para acariciar sus nalgas.
‘Pienso lo mismo’, replicó Aiolia. ‘¡No quiero que nadie nos atrape!.’
‘¡Cobarde!.’ Exclamó Milo, besando el cuello de Shaina. ‘A propósito, ¿Quién de nosotros te follará primero?’, preguntó. Shaina sonrió.
‘¿Alguno tiene una moneda?’, preguntó la muchacha.
Ambos hombres se sonrieron. Aiolia gentilmente ayudó a Shaina a sentarse en el excusado, mientras él y Milo salían del cubículo en busca de una moneda.
‘Cruz’, dijo Milo. ‘La mía es una afortunada’, agregó con una sonrisa, mirando hacia Shaina. La chica estaba quitándose sus bragas y falda, abriendo sus muslos y acariciando su húmeda entrada mientras observaba a los dos hombres. Ambos eran altos y delgados, su piel bronceada. Observó cuidadosamente sus erectos miembros. El de Aiolia era de longitud mediana, aunque muy ancho, de un rosa oscuro. El de Milo era grande, marrón oscuro, con una bella, delicada cabeza. Shaina se estremeció y acarició a si misma con dureza, masajeando sus senos. El hombre se acercó a ella.
‘Gané’, anunció Milo, sonriendo. Shaina lo besó profundamente, entonces lo hizo sentarse en el excusado. Aiolia la volteó hacia él y la besó, mientras la muchacha descendía sobre el miembro de Milo. El Santo de Leo se veía hondamente frustrado al ver a Shaina deslizar el duro pene de su amigo dentro de ella, gimiendo de placer mientras lo hacia. Aiolia se arrodilló frente a Shaina mientras la chica comenzaba a moverse sobre Milo, lamiendo su clítoris. La joven casi lanzó un grito de placer, pero Milo tapó su boca con una mano, impidiéndole emitir sonido. Aiolia sonrió y continuó lamiéndola mientras su coño saltaba sobre el pene de su amigo, al tiempo que el Santo acariciaba su propio miembro con su mano. Shaina mordió los dedos de Milo, mientras él tomaba sus senos para masajearlos. Sus caderas se agitaban sobre él, la lengua de Aiolia daba golpecitos en su hinchado capullo. Finalmente Milo liberó la boca de la joven y ella lanzó un largo gemido de placer, cuando su matriz explotó. Jadeó en busca de aire, entonces su cuerpo repentinamente cayó laxo sobre Milo. Cayó de espaldas contra el pecho del Santo, temblando de placer, con sus ojos velados. Milo soltó una risita y depositó el cuerpo de la muchacha en el suelo. Aiolia sonrió, levantándose y soltando un corto suspiro.
‘Creo que Shaina está inconsciente, ¡y henos a ambos, calientes como asnos!’, dijo. Milo le sonrió.
‘Ya sabes, actualmente es fácil de arreglar’, dijo el Santo del Escorpión. Sus ojos se clavaron en los de Aiolia, quien no tuvo la audacia de comprender lo que su amigo quiso decir. Milo sonrió socarronamente, entonces se arrodilló frente al erecto pene de Aiolia.
‘¡Milo!’, exclamó el Santo. ‘Vamos, esto no es gracioso…’, dejó escapar un jadeo, tembloroso, mientras la caliente lengua de Milo se deslizaba sobre su erección. ‘Detén esto, no q…’ Gimió. Los labios de Milo se cerraron sobre la cabeza de su pene. No pudo resistir más, y los labios de su amigo lo introdujeron profundamente en su boca. Aiolia asió el cabello de Milo, mientras la cabeza del Santo oscilaba arriba y abajo por su miembro, mientras su pene se hinchaba más y más cada segundo. La sensación de los cálidos labios sobre él, de la fuerte lengua rodando sobre su asta, la tibieza que lo sumergía por completo le hizo olvidar todo a su alrededor, incluso lo inusual de la situación.
Shaina lentamente salió de su desvanecimiento, para ver a Milo chupando el duro pene de Aiolia. El Santo de Leo parecía estar disfrutándolo en grado sumo, pues impulsaba la cabeza de su amigo contra su ingle por más. Shaina sonrió y se arrastró hacia los dos hombres, para unírseles. Primero ayudó a Milo, lamiendo el miembro de Aiolia, sus testículos, y el interior de sus muslos. Milo lentamente abandonó el pene del Santo.
‘¿Estás lista para más, Shaina?’, preguntó. Ella sonrió y besó sus labios, probando el sabor con su lengua. Esto causó otra oleada de deseo en su interior. Milo se dirigió al excusado y se sentó en el. Aiolia continuaba jadeando, aun sorprendido por el modo en que su amigo lo chupara. Shaina se inclinó sobre el pene de Milo, lamiendo su lanza, deslizando su lengua sobre la punta. Milo gimió de placer, acariciándose mientras Shaina lo lamía. La espalda de la joven se arqueaba para permitirle a Aiolia ver su entrada. EL Santo de Leo cayó de rodillas, incapáz de contenerse, y se introdujo en ella, haciéndola gemir de delicia a la par que chupaba a Milo. Aiolia se estremeció ante la sensación de estar sujeto por aquella apretada funda, y se movió más y más rápido dentro de Shaina, aferrando sus senos mientras sacudía su pelvis atrás y adelante. La visión de los labios de la muchacha chupando a Milo lo excitaba aun más. Pronto, la chica ya no pudo soportar el placer, abandonando el hinchado pene de Milo y dejo caer la parte superior de su cuerpo al suelo, gritando de placer, con una mano enterrada entre sus muslos para acariciar su clítoris. Aiolia, mientras continuaba moviéndose dentro de ella, vió la desatendida erección de su amigo. Empujó a Shaina al interior del cubículo, hasta acceder al duro falo del Santo del Escorpión. Su respiración era entrecortada, sus caderas se movían más y más rápido contra las nalgas de la Amazona, los gemidos de la joven lo volvían más frenético. Lentamente, Aiolia inclinó su cabeza sobre la erección de Milo, lamiendo la superficie, chupando la punta, y luego tomándolo en su boca por completo. La sensación de llenar sus labios con la tibia carne era deliciosa. Milo soltó un largo gemido, sonriendo. Aiolia instintivamente supo dónde chupar, cómo lamer la tan sensitiva superficie, cuándo mamar la cabeza y cuándo lamer como un chupetín. Pronto, Shaina gritó de nuevo, su cuerpo convulsionándose con un orgasmo. Aiolia continúo embistiéndola, sintiendo a su pene excitarse más y más, mientras el de Milo se hinchaba entre sus dedos. Milo gruñó, y repentinamente explotó entre los labios de Aiolia, el semen estallando en su boca. Y mientras tragaba, Aiolia sintió también a su cuerpo entero temblar de placer, y su pene disparó su semen en la entrada de Shaina. Gimió y continuó chupando a Milo, lentamente, suavemente, hasta que ambos miembros se deshincharon. Shaina se sentó en el cubículo, y les sonrió a sus dos amantes. Aiolia miraba a Milo a los ojos, temblando de deleite luego de tal experiencia. Los tres se sonrieron mutuamente, entonces se abrazaron amistosamente para mantener el calor y permitir a su aliento volver a la normalidad. Era apenas el comienzo de una larga noche.
© Ishtar, Junio de 1999.
[Fecha de inicio de traducción: 3 de Marzo de 2006. Hora: 14:30. Fecha de término de traducción: 4 de Marzo de 2006. Hora: 01:26]