Capitulo uno: ¿Qué festejamos?, ¿mi cumpleaños?, ¿su rompimiento?.
Y estaban en aquella lujosa sala, sus padres habían salido de viaje.
—Entonces… al escucharle atentamente decir que Rei seria suyo, Yoru empuño su katana y grito: “No tocaras un solo cabello de mi presa. Kurai Rei al final es solo MI trofeo.” —hizo una pausa para mirar de reojo a su compañero, perfectamente recargado sobre su hombro. Su respiración era profunda y pausado.
—¿De nuevo le lees un manga?. —Aidou les miro receloso, haciendo morritos— ¡Akatsuki! ¿Por qué no me lees nada a mi? —miro a su primo con odio mal fingido.— Y… hablando de Senri, ¿por qué esta en tú casa?.
Takuma cerro el libro, y sonrio dulcemente, inclinando un poco su cabeza para poder ver al menor.
—Sus padres están de viaje, y mi abuelo se ofreció a cuidarle hasta que regresaran. Al señor Rido no le gusta dejarle solo. —doblo y estiro su mano para poder acomodar un rebelde mechón rojizo que cubría su frente. Se supone que estaban reunidos ahí ellos tres para hacer el trabajo de Ética, pero no estaban avanzando nada.- Por mi no hay ningún problema. Senri es un Ichijou después de todo.
—¡Oh! Ya había olvidado aquel complejo de protección que tiene el señor Kuran para con Senri. —meneo la cabeza en afirmación.— Ah~ ¿Por qué no pude ser equipo con Kaname? —lloriqueo el rubio, tecleando lentamente en el ordenador.
—Fue al azar…
—¡Claro! Eso lo sé. Si no fuera por obligación dudo mucho que Kaname quisiera compartir su valioso tiempo con Kiriyu. —elevo la barbilla en signo de superioridad.
—Espero que esos dos no se maten. —su teléfono comenzó a timbrar haciendo revolver al joven quinceañero, el cuerpo de Senri se tambaleo haciéndole resbalar.— ¡Ala! Senri —le acorralo con su brazo, para impedir que cayera de frente contra la mesita de noche.
—¿Quieres que le lleve a su cama? —se ofreció Kain, ganándose una nueva mirada de reproche de parte de Aidou.— Hanabusa… compórtate.
—¡Que cruel eres conmigo, Akatsuki!.
Takuma sonrío, pero negó la ayuda del pelinaranja, solo acomodo mejor el liviano cuerpo de su amigo. Como pudo saco el celular para aceptar la llamada de su novia.
—Buenas noches, Sara. ¿Cómo estas? —no pudo evitar poner la clásica cara torpe de enamorado.— ¿Salir? ¿Ahora?. Mmm, no creo poder ahora debo terminar un trabajo y Senri…
El nombrado, de un momento a otro, se alejo del hombro del chico, mirando sin realmente mirar a los dos compañeros de Takuma, giro levemente para coger el Manga y levantarse hiendo directamente hacía las escaleras de la mansión Ichijou.
—¿Senri?… A-ah espera, Senri.
—Voy con él. —aseguro Aidou, corriendo para ayudarle a subir las escaleras, estaba adormilado y tropezaba cada dos por tres.
—G-gracias, ¿ala? ¿Sara?… Oe, ¿Sara? —soltó un suspiro cerrado el celular, de nada servia tener en el oído si la llamada hace poco había finalizado, le sonrío amablemente a Kain.— Perdona.
Kain negó pausadamente, ciertamente no le gustaba nada la novia de su amigo, pero no era el tipo de personas que criticaba en voz alta. No podían culparte, Sara era cinco años mayor que el rubio, una mejor de veinticinco años, ególatra y muy bipolar, viro la mirada hacia su primo quien baja la escaleras de forma lenta, con la diestra en la boca; fruncio el seño.
—Hanabusa, te he dicho que no te aproveches de Shiki. —cerro el ordenador, mirando con molestia a el rubio, quien comenzó a mover las manos frenéticamente.
—¿Disculpa?
—¡No es mi culpa! Shiki es un descarado exhibidor, no conoce la discreción. —inconcientemente lamió sus labios. ¡No era su culpa! El pelirrojo besa de los mil demonios.
Takuma levanto una ceja, prefería evitar todos los temas íntimos que tuvieran que ver con Senri, para él el pelirrojo era demasiado inocente y un hermano menor.
—Sea como sea, solo aléjate de Shiki y de Kuran. ¿entendido? Ahora, vamos es tarde. —cogió el ordenador, guardándolo dentro de su bolso, se lo echo al brazo y se levanto haciéndole una leve inclinación de cabeza hacia el ojiverde— Terminemos mañana, ¿bien?.
Kain tomo la mano de su ruborizado primo, el pelinaranja podía ser muy posesivo con su familiar. Incluso aquella extraña posesión hizo que la relación entre él y Souen terminara. Takuma les acompaño hasta la puerta, de regreso a la sala aprovecho para regresarle la llamada a Sara.
Ya que no pudieron salir estuvieron hablando por horas. Largas y eternas horas.
“¿Qué soy para ti?”
La habitación estaba completamente oscura, últimamente pasaba más tiempo en aquella habitación de invitados que la suya propia. La Familia Ichijou siempre han tenido una relación profunda con la Shiki, y ahora que su madre se sentía invadida por su presencia, comenzaba a acostumbrarse a dormir en esa cama.
Rido le trata como si fuera una frágil muñeca que se romperá, incluso a veces duerme con él, por eso su madre no se siente desplazada por una mujer, una amante, no, ella se siente celosa de su propio hijo.
Estaba sentado en el suelo, recargado la espalda en el respaldo de la cama, atrajo sus piernas para poder abrazarlas con un brazo y recargar la barbilla sobre sus rodillas. La mano libre sostenía el celular, a una distancia prudente para poder leer cómodamente lo que escribía.
—Ingenua. —murmura bajito, ella se sentía celosa de su propio hijo, imaginando que algún día Rido la terminaría dejado por él, pero no es así, él sabe perfectamente que su padre le ama, y no de ese clásico amor padre-hijo, después de todo su primer beso fue de él. Pero Rido no es tan enfermo como para liarse con su hijo, pese a todo ese amor que tiene por él. Por eso y para olvidarle esta teniendo una relación con el hermano menor de Zero: Ichiru Kiriyu. Rido se preocupa más de ocultar su relación con Ichiru de Senri que con su esposa. Tiene más miedo de que Senri se entere que tiene una amante que ella.
“Todo. Significas todo para mi, tener tú cuerpo, tú voz… Eres fascinante, y te deseo. Quiero volver a tenerte en mi cama.”
—Así es… ninguno es Takuma. —releyó las ultimas palabras. Suerte, y recuérdalo, porque esa seria la primera y única vez. Movió las teclas para borrar los doscientos noventa y seis mensajes que tenia de ese chico, busco su directorio e igual borro el numero.— ¿Mañana es…?
Escucho el bajo “buenas noches”, que le dedico el rubio detrás de la puerta, echo la cabeza hacia atrás, recargándola en el borde de la cama, mirando con interés el techo, su celular comenzó a timbrar, era un mensaje.
“Feliz cumpleaños, Senri. Mañana te comprare lo que quieras.
K.K”
Debería estar feliz, faltaban unas horas para cumplir finalmente dieciséis años y todos sus amigos ya le habían felicitado, incluso su amado primo Kaname, le iba a comprar lo que deseara. Su celular comenzó a timbrar ahora era una llamada. Rido Kuran
—No… me siento feliz. Forever alone.
Estaban desayunado, Senri miraba la comida con pereza, él solo quería Pockys, aunque sabia que Takuma no le daría nada, sin antes probar bocado. Asato estaba fuera por negocios.
—¿No tienes hambre?. —Takuma le miraba con preocupación, inclinándose para darle de comer en la boca, el ojiazul no puso objeción, estaba acostumbrado a ser tratado como una muñeca y una mujer.— ¿Rico?
Meneo la cabeza en afirmación
—, Tengamos una salida, ayer estuve pensando mucho en un regalo perfecto… y francamente no se me ocurrió nada. Creo que solo el señor Rido sabría que darte.
—Kaname, también lo sabe. —ladeo la cabeza, y aguanto un bostezo lleno de flojera. Academy Cross era un lugar aburrido.— Estaré esperando la salida, Takuma. —tomo cereal de chocolate, mirando fijamente al rubio—, Saldré hoy. Las clases comienzan pasado mañana y aun no termino el trabajo de investigación con Rima.
—Estamos en la mismas, el equipo de Kaname a terminado ya su trabajo. —suspiro quedamente, Senri tenia un perfil salvaje, menor que el de su padre, pero ahí estaba presente.— Entonces… ¿saldrás?.
—Sí. Gracias por la comida. —agradeció levantándose de su asiento, tomando sus trastos para dejarlos en el fregadero.
—Deberías dejar ese celular, ya. —regaño observándole marchar. Frunció ligeramente el seño, siempre tenia la nariz metida en ese aparato.— ¡Feliz cumpleaños, Senri!
El pelirrojo se asomo, iba completamente abrigado, estaba en temporada de frío, y las lluvias eran horribles. Senri sonrío levemente, haciendo iluminar su rostro, lo ultimo que escucho fue la puerta de entrada abriéndose y cerrándose.
Suspiro aburrido, el trabajo que tenia con Kain y Aidou ya estaba casi finalizado, los últimos detalles los haría Senrei. Sinceramente, imagino que Kaname tardaría más con su proyecto, tener a los gemelos Kiriyu y a Ruka Souen no era un trabajo sencillo. Especialmente cuando entre el mayor de los Kuran y los Kiriyu se aborrecían.
Se recostó en aquel largo y acolchonado sillón en cuerpo negro. Mirando de reojo, todo el revoltijo de hojas que habían dejado sobre la mesita de noche.
—¿Mmm? —estiro la mano, ¿aquello era?. Su mano sostuvo con firmeza en pequeño aparto color negro azulado. Levanto ambas cejas, y le abrió para ver la pantalla y las teclas iluminarse. Sonrío al ver la imagen de pantalla. Ahí estaban él y Senri, de quince y once años abrazados y mirando la cámara con una amplia sonrisa.
El cascabel color negro con grabados en color plateado tintineo. Aquello había sido un costoso regalo de parte de Rido. No estaba muy seguro de porque sus dedos comenzaron a teclear cotilleando en el celular de su amigo.
El historial de llamadas era extenso. Rido Kuran, Kaname Kuran, Zero Kiriyu, Takuma Ichijou, Rima Thonia, Kain Akatsuki, Aidou Hanabusa. Un sinfín de llamadas de todos ellos. Ahora fue directamente a la bandeja de mensajes.
“Volveremos en unos días. Senri… eres realmente lindo. Te amo, hijo. - Rido Kuran”
“Feliz cumpleaños, Senri. Mañana te comprare lo que quieras - K.K”
“Eres mi trofeo. Y pienso dejarte nunca, Senri. - A.H”
“Te deseo tanto, no, ya no es simple deseo. ¡Te amo! - R.K”
“Senri, dame una razón para que no respondas mis llamadas, ni mis mensajes. - R.K”
“Yo mataría por ti. No dejaría que nadie nos separara. - R.K”
“Senri… ¡Eres mío! - R.K”
Frunció el seño, y entre más leía, más cabreado se sentía. Apretó los labios, ¿qué clase de enfermos estaban acosando a Shiki? (sin contar a los familiares). Respingo, cuando el timbre de su celular sonó. Cerro el celular del pelirrojo dejándole sobre su vientre.
—¿Alo~? ¡Sara! —aquel curioso enfado, paso a segundo plano, ahora la preocupación albergo sus sistemas, pues la voz de su chica no se escuchaba tranquila. Le escucho tranquilamente.
Desde aquel llanto fingido, que parecía más una risa contenida, hasta el balbuceo tímido, donde el verdadero tema, siempre se iba por la tajante. Sus ojos verde viajaron hasta el celular que estaba sobre su cuerpo, solo para distraerse un poco siguió leyendo esos horribles mensajes.
—¡H-hm! —gimió alarmado, y asustado al sentir el vibrador del otro celular. Un nuevo mensaje, descuidadamente; presiono la tecla de “abrir”, era un mensaje multimedia y estaba cargándose.
-Takuma… yo… no sé, como decirlo, tanto tiempo juntos, los momentos. Es tan difícil, pero en el corazón no se manda…
El rubio se levanto de sopetón, con los ojos abruptamente abiertos, mirando aquella bizarra imagen. En ella solo se veía la parte bajo de su cuerpo, el ajustado vaquero de cuero, pero lo más abrumador era aquella muñeca. Perfectos y profundos cortes, que daban la forma de letras, de un nombre: S-E-N-R-I. La sangre aun estaba fresca cuando la tomaron, bajando libremente por todos lados.
“Un regalo, te llevo conmigo. Senri… Eres mío, déjame tener tu cuerpo de nuevo, no me querrás dejar nunca más. Te espero en el parque que está a una cuadras de Academy Cross, a las cuatro. - R.K”
-Esta relación no tiene futuro. Taku, espero comprendas mis motivos, y que seas muy feliz. Nuestra relación… ha terminado.
—¿Ah? —miro su celular, como si de él fueran a salir más palabras, no, solo el sonido de la línea muerta.— ¡Sara! —no asimilaba nada, ¿qué acababa de pasar? Su relación de cinco años, ¿acababa de finalizar?.
¿Llorar?, ¿gritar?, no sabia que demonios quería hacer, amaba a Sara, fue en contra de las reglas de su abuelo, para poder estar con ella. Incluso algunas personas dejaron de hablarle por esa relación, Rima, la mejor amiga de él y de Senri era un claro ejemplo. Su mano, golpeo con fuerza el florero que había sobre la mesita de noche, tirandole al suelo.
—¿Ah? Olvide mi celular. —sus manos abrieron la bolsa de papas.— ¿Te sientes mejor, Rima?.
Su compañera de salón, había pescado un resfriado y ahora estaba tumbada en cama, era extraño ver a la chica sin sus inseparables coletillas. Rima tenia en su habitación un montón de osos de felpa, todos ellos regalados por Senri. En realidad él había presencia los momentos en chicos le regalaban osos juntos con sus sentimientos, pero extrañamente en su habitación solo estaban todos esos regalos que le había hecho el pelirrojo.
—Mejor, Ichijou… ¿estas viviendo con él? —tosió levemente, girando la cabeza para ver aquel conejo negro con ojos rojos.
Detuvo el abrir de la bolsa—, Sí. Takuma, cuida de mi, porque su abuelo ahora esta de viaje, como mis padres.
—¿cuidar?, Senri… ¿Aun estas interesado en él?.
—Hm, sí y mucho.