Hoy era un día verdaderamente feliz, hacia solo unos días que Kim Yougwoon había audicionado para entrar en la SM. De por sí, él no quería entrar, pero aquel día, vio un ángel ante sus ojos, la más bella creación que jamás había podido visto. Había conseguido entrar, pero el único problema fue que no sabía el nombre de esa hermosa persona que vio. Pensó que ya tendría tiempo de encontrarla, que ahora tenía que ir a la reunión para presentarse a los que serían sus nuevos compañeros.
Nada más entrar, se encontró con un gran grupo de unos 11 chicos sentadas en unos sillones morados, formando un gran círculo. Para el, todos le parecían normales, así que se sentó a esperar que alguien empezara a hablar.
El ambiente se notaba tenso, Yougwoon no se preocupó mucho, lógicamente pensó que sería por los nervios. Bien se notaba que todos aquí eran nuevos, no parecía que nadie se conociera.
Cuando se cansó de esperar, alzo la voz diciendo:
-Pero se puede saber a quién estamos esperando??!!
-Al líder-aclaro una voz desconocida.
Casi no le dio tiempo de contestar cuando se volvió a abrir la puerta, allí estaba esa hermosa figura, tan delicada que parecía un ángel.
-Lo siento mucho-dijo con voz agitada- espero no haberlos echo esperar mucho.
-No tranquilo-dijo sonriente esa misteriosa persona que ya le había hablado anteriormente.
Yougwoon se sentó, intentando disimular esa gran alegría que le inundaba al haber encontrado a su ángel.
-Bien-dijo el recién llegado- os he reunido todos aquí por un simple motivo, todo vosotros habéis hecho la audición y todos habéis pasado con muy buenas expectativas la prueba. A partir de hoy todos nosotros formaremos un grupo, yo soy Park Jungsoo, pero podéis llamarme Leeteuk, seré vuestro líder. Espero llevarme muy bien con todos vosotros.
Después de eso, todos se presentaron, había un tal Kibum, otro se llamaba Sungmin, otro si mal no recordaba se llama Siwon, y así un montón de nombres más, pero el único al que había prestado atención fue al de su ángel, ese hermoso nombre Leeteuk.
Al final de la reunión les avisaron de que dentro de unos días, todos empezarían a vivir juntos, ninguno de ellos hizo ninguna queja, y Yougwoon, ahora apodado Kangin por el resto de sus compañeros no fue menos.
A los pocos días se reunieron, todos iban con maletas, llevando lo imprescindible para poder vivir en la que sería su nueva casa. Empezaron a asignar los cuartos y para su sorpresa, a KangIn le había tocado con él, con su ángel.
Entro en la habitación, estaba dividida en dos partes, en las que había una cama, una mesilla, un armario y una cómoda.
Justo detrás de él, entro Leeteuk. Se notaba que estaba sorprendido, alegre, todo mezclado con un poco de confusión, algo normal siendo que todo era nuevo, para él y para todos sus compañeros.
-¡Qué bonita que es!- empezó diciendo Leeteuk
-Si, la verdad es que es bastante espaciosa-añadió Kangin.
-Bueno, a partir de hoy seremos compañeros de cuarto, seguro que nos convertiremos en muy bueno amigos.-dijo con una sonrisa que seguro que podría ver, hasta un ciego, una sonrisa tan pura que hasta podría sanar a un enfermo.
-Eso espero-dijo Kangin aun cegado por esa embelesante sonrisa
Todo ese día fue normal, entre todos, hicieron la comida, estuvieron platicando un largo rato hasta que llegó la hora de acostarse. Cada uno se fue a su respectiva habitación, aunque Kangin, estaba seguro de que esa noche no podría dormir.
Ambos se tumbaron en su cama
-Kangin-empezó diciendo Leeteuk-que duermas bien.
-Igualmente-contesto Kangin, un poco nervioso.
-Una última cosa antes de dormirte.
-Que-respondió un poco sorprendido.
-¿Por favor, me podrías dar la mano?
-Eh?
-Ya sé que suena raro, pero no me gusta sentirme solo por las noches, en el día estoy feliz, porque el día es brillante, es luz, una luz que te permite ver aquello que te rodea, una luz que te permite detener al malvado, alegrar al triste y calmar al enfadado. Pero la noche esconde los más profundos misterios, no te deja ver aquel que te acecha.
-No hace falta que te expliques, solo me ha sorprendido un poco-dijo sonriente-claro que te daré la mano, eres un amigo, y los amigo se ayudan incondicionalmente, sin necesitar explicaciones.
-Gracias
-De nada
Al final ambos tuvieron una noche tranquila, Kangin consiguió dormirse, estaba a gusto dándole la mano a su hyung, y Leeteuk durmiendo, como si el mundo acabara ese mismo día, con esa cara de ángel tan bonita que tiene.
En ese mismo instante Kangin se dio cuenta de algo, esa persona de la que poco a poco se estaba empezando a enamorar, ¡¡¡Era un chico!!!