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Eternidad por mi angel sin alas

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Notas del capitulo:

el capitulo 12 es un poco cortito, pero me caigo de suño y queria subirlo hoy XD 

disfruten y comenten. 

En lo único que pensaba el líder del consejo era en matar a su compañero, pero jamás llego a hacerlo. De camino hacia el trágico desenlace para Changmin, Yunho se encontró con un buen amigo que le impidió el paso.

Un chico alto de cabello corto detrás y algo largo delante, con el flequillo de lado. Era perfecto a simple vista no tenia nada que no estuviese en armonía en su cuerpo.

-Deberías controlar un poco tu carácter no crees?-dijo con voz calmada, mientras se interponía entre el y la salida.

Yunho lo fulmino con la mirada intentando pasar nuevamente, pero ese joven que era igual de alto que él volvió a impedirle el paso.  Poso su mano sobre el hombro del moreno, haciendo que se relajase un poco, pero en sus ojos seguía esa rabia que hervía cada vez mas en su interior.

-Tengo una idea mejor…además…llegaron nuevas cartas para ti amigo…vamos-le dijo sonriendo, mientras hacía girar al moreno sobre sus propios talones, llevándolo nuevamente a su despacho.

 Ese misterioso joven, se sento en sofá de la sala. Mirándo al líder estudiantil, sonriendo de lado, mientras veía como el moreno se movia de lado a lado de la estancia.

-Yah! Yunho tranquilízate-le dijo mientras miraba al moreno mientras lo seguía con la mirada.

El joven intranquilo suspiro hondo y se sento al lado del otro chico.

-Y dime…que planeas Hyun Joong?-dijo Yunho mirando al mencionado.

El chico, sonrio de lado y saco de su bolsillo una cajita dorada.

-Bien…es fácil…sabes que en el coliseo de los duelos hay una puerta…que tiene una rosa encima verdad?-miro al líder, aun manteniendo esa sonrisa en su rostro. El moreno solo asintió aun sin entender a donde quería llegar su amigo. –pues detrás de esa puerta….hay otra puerta…que nos lleva a un enrome lago..se llama el santuario de la rosa… -explico Hyun Joong. Yunho por su parte solo escucho atento, mirando esa cajita que el otro tenia entre sus dedos.

-Y que con eso?-pregunto aun mosqueado.

Hyun rio de manera macabra y lo miro.

-Si el angel se baña en ese lago…su cuerpo se regenera….-dijo mirando la cajita que resplandecía.

Yunho lo miro parpadeando varias veces, sin llegar a comprender a lo que el otro se refería.

-Veras...hay una pequeña subasta de objetos en nuestra facultad….y que mejor manera de hacer entrar nuevos duelistas…que subastando al mismo angel prometido de las rosas?-Hyun miro al moreno esperando una respuesta una reacción, pero esta no apareció-y…si en vez de una…son dos…-susurro sonriendo ladino, pensando en todo lo que tenia que ganar con ese plan.

 

Básicamente había sido arrastrado hasta la fuente del campus. Una vez allí volvió a sentir que el menor estaba apunto de besarlo, y el pelinegro le dedico una mirada asesina, pero el menor solo le sonrio, tomando su rostro de tal forma que parecía que se besaban.

-Ya te dije..solo finge..cierra los ojos….y no te muevas. –le susurro Changmin al pelinegro. Este sin saber porque lo hizo, quedándose quieto como una estatua, esperando a ver que ocurria, después de un minuto, el menor le susurro que ya podía abrir los ojos y se lo volvió a llevar a rastras hacia otro lugar.

Esta vez acabo en una sala de esgrima. Jae miro todo a su alrededor sin entender que hacían en esa sala. Miro al menor pidiendo una explicación, pero este solo le lanzo una espada de esgrima, mientras el se ponía en posición para comenzar un duelo.

-Jae…los duelos para conseguir al angel, son iguales que el esgrima..asi que..tienes que aprender las bases de este arte.-dijo comenzando a explicarle todo lo que necesitaba saber.

El pelinegro almaceno toda la información que el menor le daba, siguiendo al pie de la letra cada una de sus instrucciones.

Pasaron las horas y tanto uno como el otro estaban agotados, respirando de manera agitada, tumbados en el suelo.

-Aprendes rápido..-jadeo el menor.

-Y..tu eres un buen..m...maestro..-musito el pelinegro mientras intentaba regular su respiración.

-Haremos esto todos los días….hasta que seas perfecto…en este arte….-susurro Changmin con los ojos cerrados ya relajado.

Jae lo miro de reojo escuchándolo atentamente, aun sin entender a que venia esa prisa por enseñarle ese arte.

 

-Pronto lo entenderas…-susurro el menor quedándose casi dormido.

 

Yunmin había bajado solo de la colina, ya que Mir le dijo que quería estar un tiempo allí para reflexionar y pensar en algunas cosas. El rubio bajaba feliz, sonriendo, sintiéndose libre, pero de pronto su vista se nublo y sintió un escozor en la garganta que no lo dejaba respirar. En pocos segundos, todo a su alrededor había desaparecido volviéndose todo negro, escuchando algunas voces de fondo, pero no sabiendo muy bien a quien pertenecían.

Cuando abrió los ojos, vio sus manos y sus pies atados, metido en una extraña caja, en posición fetal. Rápidamente se dio cuenta de donde estaba, comenzando a temblar de miedo, recordando antiguos sucesos. Sollozo rezando que alguien lo sacase de allí, ya que ese ataúd repleto de rosas era su tumba.

 

Jae y Changmin habían vuelto a casa, extrañamente el menor vivía justo al lado de pelinegro, por esa razón, Jae lo invito a pasar, para que tomase algo dulce, preparado por Yunmin.

El menor como si lo hubiesen hipnotizado entro al apartamento del mayor, sentándose en una de las sillas de la cocina, esperando ansioso algo dulce.

El mayor de los dos, le puso un trozo de tarta de chocolate delante de el y con una enorme sonrisa el menor comenzó a comer. El pelinegro lo observaba con una sonrisa al darse cuenta de que el rumor era cierto. Changmin no era tan malo como intentaba aparentar. Pero esa felicidad duro poco ya que Jae recibió una llamada de alguien anónimo, advirtiéndole que “el angel” había sido secuestrado, que si quería volver a verlo tendría que ir esa noche a las doce en puto al coliseo de los duelos.

Esa noche el castillo del cielo bajaría a la tierra para cumplir los deseos de algien…pero para eso se sacrificaba algo puro y noble, y ese algo era Yunmin.

Jae dejo todo y salió disparado buscando a Mir y a Yoochun, quizás se encontraría con Junsu y entre los tres lo ayudasen a buscar a su gemelo.

Mientras corria por los pasillos de la universidad en busca de sus amigos, algo le cubrió la nariz y la boca dejándolo inconsciente.

-Lo..siento…pero..tu no puedes..intervenir…-susurro ese joven del tatuaje mientras tomaba en brazos al pelinegro y se lo llevaba al coliseo, posicionándolo en otro ataúd de cristal que estaba en frente de otro igualito, pero solo que detrás de el, había una enorme rosa roja, mientras que detrás del ataúd de Jae había una rosa dorada.

-Esta noche…lo que fue separado…volvera a estar unido…-dijo ese joven riendo con una risa diabólica, mientras se daba la vuelta para salir de ese sitio, dejando a los dos jóvenes encerrados en sus propias tumbas de rosas.

 

 

Notas finales:

prometo reescribirloo y subir el numero 13!

comenten!! ^^ 


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