Minho suspiro mirando el reloj y golpeando el suelo con el zapato constantemente, aún faltaban 10 minutos para su cita ¿Por qué había llegado tan temprano? No para empezar ¿Por qué había aceptado una cita a ciegas? Claro después de que Jonghyun y Key lo obligaran casi amenazándolo de muerte, no tenía mucha opción. Se metió la mano al bolsillo buscando su teléfono revisando que no hubiera ningún mensaje avisándole que su cita se había cancelado, lo guardo al ver que no tenía nada.
Busco una banca donde sentarse pero sabía que estar sentado empeoraría la situación, estaba ansioso, demasiado, tenía tanto sin tener una cita que no sabía cómo actuar, después de romper su relación de 4 años con Victoria, no había querido salir con nadie más, se había deprimido cerca de 6 meses pero sus dos buenos amigos le habían arreglado una cita, decididos firmemente a sacarlo de la depresión.
Dio otra ojeada al reloj cuando sintió que alguien se paró delante de él, y fue cuando oyó la voz melodiosa y suave
-Disculpa, ¿eres Minho?- inquirió la voz de forma curiosa, Minho alzo la vista para observar a la persona que le llamaba, y juro que era la criatura más hermosa que hubiese pisado la tierra, su cabello rubio con las puntas tocándole los hombros, los ojos pequeños y cafés, la boca delgada y rosada, las manos blancas y delgadas jugueteando entre ellas, pero esa sonrisa no se comparaba con nada, Minho aprendió a amarla desde el primer momento que la vio.
-Sí, soy Choi Minho- se presentó haciendo una reverencia
-Lee Taemin- contesto el chico rubio, mientras se ruborizaba lentamente, apenas se habían presentado y Minho ya pensaba que era una persona adorable
-Un placer, ¿A dónde quieres ir primero?- pregunto Minho colocándose a su lado para comenzar a caminar
-U-un helado estaría b-bien- contesto Taemin con voz temblorosa, se abofeteo mentalmente, intentando controlar los nervios, tenía que admitir que Minho era muy atractivo, demasiado, de esos que te alborotan las hormonas de solo tenerlo cerca, la masculinidad que derrochaba era cegadora, cada movimiento que realizaba parecía calculado y tan elegante, Taemin jamás había visto a un persona más perfecta. Y el titubeando como adolescente en su primera cita seguramente Minho ya pensaba mal de él, suspiro con pesadez, intentando concentrarse en la cita y el hermoso hombre que caminaba a su lado, pero la ansiedad y los nervios le consumían.
En cambio Minho encontró su nerviosismo encantador, la forma en que suspiraba constantemente, su voz temblorosa, su mirada viajando de un lado a otro, o el rubor que adornaba permanentemente sus mejillas.
-¿Y entonces a que te dedicas?- pregunto Minho intentando romper el silencio que se había instalado entre ambos
-Soy pintor, entreno para poder entrar a alguna compañía, ¿y tú?
-Yo soy fotógrafo, manejo un pequeño negocio con Jonghyun, supongo que lo conoces
-Oh sí, el novio de Key umma
-¿Key umma?- Taemin rio ante la cara de sorpresa de Minho
-Es una costumbre llamarle así, siempre me ha cuidado y protegido, por eso le llamo así, le tengo un cariño inmenso, ¿y tu de donde conoces a Jonghyun?- pregunto Taemin mientras pateaba una roca distraídamente
-Lo conozco desde hace varios años, es como un hermano
-Oh ya veo- murmuro Taemin, un silencio se instaló entre los dos, no era un silencio incomodo, era uno relajante. Llegaron finalmente a la heladería y Taemin lanzaba grititos de emoción al no decidirse por un sabor, Minho solo le sonreía y al final Taemin termino pidiendo un montón, se sentaron en una mesa al fondo para colocar todos los helados
-¡Oh no se cual probar primero!-exclamo Taemin con los ojos brillantes de emoción, Minho reía, mientras daba probadas al helado de chocolate que había comprado. Taemin tomo su cuchara y comenzó a dar probadas de cada uno, Minho lo observaba embelesado, encantado de cada acción y gesto de Taemin, el menor noto la mirada sobre el, alzo la cabeza para encontrarse con un Minho sonriente
-¿Quieres?- pregunto Taemin extendiendo la cuchara con un poco de helado de fresa- esta delicioso- Minho asintió y abrió la boca para ser alimentado por la mano delicada, sus miradas se encontraron por un momento, unos cuantos segundos, los suficientes para saber que no había marcha atrás, debían dejar que ese curioso sentimiento llamado amor suplantara esa ansiedad.
Cuando salieron de la heladería, Taemin sintió deseos de ir al lago cerca de ahí, Minho acepto y en el camino continuaron charlando, descubriendo cosas de cada uno Taemin amaba bailar y pintar, Minho amaba fotografiar y escribir, Taemin solía comer dulces en exceso, Minho no, Taemin amaba el chocolate, Minho la vainilla, pero cada diferencia los volvía más cercano, los hacia complementarse a la perfección.
Taemin lo sabía, sabía que ese chico alto de hermosos ojos era el indicado para curar las heridas que nadie había podido hacer desaparecer, y aunque Minho no dijera nada, él lo sabía, bastaba con mirar sus ojos para descubrir la tristeza que se ocultaba en ellos y deseo con toda su alma ser el, el que le devolviera el brillo.
Minho creía que jamás volvería a ser feliz en toda su vida después de romper con Victoria, pero ahora a lado de ese chiquillo de mirada brillosa y risa escandalosa las cosas parecían más posibles, más fáciles, su corazón no dudo al momento de entrelazar sus manos al momento de emprender el regreso a casa.
El camino a casa les pareció corto, demasiado, antes de que se dieran cuenta estaban frente a la puerta de Taemin, mirándose nerviosos, sin soltarse las manos
-Gracias Minho, me divertí mucho hoy- susurro Taemin buscando en sus bolsillos por las llaves
-Yo también- ambos permanecieron en silencio, solo se oía el suave tintineo de las llaves del menor-Yo…quería saber…si… ¿quisieras volver a salir?- Taemin asintió
-Me encantaría, tienes mi número de teléfono ¿cierto?
-Sí, ya lo guarde- Minho miro distraídamente la nieve, sin saber cómo despedirse-Yo…- pero no pudo terminar la oración porque sintió el suave roce de los labios de Taemin contra los suyos
-Nos vemos Minho- dijo Taemin retirándose rápidamente y metiéndose a su casa, Minho se tocó los labios con la yema de los dedos, el calor y el hormigueo que se habían instalado en ellos, le pareció maravilloso, y deseo sentirlo una vez más, una y otra vez.
A la segunda cita fue una presión ligera en los labios
A la tercera cita sus labios se movieron en sincronía
A la cuarta cita Taemin estaba estampado contra su puerta mientras Minho lo besaba con fuerza
A la quinta cita se besaban sobre el sofá rojo de Taemin
A la sexta cita los te quiero se asomaban entre besos y suspiros
A la séptima cita las sabanas se enredaban en sus cuerpos sudorosos mientras Minho embestía con fuerza
A la octava cita compartían un apenas audible Te amo mientras el amanecer se colaba entre las ventanas y las sabanas.
A la novena cita Choi Minho supo que Lee Taemin era el amor de su vida.