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Ghost por Trinity

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Notas del fanfic:

Espero que les guste :B

Notas del capitulo:

Dejen review aunque sea uno! xD

Soy Takanori :) y hace 3 semanas que estoy viviendo en Tokyo por el trabajo de mis papás. Estaba acostumbrado a cambiar cada 2 por 3 de casa, pero jamás me había ido tan lejos y a una casa de aspecto… antigua. Esas casas que por más que abras todas las ventanas y saques las cortinas, siguen siendo oscuras y húmedas. Era de dos pisos, con un sótano y un altillo, era bastante grande, ubicada en un barrio medio desolado; no sabía porque, pero algo en aquella casa me gritaba que me fuera, que no era conveniente vivir en ella.
Estoy seguro que no era mi imaginación; desde el día que llegue los objetos cambian de lugar, el televisor del living prende sola y en los pasillos de la casa se escuchan pasos.
Mi hermano, akira, también lo escucha, pero trata de convencerse a sí mismo de que aquello que escuchaba o sentía, no era real.
En cambio mis padres me tildaban de loco. Que no había nada que pudiera ocasionar esas cosas, que deje de pensar mal de aquella casa solo porque tenía alrededor de 100 años.
Hoy era sábado, mis papás no venían a dormir ya que su trabajo era muy pesado, llegaban recién el domingo al mediodía.
Eran las 11 de la noche y yo me encontraba dando vueltas en mi cama, me dolía el brazo y cualquier posición para dormir me era incomodo. Al fin me había acomodado, entonces fije mi vista en la pared de mi lado derecho hasta que me agarrara sueño pero… empecé a escuchar esos ruidos. Parecían venir de mi escritorio, que se encontraba a mis pies a la izquierda, a lo que no podía ver nada. No sé cómo definir aquel ruido, pero era como si le dieran cuerda a algo.
De un segundo a otro empezó a sonar la cajita musical de mi difunta abuela, ahora mia, me quede paralizado. Akira no podía ser, Akira todavía no había llegado de la universidad, había dicho que hoy iba a llegar alrededor de las 3 de la mañana, y además, ¿Por qué iba a estar él tocando mi caja musical?.
Junte valor y me di vuelta sigilosamente, para encontrarme con un hombre, era blanco y tenía el pelo largo, lacio y claro. Tenía un pantalon blanco, una remera del mismo color y los pies descalzos. Estaba hipnotizado viendo a la bailarina, que se encontraba adentro de la caja musical, girar mientras la hermosa melodía salía de ella. Parecía tan… lindo e ‘Inocente’ pero ¿Quién era y que hacía en mi casa?. Especialmente en mi habitación.
Me levante sin hacer ruido y agarre la escoba que se encontraba al lado de mi cama, y me acerque a él, parecía un nene de 5 años embobado mirando Dora la Exploradora, no quitaba su vista de la bailarina.

-Qui…quien sos? –Le pregunte tartamudeando y el enseguida me miró, su mirada me transmitía odio. Me dio miedo, tanto que me paralice, y no tuve ni fuerzas como para pegarle con aquella escoba. Giró su cabeza hacia la caja y la cerro fríamente, me midió con la vista, dio media vuelta y cruzo por la puerta- HEY! –Grite y salí atrás de él, pero en el pasillo ya no había nadie-

Volví a entrar a mi cuarto, sin poder creer lo que había pasado. Podía jurar que lo había visto, me acosté, atento a todos mis sentidos, hasta que el sueño me venció.
Me desperté por los gritos de mi madre, quejándose que era la 1 del mediodía y yo seguía durmiendo. Me cambié y baje, mi mamá estaba cocinando, entonces me dijo que arregle la mesa para comer. Agarre los platos que estaban en una repisa, y los puse en la mesa que se encontraba frente a ella. Me di vuelta para agarrar los cubiertos, que se encontraban en la misma repisa, y también los coloqué en la mesa pero… Los platos ¿Dónde estaban? Me giré a ver la repisa, y allí estaban. Pero… Si yo los apoye en la mesa.

-¿Porque los subiste? –La miré a mi mamá-
-¿Eh? –Dijo y dejo revolver la salsa que estaba preparando y me miró-
-Porque subiste los platos –Señale la repisa-
-No los toque –Me miro extrañada-
-¿Como que no los tocaste? Pero si yo los puse en la mesa… Ah, no importa
-Bueno –Rió y se giro para seguir cocinando-

Me giré a ver la repisa, pero los platos… ya no estaban. Giré a ver la mesa, y se escucho un estruendo. Lo platos, habían caído al piso. ¿De dónde? No sé.

-Hay hijo ¿Qué paso?
-N… No sé –Tartamudeé-
-Ah, no importa, de todos modos los platos eran viejos –Me sonrió- Pero, ¿te pasa algo?
-No, estoy… cansado –Sonreí- Me duele la vista, y deje los platos al borde de la mesa sin querer
-Esta bien, no importa –Me acarició el hombro- Anda al sótano, hay una caja que dice “Platos, vasos y tazas” con la letra de tu padre. Tráela –Sonrió-

Yo solo asentí y camine, pensando si lo que había pasado anoche fue solamente una pesadilla o había pasado de verdad y si tenía algo que ver con los platos, pero creo que ayer tome mucho café. Aquello no podía ser cierto.
Baje las escaleras, encendí la luz y busqué la caja de la que me hablaba mi mamá. Platos, platos, no hay ninguna caja que diga eso. Hay cajas de cualquier cosa menos de platos. Me quede mirando un mueble de la época de la casa, era lindo, estaba admirándolo hasta que sentí unas manos en mi cuello. Al principio creí que era Akira, pero aquellas manos eran frías, y cada vez más me dejaban sin aire, limite a rasguñar a aquellas manos pero eran como piedra, llego un momento en que mi vista se volvió borrosa y vi todo negro.
Abrí los ojos al sentir que estaba respirando a la fuerza, y lo primero que vi fue a aquella “persona” haciéndome respiración boca a boca. Al ver que abrí los ojos, el se separó rápidamente, y volvió a mirarme con esa mirada inquietante. Me pare y lo mire a los ojos, como intentando desafiarlo y transmitiendo el mismo mensaje de odio a través de mis ojos mientras me acercaba a él, cada paso que yo daba hacia delante, era un paso que él daba hacia atrás.
-¿Quien sos? –Pregunté frío, el solo dio media vuelta y se metió dentro de… ¿Un espejo? Me acerque a él, y mire fijamente, solo podía ver mi reflejo, hasta que su figura volvió a aparecer en aquel espejo- ¿Quién sos? –Volví a repetir-
-¿Qué hacen en mi casa? –Respondió con una pregunta, frío-
-Yo pregunte primero –El giro los ojos y volvió a desaparecer- Ash! –Me quejé y me fui a arriba-

Subí y mi mamá me pregunto por la caja, le dije que no la había encontrado. Volví con mi papá a buscar la caja, entonces aproveche para preguntarle sobre aquel espejo. Me dijo que ya estaba en la casa y que él lo tomaría como una “Falta de respeto” si lo desechábamos. En fin, esa misma noche me senté en mi cama mirando la pared, y lo llamé inseguro, esperando que el apareciera, creo que no le tenía miedo.

-¿Qué queres? –Pregunto traspasando la puerta-
-¿Me vas a decir quien sos?
-¿Me vas a decir que hacen en mi casa?
-¡¿Quién sos?! –Subí un poco el tono-
-¡¿Qué hacen en mi casa?! –Dijo con el tono más fuerte que el mío-
-¡¿QUIÉN SOS?! –Grite-
-Soy Kouyou Takashima, me decían Uruha, soy el dueño de esta casa. ¿Ah? ¿Contento? Ahora, ¡¿Qué carajo hacen en mi casa?!
-¿Uruha? –Pregunté y el revoleo los ojos- En fin, no sé qué hacemos acá, a mis padres los transfieren cada 2 por 3, y esta vez nos transfirieron acá.
-Vallanse.
-¿Qué?
-¡¡Que se vallan!!
-¿Por qué?
-Porque es mi propiedad –Se acerco y choco su frente con la mía, mirándome con una mirada más aterradora, me daban algo de miedo, pero decidí ignorarlo- Vallanse.
-¿O qué?
-¿Estás desafiando a un fantasma?
-No te tengo miedo.
-Ya vamos a ver –Dijo, y esta vez en vez de traspasar un espejo, lo hizo con el suelo.-

¿Que había sido eso? ¿Una charla con un fantasma? ¿Estaré bien de la cabeza? ¿A qué se refería con ‘Ya vamos a ver’? Yo sabía que esta casa
no era para nosotros…


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