Desde muy pequeña he amado la robótica. Recuerdo cuando miraba a papá trabajar en sus prototipos, cada vez eran más impresionantes. Sin embargo mi madre decía que esas cosas no eran para las chicas, nosotras debíamos entretenernos con algo que no ensuciara nuestra ropa, libre de aceite y piezas inservibles.
Pero cuando entre a estudiar la preparatoria, ni ella ni nadie iba a impedir que yo manipulara maquinas y experimentara con mis propios prototipos. En el colegio existían distintos clubs escolares que a la vez, se dividían en distintas ramas. Primero se encontraba la sección de Tecnología moderna, en ella estaban: Robótica, llena de chicas amantes de los robots, al igual que yo, pero no solo eran prototipos, también nuestra rama abordaba la creación de diferentes artículos de la vida cotidiana, con un gran avance tecnológico.
Por otro lado estaba la informática, chicas que eran expertas en el hackeo de extensas redes computacionales. Podían infiltrarse en cualquier web protegida por contraseñas o claves de acceso.
Cabe resaltar que no todo era electrónica y experimentos. De igual manera existían clubs de arte: Dibujo y pintura, eran chicas con un talento impresionante, se decía que solo las mejores podían entrar a ese club. Seguido del club de escultura. Su salón era el más grande de todos, las integrantes creaban los más hermosos ángeles, era un mundo en el que el aburrimiento no existía.
Adoraba el instituto, las estudiantes vivíamos en 2 dormitorios. Dichos edificios estaban a unos cuantos metros del colegio. Todos los días era divertido caminar junto a mis amigas hacia el salón de clases. Aunque apenas habían pasado unos cuantos meses desde el inicio de nuestro segundo año, parecía que recién habíamos llegado.
-Mai, ¿Escuchaste el rumor de las chicas de primer año?- Pregunto Suzuki Setsuna, una de mis mejores amigas. Ella era más alta que yo, tenía una personalidad bastante comunicativa… Poseía ojos marrones y cabellos castaños. Cuando necesitaba algún consejo, Setsuna era mi más grande confidente.
-Umm… No estoy segura, hay muchos comentarios que se esparcen por los dormitorios…-
-Tienes razón… Pero este es muy interesante.- Sonrió ella, apretando levemente una de mis mejillas.
-Auch… Setsuna, no hagas eso… me lastimas…-
-Déjala tranquila…- La reprendió mi otra amiga, Fujishima Mika. Ella era más estricta y de vez en cuando nos controlaba de más. A diferencia de Setsuna, ella tenía el pelo rubio y ojos miel. Nadie podía contradecirla ya que era la representante de la clase y formaba parte del consejo estudiantil.
-Relájate Mika-chan… Solo estamos jugando un poco… ¿No es así Mai?-
-Eres muy mala…-
-¿Y bien? ¿Cuál es ese rumor del que tanto armas escándalo?- La interrogo la rubia, mostrándole una expresión tenebrosa. Setsuna trago saliva con dificultad, suspiró y se acerco a Mika.
-Las chicas me dijeron que mañana llegara una estudiante transferida.- Susurro la castaña, fingiendo que era un secreto.
-Tch… ¿Solo por eso, las chicas de informática utilizaron sus habilidades para robar información confidencial del colegio?- Contesto Mika. Ella no era de la idea de emocionarse por una nueva estudiante. Quizás simplemente no le interesaba o tal vez odiaba el alboroto.
-Si… Lo sé… Las chicas de informática robaron todo su historial académico, lo único que las decepciono es que no había ninguna fotografía suya. Varias de ellas dicen que la tutora de la clase debe tenerla en el ordenador.-
-¿La tutora…? ¿Eso significa que ya saben en qué año estará?- Mis ojos se abrieron como platos, eso sí que no me lo esperaba, las hackers habían llegado tan lejos como para lograr algo tan impresionante.
-Esas chicas…- Suspiró Setsuna, parecía desanimada después de contarnos el rumor que la picaba por dentro.- No quieren revelar nada pero… Yo tengo esto.- Anunció triunfante, levantando un trozo de papel. Mika y yo la miramos confusas, ¿Qué lograría con un simple papel?
-¿Y eso es…?-
-Nuestro boleto a la oficina de la facultad. Tenemos que conseguir esa fotografía…-
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Mis padres decidieron mudarse desde hace poco, y como solían hacer, nunca pidieron mi opinión. Era fastidioso tener que dejar el lugar que me inspiraba para poder realizar mis dibujos… A pesar de que había puesto obstáculos para evitar que viajáramos a Japón, mis esfuerzos fueron nulos.
No podía negar que odiaba la escuela francesa pero no quería irme a una nueva escuela así nada más, sin razón alguna… Pero debía soportar los caprichos de mis padres. Sin que yo lo supiera, ellos me matricularon en un colegio que poseía dormitorios estudiantiles.
-¡Mamá! ¡No quiero irme de Francia!-
-Luka… tu padre y yo hemos hablado sobre esto, no hay razón para que nos lleves la contraria…-
-Pero tampoco hay motivos para llevarme a otro país.- Repliqué.
-Tendrás amigas nuevas… También, hay un club que se especializa en el dibujo y pintura, seguro que tu estarás en el.-
-Te odio…- Dije entre dientes, dejándola hablando sola. Entre a mi habitación y me recosté en mi cama. ¿Por qué tenían que destruir mi vida…?
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Luego de que Setsuna hiciera algunas investigaciones sobre la chica nueva, nos arrastro hasta la oficina de la facultad. Entramos tratando de no llamar la atención de la profesora, algo que fue totalmente inútil.
-¿Qué necesitan? ¿Algún papeleo?- Pregunto la profesora, dedicándonos una sonrisa.
-Etto… si, necesitamos que nos otorgue un permiso de 2 días…- Contesto mi amiga.
-¿Qué estás haciendo, Setsuna?- Le susurro Mika. Era lógico que estuviera nerviosa, ella era muy mala para las mentiras y no soportaba que alguien lo hiciera frente a ella.
-¿Tanto tiempo…?-
-Umm… S…Si…- La profesora se acerco y acaricio con delicadeza la cabeza de Setsuna.- Etto… Sensei…-
-Lo que en verdad buscas es la fotografía de la chica transferida, ¿no es así?-
-¿Eh? ¿Co…Como lo supo…?-
-Las estudiantes están ansiosas por saber cómo es la nueva integrante de nuestra comunidad estudiantil pero, no puedo hacer nada, la información ya fue robada por las chicas de informática, por suerte la directora me exigió que no adjuntara ninguna fotografía de la estudiante, debido al comportamiento de las demás chicas.-
-Pero puede darnos una pista, lo que sea, solo queremos saber si será lo suficientemente buena como para desplazar a Uchida Midori, después de todo ella es una odiosa, cree que por estar en el club de dibujo es la persona más perfecta del mundo.- Se quejo Setsuna. Ellas dos se odiaban, no sabía muy bien la razón pero parecía que era algo entre ellas.
-Relájate…- Le tranquilizo la profesora, mientras se sentaba frente a su ordenador y abría algunas ventanas.- ¿Realmente quieres saber cómo es la tan rumorada chica?-
-¡Por supuesto!-
-Bien, bien, acércate, mejor dicho, acérquense… Creo que han oído que está en segundo año, proviene de Francia y eso…-
-Sí, sus padres son de distintas nacionalidades, su madre es española y su padre francés.-
-Wow… Sabes mucho acerca de ella…- Le dije, riendo levemente.
-Me impresionas, bueno… Ella es Luka Carlier…- Sonrió la profesora, haciéndose a un lado para que pudiéramos observar la fotografía de la chica. Era indudablemente hermosa… Sus ojos grises eran bastante profundos, como un eterno abismo. Sus cabellos eran largos y brillantes, su color rojizo lograba hipnotizar a cualquiera.
No había sonrisa en su rostro o algún rastro de felicidad, esa expresión provoco un vacio en mi corazón. Las palabras de Setsuna me hicieron volver al mundo real, para eso era muy buena… me perdía, cada que tenia oportunidad.
-Mai, ¡Es preciosa! ¡Definitivamente Midori lo lamentara!-
-No creo que ella quiera problemas con alguien como Midori.- Respondí, dándole la espalda y dirigiéndome a la salida de la oficina.
-¡Espera, Mai!-
-¿Qué sucede?- Mika continuaba mirando la fotografía, mientras echaba un vistazo a la ficha escolar. De pronto sus ojos se abrieron como platos, realmente debió haber visto algo sorprendente.- ¿Mika-chan?-
-Esta chica… Está en el segundo dormitorio…-
-Nuestro dormitorio… Eso es aun más genial, Midori deberá estar lanzando llamas por la boca.- Bromeo Setsuna.
-Eso es seguro, pero… ¡No vas a creer quien es la compañera de habitación de Luka!- Grito mi otra amiga, mirándome sorprendida. Mi cerebro intento entenderlo y después de unos cuantos segundos lo comprendí.- ¡Mai-chan!-
-¿¡Eh!? ¿¡Yo!? Pero…-
-Lo siento, Mai, se que tus padres exigieron que no compartieras habitación con ninguna de tus compañeras, lamentablemente eres la única que cuenta con espacio disponible.- Dijo la profesora, guiñándome un ojo.- No te preocupes, tal vez no sea por mucho tiempo.-
-¿Está segura de que esa chica estará bien conmigo?- Por supuesto que moría por tener una compañera de habitación pero ella… Algo me decía que no era buena idea.- Quiero decir… ¿No podría quedarse con alguien más?-
-Umm… la directora lo decidió así que no creo que podamos hacer cambios por ahora.-
-Pff… ¿Y cuándo estará aquí?-
-Mañana por la tarde, ella se presentara ante la clase hasta el lunes por la mañana.-
-Bien… Entonces iré a hacer un poco de limpieza a la habitación…- Sonreí, para después dirigirme a la salida nuevamente. ¿Qué pasaría conmigo? ¿Y si yo no le caía bien? Sería un problema no hablar con mi propia compañera de cuarto.
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Habíamos llegado al aeropuerto de Tokio, el viaje fue devastador para mi condición física. Solo quería descansar pero eso no sería posible hasta que no llegara hasta el dichoso dormitorio.
-Maldición… Odio esto…-
-Luka, tus maletas ya fueron enviadas al colegio, el taxi te llevara hasta el dormitorio.- Me dijo mi padre, entregándome una pequeña maleta de piel negra.- Tienes suficiente para 2 semanas, una vez que pase este plazo de tiempo, te enviaremos mas. Cuídate y diviértete, ¿vale?-
-Conduzca…- Le ordene al conductor. Ignore a mi padre por completo. Odiaba que pusiera esa cara de victima cuando lo único que hacía era fastidiarme la vida.- Ese estúpido…-
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Por fin, terminaba de asear la habitación. Ordene unas cuantas cosas, abrí las ventanas, etc. Debía existir un buen ambiente para Luka, deseaba que nos lleváramos bien.
-Si la tutora era Asuka-sensei… Eso significa que estará en la misma clase que yo… Definitivamente debemos soportarnos la una a la otra…-
De repente alguien llamo a la puerta. Con rapidez camine hacia ella y la abrí con toda la naturalidad posible. Si era una de mis amigas seguro se burlarían de mí por estar tan entusiasmada. Sin embargo me lleve una gran sorpresa al darme cuenta que la chica transferida estaba frente a mí.
-Hola, la tutora me dijo que compartiría habitación contigo.- Me dijo ella, inmediatamente deje el paso libre y ella entro a la habitación. Llevaba bajo su brazo un cuaderno que, a juicio mío, era de dibujo, también un pequeño maletín de piel además de unos llamativos audífonos estilo DJ, se coloco en el centro de la habitación y la analizo con la mirada.- Así que pasare el resto de mis días en preparatoria en este… lugar…-
-Etto… Mi nombre es Hideki Mai…- Nunca había sentido un aura tan extraña como la de ella, su mirada era mucho más profunda que la de la fotografía.
-Luka Carlier… ¿Y bien? ¿Cuál será mi escritorio?- Su frialdad mataba cualquier indicio de conversación amigable.
-Es el de la derecha, disculpa que aun estén algunas cosas mías sobre el…-
-No importa, ¿Dónde están mis maletas?-
-¿Maletas…?-
-Mi equipaje, mi padre dijo que lo había enviado antes de que yo llegara al instituto.-
-No ha llegado equipaje alguno…-
-Tch… Ese viejo…- Dijo entre dientes para luego tomar su móvil y marcar algunos números con suma rapidez.
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Mi padre había terminado de joderme la llegada al colegio, ni equipaje ni lienzos para mis dibujos. ¿Qué demonios estaba pensando al atreverse a hacerme eso? Le llame y con toda la calma posible le exigí que me diera alguna razón para que mis cosas no estuvieran en mi dormitorio.
-¿Papá? ¿Dónde está mi equipaje?- Pregunte mientras golpeaba suavemente mis dedos contra el escritorio.
-¿Hija? ¡Hola! ¡Me alegra escucharte!- Respondió con una felicidad obviamente falsa. Podía distinguir cuando me estaba mintiendo.
-No me vengas con tonterías, ¿Dónde están mis maletas?-
-¿Eh? ¿Aun no llegan?- Pregunto asombrado. Aun no terminaba de fingir.- Pero les pedí que lo llevaran inmediatamente, para evitar cualquier percance.-
-Tienes 3 hrs para hacer que lleguen a este lugar… De no ser así… Lo pagaras muy caro.- Sentí que las venas de mi frente comenzaban a sobresaltarse a causa de mi enojo. Después de que dije lo último le colgué. Me gire frotando una de mis sienes y me topé con la cara atónita de mi compañera de habitación. Sus mejillas eran tan rojizas al igual que unos pequeños tomatitos. Tenía el cabello un poco largo, brillantes hebras negras bajaban por su espalda y qué decir de sus ojos… Un color esmeralda que lograba hacerme olvidar lo que me molestaba.
-Etto…- Volvió a tartamudear.- Tu cama también será la de la derecha y… Umm… debes ir a registrarte a algún club escolar…-
-Ya lo hice.- Conteste, lanzando mis cosas a mi cama y tirándome sobre ellas.- El club de dibujo y pintura estará bien.-
-Impresionante… Vaya… Debes tener un talento excepcional…-
-Claro…- Suspire, cerrando los ojos lentamente. Estaba cansada por el viaje tan largo que habíamos hecho mis padres y yo, además de que ahora ni siquiera podría ducharme, no tenia ropa limpia.
-Puedo prestarte algo de ropa si lo deseas…- Me quede sin aire por unos segundos y me reincorpore rápidamente. ¿Había leído mi mente?- ¿De qué hablas?-
-Supongo que después de viajar tanto te gustaría descansar un poco pero antes, deseas tomar una ducha…- ¡Esta chica realmente me leía la mente! La mire de arriba hacia abajo. Podría decirse que su ropa me quedaría a la perfección, no lo pensé más y me resigne a aceptar su oferta.- Bien… Iré a darme un baño y…- Volví a mirarla unos segundos y después la ignore.- Deja la ropa que me prestaras sobre la cama.-
-Bien…- Mientras caminaba hacia la puerta del baño, iba desabrochando los botones de la blusa que llevaba. Un silencio bastante incomodo hizo que me girara a mirarla y en efecto sus mejillas estaban más rojas que antes.
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¿Por qué me pasaba esto? Era mi compañera de habitación… Además solo debía prestarle la ropa y salir de ahí antes de que me desmayara. Respire profundo una y otra vez, tal vez en verdad estaba exagerando. Una vez que saque una muda de ropa de mi closet, la coloque sobre su cama y salí a dar un paseo.
Al abrir la puerta me topé con mis dos amigas, Mika y Setsuna. En menos de dos segundos me tomaron por ambos brazos y me jalaron fuera del dormitorio. Estaba segura de que era para saber qué tipo de chica era la nueva estudiante.
-¿Y bien?- Corearon ellas, acercando sus rostros tanto que, podía sentir su respiración sobre el mío.
-Etto…-
-¿Cómo es ella? ¿Sera rival para la estúpida de Uchida Midori?- Seguía hablando así de la ídol de la escuela. ¿Y quién no iba a admirar a esa chica? Sus cabellos azules poseían un color muy intenso casi igual al de Luka. De igual manera tenía un cuerpo de escándalo y hermosos ojos avellana. Y como toda chica popular, tenía sus seguidoras, las cabezas huecas de Matsumoto Hikari y Ozawa Yumi.
-Yo creo que existe una posibilidad…- Susurre tratando de alejarme de ellas. Cuando ponían esa cara, en especial Setsuna, me daban algo de miedo.
-¡Perfecto! Ahora… ¡Tenemos que conocerla!- Sonrió Setsuna, volviendo a tirar de mi brazo y llevarme a rastras hacia mi habitación.
-E…Espera… Mika-chan, debes decirle algo.- No me respondió lo que me demostró que ella también deseaba conocer a Luka.
Abrieron la puerta sin dudarlo, sin embargo, note que algo las había detenido. Llevaban tanta prisa cuando me interrogaron y ahora estaban ahí, plantadas en el suelo sin siquiera moverse. Trate de levantarme pero fue inútil, así que solo gire mi rostro para poder ver lo que las había detenido.
Me quede con la boca abierta y completamente hipnotizada. Luka estaba a medio vestir y con una toalla sobre los hombros. Un momento… ¡Esa era mi toalla! Pero no podía decir nada, tenía un cuerpo mucho mejor que el de Midori, debía practicar algún deporte…
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El baño me había devuelto mis 5 sentidos, ahora me sentía mucho mejor. O eso parecía hasta que Hideki y otras dos chicas abrieron la puerta de golpe. Por unos segundos agradecí no estar en ropa interior pero de todas maneras tenía muy poca ropa encima.
-Lo siento Luka-chan pero las chicas armaron mucho escándalo y yo…- No le respondí y continúe vistiéndome, volví a secar mi cabello una vez más. Después de lo que dijo Hideki que a mí, me había sonado como una excusa muy bien pensada, me limite a mirarlas con extrañeza y salí del cuarto a dar un pequeño recorrido al instituto.
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Luka abandono la habitación, dejándome junto a mis amigas que continuaban sin moverse desde hace un buen rato.
-¿Chicas…?-
-¡Wow! ¡Es preciosa! ¡Lo único que nos falta es demostrar que es mejor que Midori!-
-Setsuna… Luka es muy callada quizás eso no sea buena idea…- Conteste, jugando con mis dedos índices.
-Además… Mai-chan…- Continúo dando un tenebroso acento a su tono de voz. Por unos segundos me quede paralizada al saber a qué se refería.- ¿Por qué está usando tu ropa?-
-Etto… Lo que sucede es que…- Setsuna me observaba fijamente, Mika por su lado parecía haber vuelto a desinteresarse por la estudiante transferida.- Tuvo algunos problemas con su equipaje y no tenia ropa limpia…-
-¿Y como buena compañera de cuarto que eres, le prestaste tu ropa favorita?-
-¿Favorita…?-
-Es la que mas usas cuando tenemos descansos o días libres.- Sonrió Mika.
-Es que… ¡Ahh! ¡Déjenme en paz!- Lloriquee lanzándome contra mi cama. Ellas solo se rieron y se sentaron a mi lado.
-¿Te gusta la chica nueva?-
-¡No! ¡No me gusta! Es solo que…- ¿Me gustaba? No… Yo solo estaba portándome como cualquier compañera de habitación, quería llevarme bien con ella, solo eso…- No quiero causarle problemas a Luka-chan…-
-¿Luka-chan?-
-Déjame tranquila Setsuna…-
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Dentro de poco seria la puesta de sol, tenía que buscar el lugar perfecto para observarla en toda su plenitud. No se veían cosas como esa en el instituto francés así que por un momento debía disfrutarlo.
-¡Midori-sama!- Grito una chica desde un asiento en las gradas. Me gire para mirar un momento a la chica que era aclamada por la otra. ¡Baloncesto en un lugar como este colegio! Ese era mi deporte favorito, recuerdo que cuando era muy pequeña y tomaba el balón, no era capaz de sostenerlo. Sonreí al recordar semejante tontería… En fin… Hacía años que no jugaba, pero no había dejado mi condición física. Todos los días salía a trotar 20 min y de vez en cuando iba al gimnasio. Realmente no se comparaba con todo el esfuerzo que hacían las chicas que practicaban diariamente, sin embargo no podía hacer más.
-¡A la defensa, Ebisawa!- Me acerque un poco más para ver más claro. Esas chicas eran muy buenas, hacían muchos pases y avanzaban con rapidez pero… Algo les faltaba… A veces lo pases eran al aire y caían en manos del equipo contrario.- Demonios, ¡Koyama, no dejes que continúen!- Gritaba una chica de cabellos azules. Por la forma en la que les ordenaba a las demás moverse, debía ser la capitana.
El partido parecía ser oficial ya que había varias chicas del colegio y de algún instituto visitante. Todas gritaban al mismo tiempo pero aun así, se podía escuchar perfectamente a quien estaban apoyando en ese momento. Si no me equivocaba las chicas del uniforme violeta eran las de nuestra escuela y las de azul, las visitantes.
Permanecí ahí por unos minutos hasta que recordé el verdadero motivo por el que había salido del dormitorio.
-La puesta de sol…-
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Mika y Setsuna continuaban interrogándome y yo ya no podía soportarlo más tiempo. Deseaba con todas mis fuerzas que Luka apareciera y con la mirada que poseía les ordenara a mis amigas irse de la habitación. Tenía eso en mente, cuando la puerta se abrió súbitamente, era Luka.
-¿Siguen aquí…?- Pregunto alzando una ceja. Las chicas se quedaron sin respiración por unos segundos y después sonrieron nerviosamente.
-Lo sentimos… Ya nos íbamos, ¿cierto Mika-chan?-
-S…Si, solo le preguntábamos a Mai-chan sobre el prototipo de la próxima semana.- Dicho esto tomo de la mano a Setsuna y salieron por la puerta de madera. Ella ya empezaba a tomarle amor a las mentiras, estaba perdiendo a la más honesta de mis amigas.
-Gracias Luka-chan…- Suspire, reincorporándome y dedicándole una sonrisa radiante. Su mirada se volvió más fría, se giro y se recostó en su cama dándome la espalda.- Etto… Luka-chan… Tus maletas llegaron hace unos cuantos minutos… Les pedí que las pusieran a un lado de tu cama, cerca del escritorio.-
-Gracias…-
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Cuando me desperté, mire el reloj con gran pereza que, desapareció en el instante en que el reloj marcaba las 7:50 am.
-¡No puede ser! ¡Llegare tarde!- Me levante a toda velocidad, tome una ducha de 5 min. Y me vestí en menos de 2. Estaba a punto de dejar la habitación cuando recordé que ahora ya no vivía sola, tenía una compañera que tal vez seguía dormida. Regrese a mirar a la cama de Luka pero para mi sorpresa ella ya no estaba.- Genial, ahora sí que llegare tarde…-
Corrí a través de los pasillos del dormitorio y continúe a ese ritmo hasta que me encontré frente a la puerta del salón de clases.
Continuara...