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Asquerosamente dulce por Arian_Sly

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Notas del capitulo:

Lo prometido es deuda. Dije que antes de la media noche y aquí está :3

Saben algo… No tenía contemplado este capitulo, pero me gustó la idea luego de leer un lindo review. Así que decidí anexarlo.  Es pero te todo corazón que les guste y Shiko, esté especial para ti por haber tenido la paciencia de dejarme tan útil información. Gracias.

Tienes que ceder.

 

—Y entonces le pediste que hablaran de su infancia, su juventud y su relación y él se burló de ello argumentando que era ridículo y que parecía que le pedirías matrimonio. —Trató de entender la rubio viendo detenidamente a Steve que estaba frente a ella. —Entonces tú te sentiste mal y te fuiste dejando a Tony.

—Sí, bueno, algo así —aceptó Steve no muy seguro de haber hecho lo correcto —. Es que no entiendo porque tiene que burlase de todo, absolutamente de todo… Yo sólo quería que estuviéramos más conectados, que supiéramos más el uno del otro… ya sabes, como una pareja real.

Pepper suspiró fuertemente y se masajeó el cuello. Al parecer las noches de arduo trabajo habían terminado por pasarle la factura.

—Te lo diré de la manera linda, Steve. Eres un tonto. —acotó Pepper sin gota de tacto, cosa un tanto rara en ella. —Tony es una persona sarcástica, irónica, algunas veces hiriente e insoportable; pero está total y completamente loco por ti. ¿Sabes cuánto odia que lo trates como si fuera una damisela en peligro? Mucho, de verdad, mucho. Le recuerdas su infancia, la cual fue muy dura  a decir verdad. Sus padres lo trataban con demasiado cuidado porque era muy frágil y eso lo hacia sentir mal, por eso se volvió malcriado. Esa es una de las muchas razones por la que odia que lo trates así y porque odia hablar de su infancia.

—Yo no…

—Él no habla de eso. No le pidas que lo haga —pidió Pepper bastante seria —. No es que no confié en ti, es simplemente que le duele. —Él ya cede demasiado contigo soportando todos tus mismos, que incluso a mí me parecen demasiado. Cede un poco con él también.  

—¡Diablos! Realmente creo que no debí haber venido a hablar contigo —cascó Steve no del todo satisfecho —. No puedo entender como puede confiarte a ti ese tipo de cosas y a mí no. Lo único que yo quiero es saber un poco más de él, conectarme más… que no seamos sólo sexo y ya.

Pepper se cruzó de brazos y preguntó: —¿Qué sentirías si él te interrogara sobre como la pasaste en la guerra? Lo pasarías mal ¿cierto? Bien, eso que tú sentirías es lo mismo que él siente cuando tocas el tema.

Steve tragó duro. Realmente sus recuerdos de la guerra no eran bonitos. Saber que había perdido a tantos amigos, a tantas personas. Era triste. Suspiro. Sabía mí infancia no había sido fácil, la suya tampoco lo había sido, aunque no fue particularmente mala, no fue miel sobre hojuelas y a veces era doloroso de recordar.

—Tal vez tienes razón.

—La tengo. —Pepper respiró profundo. —Sé que quizá sientas curiosidad, que quieras conectarte más. Tony confía en ti más que en nadie, eso sólo que no quiere que lo veas como alguien débil; quiere poder estar a la par contigo. Él siempre busca complacerte, quizá podrías hacer lo mismo por él.

Steve bufó. —A lo mejor estaba tan concentrado en mí… que no vi que él cedía tanto y yo tan poco.

Pepper sonrió un poco y asintió con la cabeza. —Lo que debes hacer es ceder. Aunque sea un poco. Para él es importante mostrarse vulnerable en la cama ante ti, es su forma de decirte que te ama y que te entrega todo de él, hasta su cuerpo.

La respiración del Capitán América se cortó por unos segundos y un fuerte sonrojo  se apoderó de su lívida piel. —¿Qué tanto te ha dicho?

—¿En verdad quieres saber? —preguntó Pepper con una indescifrable sonrisa. Steve negó un par de veces con la cabeza —Sólo te diré que, a pesar de que lo molesta mucho ese fetiche extraño que tienes con sus pezones, le proporciona bastante placer.

Si la cara de Steve hubiera sido más roja en aquel momento, seguramente hubiera sido la competencia de la nariz de Rodolfo el reno.

—¡Dios Santo! Tony no debería decir este tipo de cosa… a nadie —balbució Steve completamente consternado —. Esas son cosas muy intimas.

—Ya lo creo —dijo Pepper restándole importancia al asunto —. Steve ¿sabes cual sería un bonito detalle para esta noche? Unos patines. Tony siempre ha querido aprender a patinar. Seguro le gustará.

El rojo color en las mejillas del capitán disminuyó un poco y una diminuta sonrisa se asomó en su cara, antes de que partiera rezando un “gracias” para la rubia.

Notas finales:

Este cuento no ha terminado. Ya que los capítulos son tan cortos –la verdad es que me está costando este formato, pero es un reto autoimpuesto xD – hay un siguiente capitulo hoy ^^


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