Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Asquerosamente dulce por Arian_Sly

[Reviews - 63]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ok, lo sé, la imagen nada que ver, pero es como… como la primera vez que veo a Steve ‘forzando’ a Tony y no siendo seducido y es algo de lo que pasa aquí en el fic XD

Una excelente noche.

 

Steve comenzó a reír estruendosamente y me besó con pasión regresando mi espalda a la cama. —Después de todo es verdad, si hay suficiente estimulación un hombre también puede producir leche.

—¡No me…! —Grité conteniéndome de recordarle a sus ancestros a mi amante —No es normal, no lo es. Es imposible y antinatural.

—¿Quién te dijo que tú eres normal, Tony? —me preguntó Steve apretando suavemente mi pezón y viendo con deleite como salía un pequeña gota blanca de él.

—¡Eres un…!

—No eres normal —me cortó con suave beso en los labios —. Eres el hombre más inteligente, sexy, apasionado, impresionante, sarcástico, adorable y hermoso que conozco. No son cualidades que tenga cualquiera. Y el que te salga leche, sólo te hace más especial.

Fruncí el entrecejo y giré la cara no dispuesto a aceptar el hecho de que ¡me estaba saliendo leche!

Respiré profundamente una y otra vez mientras que Steve se dedicaba a esparcir su ADN alrededor de mi cuello. Suspiré.

—Te amo… —musité sin saber que más debía decir tras la terrible impresión que me había llevado. —Y si te complace que… me salga leche de los pezones, entonces está bien. Pero me debes unas noches de sexo salvaje y desenfrenado en las que tendrás prohibido tocar mis pezones.

Steve rio. No supe si era por el sonrojo, nada propio en mí, que había teñido mis mejillas o por mi último comentario.

—Yo también te amo —me correspondió con un rudo beso —. Y ¿Qué te parece si empezamos de una vez con el sexo sudo y desenfrenado?

Sonreí ante eso y en un rápido movimiento me puse sobre él. Di gracias a Jarvis mentalmente por persuadirme de comprar una cama Kingsize, de lo contrario ese último movimiento nos hubiera llevado al frio y duro suelo.

Llevé mi diestra a la entrepierna de Steve mientras besaba su manzana de Adán, por otro lado él se deleito acariciando mis glúteos y tocando de vez en vez mi propia virilidad para hacerme sentir lo que yo a él.

Luego de muchos besos y caricias y ya con el cuerpo perlado de sudor Steve se cansó de los juegos e introdujo su miembro dentro de mí. Gemí audiblemente y me aferre a su cabello mientras arqueaba la espalda.

—Steve… muévete —pronuncié segado de placer y deseoso de más.

El rubio sonrió y no tardo demasiado en hacerme cabalgar sobre su miembro que a cada segundo me parecía más grande. Steve tomó mi miembro y comenzó a masajearlo al ritmo que llevaba.

Sublime. Ese era el tipo de sexo del que estaba yo hablando.

No pasó mucho tiempo antes de que el ronco gemido de Steve me perforara el tímpano y yo hiciera lo propio al correrme en su mano.

—Brutal —jadeé con una sonrisa, aferrándolo del cuello para que no saliera de mi interior aún. —¿Crees que podamos ir por otro par de rondas?

—Claro —bisbisó Steve antes de besarme con pasión. Pero el sonido de un montón de cosas colisionando contra el suelo nos aguó el momento de pasión. Para colmo nuestra paranoia, nada infundada, nos obligó a incorporarnos e ir a investigar qué había causado semejante estruendo.

Y ahí estaba. Sobre una de mis más caras botella de coñac, que ahora no valdría más de unos cuantos centavos al no ser más que vidrios rotos, Spencer.

—Bicho del demonio —murmuré mordiéndome el labio al ver que había, por lo menos, quince botellas rotas en el suelo. Eso claro sin contar los vasos que eran de una colección de cristal cortado importado desde Brujas.

Steve se apresuró a tomar al zorrito en sus manos y lo acarició con cuidado mientras lo abrazaba contra su pecho —Pobrecito —dijo —estás temblando, Spen, ven, ahora dormirás con nosotros, ya mañana recogerá eso mami.

—¿Dormirá con nosotros? —pregunté incrédulo.

—Claro, no se puede quedar aquí con tantos vidrios rotos. —obvió Steve dirigiéndose de regreso a la alcoba. —Vamos, Tony —me dijo Steve extendiéndome la mano —, no sería prudente quedarnos por aquí, descalzos, habiendo tanto vidrio roto.

Suspiré y asentí resignado. Ya mañana llamaría a alguien para que repusiera las botellas y limpiara el desastre.

Y ya para ese momento había tres cosas de las que estaba seguro. Una, que cuidar a un zorrito no iba a ser cosa fácil; dos, que aquella noche iba a ser inolvidable, sobretodo por la perdida de mi coñac, del cual no pude probar ni una gota; y tres que Steve era asquerosamente dulce, pero también que era el hombre de mi vida.

 

Notas finales:

 

Espero de todo corazón que les haya gustado el fic. Realmente que para una fan-ficter sus comentarios lo son todo y nos inspiran a seguir escribiendo :3

Muchas gracias por haber leído y por haber comentado.

Nos vemos en otro fic. Besos.

Ciao~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).