Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Magnetismo de Andromeda por Luna Kaze no Kizu

[Reviews - 58]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Lo he terminado antes de lo que esperaba. no se si me haya quedado corto, al parecer de alguien.

Ikki iba bajando a toda velocidad las escaleras, a duras penas y dirigía algún saludo a los caballeros dorados que se topaba, estos estaban acostumbrados a ver a los caballeros de bronce en sus dominios por lo cual no es como si pusieran demasiado reparo…

A la altura de las escaleras del quinto templo vio que no había sido el único con la idea de buscar a Shun.

_ ¡¿Qué demonios haces Pato?! ¡Gracias a ti mi hermano no quiere ni verme!

_ Ahórrate tus gritos pajarraco del infierno, solo estoy aquí por Shun- dijo el rubio sin prestarle mas atención, Ikki moría por rostizarlo, pero justamente por pelear con el rubio es que su hermano se había enfadado, así que si esperaba obtener su perdón no era muy buena idea volverse a pelear con el caballero del cisne. Apretó los dientes y se dispuso a ignorar su presencia.

 

 

 

Shun no encontraba que hacer, finalmente Aphrodite y Deathmask habían terminado peleando en toda regla justo frente a él, y Shun sabia que no había manera de poder detener ese combate, solo rogaba que algún caballero dorado pasara por allí y pudiera ponerle fin… odiaba que los demás se pelearan cuando el estaba presente.

Por el día de hoy ya su cuota estaba razonablemente llena. Y es mas había excedido su límite.

El conejito estaba prácticamente paralizado en sus brazos…

 

 

 

La pelea entre ambos caballeros se hacia cada vez mas encarnizada, y no había nada que Shun pudiera decir o hacer para detenerlos, Aphrodite estaba furioso, lo notaba por como intentaba atacar a su oponente, cuando se había enfrentado con el caballero de Piscis, los gestos de este habían sido diferentes, en esa ocasión Aphrodite había estado en completo dominio de si mismo, pero ahora al parecer la furia era una de las principales guías. Y lo que era Deathmask… bueno, ese caballero disfrutaba de la pelea, Shun se percataba, le gustaba hacer enfurecer al de Piscis y cada vez que esquivaba las rosas del peli celeste este atacaba con más furia todavía.

 

Shun no deseaba emprender de nueva cuenta el ascenso, porque no le quedaría de otra sino regresar a las cercanías del templo de Athena donde seguramente estarían aguardándole su hermano y Hyoga, no quería verlos.

No hablaría con ellos hasta que arreglaran sus diferencias de una manera que no incluyera caerse a golpes cada dos por tres.

 Se centro en la pelea bruscamente cuando vio a Aphrodite caer al suelo.

Se arrodillo junto al caballero de Piscis, que al parecer había quedado desmayado por el golpe.

Posando al conejito en el suelo…

_ ¡Aphrodite!- llamo a la vez que intentaba hacerlo que reaccionara, con cuidado de no moverlo si es que acaso se había lastimado el cuello.

Ante el, el caballero de Cáncer se mostraba impertérrito, Shun no comprendía a ese caballero en particular, le causaba inquietud. ¿Cómo podía ser tan cruel y despiadado con las demás personas?

_ ¡¿Vas a quedarte allí parado?! ¡Esta herido por tu culpa!- las esmeraldas de Shun se clavaron en el caballero de Cáncer, el no le tenia miedo, si era necesario pelearía con el caballero. Por mas inquietante que fuera la sola presencia del caballero dorado de Cáncer, el también era un caballero de Athena que había tenido que afrontar muchas dificultades.

 

 

No tenia planes particulares cuando se dirigía a la salida posterior de su templo, una caminata no le haría mal para despejar la mente, ya que el entrenamiento del día se había suspendido por lo que el denominaba “razones estúpidas” no hacia falta que estuvieran presentes los 12 caballeros dorados para poder tener un entrenamiento como se necesita, esas eran simpes excusas que se habían buscado los demás para justificar su pereza.

Fue cuando su vista se centro en dos personas que venían bajando las escaleras, de nuevo ese niño, el caballero de Andrómeda. No se explicaba porque demonios ese chico causaba tantos estragos en el, tan de repente. Si las veces anteriores que lo había visto no se había estado comportando como idiota o pensando como idiota, era algo que no se podía permitir, un desperdicio de energía y una posible debilidad si es que dejaba que aquello se apoderara de el.

Le molesto sobremanera verlos juntos… no sabia exactamente porque le molestaba tanto… no sabia siquiera que demonios era lo que le provocaba molestia, eso no era asunto suyo.

Más bien debería mirarlos con indiferencia y reírse internamente de que los dos parecían mujeres.  Con semejantes rostros podían hacer que cualquiera se confundiera… “dos muñecas de porcelana”.

Opto por actuar como siempre lo hacia… molestando a uno de los dos, sabia que era mas viable que lograra molestar al de Piscis, de esa manera enmascaraba lo que sea que le estuviera pasando y de paso pasaba un rato interesante, después de todo… ¿Quién necesitaba los entrenamientos para tener una buena pelea?

Lo cierto es que le vinieron caídos del cielo, porque con quien mas disfrutaba pelear en los entrenamientos era con el caballero de Piscis, a diferencia de los demás, el de Piscis no se contenía en grado alguno, peleaba en serio a pesar de que fuera un entrenamiento y a opinión de Deathmask todos deberían hacerlo de esa manera.

 

No sabia porque le gustaba tanto hacer rabiar al de Piscis, a pesar de su apariencia externa era una verdadera fiera… por mas que se llevara bien con todos los demás caballeros dorados, debajo de toda esa belleza y esa amabilidad se escondía una verdadera fiera que solo podía ser atisbada por momentos. Los demás caballeros habían aprendido a ignorarle y no era divertido buscarles pelea cuando sabia que ninguno iba a picar el anzuelo, sin embargo al de Piscis… no tenia que esforzarse demasiado para que el chico quisiera convertirlo en colador… siempre usaba sus rosas negras en las peleas que tenían…

Sabía que de alcanzarle una sola rosa de aquellas en un momento de distracción seria un serio problema… pero… ¿Quién podía divertirse sin riesgos?

Sin embargo… cuando lo vio tendido en el suelo… supo que había llegado demasiado lejos, además… ¡Mierda! Su cabeza era un verdadero hervidero. Ese condenado niño que conseguía afectarlo de una manera que no terminaba de entender del todo, lo único que sabía es que no lo quería cerca.

Sin embargo el tiempo apremiaba, el chico tenía razón, su intensión era divertirse un poco, nunca quiso que acabara como acabo.

 

 

El primer instinto del peli verde fue retroceder cuando vio como el caballero dorado de Cáncer se acercaba a ellos, pero sin embargo el hombre se limito a levantar a Aphrodite en silencio.

_ Sera mejor empezar a subir- dijo, sin dirigirle una mirada.

Shun no dijo nada, se limito a recoger al animalito del suelo.

 

 

A la vez que ellos iban bajando, Shun iba subiendo… Y no estaba solo.

Venia con Deathmask el cual estaba cargando a Aphrodite.

_ Shun- Ikki se le cruza en el camino.

_ No quiero discutir ahora. Si los dos van a seguir peleando… simplemente no lo hagan cuando yo pueda verlos- dijo, para continuar subiendo.

Ikki suspiro… eso era todo lo que iba a obtener de su hermano por esos momentos.

Hyoga no dijo nada, ni intento acercarse al peli verde, sabia que Shun no los perdonaría así de fácil. Solo había querido confirmarlo.

Y la respuesta que le había dado a Ikki, se lo había terminado de decir todo.

 

 

En la casa de Tauro, Aldebarán estaba sirviendo dos platos de Hummus. Uno para el, y el otro para Mu.

_ ¿Cómo te fue en la misión?- pregunto el de Tauro, comenzando con su plato.

_ Fue conforme- respondió el de Aries comenzando su plato.- Te quedo muy bueno- le dijo.

Aldebarán le regalo una sonrisa.

_ ¿Qué ha pasado mientras me fui?- pregunto el de Aries- ¿Cómo se porto Kiki?

_ Como siempre, es un verdadero ángel. Hasta me ayuda a lavar los platos después de la cena. Se toma muy en serio eso de cuidar el templo de Aries mientras no estas… si pasa algo raro en el Santuario, pero para que me entiendas tendrías que ver a Shun.

_ ¿A Shun?-pregunto Mu, sin entender a su amigo.

_ Si, te juro que no se que es lo que pasa con el chico, a donde vaya consigue que la gente lo vea, de cierta manera es como si fuera Aphrodite. ¿Recuerdas cuando Aphrodite llego al Santuario?- dijo Aldebarán con una sonrisa

_ Si, ¿Cómo olvidarlo? El Patriarca tuvo que salir el mismo a recibirlo para poder poner orden, todo el que pasara cerca se ofrecía a mostrarle el Santuario en un intento de coquetearle… y había unos cuantos que se creían que el era una chica- dijo Mu, conteniendo las ganas de reírse al recordarlo.

_ Bueno, todos los benditos caballeros de este Santuario no pueden dejar de mirarlo… creo que el chico no se da cuenta en lo mas mínimo.- dijo Aldebarán.

_ ¿Qué pensaste tu cuando lo viste?- pregunto Mu.

_ Que era hermoso. Como un ángel caído del cielo. Pero no como si fuera a saltarle encima.- dijo el de Tauro. Mu frunció el entrecejo.

Aldebarán rio, para luego continuar con su comida, la entrada era Hummus, el plato fuerte era Moussaka y el postre era tarta de sémola y almendra.

No había escatimado en nada para el regreso de su mejor amigo, la tarta de sémola y almendras la había hecho por la mañana.

Sabía que era una de las favoritas de Mu.

 

 

 

Había perdido la cuenta de los días que había pasado en el templo de Acuario cuidando de Camus, pero no había manera de que se fuera. Porque sabía que Camus lo necesitaba, no iba a abandonarle.

Iba a ser fuerte. Por su amor tenia que ser fuerte.

No había creído posible que Camus regresara a su lado luego de morir congelado…pero Athena lo había traído de vuelta, el resto dependía de Camus. Y tenia entera confianza en que conseguiría abrir los ojos. Conseguiría regresar para estar a su lado.

 

 

Después del largo ascenso finalmente llegaron al templo de Piscis.

Shun permanecía silencioso, el caballero de cáncer dejo a Aphrodite sobre la cama… y se disponía a irse.

_ ¿Por qué molestas a Aphrodite?-pregunto, había reunido el valor necesario para hacer esa pregunta.

_ Porque es divertido- dijo el caballero- No tengo porque darte explicaciones.

_ ¿Por qué decidiste subir las escaleras y traerlo a su templo?-pregunto Shun.

_ No iba a tenerlo en mi templo-fue la respuesta.- Cuando se despertara iba a querer seguir peleando.

_ Algo te molesto hoy al vernos juntos-no era una pregunta, era una afirmación.- Aphrodite solamente es mi amigo.

_ No entiendo porque demonios me dices esto mocoso, si no tienes nada importante que hacer, los demás si apreciamos nuestro tiempo. Me jodieron el entrenamiento de hoy. Solo buscaba un poco de diversión.-dijo el caballero de cáncer a la vez que abandonaba la habitación cerrando la puerta de un portazo.

Suspiro, no comprendía del todo la actitud del caballero de cáncer… aunque si se había dado cuenta de su molestia, no estaba muy seguro de cual era el motivo… solo esperaba que el caballero no pasara a guardarle rencor de alguna manera…

Se centro en atenderle las heridas al peli celeste, en algo había tenido razón Deathmask. Y es que si Aphrodite hubiese despertado y estuviese en el templo del de Cáncer, lo primero que haría, seria continuar con la pelea.

A pesar de esa apariencia, el caballero no tenía un carácter dócil.

 

 

 

_ ¿Qué es lo que estas haciendo?-una voz a sus espaldas logro sobresaltarle y casi deja caer su carga.

_ ¡Shaka! ¡No me asustes así!- el caballero de Capricornio a duras penas y recuperaba el aliento, ahora se sentía avergonzado de haber reaccionado de esa manera, ante el estaba Shaka, con sus cabellos rubios resplandeciendo a la luz del sol y sus ojos cerrados como siempre. Más de uno en el Santuario, incluido el mismo. Se preguntaban como demonios se las arreglaba para saber por donde iba.

Para sorpresa del de Capricornio, Shaka se rio. Y es que casi nunca cambiaba la expresión.

_ No era mi intensión asustarte- dijo el rubio-Solo quería saber porque no estabas descansando.

_ Es que quería poner orden en mi templo-dijo el de Capricornio simplemente.

_ Bueno, te ayudo. Después de todo no tenemos gran cosa que hacer en unos días.- dijo Shaka.

_ Gracias, pero no tienes que molestarte.- repuso Shura.

_ No es molestia- fue la respuesta del rubio, que de paso le quito una de las cajas que llevaba y empezó el ascenso.

Shura se encogió de hombros y emprendió el ascenso detrás del rubio. Esa faceta no se la había visto antes. Y pensó que le agradaba.

 

 

 

 

Ya había pasado la semana de descanso, los caballeros de bronce se habían mudado al templo de su maestro asignado, y en caso de Shun, ese era el templo de Virgo.

 

_ ¿Cómo fue que nos seleccionaron?- pregunto Shun, le causaba curiosidad.

_ Principalmente fue después de estudiar el carácter de cada uno… dime… ¿Te imaginas a tu hermano en mi posición?

_ Ni en un millón de años-contesto Shun sin siquiera pensarlo.

Y ambos caballeros rieron.

_ Un aspirante a la armadura de Virgo, debe tener ciertas cualidades especiales que no es fácil encontrar en un caballero común y corriente.- dijo Shaka- Todos los caballeros dorados tienen cualidades especiales, que sumados a su cosmo y su fuerza les hacen merecedores de sus armaduras. En caso de Virgo… las técnicas están más enfocadas en atacar los cinco sentidos y el espíritu del oponente. Eso es algo que solo se logra cuando la persona tiene un alto nivel de meditación.

Shun escuchaba atentamente. Cuando habían tenido que pasar a través de las 12 casas, Shaka no los había atacado de manera violenta, si les había causado dolor y desesperación al quitarles los sentidos. Su técnica estaba meramente basada en el cosmos y en el poder mental.

 

 

 

_ Quiero saber si ya tienes una respuesta para mi, Athena- la voz vino de improviso, cuando ella se encontraba a solas en su cámara. Sabia de quien se trataba, de hecho lo estaba esperando.

_ La respuesta sigue siendo la misma- dijo ella, firmemente.

_ ¿Te seguirás negando en presencia de tus caballeros, Athena?- la voz sonaba burlona.

Frente a ella, en medio de la oscuridad, aparecieron dos figuras…

La primera, fue la de un rubio, su rostro le parecía ligeramente familiar, al parecer carecía de cejas, le recordaba a Mu… y en el fondo de su mente sabia su nombre, de alguna forma extraña. Sabía que ese caballero se llamaba Shion.

Y a su lado, estaba Aioros.

_ Diles, frente a frente, que los dejaras en el Inframundo, Athena.

_ Eres un maldito cobarde- dijo ella. Furiosa como casi nunca se ponía.

_ Que lenguaje…- se burlo el Dios, para luego añadir- No te estoy pidiendo nada, de hecho te lo estoy exigiendo. Pero piénsalo, a cambio de un caballero puedes recuperar a dos de ellos.

_ ¿Cuál es tu maldito interés precisamente en ese caballero?- dijo Athena.

_ No es algo que tenga que decirte.- dijo el dios- No tengo toda la noche, toma tu decisión antes de que se me acabe la paciencia. Entonces puede que todos sufran más de lo esperado.

_ No me asustan tus amenazas, Hades- repuso Athena.

_ Que conste que te lo advertí- dijo Hades, su presencia desvaneciéndose… pero las almas que estaban ante ella, permanecieron en la estancia…

Athena se acerco… en busca de respuestas… no eran ilusiones, eran sus almas, ella de solo desearlo podía regresarlos a la vida.

¿Por qué Hades…?

La comprensión la golpeo.

En el momento en que ella reviviera a sus caballeros, Hade aprovecharía su distracción, el momento en que su cosmo se debilitara, para acceder al Santuario y apoderarse de Shun… pero…

¿Qué haría?

Tenia que asegurarse de ganarle la partida al Dios de la Muerte.

Su mente trabajaba frenética. ¿Qué haría para mantener a Shun a salvo del dios de la muerte y recuperar a sus caballeros?

Hades tenía razón en algo, mirando de frente a sus caballeros, no podía simplemente abandonarlos y hacerles regresar al inframundo.

Por lo que, a sabiendas de los riesgos concentro su energía, su cosmo crecía llenando la cámara, lo concentro. Para traerlos de regreso.

 

 

 

Se sintió en todo el Santuario, repentinamente los caballeros dejaron lo que hacían… la razón… el cosmo de Athena se elevaba.

Los primeros en acudir a ella a toda la velocidad posible fueron los caballeros dorados y sus discípulos.

Al llegar a la cámara de Athena…

Ella estaba arrodillada, con las manos apoyadas en el suelo. Su cabello le cubría el rostro y ante ella, estaban dos caballeros tendidos.

Mu y Dohko se quedaron inmóviles.

¿Cómo había conseguido traerlos de vuelta?

Seiya sin embargo, se había ido directamente por Athena.

_ ¡Saori! ¿Estas bien?- se arrodillo junto a ella.

_ Si Seiya, estoy bien.- se incorporo con algo de trabajo.

Observando a los presentes. Se alivio cuando se percato de que Shun se encontraba entre ellos.

Observo a sus caballeros. Aioria se encontraba arrodillado junto a su hermano, sin poder creérselo. Mu se acercaba lentamente a la otra figura. No podía creérselo.

Su maestro, Shion.

Era obvio que reinaba la curiosidad entre sus caballeros.

Quienes la miraban expectantes esperando a que comenzara a hablar.

_ Hades ha estado en el Santuario- fue lo que repuso ella- Quiero reforzar la seguridad. Necesito que todos ustedes se encuentren alerta.- al decir esto su mirada se poso en Shaka, en Dohko, y en Ikki.

_ Al día siguiente creo que podremos ponernos de acuerdo en eso. Necesito que todos los demás se vayan a dormir. Creo que por hoy ya no tenemos que preocuparnos. Shun, por esta noche te quedaras en el templo de Libra.

El peli verde no dijo nada, pero aquello lo sorprendió un poco.

Shiryu comprendiendo a su maestro a raíz de su mirada, se acerco a su amigo y juntos emprendieron el camino de vuelta a la casa de Libra. Cuando se perdieron de vista.

_ Ikki, Shaka, necesito que se queden porque hay algo importante que tengo que discutir con ustedes- dijo.

Los mencionados se quedaron y los demás terminaron de marcharse.

Athena para esos momentos se había sentado en su silla. Los tres caballeros ante ella y a un lado seguían tendidos Shion y Aioros.

Ikki permanecía con los brazos cruzados.

_ Hades vino a mi templo esta noche con un propósito. Quiere a Shun. Me ofreció devolverme a Aioros y a Shion a cambio de que le entregase a Shun.

Ikki cerró los puños con fuerza y su mirada llameo.

_ Sobre mi cadáver.- aseguro.

A nadie le cavia ninguna duda de que cumpliría sus palabras.

_ Aquí todos compartimos esa opinión.- corto Shaka- ¿Algún motivo en particular por el cual se mantenga oculto a los demás?

_ No quiero que algunos cometan acciones impulsivas- dijo Athena.

_ El problema es que… existe una regla entre los dioses que podrían complicarlo todo.- dijo Athena.- Los dioses como seres superiores a los humanos pueden disponer de ellos como se les antoje. Aunque hay ciertos límites que la mayoría de ellos respetan. Y Shun no es cualquier humano, es mi caballero. La única restricción de peso es el matrimonio o el compromiso.

Los presentes la miraban… en completo silencio.

Dohko y Athena parecían ser los que llevaban la delantera. Ikki y Shaka permanecían silenciosos en el lugar. Esperando que se les preguntara algo o se dirigieran directamente a ellos.

_ El único problema es que Shun no esta saliendo con nadie, al menos que se sepa.- dijo Dohko- Además incluso aunque estuviera saliendo con alguien, esto es algo delicado de pedir.

_ Estoy segura que de existir el amor verdadero, se hace cualquier cosa por mantenerlo.- dijo Athena. –Aunque en este caso tenemos que encontrar la manera de proteger a Shun. Se que muchos están dispuestos a pelear por mantenerle a salvo. Pero esa no es precisamente la solución. No quiero una guerra santa. La opción más sutil seria la que estoy proponiendo.

_ Tendríamos que informar a Shun de lo que esta pasando- dijo Shaka- No hay manera de que acepte a menos que sepa el porque.

_ Es verdad- añadió el caballero fénix, concordando con el rubio.

_ No se cual es la razón de que Hades no se haya llevado a Shun.- dijo Dohko.

Ikki estaba serio y callado, miraba a Athena muy seriamente, casi que con desafío. Se notaba que estaba sospechando algo.

_ Lo bueno es que no se lo ha llevado- dijo Dohko- Hades no es ningún tonto, no se lo habrá llevado aun, pero algo estará tramando. Creo que lo más prudente es… No dejar solo a Shun en ningún momento. Y mantener algo vigilados a Shion y Aioros. Yo me ofrezco a vigilar a Shion.- con esto miro al rubio que seguía tendido junto a Aioros.

_ No podemos confiarnos. Por eso no podemos dejarlo solo- dijo Athena- Aunque no puede permanecer siempre en mi compañía.

_ Mi hermano no es idiota y sospecharía- dijo Ikki.

_ Entonces no hay mas opción, tenemos que decírselo- dijo Shaka.- Shun no es ningún niño y podrá soportarlo. Contrario a lo que puedan pensar o sentir. El es muy fuerte.

Las palabras llenas de determinación del rubio, en un tono que no era digno de el, terminaron de convencer a los presentes de que el rubio tenia razón.

 

 

 

Una risa resonaba en las profundidades del Inframundo, una risa llena de júbilo, porque finalmente habían caído en la trampa. Esa tonta de Athena siempre se tenia demasiada confianza, pero esta vez el había ganado.

¿Qué eran dos almas comparados a su nuevo cuerpo?

Nada.

 

 

En el templo de Libra, un peli verde dormía profundamente. En la cama junto a la suya dormía Shiryu… de espaldas a su amigo, era por eso que no podía ver el resplandor de aquel collar que Shun llevaba al cuello. Resplandor que se iba extendiendo a todas las partes del cuerpo del peli verde.

La luz se extendía… amplificando el cosmo de Shun en oleadas muy pequeñas para ser percibidas.

 

 

 

De nuevo el mismo recorrido, sabía que estaba soñando pero no dejaba de aterrarle. Noche tras noche tenia que ver ese lugar tan aterrador y bañado de miseria, lugar a donde nadie merecía ir. No había un lugar en todo ese infierno que mereciera ser exceptuado… seguía soñando con ese recorrido todas las noches… pero al menos no volvía a ver esas imágenes inquietantes. No volvía a ver su cuerpo cubierto de sangre… fue cuando llego a lo que era una especie de muro, un muro enorme e impenetrable, lo sabia muy bien. Pero por alguna razón se abrió para el en ese momento. Y detrás de el, el lugar mas hermoso de la tierra se hacia presente, es mas, ese sitio no podía encontrarse en la tierra.

Era demasiado perfecto. Ese lugar… ese era el lugar que encajaba con cosmo energía como la de Athena o la de Shaka.

Le causaba un increíble anhelo. Como si conociera ese lugar desde antes. Mucho antes.

No entendía nada, ni sus sensaciones, ni sus pensamientos.

Ese lugar era tan diferente a ese infierno que se había visto obligado a contemplar con anterioridad…

Estos son los Campos Elíseos, lugar donde las almas puras descansan… pero cada 20 años, la cantidad de almas puras va disminuyendo. Los humanos se hacen violentos, descarados… criaturas que solo merecen ser enviadas a la eterna miseria.

_ ¿Quién eres?- pregunto el peli verde mirando a su alrededor.

Soy un Dios, no es necesario que sepas mi nombre aun. Te he mostrado el lugar donde acaba casi la totalidad de la humanidad al morir, se llama Inframundo.

_ ¡NO!- la desesperación le invadió, las personas no se merecían terminar en ese lugar, luchaba por evitarlo todos los días. Si de todas maneras las personas sufrían… entonces… ¿Por qué seguía luchando?

Veo que comienzas a comprender mi punto de vista. Ustedes los caballeros de Athena, incluso la misma Athena, solo viven para sacrificarse por la humanidad, ponen en riesgo sus vidas, día tras día. Dejan de tener una vida común y corriente exenta de las responsabilidades con las que lidian desde tan temprana edad, siempre pensando. “Esto es por el bien del mundo”. Cuando en realidad el mundo ni siquiera esta consciente de lo que hacen por el. Ni siquiera comprende que hay poderes que escapan de su alcance por mucho. Irrespetan a los Dioses.

_ Aun así, en el mundo hay personas buenas, que no merecen acabar allí.- dijo el peli verde, intentando que aquellas palabras no le convencieran.

 Por supuesto que quedan personas buenas en el mundo pequeño… nunca he dicho que todos sean malos. Pero aquellos que todavía poseen un alma pura, sufren en este mundo. Las almas corrompidas acechan a las almas puras hasta convertirlas en nuevas almas corrompidas. Y al final cuando mueren hay un solo final para todos ellos. El Inframundo. A este paso todas las almas del mundo vendrán al Inframundo.

_ Para eso estamos nosotros, los caballeros de Athena. Para impedir que el mal se apodere de la Tierra.- dijo el peli verde con mucha convicción de sus palabras.

Estas tan equivocado, no quiero que te des cuenta de la peor manera, quiero evitarlo a toda costa.

En ese momento muchas imágenes pasaron por su mente, guerras, catástrofes, inundaciones, actos violentos, revueltas, manifestaciones, tiroteos, peleas callejeras. Asesinatos. Violaciones.

_ ¡Basta!- el peli verde le grito, no soportaba mas.

¿Te gustaría cambiar eso?

_ Más que nada-admitió el peli verde. No sabía quien era el que estaba hablando, no sabia que era lo que quería de él, tenia miedo de esas imágenes, de esos sueños. Sabía que no había manera de librarse de ellos. Porque ocurría mientras dormía, y por más que luchara no podría mantenerse despierto eternamente.

Eres una de las pocas almas puras que restan en la Tierra, las cuales tienen derecho a los Campos Elíseos. No quiero que tu alma se corrompa. Estas peleando inútilmente, manchando tus manos de sangre… dime Shun ¿Sientes remordimiento por todas las muertes y el dolor que has causado?

Shun no dijo nada. Pero era obvio que lo deseaba… sabia que esa entidad podía leerlo todo de el. No había manera de que abandonara a Saori y a sus amigos, a su hermano… y a su maestro. Pertenecía al Santuario.

¿No te gustaría salvar a aquellos que merecen ir a los Campos Elíseos? Lo que te mostré no es mentira, en este mundo tan podrido, todos aquellos que merecen ir a los Campos Elíseos cada vez son más escasos… y sufren más. Tú tienes a tus amigos… ¿Ellos que tienen? ¿Los dejaras por su cuenta cuando tienes la oportunidad para salvarlos?

Había conseguido captar su atención, sin embargo…

_ ¿Cómo se que no eres tu quien quiere causar daño?- pregunto el peli verde, mirando a su alrededor en ese hermoso paisaje. Pero no podía confiarse, debía mantener la guardia siempre.

Una figura se materializo ante el, era un hombre de cabello negro y liso, piel pálida y expresivos ojos grises… tenia puesta una armadura gris oscuro… y su sola presencia irradiaba tanta fortaleza… no había duda de que era un Dios, porque causaba una sensación parecida a la que causaba Saori, al menos en intensidad. Porque la energía de Saori era dulce, cargada de ternura. La de este hombre estaba cargada de fuerza. Y una frialdad que podía congelar al más valiente.

Hasta ahora he estado hablándote sin mostrarme ante ti. Pero ya es tiempo de que lo haga. Soy un Dios en efecto. Mi nombre es Hades. Soy aquel que esta destinado a morar el Inframundo por siempre. Contemplando el sufrimiento eterno de las almas. Estoy cansado de contemplar la decadencia. ¿Quieres salvar a esas almas?

Si, quería… pero…

Hades, extendió su mano, esperándole.

Ya había visto suficiente, todas esas noches que su sueño se repetía. Tomando la mano del Dios en medio de su sueño.

 

 

En medio de la oscuridad en la casa de Libra. Nadie se percato de algo extraño, todo el Santuario dormía profundamente. Un peli verde se estaba desvaneciendo en medio de su cama. Era similar a ver la arena siendo arrastrada por el viento. Nadie podía verlo y nadie podía evitarlo.

Quizá era mejor de esa manera, que nadie pudiera ver como se desvanecía. Porque ni la misma Athena, hubiera podido salvarlo.

Caía directamente a un lugar del cual no era tan fácil escapar.

La suerte estaba echada, el destino había comenzado a moverse, sus engranes funcionaban a las mil maravillas, como si recién hubieran iniciado la marcha. Todo estaba conectado y todo tenía un propósito…

¿Cuál era el propósito de esto?

Quien sabe. Quizá pronto se muestre una respuesta.

 

 

Notas finales:

Lo que falta saber es que les parecio... 

como le ira a Shun en el Inframundo? Conseguiran salvarlo ?

matta ne

atte:Cyss


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).