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¡Cuidado cachorritos, familia numerosa! por Cherry Cheshire

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Notas del capitulo:

¡Aquí el 2º capítulo!

No sé cuanta gente española me lo estará leyendo pero si hay alguien me gustaría dedicarlo por esa 2º eurocopa que ganamos anoche :D, bueno y también al resto de personas que me léeis y dejáis fantásticos reviews

¡Gracias a todo el mundo!

La noticia de un embarazo siempre era motivo de alegría y fiesta, aunque si eras un celoso de mamá como les pasaba a los trillizos o la posible idea de que este embarazo fuera múltiple te aterraba como a Kiba, la cosa cambiaba. Agarrando a Sakura de la bata por arriba y por abajo, Kiba y sus tres hijos la miraron con caras de pánico.

 

-¡¿Seguro?!

-Bueno, tendré que hacerte una analítica más, pero yo apostaría que sí. Venga chicos, alegrad esas caras ¡vais a ser familia numerosa!

-¿Más todavía?—preguntó Kiba medio desolado.

-¡Sakura-sama se tiene que estar equivocando!

-¡Mamá ya nos tiene a nosotros!

-¡Y no hemos visto ninguna cigüeña volar sobre Konoha!

 

Los trillizos protestaban a pleno pulmón, la idea de compartir a sus padres no les hacía mucha gracia, y lo de la cigüeña venía al cuento que su tía Hana les contó sobre como venían los niños al mundo, traídos por blancas cigüeñas, básicamente porque aún eran demasiado pequeños para saber “el modo original”.

 

-Oh vamos. Id y en lugar de estar aquí dándome a mí la brasa ir a contarle la noticia al padre de la futura criatura, que estoy segura que a él sí le hará ilusión.

-¡Claro que vamos a hablar con él! ¡De ésta no se libra!—exclamaron a coro los cuatro y al unísono.

 

Saliendo de la consulta en tropel, la pelirrosa oye a  Kiba gritarle: “¡Y haz esas dichosas comprobaciones!”, una gota resbaló por su frente.

 

-Si te necesito para poder hacerlas Inuzuka bobo.

 

Corriendo por las calles de Konoha, Kiba era seguido muy de cerca por sus tres hijos en busca de Shino. Claro estaba que el mayor quería arrancarle la cabeza y los testículos, los niños simplemente protestarle.

 

Mientras, Shino se encontraba en la residencia de la familia Aburame, discutiendo unos asuntos con los suyos antes de que en una semana partiera con algunos de misión.

 

-Si tomamos esta ruta tardaremos dos días menos, nos exponemos al riesgo de pasar por tierra de bandidos, pero no creo que supongan ningún problema.—comentó uno.

-El llevar a buen término la misión es lo principal además de nuestra seguridad. Nos defenderemos de todos los peligros y volveremos pronto a casa.—habló otro.

-Además Shino-kun dentro de un mes y medio es el cumpleaños número 6 de tus hijos, imaginamos que querrás estar presente.

-Cierto, y sí quiero estar presente. No he faltado a uno sólo de los cumpleaños de mis hijos ni tampoco a ninguna celebración importante, y este año no va a ser la excepción.—respondió Shino, el futuro líder de los Aburame levantándose de su asiento. Despidiéndose con formalidad, decidió volver a casa, con seguridad Kiba estaría preparando la comida para cuando él y sus hijos volvieran.

 

Conforme caminaba, el Aburame sonrió para sus adentros pensando en lo “perfecta ama de casa” que se había vuelto su moreno con el paso de los años. De pronto sintió el suelo temblar y vio una nube de polvo venir hacia él a toda velocidad, una sombra grande y tres más pequeñas corrían en su dirección, la gente se apartaba con presteza al verlos venir.

 

-¡Shino Aburame!

-¡Papá!

 

El hombre se quedó parado, ya sabía de sobra desde un inicio a quiénes pertenecía semejante escándalo, de golpe, Kiba y sus trillizos se abalanzaron sobre él, agarrándole de la chaqueta el adulto y los tres niños de los pantalones.

 

-¡Shino date por muerto, te castraré como a los perros!

-¡Papá ha pasado algo terrible!

-¡Se nos ha escapado ese pájaro estúpido!

-¡Papá ve y dile a Sakura-sama que se equivoca!

 

El de gafas fue asaltado por un griterío impresionante, la gente de alrededor se paraba incluso a comprobar qué pasaba con la familia. No entendía apenas palabra de todo lo que le decían, él no era persona de perder los nervios, pero también tenía un límite.

 

-¡Bueno vale ya! ¡Ya está bien!—exclamó de una voz, su familia calló. No era muy común ver al calmado hombre perder los nervios, y mucho menos que levantase la voz. Los niños se encogieron ligeramente, pero su madre no se amedrentó y volvió a la carga.

-¡Tú y yo tenemos que hablar! Y muy seriamente.

-¿Y de qué? ¿A qué viene este follón que traéis montado?

-¿¡Qué a qué!?—ruge Kiba yendo a agarrarle por el cuello, pero Shino le apresa las manos—¡Viene a que me has preñado de nuevo! ¡Estoy embarazado otra vez!

 

El silencio se apoderó de la calle, incluso un matojo del desierto pasó arrastrado por el aire; Shino se había quedado estático las gafas le resbalaron por la nariz dejando medio visibles sus ojos de oro.

 

-¿Estás de coña no?—preguntó como la primera vez.

-¡Noooo!—aulló Kiba con desconsuelo, también igual que la primera vez.

 

Y alrededor, la gente de Konoha estalló en vítores y aplausos rodeando a la pareja. Nuevamente, el más coreado fue Shino, según los hombres volvía a hacer honor a su título de “Semental por excelencia”; las mujeres fueron derechas a por Kiba para felicitarle como locas a él y a los trillizos por la “nueva adquisición”. Kiba se llevaba las manos a la cabeza y Shino seguía estático.

 

Cuando por fin consiguieron librarse de la multitud y llegar a casa la noticia ya había corrido como la pólvora. Ya en la privacidad del hogar, la familia se sentó a la mesa para comer, y Shino rompió el hielo.

 

-¿Entonces, es seguro?

-Sakura dice que tiene que hacer un último análisis, pero que apostaría porque sí.

-Ya veo, entonces—dice agarrando a Kiba de un brazo y tirando de él le da un beso—¿dónde está el problema con que me vayas a hacer padre de nuevo?

-¿Hace falta que te conteste? Ya somos familia numerosa, y me da pánico pensar en que sea embarazo múltiple otra vez.

-Nadie dice que vaya a serlo. Anda, no seas fatalista y mejora esa cara—le acaricia la mejilla—y vosotros tres también, que vais a tener alguien más con quién jugar.

-...........

 

Los niños no respondieron, se mantuvieron callados y masticando su comida, sabían que su padre estaba la mar de contento con la noticia y que incluso ahora su madre estaba más relajado, pero ellos tres seguían sin ver la situación. El resto de la comida los dos adultos se la pasaron hablando del nuevo embarazo y de que necesitaban otro cuarto, planes, planes y más planes; terminaron y se fueron a su habitación, no sin antes recoger sus platos e ir a lavarse los dientes. Kiba notó sus estados y decidió ir tras ellos. Tocó a la puerta de su habitación y los niños le dieron paso, estaban tirados en sus camas jugueteando con algunos muñecos con cierta desgana.

 

-¿Qué os pasa fierecillas?—preguntó Kiba tomando asiento en una de las camas.

-Nada mamá...

-A mí no me engañáis, que ya nos conocemos de años. ¿Es por lo del nuevo bebé verdad?

-....

-Niños, vais a tener un hermanito o una hermanita nueva pero eso no...

-¡Sí! ¡No necesitamos un hermano nuevo!—exclamó Shiki.

-¡Eso! Estamos bien como estamos, los cinco.—le secundó Kino, Oki simplemente asintió.

-Ya sé que estamos bien, pero un bebé no cambia las cosas. Simplemente seremos uno más.

-Pero...

-Niños—los llama, ellos van hacia él, cuando los tiene a su lado los abraza—papá y yo siempre os querremos igual sin importar lo que pase. Además ahora seréis los hermanos mayores ¿no os gusta eso? Protegereis, jugareis y haréis feliz a esta nueva criatura, que seguro que os querrá a morir.

-No sé mamá...

-Bueno, aún es pronto. Pero ya veréis como os hacéis a la idea.—les dice dándoles un beso a cada uno y yéndose.

 

Los trillizos se quedan juntos en la cama.

 

-Pues yo sigo sin verlo.

-Tranquilos, Sakura-sama aún tiene que confirmarlo.

-Sí, antes de eso atraparemos a ese pajarraco entrometido.

 

-¿Se han calmado ya?

-Más o menos. Les conozco lo bastante como para decir que no les hace gracia mi nuevo embarazo. No como a ti...—gruñe Kiba. Shino esboza una media sonrisa triunfante.

-Ya se acostumbrarán. Esos celos de “madre” que tienen habrán de disminuir un poco.

-Baka. No tientes tu suerte, que lo de castrarte iba en serio. —vuelve a gruñir, Shino menea la cabeza y le envuelve en un protector abrazo.

-Sabes de sobra que no podrías hacerme eso.

-No me hagas chantaje, que eso ya lo hacen tus tres hijos y estoy seguro de que han aprendido de ti.

-Tú decías que los tengo muy mimados; pues esta es la ocasión de que tenga que compartir mimos.

-Shino...—amenaza—cuando te pones en este plan te juegas que te eche a dormir con Akamaru.

-Sí ya...—contesta el más alto retirándose a la sala de estar y tomando asiento en el sofá. Kiba bufó, en parte que Shino consintiese tanto a sus hijos era culpa suya, por mimarlo a él más de la cuenta. Pero por mucho que lo intentara no podía negar nada a esos ojos dorados.

-Oye Shino...—empieza a decir el castaño mientras toma asiento a su lado—¿es la semana que viene cuando te vas de misión con tu familia verdad?

-Sí, así es. Y para ese momento necesito saber al 100% si es verdad que vamos a tener otro hijo; además también está el cumpleaños de Oki, Shiki y Kino.

-¿Cuánto tardarás?

-No estoy seguro, dos o tres semanas a lo sumo.

-¿Tanto?

-Es una misión importante Kiba. No podemos dejar que fracase, Naruto confía en nosotros para llevarla a buen término. Pero tranquilo—le acaricia el pelo—estaré aquí a tiempo para el cumpleaños de nuestros hijos, te lo prometo.

-Bueno, tú concéntrate en volver de una pieza. Además si vas a tardar eso que dices aún quedarán una o dos semanas hasta que llegue el día. 6 años...puff , me cuesta hacerme a la idea de que hayan crecido tan rápido cuando parece que fue ayer que ni siquiera sabían hablar.

-Tienes razón, ha pasado muy rápido. Ah, y esta tarde vamos a ir tú y yo al médico, vamos a hacer esos análisis cuanto antes.

-¡Que se las apañe Sakura!

-¿Y cómo se las va a apañar si no le has dado nada para analizar?—Kiba, se quedó parado. Estúpido Shino y su manía de dejarle mal.—¿Qué he dicho?—preguntó el Aburame cuando su pareja se levantó de un salto con el ceño fruncido y gesto cabreado.

-¡No me hables!

 

Esa tarde, la familia Aburame Inuzuka al completo puso rumbo al hospital general; aunque no pudieron dar ni tres pasos antes de que una nueva avalancha de gente se les echase encima felicitandoles y curioseando ante la nueva preñez del castaño adulto. Agarrando Shino a dos de sus hijos y Kiba al tercero, dieron un salto y se escaparon de la multitud subiéndose a los tejados.

 

-¡Ya empezamos igual que hace 6 años!—protestó Kiba corriendo por los tejados, sus tres hijos y su seme no dijeron nada.

 

Alcanzaron el edificio en tiempo récord, y se dispusieron a entrar pero en la puerta había alguien zapateando y con cara de no estar muy alegre, bueno, su cara normal.

 

-¡Sasuke!—exclama Kiba.

-Kiba, niños, Shino...—saludó el moreno, a los cuatro primeros en tono más cordial que cambió a uno más frío al dirigirse al último.

-¿Qué haces tú aquí? ¿Le pasa algo a Naruto?

-No, mi dobe está perfectamente. Yo con quiero hablar es contigo Shino.

-Mis disculpas Sasuke pero ahora mismo ando con algo de prisa y no dispongo de tiempo, si quieres espérame aquí y luego vuelvo.

-.....de acuerdo. Aquí te espero.—aceptó el Uchiha, la familia entró, pero una voz del marido del Hokage los detuvo—Y enhorabuena por tu embarazo Kiba.

-¡Aún no es fiable!—le contestaron los trillizos.

 

Pero desafortunadamente para los tres hermanos, los nuevos análisis de la pelirrosa, que hizo en conjunto con la vieja Tsunade tras que ésta también se enterase de la noticia, dieron positivo. Kiba Inuzuka, su “madre”, estaba encinta de nuevo. Tsunade, en plan de guasa, se acercó a Shino y le dio unos ligeros codazos.

 

-Veo que no queremos perder el título ¿eh campeón?

 

Mientras en una esquina, los tres niños hacían círculos en el suelo con un dedo y Kiba tenía cascaditas por ojos.

 

-Bueno, pues ahora sí que sí, felicidades a los dos futuros papás y hermanos mayores. Y nos vemos dentro de un mes Kiba para hacer la primera revisión, claro que si notas algo...

-Vendré antes, lo sé.—le contestó desganado el Inuzuka a Sakura, pues ella sería la encargada de controlarle esta vez.

-¡Pues más te vale cumplirlo!

-¡Ya lo sé! ¡Ni que fuera primerizo!

-¡Como si lo fueras! ¡Que ya nos conocemos!

-¿¡Qué insinúas!?

-¡Yo nada! ¡¿Qué te imaginas tú?!

-¡Yo no imagino, yo oigo lo que dices!

 

Shino alzó los ojos al cielo y salió de la consulta dejando allí a Kiba discutiendo con Sakura y con los tres niños todavía en estado de trance para encontrarse con Sasuke, que todavía aguardaba en la puerta.

 

-¿Y bien? ¿Es oficial?—inquirió el azabache.

-Sí, así es. Voy a ser padre otra vez.

-............—Sasuke se queda callado, Shino le observa con intriga—Felicidades pues. Pero tú me habías dicho que con tres era suficiente.

-Y era suficiente, esto ha venido como vino el primero, de chute.

-No sé si es que lo haces aposta o es que quieres humillarme.

 

Shino medio ríe, sabe que lo que le pasa al Uchiha es que nuevamente su elevadísimo ego se veía amenazado por su futura paternidad, y lo peor sería que, seguramente, la gente le revalidaría el título de “Semental por excelencia”; y esto machacaría el orgullo de macho que Sasuke tenía y que no soportaba que alguien le superase en algo, y menos en esos temas.

 

-¿Y cómo se lo han tomado tus tres fieras?—preguntó tras bufar.

-Más o menos, la idea no les ha hecho especial ilusión pero tendrán que acatarla más tarde o más temprano.

-Normal, siendo los únicos en todo. Bueno, yo me largo antes de que Kiba salga y coja ánimos tratando de chincharme con el tema; a ver si pillo a Naruto desprevenido y colgamos el cartel de “No molestar” en la puerta de la oficina.

 

Y dicho esto el azabache desparece en un “poof” de humo, Shino exhala aire por la nariz, como era de infantil a veces. Aunque lo que se le hacía raro era que el mismísimo Naruto no se hubiese presentado ya ante ellos eufórico perdido; tiempo al tiempo, él y el resto de sus amigos ya harían acto de presencia, sobre todo porque la noticia ya era fidedigna y había empezado a circular.

 

-”Esto va a ser muy duro.”—pensó el Aburame cuando sus oídos captaron a las primeras enfermeras chismeando sobre ello y saliendo del edificio.

 

Notas finales:

Jejeje nos leemos en el siguiente. Y perdón si tardo pero es que mi martirio universitario todavía no se acaba -__-

En el próx: Shino se nos va de misión y tiene una charla muy especial con sus tres hijos; además el elenco de los entrometidos amigos hace acto de presencia.

atte.-Cherry Cheshire ;)


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