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Corre Corazón. por Itachiisgod

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Notas del fanfic:

Lo escribí mientras escuchaba la respectiva canción del nombre del Fic xD Es un poco triste, pero bueno... Un Oneshot cortito, y con muchos sentimientos. Espero y sea de su agrado.

Notas del capitulo:

Aquí está la canción, para que la escuche el que no la conoce: http://www.youtube.com/watch?v=7m2zyp0vFQc&feature=relmfu

Ya sé que solo una idiota como yo seguiría subiendo one-shots cuando tiene fics por terminar. Pero ya me conocen, y todas deben saber cómo es esto de la inspiración u_u

Por el momento, disfruten de este shot :3

Disclaimer: Todos los personajes de NAruto pertenecen a Kishimoto-sensei :D

La canción es de sus respectivos productores y/o cantantes xD

 

A leer~~

     Un joven de diesciete años lloraba sin consuelo sobre la fina madera de su escritorio. Las lágrimas le cortaban las mejillas, y su respiración estaba agitada en demasía. Él lo había hecho de nuevo. Volvió a herirlo, a clavarle una daga en el alma. Otro engaño, otra espina descubierta en esa bellísima rosa. ¿Quién lo había mandado a enamorarse de un ser humano con esas características tan desagradables? Si sabía de antemano que era despreciable, que jamás había hecho algo bueno por alguien. El amor lo cegó, y no se permitió ver a aquella persona de alma oscura, desdibujándola con sus luces. ¿Era demasiado pedir que permanecieran en una llanura pintada con los colores de la felicidad durante un tiempo extenso? Era la segunda vez que lo engañaba, y que lo había descubierto. Primero, con un amigo y ahora con un completo desconocido de ojos aguamarina y cabellos rojizos. Todos fueron martirios que supo atravesar, únicamente por ser él. Porque no creo que exista otro que resista y se recupere de cosas como estas. Los duelos, las lágrimas que derramó son incontables. Pero siempre salió adelante, y una brillante sonrisa adornaba su rostro en todo momento. Aquel hombre, mayor que él, se aprovechaba de su bondad y jugaba con sus sentimientos como si fueran globos. Así de frágiles, así de coloridos. Le prometió amor eterno en un principio, e infló su corazón de promesas vacías que nunca llegaron a concretarse. Siempre era lo mismo, y terminaba perdiendo; con las fichas del teblero esparcidas por el suelo. Parecía casi de todos los días la frialdad que le daba, y el calor que sólo los amparaba cuando hacían el amor. Ojos vacíos durante las mañanas de invierno, y camas abandonadas impregnadas con la fragancia de la muerte en el verano. No importaba la estación, ni el sol, o las nubes que cubrían la totalidad el firmamento... Siempre amanecía solo.

 

     He aquí la pregunta clave: ¿Por qué permanecer al lado de una persona que no lo valora? Lo cierto es que no es una decisión simple abandonar una pareja, más cuando los sentimientos son tan fuertes, y tan llevados al extremo como lo hacía él. Lo amaba, y prefería cien años de tortura junto a él, que una eternidad sin su presencia.

 

     Se levantó del piso de cerámica helada, luego de enviar un mensaje a su mejor amiga; la cual le respondió al minuto.

 

«No puedes seguir haciéndote esto... Debes comprenderlo de una vez. Ya déjalo, no tiene sentido. No vale la pena. Tu corazón no resistirá más peso y colapsará... Escúchame esta vez.»

 

      Volvió a  romper en llanto. Era cierto, eso era lo que más le lastimaba. «¡Basta!» gritaba su órgano vital con cada latido. Y su cabeza ya se había quedado sin frases sabias para recordarle cómo debía actuar. Miró sus pálidas manos, que temblaban y recordó la cantidad infinita de veces que contempló lo mismo. Siempre era lo igual, ese hombre no tenía remedio. Lo sabía, lo entendía. ¿Pondría punto final? Se le hacía difícil. Se tomó el rostro entre las manos, y alcanzó varios de sus sedosos cabellos. Otro mensaje llegó a su celular.

 

«Y  recuerda... Lo que pasó una vez, puede que llegue a pasar dos veces. Pero lo que pasa dos veces, indudablemente sucederá una tercera.»

 

    Apretó los puños. Sí, lo haría.

 

     Con más dolor que furia, comenzó a recoger sus cosas de esa casa que no era de él. Rompió cada cuadro, cada recuerdo armado con la magia más barata que existía. El agua salada desbordaba de sus orbes. Ya no quería verlo. Lo dejaría ir. Lo arrancaría de su alma, le daba igual lo que sucediese después. Saldría adelante ¿no? Siempre lo había hecho, esto no sería diferente. Y sería feliz... Se detuvo en seco, desorbitado. La idea de la felicidad se le hacía extraña, y lejana. ¿Desprenderse de ese hombre lo acercaría un paso más a ella? Tal vez sí, pero ya lo comprobaría. Sonrió de medio lado, sin detener el llanto, y continuó con lo que hacía antes de eso.

 

     Una vez completada la labor, con cierto temor, lo llamó.

 

«—Diga—habló una monocorde voz detrás del auricular. Tardó unos segundos en juntar coraje para contestar.

—Me voy.

—¿Qué dices?

—Te vi. Te vi engañándome de nuevo.

—Yo...

—Adiós.

—¡No te atrevas a cortarme!

—¡Me tienes harto! ¡Me engañaste de nuevo! Siempre... Siempre me tratas mal... Y no lo aguantaré más. Vete de mi vida. Yo salgo de tu casa, pero tú no vuelves a buscarme. No quiero sentir más dolor. Quiero ser... Feliz. Y contigo eso no se puede.

—Sasuke...

—Adiós, Naruto. No me busques.»

 

     Finalizó la llamada, tomó sus cosas con prisa, y salió de allí.

 

     Parecía eterno el tiempo que había transcurrido hasta tomar la decisión que libraría su vida de llamas ónix que le quemaban la sangre. Su corazón ya no desbordaría, y correría con tranquilidad. Cumpliría con su función tradicional, no sería más ese signo de muerte que representaba hasta ese momento. La luz cubriría las tinieblas, encegueciéndolas.

 

«Quizás sea esta la manera de cruzarme con un camino lleno de pastizales flourescentes y flores con los colores del aorcoíris. He sufrido tanto... PERO AL FINAL, ME DA IGUAL.»

Notas finales:

¡Ojalá lo hayan disfrutado!


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