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:.:::..:::..:::..::TRAICION::..:::..:::..:::.: por Ryoko_san

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Notas del capitulo: Bueno, me pidieron una continuación para éste fic, entonces la he hecho, es un poco corta pero espero que sea de su agrado...

Por otro lado les informo que el fic de "escuche que eras un salvaje" (I ear that you were a wild ones) no lo he actualizado por queé, al igual que "El quiere ser una ella"... no sé como acabarlos Dx


Pero prometo pensar en ello...

Mientras disfrutad de ésta pequeña actualización :D
...
...
Una sonora y burlesca carcajada se extendió por todo lo ancho de aquel lugar, sus estruendosas risas provocaron la molestia de algunos y el asombro de otros, no era muy común que alguien tuviese el ánimo como para reír en un lugar como ése.




-¿Entonces el imbécil fue asesinado? –Preguntó sorprendido y reteniendo un nuevo ataque de risa malsana.



-Sí, o al menos eso es lo que me ha dicho Sasori –Contestó su compañero de mesa, mientras miraba con desagrado la masa amorfa que estaba sobre su plato y se debatía entre comerlo o mejor morir de hambre. -Lo encontrarón con un disparo en la cabeza en su casa... todos saben que fue "él" pero permanece siendo un secreto, nadie quiere que se sepa que su mayor oficial fue asesinado y que él gran narcotraficante se les escapo...



-Quien lo iba a decir –Y soltó otra larga carcajada logrando atraer la mirada reprobatoria de los vigilantes del lugar obligándolo a callarse –Así que la putita si era de fiar, je…




-¿quién? ¿Deidara? –Se entrometió una nueva voz en la plática –Si, es una puta confiable, tal vez solo tenga un poco de gonorrea –Soltó con burla mientras tomaba asiento en el comedor.






-¡No está hablando de mi, imbécil! –Gritó colérico el rubio.






-¿Pues qué hay otra puta en ésta pocilga? –Preguntó con fingida sorpresa.





-Estamos hablando del hermano de Itachi… -Murmuro venenosamente el chico de cabello blanco, observando la reacción del recién llegado.




-¡¿Del maldito hijo de puta que provoco su muerte?! –Exclamó lleno de furia y dando un fuerte golpe sobre la mesa.





El peliblanco estallo en una cruel y burda risotada -¡Eres un completo imbécil! –Le atacó entre risas, risas que fueron repentinamente silenciadas con un certero puñetazo en la boca que lo mando directo al piso.





-¡¿Qué te pasa maldito hijo de perra?! –Le gritó desde el suelo.





-¡Hoshigaki, nada de pelas! –Le reprendieron los guardias, haciendo que el mencionado se volviera a sentar, el peliblanco se levantó en completo silencio para acomodarse donde se encontraba antes de caer.





-Kisame… -Le llamó en un susurro el rubio, una vez que el tipo le prestó atención prosiguió -¿En serio, aún no lo sabes? –Le preguntó con todo el tacto posible, pues no quería ser el blanco del próximo ataque de ira por parte del tipo de perturbador color azul.




-¿Saber qué? –Le contestó áspero -¿Qué el idiota de Itachi se murió por un maldito lame culos cualquiera, bastardo y traidor?




-Te abandonó… -Dijo en un susurro ácido el peliblanco.



-Cállate HIdan –Le reprendió el rubio.



-Pero es la verdad –Se defendió el albino.






-¿Tú quieres que te ponga una putiza, verdad perra? –Le atacó Kisame –Si no supiera que a tu retorcida mente le gusta eso, seguro ya te habrá desfigurado el rostro a patadas, maldito enfermo… pero no me tientes cabrón, no sabes lo que soy capaz de hacer…






-Venga, calmaos chicos –Intervino el rubio con un aire conciliador.







-Pues kisame hizo mucho por él… –Volvió a hablar el peliblanco ante la mirada inquisidora del mayor y la nerviosa del rubio –Y ya han pasado 3 semanas y ni una puta carta le ha enviado… eso solo te hacer ver… -El peliblanco encaró a Kisame y con una sonrisa ladina terminó lo que estaba diciendo - …Patético.






-¡Ahora si hijo de puta, te destrozaré a patadas ese culo de ramera que tienes y terminarás cagando por el jodido hocico! – Y se abalanzó sobre él.








-¡No Kisame, espera, tengo que decirte algo sobre Itachi! –Y al instante detuvo su ataque y volteó a ver al ojiazul.








-¿También me vas a decir que Itachi no me ha enviado cartas desde el otro mundo? –preguntó furioso.









-Itachi no está muerto –Le dijo en un susurro.





Kisame lo miro sorprendido y luego, intempestivamente lo tomo del cuello y lo levanto del suelo, el rubio comenzó a patalear y a intentar soltarse. – ¿Así que tú crees tener las agallas para burlarte de mí, eh? Pero te voy a enseñar a respet…






-No te está mintiendo, imbécil cerebro de pez… -Dijo fastidiado el albino. –Al final él bastardo tuvo razón… su puta lo ayudo a salir de este agujero.










En shock, así estaba el mayor que ni siquiera opuso resistencia cuando los guardias lo derribaron y lo sometieron en el suelo, para después llevarlo a una celda de confinamiento.































-Dios, Dios, Oh por Dios… -Gemía sin control mientras sentía el sudor recorrerle la frente, sus lágrimas salían sin control de sus negros ojos y sus manos se aferraban a su pareja en un desesperado intento por no dejarlo ir jamás. –Ah, si… si, te amo, te amo, Oh Dios…




-¿Vaya, acaso has dejado de ser ateo? –Le preguntó divertido entre cada embestida, el otro solo lo miro divertido, para después liberar un placentero gruñido –Lo único que le agradeceré a Dios, es el haberte creado, mi amor – Le dijo para después gemir con fuerza, se había adentrado aún más en su joven amante –No llores mi amor, nunca nos volveremos a separar…










-¿Nunca? –le preguntó temeroso.








-Nunca –Le confirmó el mayor a la vez que le besaba los labios.









Recorrió con sumo cuidado el torso de su ángel, cuánto tiempo había soñado con volverlo a tener así, con sus ojos entre abiertos, su pecho agitado y sus guturales gemidos llenos de placer, lo amaba, lo amaba con locura, tanto que dolía.




Desde que había logrado salir de aquel lugar, no pensó en nada más que en su nueva vida, al lado de su hermano, recuerda cada momento vivido desde su reencuentro…















La luz del sol lo cegó, solo pudo distinguir un auto negro y escuchaba a alguien a sus espaldas hablando atropelladamente, él sentía que estaba en un mundo surrealista y que aquello era un fantástico sueño…




-… Por favor perdóname, lo hice por ambos, jamás te traicionaría, lo juro, ¡eres mi vida!





Esa voz, era él… él…



Entonces se volteó y lo vio, con su rostro desfigurado por el dolor y la culpa, sus ojos estaban clavados en el suelo y sus manos se cerraban con fuerza sobre el pasamontañas que se había quitado, temblaba.



-Sasuke… -Murmuró lentamente pero el aludido no lo miró, solo su sollozo se hizo más audible y agitado.





-Perdóname, perdóname mi amor, por favor… -Susurraba una y otra vez.




Itachi levanto la mano con la intención de acariciarle, pero las voces del interior de la cárcel le recordaron su actual situación, así pues, tomó fuertemente del brazo a su hermano menor y lo jaló en dirección al auto.





-Rápido, las llaves – Le dijo serio, ya habría tiempo para las reconciliaciones, pero ahora él tenía que volver a tener la cabeza fría de antaño y lograr sacarlos a ambos de aquel problema, él no podía permitir que Sasuke ingresara a la prisión, con lo bello que era muy probablemente sería violentado hasta la muerte. Sin embargo Sasuke estaba confuso, mientras él se sentía desfallecer con tantos sentimientos encima, su hermano parecía inmutable, quizá no le perdonaría jamás…





-Toma –Le dijo al tiempo que le entregaba un llave sin adornos ni colgante.





Itachi abrió la puerta del copiloto con premura y seguidamente arrojó a su hermano hacia adentro, luego se paso sobre el toldo y abrió la puerta del piloto, se introdujo y prendió el auto, pisando a fondo el acelerador…










La brisa del mar meciendo sus largos cabellos le anunciaban lo lejos que estaban de la ciudad y aún más lejos del centro de reclusión en el cual había vivido los últimos años de su vida, durante el camino, se limito a hablar con Sasuke solo para pedirle las indicaciones para llegar a la casa que el menor había adquirido, de ahí en fuera, el silencio fue el gran protagonista.





Ocho horas de camino fueron en total, se adentraron a una zona claramente provincial, casi rural, sin embargo agradable y cálida, siguieron un colorido camino empedrado y finalmente llegaron a una casa bastante rustica pero elegante.




-Es ahí –le indicó el pelicorto en un murmullo.
Itachi se dirigió al lugar señalado y aparco frente a ella, se bajo y se estiró, no volteó a ver a su hermano, solo escucho la puerta del copiloto abrirse y supuso que su hermano estaba descendiendo del auto, miró el inmueble, sin duda era una belleza, no era ostentosa pero si digna del buen gusto, sin duda fue el propio Sasuke quien la eligió, sonrió al pensar en eso, decidió acercarse y escucho los pasos titubeantes de su hermano tras él.




Dios 9 pasos y repentinamente sintió un peso extra en su pie derecho, volteó hacia abajo y lo vio…





-Castígame con lo que quieras, perdóname u ódiame, pero por favor no me condenes a tu indiferencia, hermano, no creo poder soportarlo –Exclamó en un susurro desgarrador, mientras lágrimas se escurrían por sus ojos –Sé que no merezco tu perdón, sé que te hice sufrir, sé que…








Y ya no pudo continuar, Itachi se había inclinado a su altura y lo estaba besando. Luego se separo un poco y habló sobre sus labios






-Te amo Sasuke –Declaro firme, mirándolo de frente –Nunca podré odiarte, nunca podré ser indiferente hacia tu persona y siempre te perdonaré…




Sasuke se abrazó a él con fuerza y aunque le hubiese gustado hablar de todas las cosas que vivieron durante el tiempo que estuvieron separados, sabía que eso no sería prudente y por la evasión permanente que Itachi hacia referente al tema, dedujo que lo mejor era dejar las cosas en donde estaban… en el pasado.
































-Un año… ha pasado un año –Murmuro con la mirada vacía mientras miraba el alba por entre los barrotes de su ventana.



-Ya deja eso por la paz, te estás haciendo daño… - Le dijo su nuevo compañero de celda.



-Déjame en paz Zetsu…



-Pero yo te…



-¡Hoshigaki! -La voz del guardia lo distrajo de sus pensamientos, salió de su celda y se dirigió hacia donde le llamaban. –Hoy tienes correspondencia. –le informó mientras le entregaba un sobre sin remitente.





Kisame se sorprendió, él no tenía familiares ni amigos, entonces…






-¿quién demonios te ha enviado eso? –Le preguntó Deidara mientras se sentaba a su lado, era la hora de visitas y por tanto los dejaban deambular por la cárcel durante ese tiempo.



-No lo sé… -Contesto, tenía la esperanza, solo una pequeña esperanza de que fuera de él…



-Pues ¿Qué esperas para abrirla, mierda?



-Qué bien jodes, Hidan… -murmuro enojado Kiasame.
Pero bueno, al mal tiempo darle prisa, así pues, la abrió…











Kisame



“Te escribo esto solo porque sé lo que yo representé en tu vida, no te puedo mentir, yo nunca sentí algún tipo de amor hacia ti, siempre te lo dije, si tú te ilusionaste fue por tu cuenta, yo jamás alenté tus anhelos y podría decir que lo lamento pero no es así… sin embargo, debo de aceptar que tu amistad durante mis días negros fue muy valiosa para mí.
Supongo que a estas alturas, “La rubia chismosa” ya te ha informado sobre mi destino y aunque desearía poder ser más específico en mis palabras y decirte más cosas, sabes que no puedo ya que ésta carta probablemente sea leída por los imbéciles guardias antes de dártela. Pero si te interesa, solo diré que la traición quizá sea solo una fachada, un medio para algún fin, ya sabes lo que dicen por ahí “El fin justifica los medios…” Y lo amo, lamento si te estoy dañando pero es necesario que lo sepas… lo amo y deseo que tú dejes de esperar por algo que jamás fue, ni es y mucho menos será… Cuídate. “

Adiós amigo mío.





Arrugo la hoja entre sus manos y lágrimas de impotencia salieron de sus ojos.



-Vaya, se arriesgo bastante al enviarte esa carta… es un secreto que él escapo, todo el mundo cree que está muerto, solo los altos mandos saben la verdad y lo siguen buscando a él y a su hermano… -Dijo sorprendido el rubio. –Pero… ¿Ves? Siempre valoró tu compañía… -le reconforto, después se hizo el silencio.




De repente las risas burlescas del albino rompieron el íntimo momento –Te llamó “la rubia chismosa” –Y volvió a reír con ganas… Deidara se levantó enojado y comenzaron a discutir, Kisame los miro y una pequeña sonrisilla escapo de sus labios y sacudió la cabeza levemente, miró la hoja que sostenía entre sus manos y suspiro con resignación, la releyó una vez más y finalmente saco su encendedor…








…Y miro a aquel trozo de papel consumirse entre las llamas…



....

... Fin :)
Notas finales: Reviewsssss please :DD

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