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Cita con KJJ. por Cerezza

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Notas del capitulo:

Ficha.
Nombre: Untitled/ Cita con KJJ.

Autor: Cerezza.

Tipo: Fluff?

Advertencia: PG-13

Pareja: KJJxTVXQ

Año de realización: 2008

Motivo: Regalo por concurso foro.

JaeJoong despertó con la sensación que el sol estaba en lo alto, ya muy entrada la mañana. Se estiró como un gatito queriendo ser acariciado para finalmente alzar los brazos sobre su cabeza y dar un tierno bostezo que no se molestó en cubrir, pues las mantas rosas de su cama lo cubrían hasta la nariz.

 

La idea de seguir durmiendo era tentadora, pero a sabiendas que tenía cuatro hombres fuertes y en crecimiento, supo que su deber era ir a hacerles un rico desayuno para tenerlos felices y contentos en lo que requiriera que hicieran la apretada agenda de la boyband DongBangShinGi aquella semana del amor.

 

Se calzó en sus peludas pantuflas de conejo y arrastrando los pies, se metió en el baño para hacerse una rápida limpieza, previa a la ducha fortificante que tendría antes de salir camino a la compañía.

 

Le sorprendió notar que ChangMin no había dejado su ropa interior sucia botada en mitad del pasillo y fue feliz cuando no vio el patito de hule de JunSu, cerca de la tina donde graciosamente no estaban los cabellos que caían del pelechento YooChun. JaeJoong pensaba, que si seguía así, quedaría calvo en muy, muy poco tiempo.

 

Con la agradable sensación de la menta en su pequeña boca, caminó con una sonrisa bailándole en los labios hacia la cocina para comenzar a trabajar, como siempre hacía cada mañana. Seguramente YunHo le habría traído naranjas frescas de la tienda de más abajo y podría hacer un rico zumo para todos.

 

Ahogó un grito cuando vio a sus cuatro compañeros, con sendas sonrisas coquetas, mirándolo como lobos hambrientos en cuanto puso un pie dentro del sector de comida. Se sintió desnudo bajo sus miradas, aunque llevara la pijama roja de pantalón largo.

 

“Buen día chicos” saludó neutralmente, yendo robóticamente hacia el mesón de la cocina y como bien supuso, las frutas ya estaban ahí; lavadas, peladas, exprimidas y su jugo ya servido en un gran vaso adornado con una rodaja de la sabrosa naranja “¿Y esto?”

 

“Linda mañana, ¿no, JaeJoongie?” el líder se había acercado, llevando nada más que unos pantalones holgados, colgando de sus caderas casi indecentemente “Te he hecho esto que te gusta” le alcanzó el enorme recipiente, sonriéndole perturbadoramente.

 

“Gracias Yunnie-ah!” respondió algo descolocado, recibiendo lo ofrecido con manos temblorosas y probándolo sólo con la punta de su lengua “Muy rico” sonrió coqueto, girando la vista cuando le pareció que los pectorales de YunHo le hacían muecas de burla.

 

Recién dándose cuenta de lo que ocurría, casi cayó al suelo viendo la mesa llena de cosas ricas que comer, más aún con las sonrisas envidiosas de los otros tres miembros ante los gestos de victoria del segundo mayor del grupo.

 

“¡Joongie-hyung!” chilló JunSu torpemente  acercándose al mayor que aún tomaba de su jugo a pequeños sorbos. Alzó las cejas preguntando el por qué del gritó de su rubio dongsaeng, topándose con un suculento armado de panqueques que lograron hacerle agua a boca.

 

“¿Para mí?” preguntó emocionado, dejando el vaso a un costado y tomar el plato con masitas rellenas de manjar “¡JunSu-ah! ¡Qué rico!” dejó que el rubio bajito tomara entre sus largos dedos un recién horneado y lo llevara a su boca, lentamente. Medio confundido, JaeJoong recibió el gesto encogiéndose de hombros, pues aquello sólo sería una muestra de afecto del menor para su hyung.

 

“¿Te ha gustado, JaeJae?” dio unas cortas carcajadas parecidas a sonidos de delfín y el pelinegro se encontró sonriendo debido a ellas.

 

“Delicioso” alabó pidiéndole otro bocado, comiendo nuevamente de manos de Xiah “”Mmmm~~ Yummy! *-*”

 

Sonriendo suficiente, el rubio se giró al líder y alzando las cejas repetidamente le hizo saber que sus pasteles eran incluso más deliciosos que el famoso zumo recién exprimido por el mayor.

 

Poco duró su victoria, en menos de dos segundos Micky YooChun había tomado del antebrazo al cantante guía, sentándolo con suavidad sobre sus piernas y enseñarle con una mueca preciosa, los chocolates Godiva de exportación que tenían una cinta color rojo sobre el papel de envoltura transparente.

 

“Awwwww~~ Nuestros favoritos Chunnie-ah!” aplaudió unos segundos, esperando extasiado el sabor amargo que aquellos finos chocolates dejaban en su paladar y garganta. Siempre era exquisito comer uno de ellos y JaeJoong no se cansaba de pedirle una y otra vez al barítono que le convidara un par de ellos algunos días.

 

“Sí, baby” rodeando con su brazo la estrecha cintura, metió uno de los suculentos bombones entre sus sonrosados labios empujándolo lentamente, bebiendo con sed la imagen erótica que le entrego el pelinegro cuando el sabor se desperdigó por su aterciopelada boca.

 

“Me gustan mucho YooChun” comentó comiéndose otro bajo la mirada iracunda del líder y la molesta de cierto JunSu.

 

“¡No más que mis emparedados, Jae-Hyung!” interrumpió el súper momento, el menor del grupo, poniendo bajo las narices del cantante guía un plato lleno de ricos sándwich que tenían lo que cualquier persona pudiera querer probar.

 

“Ohh... ChangMin que ternuraaaaaa” sonrió JaeJoong apretándole las mejillas y sentándose a su lado, luego de abandonar a Micky y sus Godivas por los sabrosos panes que había preparado el más alto “Quiero los con pepinillos y doble queso” no bien terminó de decirlo, cuando ya lo tenía frente suyo. Un gran y humeando pancito solamente para él.

 

“¿Verdad que me ha quedado rico?” orgulloso de sí mismo, sonrió besándole una mejilla a su hyung favorito “Lo hice con mis propias manitos” le señaló las mismas con algunos cortes al haber tenido problemas con los cuchillos.

 

“Riquísimo!” atragantado como estaba, hablaba a penas “Pero...” se limpió la comisura de los labios con un pañuelo oportunamente entregado por JunSu y luego le dio un sorbo a su jugo “No es mi cumpleaños, ¿Por qué han hecho todo esto?”

 

“¿No es obvio?” preguntó el líder mirándolo desde más alejos, apoyándose en uno de los mesones de la cocina, sus caderas haciendo una curva perfecta debido al relieve.

 

“Quiero que seas mi San Valentín” dicho al unísono, JaeJoong pensó que oyó mal, pero las miradas de odio y competencia que se daban los cuatro hombres lo pusieron alerta.

 

 

 

 

 

 

                                                                                                                                                      

Luego de un ciento de peleas, jugos derramados, chocolates aplastados y manjar chorreando por las murallas, JaeJoong llegó a una conclusión que, por lo menos, dejó medianamente contentos a los muchachos: pasaría con cada uno algunos minutos disfrutando del tan amoroso día, pues... ¡Vamos! Era Kim JaeJoong, nadie debía asombrarse que porque tenía cuatro citas con los hombres más codiciados de Korea en un mismo día.

 

Se arregló infantilmente para salir con JunSu que lo esperaba feliz de la vida en el umbral de la puerta, aún sacándole la lengua a ChangMin y YunHo porque había sido el primero en tener la cita con el bello pelinegro.

 

“No nos esperen porque no volveremos” advirtió cuando tomó de la mano al más bajito que solamente se encontró sonriéndole al resto del grupo, siendo guiado por un sobre-excitado Xiah que lo llevaba bajando las escaleras como si el mundo se fuera a acabar en algunos minutos.

 

“¿Dónde vamos Junnie-ah?” cortésmente, preguntó luego de dar vueltas y vueltas por calles atestadas de gente y parejas felices de la vida demostrándose su amor en parques y locales. A los segundos comía una rica paleta con forma de corazón, JunSu aun llevándolo de la mano cuando entraron a una especie de castillo que tenía un gran cartel que leía: Fantasticland.

 

JaeJoong, curioso, vio con grandes ojos la enorme cantidad de niños menores que ellos que jugaban entretenidos a los bolos, mini-basketball, juegos de motos, tanto como de automóviles. El pelinegro se terminó su rico dulce, dispuesto a preguntarle a JunSu que iban a hacer ellos ahí en un lugar que solamente albergaba muchachos menores, que no sobrepasaban los 18 años, y ellos ya con 22.

 

“¿Listo para bailar un poquito?” preguntó con malicia entre sus gestos de niño y cuando menos lo pensó, JaeJoong se vio sobre la plataforma de un escandaloso DanceDanceRevolution, mientras las flechas de los pasos en la pantalla avanzaban con una velocidad alarmante.

 

El pelinegro olvidó por un momento el título de tieso que tenía por excelencia e intentó seguir el patrón de música que salía a borbotones de los altos parlantes. Mientras recibía muchos Miss y Boo, contrarios a los Great y Perfect del rubio bailarín, pensó que quizás salir con su dongsaeng no era mala idea. Lo corroboró después cuando iba comiendo un rico algodón de azúcar, entre besos dulces, y un globo amarillo amarrado a su delgada muñeca derecha.

 

 

 

 

Caminar junto a ChangMin era siempre difícil. Luego de su cita con Xiah JunSu, el estómago lleno de dulces y quedando algo hiperactivo por los sorprendentes juegos donde estuvieron, andaba algo mareado y no conseguía igualar su paso al del alto miembro de la banda.

 

Lo notó luego de cinco minutos, cuando hablaba hacia el lugar donde supuestamente debía encontrarse JaeJoong y solamente hallaba el especio vacío. Pensando rápido, optó por pasarle un brazo por lo hombros, cosa que utilizó JaeJoong para pegarse más a su cuerpo y acomodarse en el refugio ofrecido.

 

No tardaron en llegar a un inmenso local de pasteles, donde la dependienta saludó amablemente a ChangMin, dándoles a la par dos finos delantales de chef, conduciéndolos sonriente hacia las cocinas de la inmensa repostería, una de las más conocidas en todo Seoul.

 

El cantante guía se sonrojó un poco, viéndose entre multitud de pasteles con forma de corazón y mazapanes del mismo tipo, pero su rubor aumentó, cuando ChoiKang le ajustó el gorro alto y blanco y aprovechó para arreglar los largos cabellos negros tras sus orejas.

 

“¿Qué hacemos aquí, Minnie-ah!?” preguntó mirando entusiasmado los cientos de instrumentos de cocina y los recetarios que parecían saludarlo y decirle sin palabras: ven aquí y ocúpame.

 

“¿Qué crees que harás en una pastelería, Joongie-hyung?” sonriente el menor colocó un enorme bowl frente a él, huevos, mantequilla, azúcar y harina, esperando que el pelinegro supiera con tales acciones que era lo que podía hacer.

 

Sonrió de cuando comenzó a batir ingrediente a ingrediente cada cosa, ChangMin a su lado espiando sobre su hombro, de tanto en tanto, quitándole la molesta harina que quedaba sobre su rostro debido al entusiasmo con el cual batía.

 

JaeJoong no supo a ciencia cierta que fue lo que metió al horno, luego de una larga hora de trabajo, pero sin lugar a dudas, ChangMin dijo que lo comería sin rechistar, pues cosa que pasara por las manos de su hyung, siempre quedaba riquísimo.

 

La pelea de harina comenzó sin aviso, un suave soplido sin intención del cantante guía para que comenzaran a contraatacar cada vez con más fuerza.

 

El beso tampoco fue previsto, cuando menos lo pensó, el timbre del horno resonaba en las cocinas y él, en brazos del alto ChoiKang solamente veía como la soplada harina caía sobre ellos como nieve en pleno invierno.

 

 

 

 

YooChun reclamó cuando Jae le dijo que debía bañarse antes de salir con él. Como condición, entre el puchero del mayor, Micky solamente pidió que usará esos preciosos pantalones ajustados negros y el chalequito blanca invierno que tan bien le quedaba.

 

Sin ganas de discutir, y con muchas de divertirse y seguir con sus citas, JaeJoong asintió con la cabeza y se metió como un torbellino al baño para darse una rápida ducha que se llevara la harina pegada en su cabello por la pelea con el miembro más pequeño que seguía riendo como idiota en mitad de la sala.

 

Apareció en el salón sonriente y siempre perfecto, quedándose sorprendido por la elegante ropa y zapatos que había escogido YooChun para su día especial. Despidiéndose con la mano, abandonó el departamento por tercera vez, aún un resentido YunHo frunciendo las cejas al ser el último en tener la cita con BooJae.

 

“¿Qué tal el día, baby?” YooChun lo encantó con su ronca voz, pasándole un brazo fuerte por la cintura, pegándolo casi sin respiro a su cuerpo, estremeciéndolo también con su rico aroma.

 

“Ha sido perfecto” dijo con sinceridad JaeJoong, viéndose totalmente atontado por la originalidad que siempre irradiaba el barítono.

 

“Espero que pueda seguir el paso entonces” lo tentó sonriéndole suavemente.

 

“No dudo que lo lograrás”

 

Entraron a un alto edificio pintado de gris perla. No había carteles que dijeran que era ni que se hacía dentro, pero JaeJoong confiaba en YooChun , así que no le preocupaba mucho. Seguramente era algo tan discreto, como de bello lo que le tenía preparado.

 

“Aquí” Park abrió una enorme puerta con una llave que sacó de su bolsillo y lo hizo pasar a una sala grande y alfombrada que tenía un par de asientos y un enorme piano de cola en el centro de ella.

 

“¿Sabes a qué hemos venido?”

 

“Hazme soñar” susurró a su vez el pelinegro sentándose en uno de los asientos, mirando curioso alrededor, pensando que sala mejor para cantar no encontraría fácilmente.

 

Una mirada bastó para que Micky supiera que debía tocar. Un suspiro logró que JaeJoong se sentara junto a él. Un roce, para que ambos comenzaran a cantar al mismo tiempo y una nota mal dada para que JaeJoong ocupara sus labios, no en recitar poemas, sino que en agradecer con tibios besos al siempre romántico YooChun.

 

 

 

 

El cantante guía ya estaba cansado cuando llegó a casa y un ramo de rosas lo esperaba en cuanto abrió la puerta del departamento.

 

YooChun hizo un sonidito extraño con su boca en cuanto lo vio, pero sin querer problemas se dirigió hacia los felices hombres que aún estaban atontados porque su cita de San Valentín fue lo que siempre desearon.

 

JaeJoong quiso no hacer caso a los pétalos sobre su cama, tampoco a las rosas cerca de sus ropas, menos al varonil YunHo esperándolo ansioso sentando a los pies de su cama, pero no se atrevió a decirle a la cara que no quería salir y deseaba quedarse en casa a descansar luego de tan ajetreado día.

 

Haciendo su último esfuerzo, tomó su mano y en cuanto el líder tuvo la oportunidad, entrelazó sus dedos mientras caminaban románticamente bajo los últimos rayos de un tibio atardecer.

 

“¿BooJae?” YunHo sonaba algo indeciso, aún así consiguió hilar su pregunta a media voz.

 

“¿Qué pasa Yunnie?” le dio su mejor sonrisa aunque los párpados quisieran caer a cubrir sus negros ojos, debido al sueño.

 

“No quiero... digo, si no quieres... podemos simplemente volver” lo soltó deteniéndose en mitad de una calle desierta, hundiendo sus manos en la profundidad de sus bolsillos “Te he visto bostezar, no quisiera incomodarte trayéndote a mi cita si es que realmente no te interesa” lucía derrotado, quizás pensando en que les diría a sus compañeros si los veían volver tan temprano y un Uknow visiblemente frustrado.

 

JaeJoong se sonrojó como nunca antes había hecho y tomándolo de la mano, lo obligó a inclinarse hacia él, dándole la oportunidad de que recibiera un beso como réplica a su comentario.

 

El líder no necesitó más que eso, para recuperar las fuerzas y conducirlo a un pub bastante conocido por la música en vivo que era tocada allí. Casi no se detuvieron entre la multitud de comensales, siguieron de largo hacia las últimas habitaciones y el pelinegro ahogó un chillido excitado cuando vio a los SuperJunior K.R.Y. y una serie de músicos listos para comenzar a cantar.

 

Al principio deseó unírseles, pero en cuanto vio la mueca de contradicción aparecer en el rostro de YunHo, supo que ellos no estaban ahí para cantar, sino bailar.

 

Se le acercó tímido, rodeando con sus delgados brazos su cuello, sintiéndose toda una princesa en brazos de su príncipe encantado, cuando el líder le rodeo la estrecha cintura con los propios, pegándolo lentamente a él, para bailar con una misma armonía, bajo las tenues luces y las voces de encanto.

 

Más besos no se hicieron esperar y totalmente relajado, apoyado sobre su fuerte pecho, JaeJoong pensó que mejor San Valentín no pudo tener. Claro que no. Cerró los ojos, oyendo el hermoso tum-tum que hacía el corazón de Uknow, debido a su cercanía.

 

No supo bien cuando, pero se abandonó al tentador sueño, aún en medio de la pista de baile, aún en sus fuertes brazos.

 

 

“¡Se ha quedado dormido!”

 

“Por muy extraño que parezca así es. No es mi culpa que lo hayan dejado cansado con tanta burrada que hicieron antes”                    

 

“¡Solamente cocinamos!”

 

“Yo bailé DDR con él. Sus caderas se movían tan liiiiindo~”

 

Las cuatro citas de Kim JaeJoong se encontraban rodeando la cama de dicho pelinegro. Hablaban entre susurros sobre que tal fueron sus salidas, aún sus ojos fijos en la belleza que dormía tranquilamente en la tranquilidad de su cama.

 

“Awwww~~ Hyung es taaaan lindo” sonrió ChangMin acercándose a quitarle unos cuantos mechones que cubrían su carita sonrosada.

 

“Nyaaa~ Sí!” estuvo de acuerdo JunSu, acariciando lentamente la mano del cantante guía entre las suyas.

 

“¿Quién duerme con él ahora?” YooChun preguntó mirando a cada uno de sus compañeros, curioso.

 

“¿A la suerte?” arqueando una ceja, YunHo les enseñó la bolsita con los papelitos que tenían los números 1, 2, 3 y 4, determinando el orden por el cual regirían sus turnos para abrazar a JaeJoong y cuidar de sus sueños.

 

“¡Acepto!” dijeron los tres restantes, sacando cada uno un número que se apresuraron a ver.

 

“¡Mendigo JunSu!” reclamó Micky viendo el número 1 en manos del rubio bailarín “Siempre es primero” lo miró enojado, viéndolo meterse entre las mantas, abrazando delicadamente a JaeJoong que dejando escapar un suave suspiro, permitió ser mimado.

 

“Noooooooooooooo!” chilló el líder “Otra vez último =( ”    

Notas finales:

;)


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