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LIBERTAD PARA AMAR por cutebeast64

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Notas del fanfic:

Bueno, todos los creditos para el creador de Kimi to Boku y con eso de los hermosos gemelos sobre los que trata este fic, sin embargo, la historia es solo mía...

Notas del capitulo:

Este fic lo escribí en la temporada de Otoño del año pasado, cuando transmitieron el anime, pero no había tenido muchas ganas de subirlo, sin embargo ahora mismo he estado muy ocupada (y con poca inspiración) como para escribir, pero no quería dejar tanto tiempo sin actualizaciones en mi perfil, así que dije ¿Porqué no? Espero les guste aunque sea un poco y no se decepcionen si el resumen y el fic no se parecen...

Pocas personas pueden reconocernos, notar las pocas diferencias que existen entre nosotros y decir nuestros nombres sin equivocarse. Nuestro aspecto es el mismo, incluso nuestra voz y nuestra actitud es igual, decididos a vivir juntos nuestra vida y a compartir hasta el más nimio pensamiento. No hay momento en que estemos separados, ya sea durante las clases, las comidas, las salidas o en casa, estamos siempre uno al lado del otro; miramos la televisión, jugamos videojuegos, vamos de compras, estudiamos para los exámenes e incluso nos acostamos a dormir juntos…

Tenemos un camarote, pero siempre terminamos abrazados en la misma cama, incapaces de separarnos ni siquiera por el metro y medio que distancia un camarote del otro. A veces yo subo a su cama y me deslizo entre las sábanas para que me abrace, a veces él baja y me destapa para poder cubrirse él con las cobijas. Una vez estamos juntos en medio de las sombras de la noche y bajo las pesadas pero cálidas cobijas, zanjeamos poco a poco la distancia entre nuestros cuerpos y nos acariciamos lentamente, buscando con las manos los rasgos que no podemos ver con nuestros ojos hasta encontrar la realidad de nuestro compañero y aún sumidos en la oscuridad, fundir nuestros labios en besos que bien podrían ser fruto de nuestra imaginación, pues no hay nadie más que comparta este secreto lleno de prohibiciones.

Poco a poco nos quedamos dormidos sin soltar nuestro abrazo, manteniendo vagamente los lentos besos que cada vez se hacen más torpes pero no menos dulces hasta perder por completo nuestra conciencia en la profundidad de nuestros sueños… Sueños que nos contamos mutuamente con todos los detalles que seamos capaces de recordar al despertar a la mañana siguiente con el repetitivo sonido de la alarma que eventualmente se apagará sola… Nos volvemos a descubrir con la nueva luz de la mañana, contemplando nuestros ojos de igual color almendrado, nuestro cabello igualmente dorado y nuestra tez acanelada… Nos besamos nuevamente, esta vez de una manera infantil y sistemática, tratando de recordar la pasión que nos consumió hasta el cansancio la noche anterior sin poder hacerlo, soltamos lentamente el abrazo que no se liberó en toda la noche y nos incorporamos sobre la cama, mirando con detenimiento esta habitación llena de posters de Anime: Aquarion, Gundam, Code Geass, Star Driver… Con los insistentes llamados de nuestra madre desde el otro lado de la puerta nos levantamos cansados, mirándonos entre nosotros de la misma manera en que lo haríamos frente a un espejo, incapaces de acercarnos más por el fallido intento de recuperar la pasión que intentamos hace tan poco tiempo.

No somos capaces de intentar besarnos después de haber perdido en aquella oportunidad, pero nos es aún más difícil mantenernos alejados, por lo que nuevamente nos miramos a los ojos mientras desayunamos, encontrando una sonrisa cómplice en los labios del otro y una chispa de cariño verdadero. Caminamos hasta la escuela, tan cerca entre nosotros como podemos, buscando una oportunidad en que nadie nos vea (ni siquiera nosotros mismos) para besarnos de la misma manera en que lo hicimos en la noche, pero incluso si encontramos aquella única y sorpresiva oportunidad, lo más probable es que en vez de usarla, evadamos mutuamente nuestras miradas y sigamos adelante, haciendo conversación sobre algún tema estúpido y que nada tiene que ver con lo que pasa por nuestras mentes, en las que aún saboreamos el recuerdo de aquellos apasionantes toques y delicados besos.

No importa lo que suceda en clases; realmente nunca importa. Él duerme como siempre, oculto detrás de algún libro de texto y escudado en sus calificaciones nada reprochables, obra más de su inteligencia que de su interés, esfuerzo o constancia. Yo tomo apuntes y participo en clase, mirándolo de vez en cuando para intentar recordar la manera en que se sentía su piel debajo de mis manos y su sedoso cabello que ahora cubre la mayor parte de su rostro, entre mis dedos. El bosteza y su cabello se mueve, siguiendo las atractivas facciones de su rostro; me embeleso con su dulzura, siguiendo el camino de sus mejillas y la húmeda pronunciación de sus labios para recordar sin querer aquel dulce sabor a jugo de manzana que se deslizaba entre mis labios cuando le besé por primera vez…

Aún éramos pequeños y en verano, me enfermé tanto que no pude salir a acompañarle. Me sentía algo culpable por dejarle solo en pleno verano pero al mismo tiempo, mi corazón se hinchaba de alegría al pensar en la manera en que él debía de extrañarme, pensando en mí todo el tiempo… Quizás ahí fue cuando empecé a sospechar de mis verdaderos sentimientos, mis ojos fijos en las tablas de su camarote y mi mente volando en el recuerdo de su actitud, su mirada y su belleza…

Cuando regresó y me dijo que había conocido a un niño con cabello del color de la paja, ojos de un intenso azul cielo y que no sabía decir palabra alguna en japonés, me sentí desplazado, innecesario, como si estos sentimientos fueran incapaces de alcanzar su corazón sin importar cuánto intentara yo mostrárselos. Conforme los días pasaban, las descripciones de Yuki sobre sus travesías sin mí, incluían cada vez más a aquel niño. Me sentí celoso; tan celoso de aquel que estaba robando la atención de mi hermano y su cariño, que cuando tomaba algo de jugo de manzana y Yuki, sentado a mi lado me pidió que le dejara tomar algo, arrebatándome la cajita de entre las manos antes de que pudiese decir nada, sujetando la pajilla entre la boca para tomar largos sorbos de jugo, me erguí para alcanzarlo en el preciso instante en que soltó el pitillo y le dije aquellas firmes palabras que él de vez en cuando me recuerda con voz queda y entre risitas, mientras nos amamos dulcemente entre las sábanas y la noche…

-          Si me lo quitas, entonces yo lo recuperaré de tu boca…- me acerqué a él y posé mis labios contra los suyos, forcé tan suave como pude mi paso entre sus labios que incapaces de sobreponerse a la sorpresa temblaban y me deleité en el jugo de manzana que empezó a fluir hacia mis labios…

Shun me regresa a la realidad, agitándome suavemente de uno de los brazos y rogándome con la mirada que ponga atención en el tablero. Olvido temporalmente aquellos deliciosos atisbos del pasado y regreso a las clases, a prestar atención y tomar notas. Con el timbre del descanso Yuki se levanta y arrastrado por Chizuru, aquel mismo niño que hace tanto tiempo me hizo sentir celoso, sale hacia la azotea, seguido de cerca por Kaname. Mucho más atrás, Shun y yo, caminando a pasos lentos y sosegados, avanzamos con nuestros bento en las manos hacia la soleada azotea donde pasamos nuestras horas de ocio.

-          Parecías bastante distraído en clase Yuta-kun- Me dice con una de sus muchas sonrisas diarias, sus hermosos ojos fijos en mi- ¿Pensabas en algo interesante?

-          No realmente- respondo con una aspereza que él y su naturaleza ingenua no parece notar. Por un momento siento la tentación de quitarle de un soplo toda aquella máscara de inocencia, diciéndole todas las cosas que hago con mi hermano cada noche, pero me resisto, concentrado en subir mis pies en cada nuevo escalón

El almuerzo lo pasaremos tan distantes como el resto del tiempo, hablando con nuestros compañeros y comiendo lentamente nuestro bento, haciendo un esfuerzo por olvidar y que nadie se dé cuenta. Que nadie capte el choque apasionado pero casual de nuestras miradas, la sensual manera en que lamemos nuestros labios incitándonos de manera instintiva e incluso la manera en que cada pieza de comida se convierte en un instrumento fálico en nuestras bocas. No queremos recordarlo pero nuestro cuerpo lo pide a gritos; pide a gritos que nos abracemos y nos besemos, que nos tomemos mutuamente hasta quedar saciados…

Seguiremos adelante, sintiendo como con cada minuto que pasa más atraídos nos sentimos, como si fuese la noche la culpable de que rompamos con todo para saciar los instintos y el deseo que nos llama, que nos obliga a permanecer juntos más aún que el destino o nuestros lazos sanguíneos, que últimamente nos hemos visto forzados a ignorar para no sufrir. Cansado de esperar a que lleguemos a casa, Yuki apoya su mentón sobre mi hombro y me rodea entre sus brazos, dejándome sentir su fuerte presencia quitándome todos los posibles intentos de resistencia; su aroma tan distinto al mío y que me atrae dulcemente hacia la subyugación total.

-          Aún no…- Murmura cuando intento capturar sus labios por segunda vez desde que nos levantamos, intentando aprovechar esta soledad momentánea en que solo nosotros podremos juzgar lo que hagamos y este nuevo fracaso nos llevará a un profundo silencio; a un enajenamiento total.

Nos separamos y seguimos estas vidas en las que ponemos nuestro mínimo esfuerzo, hasta que las clases terminen. Seguimos después por inercia, cambiamos nuestros zapatos, desechamos las cartas de admiración que se han acumulado en nuestros armarios a lo largo del día y nos movemos hacia el camino iluminado por el sol, rodeados por estos amigos a los que ya no somos capaces de prestar atención…

Después de habernos separado de los demás, nos detenemos en una de las tiendas, frente al están donde se encuentran todas las revistas de manga que a Yuki le interesan. Solo por acompañarlo, solo por no separarnos y para que la espera de la noche no se intensifique por la ausencia de la persona amada, cojo una de las muchas revistas y la hojeo; la leo, la reviso, me entretengo en los dibujos, los anuncios e incluso la letra pequeña. Hago que el tiempo de hacer cada cosa se alargue al máximo a la espera de que haya revisado su tomo o su revista, diciéndole de vez en cuando frases para que se apure a las que responde vagamente dándome a entender que aún tardará un poco más…

Todo sobre él me gusta… desde las cosas más extrañas que dice y piensa, hasta sus momentos más serios e incluso románticos…Por lo genial que es en los deportes, por la indiferencia con la que trata a la vida, por lo descarado de su trato y la manera en que se sumerge en su propio mundo, ignorando todo lo que no le interesa, me enamoré perdida y locamente de él. Porque se parecía a él en su particular comportamiento, y aún así parecía mucho más preocupada por sus amigas, llena de una tristeza que no sabía cómo expresar, acepté salir con Takahashi y la acompañé hasta que no me necesitó más.

Compra le última Shonen Gangan pidiéndome prestado lo que le falta para completar y yo se lo doy con un par de regaños. Regresamos juntos a casa, aprovechando las largas sombras del atardecer para ocultar nuestras manos entrelazadas, muestra de esta particular relación de amantes. Nos mordemos los labios por el ansia, por el deseo de llegar pronto a esa casa vacía para deshacernos en la satisfacción de nuestros propios deseos…

Cuando finalmente le tiro sobre uno de los sofás, abrazando su cintura y besando con ternura su cabello, veo en su rostro una expresión pura y sin manipular, no la máscara que siempre se pone para avanzar por la vida, sino su verdadero rostro; una expresión de deseo, de amor, de placer. Me someto voluntariamente a esa expresión y descubro yo también mi verdadera identidad, jugando a buscar en su cuerpo aquellos lugares que le harán gemir más dulcemente y revelarán más pronto todo lo que siempre oculta.

-          Ni-chan…- escuchando aquella voz de terciopelo que se apodera de mí antes de notarlo y me lleva lentamente a la locura, nos conduzco a los dos quedamente hacia el tan esperado clímax, sin que nuestros labios osen encontrarse todavía.

Le miro con más ternura que deseo, más amor que pasión desenfrenada. Él me mira con dulzura, con cariño y con un inocente deseo de que nuestro tiempo juntos dure eternamente, y jamás tengamos que vernos absorbidos y alejados por el frío mundo de los adultos, en el que estos sentimientos probablemente desaparecerán para darle paso a la ambición y la avaricia… Con el placer de color blanco manchando nuestros cuerpos casi desnudos, me inclino sobre él para besar su mejilla y él acaricia con sus labios mi frente. Nos damos cuenta de que ambos deseamos la promesa imposible de la eternidad; aun sabiendo que no es verdad, queremos soñar con un futuro en que sigamos juntos…

-          ¿Lavarás mi espalda?- dice con una voz modulada al igual que su rostro y yo me limito a asentir con la cabeza, siguiendo sus pasos hacia el baño. Nos terminamos de desvestir entre los dos, acariciándonos en el proceso y retomando por instantes lo que ocurrió la noche anterior, buscando lentamente nuestros labios sin encontrarlos, deteniéndonos antes de completar el beso como si tuviésemos miedo de saber lo que sucederá después… Nos lavamos mutuamente, siguiendo nuestros cuerpos con tanta admiración como deseo y terminamos por introducirnos en la tina, el entre mis piernas y con su tersa espalda contra mi cuerpo, sintiéndonos, anhelándonos. Tardaremos un largo rato allí tendidos, disfrutando del calor del agua, que se hace cada vez menos perceptible ante el calor de nuestros cuerpos, respirando pausadamente y pensando en mil cosas.

En estos momentos, no podría predecir los pensamientos de Yuki ni aunque quisiera, porque en estos momentos son los únicos en los que nos dejamos llevar por completo, olvidándonos de poner nuestras máscaras y permitiendo la libertad de todos nuestros sentimientos y pensamientos… No se trata de compartir nuestros pensamientos con palabras; al contrario. Se trata de aprovechar la tranquilidad que obtenemos del silencio y de la dulce cercanía de nuestros cuerpos, para intentar entender un poco más sobre nosotros mismos, nuestro pasado, presente, futuro y todas las cosas que pueden interponerse… Deseando en lo más profundo de nuestros corazones, el que esos obstáculos no nos separen…

Antes de que nos demos cuenta, entre ponernos la piyama, secarnos el cabello, cenar a medias y arreglar las lecciones para el día siguiente, pasará el tiempo para dormirnos y volveremos al inicio, acostados en una sola cama, esta vez conmigo subiendo a su camarote para poder sentirlo, quitándole la ropa sin que se niegue y besándolo sin encontrar resistencia alguna, apoderándome dulcemente de todo lo que representa “Yuki” al mismo tiempo que me desprendo de todo lo que significa “Yuta”, para alcanzar una entidad perfecta y hasta ahora desconocida… Un punto donde ambos cuerpos son uno solo, mientras sofocamos nuestras voces para que nadie más se entere de lo que sucede entre nosotros, y este secreto siga siendo solamente nuestro…

Ya no sabemos si nos acercamos o nos alejamos; si cada día nuestros corazones estás más cerca de concertarse, haciendo que el cariño de las noches se extienda sin límites o si todas estas similitudes entre nosotros nos alejarán cada vez más, hasta el punto de que la evasión de nuestras miradas a la mañana siguiente sea la representación de un rencor intenso que nos impida seguir juntos. Y así, incapaces de saber lo que depara el futuro, nos decidimos a vivir únicamente sobre el presente…el presente de estos besos, de este incontrolable odio-amor y de esta nada-particular vida de instituto, en la que solo nosotros somos capaces de entendernos y de vez en cuando decirnos un sincero…

Te amo…- Que resonará eternamente entre las reglas que intentan capturarnos, rompiéndolas lentamente para darnos un poco más de verdadera libertad.

Notas finales:

Espero les haya gustado aunque sea un poco y dejen algún review... quizás así me regrese algo de inspiración y al tiempo que actualizo mis otros fic, pueda escribir más de esta linda pareja. Gracias a todos por leer, no olviden dejar review y nos leemos otra vez

Cutebeast64 se despide


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