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Algo más. por PuppyShining

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Notas del fanfic:

Bien, esto me vino en un momento de aburrimiento,

y salió mi creatividad a flote, aunque no estoy muy contenta con el resultado, pero bueh xD

Espero que de todas formas les guste 

Saludos ^^

Notas del capitulo:

Aquí va ^^

Disfruten

Algo más.

 

JinKi se encontraba corriendo en dirección a… cualquier lugar, porque no sabía a donde ir, estaba desorientado, ¿dónde iba a encontrar a su amigo? Él tuvo la valentía de contarles aquello, y todos ellos, sus amigos, no supieron qué decir, haciendo que se fuera de allí indignado, triste, molesto. Porque decir que se es gay no debe ser nada sencillo para nadie.

Ahora estaba caminando mientras miraba hacia todas direcciones, y de pronto esa voz llegó a su cabeza: «Cuando no sé qué hacer, vengo a este lugar, ya que es especial para mí».Y la carrera comenzó de nuevo, esta vez en dirección a aquel parque.

 

Al llegar allá, lo buscó con la mirada y lo encontró sentado en un columpio, aferrado a las cadenas, con la cabeza gacha. Se acercó con el corazón latiendo mucho más rápido de lo normal por la reciente carrera, y por algo más, unpensamiento que no lo dejaba tranquilo. «Seguro está llorando», pensó JinKi en ese momento, recordando que así fue como se conocieron, en ese mismo parque que se mantiene igual a pesar del tiempo.

 

 

 

—Oye, ¿qué es lo que te pasa? —le había preguntado, para sentarse en el columpio a su lado, observándolo llorar.

—N-Nada —respondió con dificultad, mientras intentaba secarse las lágrimas, en vano, porque salían aún más.

—Está bien si no quieres contarme... —sacó un paquete de pañuelos desechables de su bolsillo, y extendió su mano para entregarlos. No le agradaba ver a la gente llorar, para nada, eso creaba un sentimiento extraño en su pecho—, pero al menos deja de llorar ¿si? —sonrió, como solo él sabía hacerlo.

Recibió aquel paquete sacando un pañuelo inmediatamente, definitivamente le hacía falta sonarse, y así lo hizo, un poco avergonzado porque aquel chico no dejaba de mirarlo en ningún momento. El llanto se calmó después de unos segundos, y apoyó su cabeza en la cadena que afirmaba ese juego, suspirando pesado. —Soy nuevo aquí… —comenzó a hablar después de unos momentos—, tuve que mudarme con unos tíos, porque mis padres fallecieron en un accidente —el mayor lo miraba atento—. Es escalofriante pensar que estoy solo… —tomó aire, sintiendo que el llanto volvería—. Apenas he compartido con estos familiares, y ahora tengo que vivir con ellos. Encima, no tengo amigos aquí… es… tengo algo de miedo —susurró, con lágrimas saliendo de sus ojos nuevamente.

—Está bien —se levantó para ir y colocarse de cuclillas frente a aquel chico, apoyándose un poco en las piernas contrarias—. Ahora yo soy tu amigo, no estás solo —le sonrió, transmitiéndole calma—. Soy Lee JinKi.

—MinHo —se presentó de vuelta—. Choi MinHo.

 

En ese entonces, JinKi era un chico de 16 años, inteligente, algo torpe, tranquilo, generoso, dotado de una sonrisa que transmite calma a quien la ve. Y MinHo no tenía más de 14, tímido, callado, noble, sincero, honesto.

 

 

 

Y ahora, ya habían pasado 6 años desde aquello, pero JinKi seguía recordándolo nítidamente.

 

—MinHo —susurró sentándose en el columpio de al lado, el único disponible—. No tiene nada de malo.

—Mentira —contestó rápido, aún con la mirada clavada en sus pies—. Sí que es malo… y lo sé. No es normal, pero ese no es el punto, porque yo ya lo acepté. El problema es que ustedes no lo aceptaron… eran mis amigos.

—Somos amigos —recalcó la primera palabra, y lo miró algo molesto—. Y nosotros también lo aceptamos.

—Gracias —apenas dijo, para luego quedar un momento en silencio.

JinKi aún lo miraba fijamente esperando cualquier cosa, pero al no ver ninguna otra reacción continuó—: Lamento no haber dicho nada en ese instante, supongo que fue el shock del momento —sonrió para sí, llevando su vista al frente para ver los árboles tiñéndose de naranjo por el atardecer, y notando lo fría que se estaba volviendo la tarde. Entonces su vista se posó en una niña de no más de 10 años parada frente a ellos—. Mmm… ¿quieres usarlo? —se levantó dudoso, para dejarle el columpio libre. La pequeña sonrió, y se acercó para enseguida sentarse en el juego que estaba siendo ocupado por el mayor hasta hace unos segundos, y comenzó a balancearse despacio—. Entonces… —habló JinKi, parándose frente a MinHo. Iba a continuar, pero el menor lo interrumpió.

—Estamos bien ¿verdad?

—Claro. No es como si hubiese pasado algo que cambie las cosas —ambos sonrieron, y JinKi se acuclilló frente al alto, apoyándose en sus piernas.

—¿Aún somos todos amigos? —siguió preguntando, con algo de miedo.

—Que sí, ya te dije, esto no va a cambiar nada, MinHo —estiró su brazo para desordenarle los cabellos, sonriendo cálido—. Te queremos, y nada va a cambiar eso —continuó, sonrojándose un poco—. Me incluyo, te quiero y te querré, y nada podrá cambiarlo —le declaró, queriendo darle un significado oculto que MinHo no captara. JinKi apoyó sus rodillas en el suelo y abrazó a su amigo por la cadera, mientras restregaba su mejilla en el estómago de éste, y sonreían divertidos.

—Gracias, hyung. También te quiero —le dijo, dándole también un significado oculto, el mismo que JinKi quiso darle a sus palabras.

—¿Son novios? —una tercera voz los interrumpió. Ambos miraron a la niña de hace unos minutos, que los veía sonriendo mientras seguía balanceándose despacio. Al no recibir respuesta coherente, solo balbuceos que salían de la boca de los chicos, volvió a preguntar—: Si no son novios, se gustan ¿cierto? Están rojos porque los descubrí —rio entretenida al verlos tan nerviosos, y notando que el mayor se separaba un poco del alto.

—Em… —JinKi miró un segundo a MinHo, lo volvió a abrazar y miró a la pequeña para contestarle sonriendo—: No somos novios, pero sí me gusta ¿por qué?

MinHo solo lo vio sorprendido, sin saber qué hacer o decir.

—Es que harían bonita pareja —sonrió, y detuvo el columpio—. Ojalá estuvieran juntos, y de todas formas se nota que se quieren muuucho —dijo alargando la última palabra.

—Claro —contestó el mayor entretenido con aquella conversación—. Me gusta, y lo quiero mucho, por eso estoy a su lado ¿verdad, MinHo? —alzó la vista hasta encontrar la del más alto, quien solo pudo asentir nervioso, siguiendo la corriente, aunque sin estar seguro de hacerlo—. Te gusto también ¿cierto? —volvió a preguntar, con ilusión bañando sus ojos, y el corazón latiendo desaforado, pero MinHo no notó ninguna de las dos cosas.

—Sí, hyung, me gustas, te quiero mucho —sentía su corazón latiendo fuerte en su pecho, y la sangre yéndose a sus mejillas.

—¿Ves? —los ojos del mayor se dirigieron de nueva cuenta a la niña, que los miraba enternecida.

—¡MiKyung! —la pequeña volteó a ver a la persona que gritó.

—Ya tengo que irme —se levantó rápido del columpio—. Espero que sean novios pronto y que estén juntos por mucho tiempo —sonrió y sin escuchar el «adiós» proveniente de la boca de JinKi se fue corriendo rápidamente, hasta los brazos de quien ellos suponían era la madre de la niña.

—Vaya —susurró JinKi un segundo después—. Una chica observadora —aún veía a la niña caminando de la mano de aquella mujer.

—¿Por qué lo dices? —indagó el menor, aún nervioso, y aún más por el hecho de que JinKi no lo haya soltado de ese abrazo en ningún momento.

—¿Por qué pensar que somos novios o nos gustamos? —lo miró, con aquella sonrisa tan característica suya adornando su rostro—. Digo, no cualquiera pensaría eso. Y… ¿era verdad? —preguntó, sin estar seguro de hacerlo, tenía miedo, y mucho.

—¿Qué cosa, hyung?

—¿Me quieres? —sacó sus brazos de donde estaban y los cruzó, sobre las piernas de MinHo.

—Claro, sabes que a ti no te miento nunca —sonrió.

—Entonces… tampoco me mentiste cuando dijiste que te gustaba —dijo, pareciendo seguro, aunque por dentro estaba hecho un manojo de nervios.

MinHo se puso serio en un momento. —Bueno… hyung… sabes… tú… yo… —sus manos se aferraban con fuerza innecesaria de las cadenas, colocando sus nudillos blancos.

—Yo no mentí… —se levantó aún apoyándose de las piernas del alto, mirándolo fijamente—, cuando dije que me gustabas —se acercó, dudoso, al rostro de MinHo, cerrando los ojos, para dejar un casto beso sobre sus labios, sólo un roce, que se convirtió en un verdadero beso cuando MinHo llevó una de sus manos a la nuca del mayor, para que no se alejara, no quería que se alejara, porque ambos querían algo más que una simple amistad. Y lo acababan de descubrir.

 

—Fin—

Notas finales:

Bien, eso ha sido todo...

espero que les haya gustado

Saludos ^^


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