- Dante… D-Detente! N-No puedo…
- Lo siento Vergil…No puedo detenerme…
- D-Duele… P-Por fav-vor Detentee Dante!
No hubo respuesta de Dante.
- D-Dante! - Vergil intentó tomar su katana, la cual estaba a un lado de la cama. Vergil luchó para alcanzarla, hasta que al final la alcanzó.
Dante estaba muy ocupado lamiendo el torso de Vergil que no se dio cuenta de esa acción desesperada de su hermano. Rápidamente, Vergil sacó su espada y la puso en el cuello de Dante.
- Sácalo de mí - Dijo Vergil secamente y algo enojado - O te aferrarás a las consecuencias…
Dante obedeció y sacó su miembro de dentro del cuerpo del mayor, lo cual, lo hizo estremecerse un poco.
- Gracias - Vergil volvió a meter su espada - ¿Por qué no lo sacaste cuando te lo pedí? Yo no quería hacerlo. Dolía. Tienes suerte de que no te lo haya rebanado.
- Lo siento Vergil, a veces me siento con ganas de más, más y más, nunca creí que te estaba lastimando.
- Pues tómalo en cuenta la próxima vez - Vergil salió de la cama y tomó su ropa - No vuelvas a hacerlo - Vergil se puso sus bóxers y salió del cuarto hacia la sala.
Dante se quedó ahí, desnudo, con su miembro mojado por el líquido de su hermano gemelo, pensando en lo que hizo. Nunca había visto a Vergil tan molesto. Siempre lo gozaba, siempre le gustaba…o quizá…fingía que le gustaba para que su hermano menor no se deprimiera. Pero esta vez Dante llegó demasiado lejos. Lo que le estaba haciendo a Vergil era una violación.
- (Pero espera…dijo “la próxima vez”…) - Esto pensó.
La mañana siguiente, Dante se levantó de la cama a las 11:30 de la mañana. Salió del cuarto hacia la sala y miró a Vergil sentado en el sillón leyendo.
- Buenos días Vergil.
No hubo respuesta de Vergil.
- Vamos, ¿sigues enojado por lo de anoche? Ya supéralo hermanito, perdóname.
Vergil puso su separador en el libro y lo cerró irritadamente, lo puso al costado de él y volteó a ver a Dante.
- Lo que tu hiciste anoche no tiene perdón Dante - Dijo Vergil en un tono muy serio - Entiende que esto no es un juego. No es solo una noche de besos y pasión, es una noche de respeto y cariño. Es no tratar a la otra persona como tu juguete sexual, por que así me sentí yo. Te amo, y quizás tu dirás lo mismo, pero si lo sientes de verdad, respétame.
Esto último hizo a Dante estremecerse. Porque era cierto. Todo.
- No lo vuelvas a hacer. Por favor. Dolía. Todavía me duele un poco.
- Perdóname - Dante se sentó en el sillón con Vergil - Perdón - Dante trató de tomar la mano de Vergil pero éste la quitó.
- ¡No me toques! Ya no se si confiar en ti o no.
Dante se quedó desconcertado, no creía que Vergil no quería que lo tocara tan si quiera, fue entonces cuando se dio cuenta de lo que hizo.
- Ayer estaba tan excitado que no pensaba, Vergil. Lo lamento, de verdad. Te amo. Te amo, te amo, te amo… - Dante rompió en llanto en el hombro de Vergil.
Vergil abrazó a Dante.
- Los demonios no lloran Dante - Dijo Vergil con voz suave.
- Eso no me importa ahora. Lo que importa es que todavía me ames.
- Nunca dejaré de hacerlo.
Dante tomó a Vergil de las mejillas, el también estaba llorando.
- ¿No que los demonios no lloran?
- Cállate.
Dante sonrió. El mal humor típico de Vergil regresó.
- Te amo Vergil.
- Yo también Dante.
Dante se acercó a Vergil para besarlo pero éste se apartó.
- ¿Qué…? - Dijo Dante.
- Nada…es que…
- No quieres besarme.
Vergil negó con la cabeza.
- Está bien… - Dante se levantó del sillón - Te respetaré.
Vergil se levantó del sillón también y tomó a Dante de la cintura.
- No dije que no quería besarte. Solo no quiero que lo vuelvas a hacer. Por más que te excites, no lo hagas. Yo no quería hacerlo…
Dante asintió con la cabeza.
- Ven - Vergil acercó a Dante a sus labios y lo besó.
El beso fue dulce, lindo, suave. Vergil logró sentir el miembro de Dante excitándose. Vergil rompió el beso.
- Ni se te ocurra.
- No - Dijo Dante con una mirada de amor - Yo nunca te haré daño otra vez. Te lo prometo.
Vergil sonrió y volvió a besarlo.