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Escuela por Plock

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El día estaba completamente nublado, ya para las 6:50 todos entraban a sus aulas respectivas, por los pasillos de 5to pasaba tranquilamente un castaño, abrió de una la puerta de su salón para encontrarse a al menos 15 a 20 personas en él.

No estaba del todo conforme pero estaban mejorando los que llegaban tarde, como representante de la clase debía estar al pendiente y llegar temprano sólo que se entretuvo ante una visita inesperada en la noche.

—¿Akihiko?—Llamó extrañado al ver a su amigo mirando la ventana con una ligera sonrisa en su rostro.

En primera ¿Qué hacía tan temprano? En segunda ¿Por qué estaba tan feliz? Y la tercera ¡¿Qué hacía tan temprano y feliz cuando su humor es pésimo en las mañanas?!

—Hiroki ¿Por qué tan tarde?

Frunció el seño un segundo para ir a su mesa fingiendo indiferencia— Hubo unos asuntos importantes que no pude posponer.

—Hum— Le ignoro mirando de nuevo la ventana con la misma sonrisa que antes. El otro sólo se extraño su amigo siempre fue muy intuitivo y burlón como para saber la verdadera razón de su atraso.

—¿Por qué tan feliz?— Preguntó extrañado.

Antes de siquiera poder volver con su amigo el docente de la materia entro al aula haciendo que todos se fueran a su respectivo lugar.

El castaño miraba a su amigo muy desinteresado en la clase, más de lo normal, se la pasaba escribiendo notas o eso parecía en su cuaderno incluso uno que otro dibujo. Miraba a la ventana a menudo, su mente parecía estar en un mundo distinto.

Mientras tanto el menor no podía concentrarse en clase, por más que lo intentara, venían recuerdos de hacía sólo unos minutos del mayor, se tenía que cubrir su rostro con una mano para no dejar ver la sonrisa que accidentalmente ponía y el rojo de sus mejillas.

Mientras miraba en la clase, hizo un pequeño dibujo de Usami en chibi pero al verlo inmediatamente cerró la libreta.

—Misaki—kun—Dijo una voz femenina sacándolo de sus pensamientos.

´—¿M..mande?

—Recuerda que hoy nos reuniremos para terminar el reporte final de teoría económica.

—H..Hoy.. hoy no puedo..

—¿No me digas que lo olvidaste? No hay excusas es más importante el trabajo— frunció el seño de una manera aferradoramente fría.

—¿C..Cómo a qué hora… terminamos?

—No nos falta mucho, calculo unas 3 horas o 4, no sé pero será mejor que dejes para después tus planes, será en la casa de Ren—kun.

—Hum… Bien— Bajo la mirada un poco triste.

—Ahum…. Pues…—Cambio de expresión de chica seria a una más frágil— Usami-san, es tu amigo, él.. puede venir a ayudarnos, si puede, claro…

Al ojiverde le molesto ese comentario, sin entender mucho la razón de eso ¿¡Por qué ellas siempre tenían ese interés en él?! Cada vez que venía siempre se le pegaban como sanguijuelas y lo callaban cuando quería hablar.

—Él está ocupado— Dijo cortantemente guardando su libreta en su mochila.

—Coméntale, su ayuda será útil, dile que será divertido— Sonrió antes de irse.

—¿Desde cuándo hacer un trabajo es divertido?— Susurró esperando que lo escuchará la compañera de cabello castaño pero para su suerte no sucedió.

En la clase del 3—5 donde cursaba Akihiko ya todos estaban saliendo, porque de alguna manera increíble las horas se fueron muy rápido.

Todos excepto el ojivioleta que seguía perdido en sus pensamientos mientras escribía en su cuaderno.

Incluso su mejor amigo había salido a comprar algo, ante rendirse de varios  intentos de despegar la atención del peli—plata de su cuaderno.

—¿Ocupado?— Dijo la voz dulce del ojiverde en la puerta del salón, mirando que el salón se encontraba solo, logrando por fin librar su atención de la libreta.

—Misaki— Sonrió de inmediato para levantarse a abrazarlo, todo se sentía mucho mejor cuando lo abrazó, la ligera rabia que había pasado hace unos minutos no podía sentirla en ese sitio, en ese cálido sitio— No me di cuenta, creo que me entretuve escribiendo.

—¿Tarea?— Susurró el menor correspondiendo su agarre.

—No, sólo una pequeña historia.

—Oh, hace tiempo que no escribías— Se formó una sonrisa en su rostro— Me da gusto.

—Creo que me ha regresado algo de inspiración, gracias— Se separó ligeramente para agacharse para chocar sus frentes y abrir lentamente sus ojos para mirar los esmeraldas.

—¿Gracias?—Dijo confuso— Yo.. no hice nada.

—No es importante eso— Soltó una ligera risita para separarse, las manos del menor le tomaron de una manga mientras miraba para abajo.

 —Usagi…— Dijo nerviosamente.

—Dime…

—…¿C..Como te.. lo digo?— Dijo para si mismo le miraban nerviosamente a otro lado para luego devolver la mirada al mayor, quien sólo esperaba lo peor.

¡Y claro que podía pensar en muchas cosas! recién eran novios, todo aún era muy inestable, trago saliva notoriamente al igual que su pulso se aceleraba, lo menos que quería que pasará era que todo acabará.

—N..N..No te enojes conmigo, pe..pero… Bueno, o..olvide que tenía que hacer unas cosas después de cla..clases… C..Creo que lo puse po..por mi día libre..—Dijo con los ojos casi llorosos mirándolo con culpa, a lo que el otro sintió un gran alivio— Y..Y p..pues..

El mayor sólo suspiro No me asustes así… Pensó.

—Está bien, pero, te iré a visitar a tu departamento.

—Tú.. sabes qué. Mi departamento..

—Lo sé, pero quiero ir a verte— Se recargó en su mesa— ¿A qué horas te desocupas?

—C..Cómo a las 6 o 7.

Usami tomo una de las manos del chico para acercarlo a él y poder volverlo a envolver con sus brazos, la escuela nunca le había parecido tan gratificante, nunca pensó que podría llegar hacer eso en su vida. Cerró los ojos para recordar ese sentimiento, posó sus labios en la frente de su novio para suspirar románticamente.

—Si llegó antes tengo mi llave— Miró con detenimiento el rostro del muchacho el cual estaba completamente rojo mirando al suelo— Misaki— Susurró para juntar sus labios, el contacto duro muy poco pero lo suficiente para mandar una corriente eléctrica a cada uno de ellos.

Los ojos verdes brillosos miraban al mayor con tantos destellos para luego bajar la mirada y acercarse para esconder el rostro en la playera del más grande, como lo acostumbraba hacer.

—Tr..Traje comida— Dijo nervioso deshaciendo el contacto y agarrando la comida que dejo en el escritorio del mayor.

—¿Cocinaste comida?— Agarro una de las cajas de madera para abrirlo.

Se sentó en la mesa de su pareja para abrir el suyo— Si, debo asegurarme que comas bien..— Terminó con un ligero puchero.

Tomó la otra silla de la mesa para sentarse con el menor—  Itadakimasu— Dijeron al unisonó para empezar comer.

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Desde la cafetería regresaba un alumno castaño de 5to año, esperando poder hablar con su amigo peliplata que había dejado hacía unos minutos en el salón.

Antes de entrar al salón, cubrió su boca con su mano evitando sacar algún sonido.

Sus ojos no creían lo que miraba, esa era la razón de verlo tan distraído. En el aula miró como su amigo estaba abrazando a Takahashi con las frentes unidas y con una ligera sonrisa en sus labios.

Así que te animaste Bakahiko Pensó de cierta forma feliz por su amigo Supongo que no arruinaré el ambiente.

Se retiró del salón  buscando un sitio para esperar a que acabe la hora.

Vaya, vaya… Con que por fin tienes pareja, espero que lo cuides bien Takahashi Pensó suspirando el castaño.

Salió de la universidad para sentarse en una de las mesas de los alrededores debajo de los arboles.

Tener pareja Pensó hacía tiempo que el tenia a Nowaki por lo que ya había olvidado la sensación de ser soltero, no es como si extrañara esa sensación.

Adaptarse al estilo de vida además del suyo fue difícil, coincidir en tiempos, dormir en otra casa, suspender planes era algo que hacía algunos años no hubiera pensado que haría fácilmente.

Su pareja era menor que el por 2 años, estudiante al igual que él, pero de medicina, una carrera al igual que la suya muy ocupada. Las clínicas de él le hacían que estuviera ocupado la mayor parte del día por lo que verse era 3 a 4 veces máximo a la semana.

Realmente no estaba del todo conforme, no, no estaba conforme, pero… No se podía hacer más, el estaba dedicado a su carrera y él también.

Eran pocas las veces que de improvisto llegaba a su casa y lo arrastraba a la cama. Le avergonzaba que a pesar de que su novio fuera el menor de la relación siempre dominara en esos asuntos.

Pero verlo, tan serio con esa mirada azul celeste mirándolo tan apasionadamente. Simplemente siempre cedía en sus brazos.

Su historia había sido algo similar a la de su amigo, habían sido como amigos durante un año, desde un principio el menor se le había declarado dejándolo confundido, decidió esperar para poder asimilarlo mejor. Se siguieron tratando hasta que el menor cuando entro a la carrera de medicina se le declaro oficialmente pidiéndole ser su novio, lamentablemente, había sido en plena luz del día ¡¡En su escuela!! Por ese pequeñísimo detalle salió corriendo del lugar y hasta después de 2 días decirle su respuesta al ya desilusionado ojiazul.

Sin duda no se arrepiente de haberle dicho que si.

Eso le recordaba ahora que su amigo tenía pareja creo que le debía que le comprará algunos de los libros más caros que había visto hace poco.

Ya la hora ya estaba por acabar, lo que quería decir, tiempo de regresar al salón. Iba caminando lentamente cuando a pocos metros de la puerta de su destino salió el pequeño castaño muy perdido en sus pensamientos se recargo en la puerta que acababa de cerrar con una enorme sonrisa en su rostro que al parecer le avergonzaba no poderla quitar.

—Takahashi—kun— Le llamó a lo que el aludido se sobresalto y dio una pequeña reverencia, claro estaba sin poder quitar la sonrisa.

—Ah, Kamijou-sempai, bu..buenos días. Me tengo que ir—Se cubrió la cara con una mano para salir corriendo a su salón.

Se mira feliz. Entró al salón para encontrarse a su compañero con una sonrisa tranquila mirando a la ventana ante el ruido volteó para encontrarse con su amigo.

—No creas que no que es lo que pasa— Dijo acercándose rápidamente.

—¿Eh?

—Ya eres novio de Takahashi ¿Verdad?

Le salió casi inevitable una sonrisa al peliplata para pasar una mano por su cabello y mirar para abajo.

—SI, todo fue muy rápido, cuando menos lo pensé ya era mi novio.

—Ejem, que te dije.

—Te debo una— Dijo sonriendo mirando como su amigo iba a una mesa cercana a él.

—Nada de eso, me debes 3 libros que ya tengo vistos— Le saco una hoja de la mochila para dársela.

—Tú siempre cobras tus favores ¿Verdad?—Miró los libros para comprarlos después de clase, después de todo tenía unas horas libres antes de verse con su pareja.

—Hmp— se mofó de su comentario sacando sus útiles para la próxima clase.

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—AHHH que mal ¿Estás seguro?

—Si, no puede venir—Dijo mirando hacia abajo el castaño ojiverde.

—Supongo que luego será, debe estar muy ocupado— Dijo la chica castaña refunfuñando.

No me debería de molestar Pensó desviando la mirada ¿Por qué me siento así?

—Luego le invitaremos a un café para compensarlo— Le dijo riéndose a una compañera del mismo grupo de cabello negro.

—Anaha—chan— Replico en un puchero sonrojada.

El castaño sólo apretó los dientes al igual que sus puños ni siquiera sabiendo el porqué se ponía así.

Será una tarde larga…

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Hacía las 5 de la tarde, apenas iba saliendo de la casa de su compañero, él y su amigo Ren hicieron casi todo el trabajo mientras que las tres chicas que también eran parte del equipo sólo se la pasaron hablando.

Había sido una tarde bastante agotadora para el pobre castaño, no era demasiado lo que hicieron pero aún así les tomo casi 3 horas.

Las chicas le pedían mucha información sobre Usami, mucha información… Y si no decía algo, porque no quería o le parecía irrespetuoso, inmediatamente las dos chicas se iban sobre él para atacarlo con sus palabras.

Realmente no quería darles nada de información, no le parecía correcto, no se sentía bien al hacerlo. Lamentablemente lograron sacarle más información de la que guardo.

Donde vivía, que le gustaba, donde era su lugar favorito para comer, que le gustaba comer, etc.

Casi sentía culpa de haberlo hecho.

Entró a su departamento cansado y se acostó en su futón a lo que rápidamente quedo inconsciente.

—Misaki…—Entró el peliplata casi dos horas después de que entró el menor. Lo encontró completamente dormido en su pequeño futón. Cerró lentamente la puerta y se sentó a un lado.

Acarició suavemente los mechones cafés que caían en su frente.

—Ya quiero que vivamos juntos— Susurró en su sitio.

Con cuidado se acostó a un lado del menor y suavemente lo paso a su pecho.

El ojiverde comenzó a despertar, había sido sin dudarlo la siesta más relajante, sentía tanta calidez y tranquilidad en su sitio que no deseaba moverse. Cuando estaba a punto de volver a cerrar los ojos cayó en cuenta.

¡¿Su cama se movía?!

Inmediatamente se levanto del lugar para sorprenderse aún más.

—¿Misaki? ¿Qué pasa?—Dijo somnoliento incorporándose en el futón.

—U..Usagi-san ¿C..Cuando llegaste?

Miró la hora del reloj de su muñeca para tallarse los ojos e intentar mirarla de nuevo.

—Como 1 hora, te vi dormir y me pareció tan cómodo que quería acompañarte— Sonrió para volverse a acostar e incitando a que el castaño hiciera lo mismo.

—N..No, bueno ¿Ya comiste?

—Si hace unas horas, sólo un poco más— Le jalo con más fuerza para que volviera al futón.

—Me debiste despertar—Susurró apenado.

—Te mirabas tan cómodo que preferí acompañarte.

Cerró los ojos forzadamente con un nudo en el estomago.

—¿Y? ¿Todo bien?

—¿Eh?

—Dijiste que tenías cosas que hacer ¿Qué hiciste?

—Sólo terminar un trabajo en equipo.

—Hum suena aburrido.

—Fue estresante—Susurró mientras era completamente envuelto en los brazos de su novio— Anaha—kun, Meiry—san, no hicieron nada.

—Ah.. Esas chicas…—Dijo sin ningún interés.

—¿A..:A..ti te caen bien?

—No, cada vez que voy a tu salón no me dejan en paz…

Le escucho atentamente y sintió como un alivio inundaba su ser, realmente se sintió feliz al escuchar esas palabras. Como si le quitaran un peso de encima.

—Usagi-san, no es que te esté corriendo, pero ¿Traes tu carro? Porque luego se hará más noche y es peligroso que te vayas.

—Si lo traje pero hoy me quedaré a dormir.

—¿Eh? ¿Y.. y eso está bien?—Dijo nervioso.

—Le avise a Tanaka—san y es el único al que debo avisar.

—Ahm, está bien…

Sin deseos de espantarlo, el ojivioleta se posicionó arriba del castaño, para acercarse lentamente y juntar sus labios.

¿Cuánto tiempo no deseo hacer eso? ¿Cuántas veces se moría de ganas de abrazarlo cuando dormían juntos en el mismo cuarto? Si que era un tonto por no haberse atrevido a hacerlo antes.

Entró lentamente a la húmeda cavidad del menor, sintiendo al instante un gran escalofrío de parte del cuerpo del pequeño.

Aún en el beso lo abrazó por completo y volvió a su costado, una de sus manos acariciaba con suavidad el rostro del castaño y la otra traviesamente sostenía la cintura del menor sin muchas intensiones de permanecer ahí.

Lentamente fue deslizando su mano para su cadera procurando que no se viera tan obvio lo que planeaba, no planeaba llegar al sexo en esa noche, pero después de tanto tiempo de desearlo planeaba liberarse un poco de esas ansias.

Metió lentamente su mano a la camisa del menor causando un respingo en este. Se preocupo un poco de que su pequeño no estuviera listo, pero como no vio que hubiera una negativa, subió su mano para acariciar su espalda debajo de la ropa.

El beso fue perdiendo intensidad para separarse del contacto.

Un pequeño suspiro fue lo primero que recibió del menor al separarse, logrando que el mayor lo tomará como una afirmativa a seguir, sí le hubiera incomodado hubiera dicho algo ¿No?

Acarició con suavidad la pequeña curva de la espalda deleitándose de la suave piel de su amado.

Los ojos esmeralda se encontraban fuertemente cerrados con un inmenso sonrojo en sus mejillas, le tomaba la camisa con fuerza y suspirando seguido ante los delicados roces de los dedos del peliplata.

—Te amo…—Susurró roncamente en uno de sus oídos para posesionar sus labios en el cuello del muchacho.

Lanzando un ligero gemido pasó sus brazos a la espalda del mayor y tomo con fuerza su camisa. Sin saberlo había comenzado a temblar ligeramente, no tenía miedo, sólo estaba abrumado por lo que pasaba y confundido sobre qué hacer.

Sin perder el tiempo siguió con sus besitos por los hombros hasta donde la camisa se lo permitió y pasó sus manos a acariciar su pecho.

—Ah…— Suspiró con fuerza el castaño, realmente todo ese tipo de emociones y sensaciones eran nuevas para él.

Se aventuró un poco más el mayor a tocar sus pezones logrando que el menor arqueara la espalda, continuaría hasta que el otro lo creyera conveniente. Para mayor comodidad se volvió a posicionar sobre el castaño para lamer su cuello saboreando su esquicito sabor, con una mano pellizcaba suavemente uno de sus botones y mientras la otra recargaba su peso para no aplastarlo.

Mientras que el otro se dedicaba a gemir tímidamente y dejándose llevar por sus embriagantes caricias.

Dejo de entretenerse con su pecho para quitar su mayor limitante, subió para besar los labios mientras que con una mano desabrochaba la camisa del ojiverde.

—Puedes detenerme cuando quieras— Dijo suavemente al terminar el beso, si las cosas acababan ahí no vería inconveniente. Misaki tenía algunas lágrimas en los ojos, las mejillas sonrosadas con una respiración agitada.

—¿Eh?— Se sorprendió ante las palabras, desvió la mirada— Pues.. Yo…— Volteó para otro lado— L..lo sé..— Se tapó el rostro con uno de sus brazos apenándose de sus palabras.

¿Por qué tenía que resaltar el hecho de lo que estamos haciendo? Pensó avergonzado el castaño.

Sintió como sus labios volvían a ser tomados mientras quitaban su brazo, ese extraño entumecimiento volvió con unos toques de nerviosismo por lo que pasaría.

Su camisa fue completamente desabotonada y cayó a sus costados, le invadió un poco el pudor pero no el suficiente como para terminar con la situación. Después de todo lo amaba.

Cerró los ojos con vergüenza al separarse de Usami. Gimió de sorpresa cuando de nuevo la lengua del mayor se posicionará en su cuello para en está ocasión bajar lentamente a su pecho.

Su respiración fue en aumento y se arqueaba ligeramente ante el jugueteo de su pareja en tan sensible área.

—Hum.. ah…— Tomó con fuerza los cobertores del futón para evitar arquearse tan frecuentemente. Lamió con fuerza un pezón del chico para escucharlo gemir abiertamente ante tan placentera sensación. Inmediatamente el menor abrió los ojos en sorpresa y se cubrió su boca, miró a Usami quien sólo le sonrió lascivamente.

—Que lindos gemidos— Ronroneo en la oreja del pequeño mientras retorcía el mismo pezón haciendo lo mismo con su dueño— Lo estás disfrutando ¿verdad?

—C..Cállate.. Hgm….

—Me encanta tenerte en esta situación— Sopló delicadamente el cuello del muchacho causándole un escalofrío, ese cuerpo era tan sensible que le divertía que tan fácil le provocaba esas reacciones.

—T..tonto…—Dijo con su respiración agitada pasando sus brazos por el cuello del peliplata incitándolo a besarlo, quien por supuesto no se resistió.

El castaño ahogó un gran gemido en los labios del otro cuando sintió, que, sobre la ropa le acariciaban su erección.

Cerró los ojos con fuerza mientras casi podía sentir su corazón en su boca. Pequeños gemidos soltaba los cuales terminaban en la boca del otro.

Las piernas del menor se doblaron y le dieron paso para que se acomodara mejor su pareja.

Terminó el beso y desvió su cabeza a un lado con los ojos cerrados, su cuerpo ya lo sentía transpirar el ambiente era tan caliente— Usagi…

¿Lo vas a detener? Pensó el ojivioleta— Dime.

—T..Tú camisa… Q..Quítatela… Es vergonzoso que sólo yo esté así…— Susurró con un hilo de voz. Usami sonrió para besarle en la mejilla tiernamente.

—Claro— Se separó unos segundos para desabotonarse la camisa y dejándola a su suerte en el piso.

Volvió  a posicionarse sobre el menor sólo que en está ocasión siguió con la mirada a su mano pasando por el delicado cuerpo del pequeño universitario.

No pensé que esto algún día fuese posible Pensó extasiado Akihiko.

Con el brazo en cual se recargaba acariciaba los cabellos castaños de su novio, quien todavía mantenía los ojos cerrados.

—¿Vergüenza?

—S..Si..

Volvió a besar su mejilla para susurrarle en el oído— No la tengas…— Trago saliva sonoramente para luego pasar los brazos sobre la tersa piel del mayor abrazándolo.

—N..No puedo evitarlo…— Suspiró entreabriendo los ojos.

Se miraron a los ojos unos segundos para cuando el menor no lo soporto y desvió la vista.

—Te amo.

—Y..yo también— Suspiró cerrando los ojos.

Con una sonrisa de satisfacción continúo con su tarea, su mano ya había llegado a su objetivo, con habilidad desabrocho el pantalón del chico que al instante sintió con el agarre en su espalda se reafirmaba, denotando lo nervioso que estaba.

Bajó el cierre y deslizo el pantalón por los firmes muslos de su Misaki. Notó la erección del menor a todo lo que daba debajo del bóxer del chico, se relamió los labios sin poder evitarlo.

La tomó suavemente, sintiendo al instante como el agarre del chico en su espalda lo rasguñaba levemente.

—¡AH! ¡Usagi-san!— Gimió eróticamente a lo que esté sólo deseaba seguirlo escuchando gemir así el lindo apodo que sólo le decía su Misaki.

—Misaki..— Pronunció excitado, masajeado la erección del castaño, a lo que el otro sólo se dedicaba a gemir por el buen trabajo de su novio.

Dejo de acariciarla para inspeccionar debajo de la ropa interior del chico que inmediatamente se arqueo, le avergonzaba, mucho, más de lo que imaginó que podría llegar a estar avergonzado pero al mismo tiempo no deseaba detenerse.

Debajo de la ropa continúo masajeándolo regocijándose de las reacciones del chico, cada minuto en esa habitación el mayor se ponía más y más duro.

Los gemidos eran para el mayor una melodía de los dioses, era quizás lo más hermoso que había escuchado.

—Usa..Usagi..ah… — Le acercó más para besarse, quizás consideraba una pena silenciar esos hermosos sonidos pero sin duda besar a su amado era una de los privilegios más grandes que podría tener.

Sentía el agarre fuerte en el cuello mientras sentía como las caderas del castaño se movían al ritmo de su mano.

—Ah… ah.. Ah..—Se separo de los labios del mayor para gemir y jadear libremente— AH… Usagi-san… Usagi… ¡AHHH!— Cerró los ojos fuertemente para dejar salir su esencia en la mano del peliplata.

Jadeaba fuertemente entreabriendo los ojos con un brillo que denotaba vergüenza, se percató que su novio le miraba atentamente a sus expresiones, lo que lo apenó todavía más.

—N..No me mires así…— Cerró los ojos de nuevo e inclinó su cuerpo de costado para evitar mirarlo.

—¿Cómo me puedes pedir eso con ese lindo rostro? Tienes tan lindas expresiones.

—Cállate, un.. hombre no puede ser lindo…

Le tomó el hombro al ojiverde para volverlo a acostar en el futón.

—Tú eres lindo— Antes de dejarle reprochar capturó sus labios para darle un beso muy tierno.

Se posicionó de nuevo sobre su novio, lentamente sin desearlo asustar dirigió su mano llena de semen del castaño hacía la entrada rosada de éste.

Soltó un gemido en el beso, tenía miedo, sabía lo que vendría, sabía que dolería. Pero simplemente no deseaba detenerlo, además que se sentiría mal por el mayor sino que… De algún u otro modo deseaba que continuara.

Cuando entró un dedo sintió un agudo dolor al igual que una sensación muy extraña.

El beso acabó, el ojivioleta miró la incertidumbre en los ojos del menor, a lo que beso su frente.

—Tranquilo, procuraré hacerlo lento.

El otro sólo asintió pasando los brazos en el cuello del mayor.

Se tomó su tiempo en prepararlo, de a poco a poco metió el segundo dedo y cuando parecía haberse acostumbrado pasaba al siguiente.

Misaki sentía una extraña sensación, era extrañamente placentera, era muy raro sentir los dedos del mayor en su interior. Nunca pensó que sería algo fuera de lo normal, sólo quería estar con él.

Volvió a empezar a gemir, la sensación de Usagi dentro de él, era completamente aceptada por su cuerpo. De nuevo el calor comenzó a inundar su cuerpo, los labios del mayor consentían su cuello.

 Los dedos de Usami salieron de él para dedicarse a terminar de quitar la ropa interior y el pantalón.

Se posicionó sobre el menor.

—Sólo relájate…—Susurró antes de empezar a penetrarlo.

—AH.. ah.. duele—Cerró los ojos con algunas lágrimas en sus ojos.

—Respira— Siguió penetrándolo lentamente para que se fuera adaptando a su intromisión.

Notaba como el pequeño tomaba fuertemente los cobertores del futón y apretaba los dientes, mientras algunas lágrimas salían de sus ojos. Se sentía culpable de amar el interior de su novio, le inundaba el vientre de un calor tan intenso y la sensación de asfixia que le encantaba, pero no podía sentirse tan pleno al ver como su adoración le dolía tanto.

Terminó de entrar y permaneció quieto para que se acostumbrara el pequeño que no podía detener las lágrimas. Los brazos del chico aún lo aferraban a que permaneciera a pocos centímetros de él, le apretaba con mucha fuerza.

Cuando la respiración de Takahashi se calmó comenzó a embestirlo despacio y poco a poco. Éste aflojó un poco el agarre del cuello, comenzó a sentirse bien sin saber porque, quizás sólo por el hecho de que fuera su Usagi el que hiciera eso con él.

Jamás podría hacer eso con cualquier otra persona.

—Ah.. ah… — Volvió a su jadeó abriendo un poco los ojos.

—¿Ya no ah... duele?— Dijo Usami lamiendo el cuello de su pequeño.

—Ahm… ah… No tan..to..— Sintió como aumentó el ritmo, y así aumentando sus gemidos. Más que placer le encantaba estar tan unido a Usagi, sentía el latir de su corazón unirse con el suyo, como su calor era compartido, los gemidos de los dos sincronizados ante cada embestida.

Sin motivos de dejar de hacerlo tomó sus labios con los suyos, para volver a danzar con sus lenguas. Sin notarlo el beso se convirtió en mucho más húmedo, era casi adictivo tocar su lengua con la suya, le provocaba tantos escalofríos que al mismo tiempo con las embestidas le hacían sentir un placer descomunal.

—Ah. Ah..AH— Jadeaba en medio del beso, la vergüenza sentida por dejarse escuchar era aminorada al escuchar los gruñidos de Akihiko.

—Hm.. Ah.. AH ¡AHHHH!— Se arqueó inmediatamente y clavando sus uñas en la espalda blanca del ojivioleta.

Escucho una risita del mayor para acariciarle el cabello— Parece que he encon…trado lo que buscaba.

Las embestidas se volvieron mucho más fuertes y rápidas al ver que al menor no le importaba ese hecho continuó, buscando el lugar que hacía unos segundos había rozado.

Los gemidos del castaño aumentaron casi para convertirse en gritos aferrándose como si su vida de ello al mayor, se sentía casi tocar el cielo, el dolor simplemente ya ni parecía existir.

—¡Usagi-san!— Gritó al sentirse venirse de nuevo.

Aumentó rápidamente las embestidas a un ritmo casi desesperado al mismo tiempo que el otro movía las caderas.

La sensación de placer inundo por completo su cuerpo, gritando en éxtasis dejando salir por completo por segunda vez su esencia en el abdomen de los dos.

Ante la opresión, continúo un par de embestidas para dejarse llevar por la oleada de placer y vaciarse por completo dentro del menor.

—Ah… Misaki..—Dijo fuertemente terminando.

 Los dos intentaban recuperar el aire como si estuviera acabando, sus cuerpos estaban llenos de sudor apenas se daban cuenta.

El castaño liberó del agarre a su novio para dejar caer sus brazos rendido a su futón. Usami salió del menor y se recostó a su lado para recuperar el aliento.

—Te amo Misaki— Dijo con una sonrisa en su rostro quitando los mechones mojados de la frente de su adoración.

Éste sólo abrió los ojos y se acercó a abrazarlo aún agitado por la intensa actividad física.

—Te amo U..Usagi— Dijo con timidez.

Notas finales:

u-ù


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