Era una noche lluviosa cuando Bill y Tom decidieron ir a pasear, así que avisaron a Georg, Gustav y David. Se subieron al auto y Tom comenzó a Conducir su reluciente Audi. Pasaron 20 minutos cuando se sintieron cansados y optaron por volver a casa, Tom dobló en una esquina para ir por el camino a casa, o eso pensaba él.
-Tom –lo llamó su hermano al no reconocer el lugar- ¿Dónde estamos? :s
-¡¿Cómo que dónde?! –Bill asintió-. Pues no sé ._.u
-¬¬” ¿y cómo volveremos a casa?
-¿Cómo que cómo?
-¬¬ Ajá, ¿cómo?
-Pidiendo indicaciones :p
-Claro, como hay mucha gente a quién preguntar –le contestó sarcástico Bill- Mejor da la vuelta
-¡Ya sé…! Sólo que no hay cómo, está muy cerrada la calle :s
-Déjame conducir
-No
-Ándale Tom
-¡Ash! Está bien –Se bajaron del auto y cambiaron el asiento. Por lo menos ya había dejado e llover-. A ver señor “Sácanos de aquí” ¿qué hará?
-Voy, no me presiones –Se sacudió un poco para acomodarse en el lugar pero de una forma tan sensual que Tom sintió una leve excitación- ¿Pasa algo? –Le preguntó a Tom notando que se relamía y mordía los labios
-Nada –contestó- Sácanos de aquí
-Ok –Puso el auto en reversa y así comenzó a salir, hasta que se atascaron en un charco de lodo
-¡Muy bien señorito! Ahora no saldremos de aquí
-Cállate Tom, deja veo que tan grave es
-Bien ¬¬
Bill se bajó a asomarse pero Tom furioso por el incidente se cambia de lugar, enciende el auto y pisa el acelerador, salpicando a Bill del barro. Bill se dirige a la ventana de Tom y le toca, este baja el vidrio
-Bill ¿Qué te pasó? :O
-¬¬ Ja, já.
-Ya, perdón
-Tom, baja por favor
-¿Para qué?
-¡Por favor!
-¡Agh! Está bien –Se baja del auto- ¿Qué quieres?
-Te quiero hermanito –Después de esto lo abrazó, dejándolo todo lleno de lodo- Jajajaja…
-¡Bill! Me llenaste de lodo
-Discúlpame Tommy x)
-¿Sabes qué? ¡Yo también te quiero! –Y lo besó en la boca, acercándoselo a él pero luego de un segundo reacciona y se separa-. :x Bill, yo…
-Shhh… -Le pone un dedo en los labios- Calla, las palabras nos sobran aquí –Se acercó a su hermano y esta vez él lo besó-
-Ay Bill, si supieras cuánto te deseo
-Lo podemos averiguar –Lo condujo hasta el asiento trasero del auto y lo recostó
-Ensuciarás mi auto, Bill
-Oh, claro que sí –Cerró la puerta del vehículo y se propuso quitarle tremendas prendas a su hermano
Tom tomó a Bill del cuello y se lo acercó para besarlo nuevamente. Le encantó el aliento de su hermano en su boca tanto que deseaba no dejar de besarlo. Después de un tiempo de lucha Bill logró despojarse de la playera de Tom Dejándolo sólo en pantalones.
-Qué abdomen Tommy –Dijo Bill trazando las líneas del abdomen de Tom con su dedo y relamiéndose los labios
-Déjame ver el tuyo –Con un movimiento quedó Tom encima de Bill y le quitó la playera- Me gusta este tatuaje –Dijo señalando el tatuaje al costado del cuerpo de su hermanos menor- Pero aún más este- Concluyó con voz ronca y mirando hacia la cadera y le comenzó a quitar el pantalón
-No. Tú primero –dirigió sus manos al cierre de Tom y lo desabrochó haciendo que los pantalones le resbalaran por las piernas. Dirigió su vista a sus bóxers abultados e imaginando qué habría bajo estos comenzó a quitárselos
-Hey Bill, me toca quitarte los pantalones
-Entonces te espero –Sonrió con picardía y Tom se los despojó con todo y el bóxer. No lo pensó ni dos veces para tomar el miembro de Bill y llevárselo a la boca. Comenzó lento y lamiéndolo cuando decidió chuparlo. Se metió la punta del miembro de Bill a la boca y de a poco se metió más con una que otra lamida adjunta.
Bill lo que hacía era tomar a Tom para acercárselo más, cosa prácticamente imposible.
-Tommy, Tommy –Le gemía Bill- No te detengas
Y en una de esas estuvo a punto de soltar todo dentro de la boca de su gemelo, de no ser por que este lo impidió presionando la punta con su lengua y luego con su dedo. Dejó su trabajo en el miembro de su hermano.
-¡Tom! –Gritó Bill sentándose al ver que Tom no seguiría algo que disfrutaba al máximo. Lo tomó de los hombros- no Tom… -volvió a decir con voz de súplica
-¿Qué pensaste? ¿Que te dejaría? No señor, Tom Kaulitz siempre termina sus trabajos –Se bajó la ropa interior para dejar su entrepierna a la vista, asustando un poco Bill cuando el de rastas rubias se dirigió a él y le separó las piernas ¿no pensaba meterle ese gran trozo de carne, verdad?
Tom dirigió dos de sus dedos a la boca del pelinegro y este, entendiendo el mensaje, los lamió lascivamente hasta dejarlos totalmente empapados, de ahí Tom los llevó al recto del menor y los introdujo para comenzar a dilatarlo.
Bill por su parte sintió dolor mas intento no darle importancia, preparándose psicológicamente para lo que venía. El rastudo sacó sus dedos del pequeño agujero del pelinegro, ya listo para penetrarlo con algo más grande, pero antes de hacerlo lo lubricaría lo más que pudiera.
Bajó el rostro, ubicándolo frente al pequeño hoyo de su compañero y lo lamió en toda su extensión, sin olvidarse de introducir también la lengua. Se separo y se irguió ante Bill.
-¿listo hermanito? –Le preguntó Tom a Bill a lo que el segundo no pudo responder por la agitación que semejante situación le provocaba. Se esforzó:
-P-por supuesto… humm… -Se recostó en el asiento, cerró los ojos fuertemente y se preparo para un seguro pero complaciente dolor.
El mayor de los Kaulitz tomó su miembro y lo dirigió al recto de Bill, lentamente comenzó a penetrar y efectivamente sucedió lo que Bill pensaba, obligándose a sí mismo a tensar sus músculos. Tom se quedó quieto dentro de él y comenzó a esparcirle besos en todo el cuerpo de su amante. Se agachó y recorrió el pecho del menor hasta que se topó con uno de sus pezones y comenzó a jugar con él; dirigió una de sus manos a la otra tetilla y la desocupada, pues simplemente la ocupó en el pene de Bill.
-Oh… humm… Tom… ah… -Gemía ante tal placer ya relajando sus músculos, entonces Tom, se separo del pecho y, sin soltar el miembro de su hermano, comenzó un vaivén lento-. Bésame Tommy… -Rogó el pelinegro ¿y quién era Tom para negárselo? Se inclinó y unió sus labios en un sencillo, pero dulce beso, mismo que al transcurrir el tiempo este se intensificó y lo que parecía ser sólo un pico se convirtió en un canal de saliva y lenguas.
-¡Tom! Humm… oh por Dios, más fuerte –Comenzó a gritar su hermano. Tom se afianzó de la cadera del menor y para complacerlo nuevamente comenzó a embestirlo con mayor fuerza- ¡Tom! ¡Tom! ¡Ah! –Echó su cabeza para atrás y arqueó su espalda, víctima de un inigualable placer.
El chico de cabello rubio comenzó a sentir su miembro doler a causa de la sorprendente estrechez que poseía su hermano, lo sentía sofocar su entrepierna, mas nunca lo dejó. Lo dejaría hasta haber llegado al orgasmo con su hermano, además ¿quién podría renunciar a inigualable placer? Era algo que no había sentido jamás con ninguna chica, decir que le encantaba quedaba corto. Ahora, si Bill se lo permitía, en vez de llevar una mujer todas las noches a su dormitorio, llevaría a su hermano ¿quién lo diría?
-Oh, Dios Bill, eres exquisito, tan pequeño que ni me puedo mover
-Deja de quejarte y dame más fuerte… oh… sí…
El rubio sonrió ante las peticiones de su hermano, aquel que todos consideraban un ángel caído del cielo. Apretó su agarre en él –lo que seguro dejaría unos hematomas- y comenzó a golpear fuertemente a su hermano, en busca de su punto de mayor placer, salía y entraba, salía y entraba, rápida y ferozmente.
-¡Ahí! Tom, ahí, otra vez hum… -Subió sus piernas hasta hacerlas rodear la cintura de su hermano y apoyándose en los asientos del vehículo comenzó a moverse al revés de su hermano, haciendo del encuentro algo brutalmente exquisito para ambos. Tres estocadas más bastaron para hacerlos llegar al clímax casi al mismo tiempo y ver las estrellas mismas. Había sido lo mejor.
Salió lentamente de Bill y se recostó sobre él, cuidando de no asfixiarlo. Ambos totalmente empapados en sudor.
-Tommy… -Dijo Bill entrecortadamente por la agitación-
-Me encantó –interrumpió Tom dándole un casto beso en los labios
-Lo sé –Sonrió
-Pero aún tenemos que sacar el auto
-Estoy cansado Tommy –Se quejó
-Mañana entonces –Recostó su rostro sobre el pecho de Bill y sin previo aviso se quedaron dormidos.
A la mañana siguiente los rayos del sol entraron por las ventanas del auto, despertando a los dos chicos que en él descansaban. Bill abrazó efusivamente a su hermano diez minutos mayor.
-Ay Tom, temí que hubiera sido sólo un sueño –confesó con pequeñas lágrimas en los ojos
-Yo igual –Le dio un par de besos para limpiar esas saladas gotitas rebeldes-. Hay que volver Billy
-Sí, por desgracia –Respondió bajando la mirada con decepción. Tomaron sus ropas y se vistieron; salieron del vehículo para revisar el estado de la llanta atascada, sorprendiéndose de no encontrar rastros del barro que un día antes hubo. Se encogieron de hombros dándole menos importancia y volvieron a sus asientos dentro del coche, Tom conducía y Bill iba de copiloto.
-Eso, te juro que ¡Jamás! Lo olvidaré
-Yo tampoco lo haré Billy –Acercaron sus rostros y se dieron un beso corto
-Pero yo no lo olvidaré porque me duele horrores el trasero, no mal interpretes Tom –Rió y su gemelo le acompañó. Salieron de reversa y condujeron por el camino que más familiar les pareció hasta que lograron volver a casa.
-¡¿Dónde rayos estaban los dos?! –Les regañó David apenas los vio- ¡Les llamamos, dejamos mensajes y nada! ¡Nos tenían preocupados!
-¡Sí! ¿Dónde diablos estaban? –Preguntó Georg- No pegamos ni un ojo a causa suya ¿y por qué están llenos de lodo?
“nosotros tampoco” estuvieron tentados a decir ignorando la última pregunta que les hizo, pero se contuvieron.
-Secretó es… -Dijo Tom
-…secreto será –terminó Bill
Se sonrieron con complicidad y luego se fueron corriendo a sus habitaciones, dejando a todos con una gran duda pintada en el rostro.