GIR estaba en la sala sentado en el gran sofá junto con mini-alce viendo algunos programas al azar, cuando de pronto la puerta se abrió de golpe dejando ver a un irritado Zim cubierto de algo que parecía una baba verde. Dib había frustrado uno de sus más recientes planes que implicaba contaminar la carne que consumían los apestosos humanos con asquerosas cantidades de fluidos de brócoli hervido, desatando caos como nunca antes se había visto en la historia de la humanidad. Lamentablemente apareció el humano cabezón y luego de forcejeos e insultos ambos cayeron en el enorme contenedor del repugnante líquido y la cabeza de Dib obstruyó el tubo de salida, ocasionando una enorme explosión. Ahora ahí estaba el invasor, cubierto de la pegajosa sustancia y enojado por los resultados de su malévolo plan.
- ¡Ese Dib! Es el único obstáculo que impide la conquista de esta horrenda bola de mugre ¡Lo detesto!
- A mi me agrada- GIR sonreía tontamente luego de decir esto
- ¡Silencio! Ese es solo un humano problemático
- El humano cabezón es divertido, debería quedarse con nosotros
- *Squeek*
- ¡Eso es! Ingenioso, muy ingenioso- decía sobando sus enguantadas manos- usare al mono Dib para mis planes, será otro mas de mis asistentes, nada evitara que mis planes se lleven a cabo
- ¡Sii! ¡Mary vivirá con nosotros!
- Solo debo encontrar una forma de manipular su débil mente
- ¿Y si se lo pedimos?
- ¡JAMAAAS! Un invasor jamás pide algo, simplemente lo tomamos. *suspiro* si solo tuviera la tecnología que uso Tak para hipnotizar al humano… ¡espera! Hipnosis… ¡Si! ¡GIR!
- Si amo
- Ve y trae toda la pizza y tocino que tengas ¡ahora!
- Okie dokie
GIR corrió a la cocina y luego de un par de minutos el pequeño robot apareció cargando una impresionante cantidad de comida grasosa.
- ehh… ¿de donde sacaste tanta comida humana?
- Tenía cupones~- reía el pequeño robot
- Oh bueno… ¡Bien, es hora de llevar a cabo la primera fase de mi plan!
La comida estaba apilada en el suelo y desprendía un horrendo olor a grasa rancia. Zim se aparto un poco, respiro profundo y tomo velocidad para saltar sobre el montículo. Sentía como la asquerosa comida resbalaba por su superior piel irken, sentía muchas nauseas, pero bien valía la pena tanta tortura. Se sumergió un poco más y luego salió arrastrándose del inmundo montículo, mientras que GIR seguía nadando entre toda la comida.
- aahh…ahhh- Zim jadeaba tratando de aspirar todo el aire limpio que podía- ¡Mini alce, necesito un espejo!
Mini alce se acerco portando un espejo a pedido del invasor. Zim lo tomó y examinaba su rostro buscando cuidadosamente. Y ahí estaba, si, el propósito de su valiente y osado acto. Un pequeño grano se asomaba por su mejilla izquierda, pequeño, pero eso se podía arreglar. Zim sostuvo un trozo de tocino que había llegado hasta sus pies debido al desastre que armaba su robot, y lo empezó a refregar sobre su mejilla. Ya podía sentir como empezaba a crecer y a balancearse sobre su rostro. Volvió a observarse con el espejo y ahí estaba, grande, redondo y lleno de jugo hipnótico.
- Bienvenido, Pustulio- empezó a reír maniáticamente, pues este era el primer paso para lo que venia
Mientras tanto, en la otra casa, Dib se encontraba en su habitación ya bañado y cambiado, listo para descansar luego de otro día de haber salvado a la Tierra. Se hecho sobre su cama aspirando el aroma de la victoria mientras que poco a poco sentía como sus ojos se cerraban. Pero la tranquilidad no duró mucho. El sonido de cristales rompiéndose hizo que se levantara rápidamente, y ahí estaba, parado sobre su cama, Zim. Había ingresado rompiendo la ventana de su habitación y usaba un saco con capucha que solo dejaba ver una parte de su rostro y sus falsos ojos violeta.
- ¿Zim? ¿Qué haces en mi habitación?- Dib había retrocedido pegándose a la cabecera de su cama mientras aun permanecía sentado
- Dib humano, prepárate para tu ruina- Zim bajo el cierre de su saco y lo aventó a un lado de la habitación, dejando ver a Pustulio
- ¿Pustulio? ¡No! ¿Qué planeas? ¿Y por que le tuviste que dibujarle el rostro y ponerle disfraz?- decía volteando su rostro para evitar caer bajo la hipnosis
- Veo que no lo has olvidado, humano. Pues veras, luego de tantos planeas arruinados por tu enorme cabeza decidí que serás mas útil como uno de mis ayudantes que como enemigo. Así que usaré a Pustulio para doblegarte… y le puse el disfraz porque se ve genial.
- ¡Eso es una locura! ¿Y que te hace pensar que voy a ceder?
- No tienes opción, larva Dib
Zim se arrojo sobre Dib colocando su peso sobre la cintura del humano y apresando sus manos para que no se moviera.
- ngh, Zim, ya basta- Dib forcejeaba bajo el cuerpo del irken
- Mira a Pustulio
- ¡Jamás!
- ¡Entonces será a la fuerza!
Las manos de Zim que sostenían las de Dib fueron reemplazadas por dos de sus extremidades biónicas. Sus manos tomaron el rostro de Dib y lo voltearon para que lo viera directamente, y haciendo uso de sus dedos abrió sus ojos a la fuerza. El de ojos marrones sentía como su conciencia se perdía con cada movimiento de Pustulio, de pronto perdió el conocimiento.
Zim dejó de sentir el forcejeo y vio los ojos perdidos de Dib. Ya había caído en la hipnosis.
- ¡Victoria para Zim!- se separó del cuerpo del humano y juntaba sus dedos con malicia pensando en lo que podría hacer ahora que lo tenía bajo su control.
- Muy bien, hagamos una prueba. Dib, ¡arrodíllate ante el gran Zim!
- N-no y- ggahh- Dib recuperaba parte de su conciencia pero luego de un rato de lucha contra la hipnosis, terminó arrodillándose a los pies de Zim
- HAHAHAHHAHAHAHAHAHA… Bien, una prueba más. Pelear contigo me dejo bastante exhausto- Zim se sentó al borde de la cama dándole la espalda a Dib- Pustulio ordena que me des un masaje
- Si, amo- Dib se acercó de rodillas acomodándose detrás de Zim. Puso sus manos sobre los hombros del invasor y empezó a apretar torpemente la zona
- Aw.. esp-pera aww, para ser un esclavo aaaaw sin voluntad ouch eres bastante torpe. Pustulio ordena que lo hagas más placentero
Frente a esta orden, Dib relajó un poco más sus manos y acariciaba suavemente.
- ¿Así le gusta a Pustulio?- Dib susurró eso cerca al cuello de Zim provocando un cosquilleo que recorrió toda su espina.
- Waah- se paro rápidamente luego de sentir la extraña corriente. Los brazos de Dib cayeron quedándose colgados, sin producir ninguna otra reacción.
- ¿Qué fue eso? Se sintió extraño… pero placentero- Zim hablaba para si mismo en voz alta, después de todo no tenia que preocuparse si el humano escuchaba o no. Volteó a ver a Dib, seguía en su misma posición esperando por alguna orden. Zim se acercó y lo analizaba de pies a cabeza- Es un humano común, ¿Qué hace que su toque sea más placentero que el de los otros de su misma especie?- es decir, muchas veces había tenido contacto con otros humanos por choques, golpes, había estado entre multitudes, pero cada uno de esos roces le resultaba asqueroso. Pero con Dib era diferente, tal vez a causa de la costumbre a todas sus peleas, pero nunca con este tipo de efecto.
- Necesito probar más. Dib, párate frente a Zim y extiende tu mano.
Dib acató la orden y se encontraba con la mano abierta frente a Zim. El chico verde acerco su mano lentamente y cruzó sus dedos con los de Dib. Rápidamente sintió como un calor agradable pasaba a través de su brazo y recorría todo su cuerpo. Era tranquilizante, pero le asustaba que esta tranquilidad fuese consecuencia del toque del humano. Así que solo lo soltó.
- No lo entiendo- tal vez si el humano estuviese consciente podría explicarle algo de esto, pero liberarlo de la hipnosis no era una opción. Pero tal vez se lo podría ordenar- Dib, explícale al gran Zim las posibilidades de esto que siento.
- Mencione que siente- decía Dib sin inmutarse
- Pues, se siente placentero cuando tenemos contacto y mi squeedly spooch esta reaccionando fuera de lo normal. Ah ¿y es normal que quiera seguir tocándote más?
- Usted esta enamorándose de Dib, amo
- ¡¿Qué?! ¡Mientes!
- No se me permite mentirle al vocero de Pustulio, amo
- Eso es cierto, ¿como confirmar la información?, los irkens no estamos acostumbrados a este tipo de afecto. Dame opciones de confirmación, humano.
- Los humanos muestran este tipo de afecto de varias formas. Las mas comunes son abrazos y por medio de besos.
- ¡Pues que así sea! Ya he visto antes este acto que llaman “beso”, no debe ser tan difícil- Zim se acerco lentamente y con nerviosismo al rostro inexpresivo de Dib. Si estaba en lo correcto, ¡y claro que lo estaba porque era Zim!, debía juntar su boca con la del humano, y así lo hizo. Sintió algo similar a la felicidad que sentía cuando tenía un arma de destrucción masiva en sus manos, pero más intenso. El roce con el Dib era agradable, tibio y explosivo al mismo tiempo. Nunca había sentido algo igual. ¿Esto significa que le gustaba el humano?
Se separó avergonzado por pensar en ello y se topó con unos ojos marrones y una cara sonrojada pero totalmente sorprendida. Su cerebro procesó en unos segundos lo que pasaba y halló la respuesta. Se acercó al humano, la cercanía hizo que los ojos de Dib perdieran de vista a Pustulio. No lo ve, se libera de la hipnosis, así de sencillo.
- Q- que diablos…- fue lo único que dijo Dib en un susurro
- Es-esto es… ¡olvídalo!- Zim tomó el saco del suelo y saltó por la ventana haciendo uso de sus extremidades arácnidas para huir lo más rápido del lugar.
Dib seguía inmóvil, definitivamente esa noche no podría dormir.
Ya en su base, Zim respiraba agitadamente olvidándose por completo el motivo de su visita a Dib, de Pustulio, de todo. Se encontraba confundido, solo podía pensar en todas las nuevas sensaciones que lo habían invadido esa noche.
- Amo, ¿y Mary?- interrumpió GIR
- ¿Ah?- Zim salió de sus pensamientos- ¿Sabes GIR?, esta vez no funciono el plan. Tendremos que hacer otra cosa para conquistar al humano
- ¡Wiii! ¡Hare waffles!
- Si, si, GIR