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En especies por karin vongola

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Notas del fanfic:

No es mio, es de Hino

Por sobre todas las cosas, Zero odiaba, aborrecía y detestaba tener que pedir prestado. Pero tuvo que hacerlo, a regañadientes. Era el cumpleaños número 15 de Yuuki y no podía regalarle lo de todos los años: una cena o una visita al parque de diversiones. Era una ocasión importante, necesitaba dinero. La fuente más cercana y menos notoria era nada menos que Kuran. El idiota hermano de Yuuki.

Quiérase o no, tuvo que pedirle un préstamo. No tenía un céntimo, aun no trabajaba y pedirle prestado a Cross significaba la inmediata vociferación de la noticia a través de los 5 continentes.

Todo había resultado perfecto. Le compro un lindo regalo a Yuuki y la jodida fiesta, según ella, había resultado espectacular. El no lo había disfrutado en lo absoluto. Asistio por obligacion e inistencia de la castaña. Odiaba las reuniones de una gran cantidad de gente bailando y hablando lo suficiente como para inundar sus oídos de sonidos entremezclados. Aunado a ello el olor vampírico que tanto le repelía estaba por todos lados, aunque solo hubiesen asistido Kuran y cía. Realmente desagradable.

Ahora tenía un pequeño problema que le carcomía por dentro. El pago a Kuran. No tenía dinero. Y Kuran incluso le exigió intereses. ¿De dónde mierda iba a asacar el dinero? No tenía un empleo. Cross no dejaría que saliese a trabajar medio tiempo, y aunque lo lograse a escondidas sería descubierto en poco tiempo. Estaba entre la espada y la pared. Odiaba pedir prestado y odiaba aun más el sentimiento de deberle algo a alguien. ¿Por qué pedirle a Kuran por sobre todas las personas? Joder.

Salió a despejarse al jardín. La luna llena estaba parcialmente oculta tras una ligera capa de nubosidad. Al aspirar, captó el aroma del sangrepura. Lo que faltaba.

-Kiryuu- Pronunció el castaño con una voz potente, que crispó los vellos de la nuca de Zero.

-Kuran- Dijo Zero, con frialdad

El de cabellos plateados comenzó a caminar, pero Kuran comenzó a seguirlo a muy poca distancia. Detestaba sentirse vigilado, mucho más si se trataba de alguien como Kuran.

-Deja de seguirme- dijo el ojivioleta sin mirar atrás. No obtuvo contestación alguna.

Ni siquiera se escuchaban los pasos del castaño, como si no hubiese nadie, pero sabía que estaba allí, su aroma persistía inminente. Un momento ¿Cómo demonios podía distinguir el jodido olor que despedía el maldito Kuran? Comenzaba a exasperarse. Aquella fragancia se intensificaba cada vez más. Como si estuviese frente a él, como si él mismo tuviese ese olor impregnado. Lo odiaba, pero al mismo tiempo le parecía adictivo. Un sentimiento bastante extraño a decir verdad.

-Me causa gracia tu aptitud, Kiryuu- dijo Kaname con sorna. Aparentemente estaba divirtiéndose a su costa

-Deberías estar en clase justo ahora- exclamo el peliplata, tajante

-Necesito mi dinero

Claro. Dinero. Como si no fuese el dueño de una incalculable fortuna por ser el heredero sangrepura más influyente del que tenía conocimiento. Solo quería acabar con su poca paciencia. Y estaba lográndolo.

-No tengo dinero

-Eso es un problema- dijo Kaname, con calma- Necesito que me devuelvas los favores que muy amablemente te he concedido- agregó

-¿Favores?- Cuestionó Zero, intentando que la sorpresa no se le notase demasiado. ¿Es que había más de uno?

-Te di de mi sangre. Te proporcioné un préstamo. Te he perdonado la vida más de una vez. ¿Quieres que siga con la lista?

-No, gracias

-Me debes mucho. ¿No vas a pagarme?

-Te he dicho que no tengo dinero

-Veamos- dijo Kaname, pensativo- Soy condescendiente Kiryuu, Aceptaré el pago en especies, si tanto insistes en tu falta de efectivo.

-Vale-

-Incluso puedo aceptarlo por partes, si así lo deseas

A Zero no le estaba gustando nada, la mirada perversa que estaba lanzándole Kuran de arriba abajo. ¿Por qué había aceptado el pago en especies? Además ¿Qué demonios eran especies?

-Por partes- Susurró Zero, intentando alejarse del cercano e insinuante Kuran, quien se aproximaba peligrosamente a su rostro

-Podemos comenzar con una pequeña porción de la inicial justo ahora- Le dijo al oído, incluso mordiéndolo suavemente

-Kuran, aléjate- amenazó Zero, buscando a Bloody Rose

-Aceptaste mis condiciones. Ahora atente a las consecuencias- dijo Kaname, tomando la mano de Zero para alejarla de su bolsillo.

-Kuran, te lo advierto- Dijo Zero entre suspiros, Kuran estaba besando y lamiendo su cuello. Lo peor es que no tenía fuerzas para empujarlo y alejarlo. Incluso sus pensamientos comenzaban a nublarse.

Sintió la húmeda lengua de Kaname abrirse paso a través de sus labios. No podía evitarlo. Correspondió el apasionado beso e incluso quería más. De un momento a otro los pensamientos comenzaron a correr otra vez. Le dio un empujón al castaño y reviso sus bolsillos en busca de su arma, pero no la encontró ¡Estaba seguro de que la cargaba encima!

-¿Buscas esto?- pregunto Kuran, con una sonrisa leve, sosteniendo a Bloody Rose por el gatillo con su dedo índice

Zero le quito el arma con recelo. ¿Cómo es que había podido cogerla sin lastimarse? Y por encima de ello, ¿sacarla de su bolsillo sin que se diese cuenta?. De inmediato noto unas quemaduras leves en sus dedos, que comenzaban a curarse lentamente.

El cazador se fue de allí, rumbo a su habitación, a paso rápido y bastante molesto. Al verse en el espejo noto sus mejillas algo rosas. ¡Mierda! Mostrarle su rostro sonrojado a ese maldito sangrepura. Además, tenía una marca rojiza en el cuello. Un chupetón que no se borraría hasta la mañana. Ni siquiera se había dado cuenta de que la comisura de su labio sangraba. ¡Kuran había tenido el descaro de beber de su sangre sin que se diese cuenta! Y encima, el olor de Kuran ahora sí que estaba impregnado sobre su ropa. Necesitaba un baño urgente.

-Especies- pronuncio el ojivioleta de repente.

Encendió su computadora y hurgó en internet en busca del significado de la jodida palabra.

Pago en frutos o géneros, y no en dinero.

Demonios. Se había metido en un buen lío. Y Kuran era de los que se cobra hasta el último centavo, se le notaba a distancia. A saber qué implicaría lo que quedaba de pago. Porque la deuda era bastante grande.

En su habitación, Kaname relamía sus labios mientras miraba a través del ventanal. La sangre del cazador no había sido tan desagradable como había previsto. Tenía un sabor dulzón que le atraía. Sí. Definitivamente Kiryuu pagaría cada céntimo. Intereses y honorarios incluidos. De eso se encargaría, sin lugar a dudas.

Notas finales:

Tuve una exposicion acerca del pago en especies, de allí la idea del fic. El concepto que está en cursiva proviene del DRAE. Su interpretacion se da según sea el caso. En este particular, Kaname lo llevo a un sentido un tanto, ya sabeis... ejem.

Gracias por leer!

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