Aquí estoy, sentado en una cama, dejando que el reproductor aleatorio me sorprenda mientras pienso en ti y en lo maravilloso que ha sido este primer año a tu lado. Esas mariposas…ese cosquilleo en el estómago lo sigo sintiendo cada que te tomo de la mano, que te abrazo, que te beso…como si fuera la primera vez.
23 de Julio… era mi cumpleaños y paseábamos por el parque. Solo un día más e iba a ser aquel en que bastantes declaraciones se llevaran a cabo, pero yo no quería esperar más, NO PODÍA esperar más…tenía que decirte que comenzabas a gustarme, que me hacía falta verte, hablar contigo.
Por un lado me imaginaba que sentías lo mismo que yo, pero por otro me negaba a creerlo, es decir ¿qué tendría yo de especial? ¿Por qué me elegirías a mí? Eso solo tú lo sabes, solo espero no defraudarte.
¿Recuerdas el primer día en que te tomé de la mano?
Yo sí.
Estaba nervioso y pensativo, más que nada porque ignoraba si eso era de tu agrado, si ibas a querer soltarme, si te iba a hartar, si todo iba a ser un juego y nada más…pero lo hice y no quería soltarte. Mi corazón latiendo muy rápido, mi mano sudorosa, mi sonrisa contenida y la tuya inmensa sin temor ni pena de que los demás nos vieran.
¿Recuerdas el primer beso?
Yo sí.
De nuevo la inseguridad me carcomía y no quería atosigarte, más porque ya tenía conocimiento de que los besos no son de tu agrado, aunque algún día tenía que pasar y quería dejar de aplazar las cosas arriesgándome a que probablemente en un futuro me arrepintiera por no haber hecho nada, pero aun así te agarré de la barbilla, cerré los ojos y posé mis temblorosos labios sobre los tuyos…solo unos segundos y todo ruido y pensamiento desaparecieron, solo estábamos tú, yo y las mariposas revoloteando en mi interior. Después te abracé y tú solo estabas quizá riendo por dentro porque mis brazos hacían notar mi nerviosismo al no parar de temblar. Entonces me besaste y de nuevo tuve aquella sensación al mismo tiempo que me preguntaba “¿No que no le gustan los besos?”…ya las palabras que se dijeron después me importaron y me siguen importando muy poco.
¿Recuerdas cuando te pregunté si podía ser tu novio?
Yo sí.
No estaba tan nervioso como en otras situaciones, pero he de admitir que temía tu respuesta fuera no. Casi no decía nada, en realidad solo respondía a tus preguntas y escuchaba tus anécdotas esperando al momento perfecto y mirando la hora a cada oportunidad, por si se nos hacía tarde y ya no quedaba más que hacer que ir a la universidad y esperar otro día…pero que sorpresa, tu respuesta fue un sencillo si, un monosílabo capaz de alegrarme lo que quedaba del día, una respuesta que ni yo mismo me creía.
Y es que sigo sin creérmelo, sin creer que tus miradas, tus sonrisas, tus abrazos, tus besos…todos ellos son dirigidos a mí.
Eres mi todo, mi universo, contigo siento que soy valioso, que tengo un motivo para estar aquí y sin ti no soy más que uno de tantos seres vivos en la tierra sin rumbo alguno. Si estás triste yo lo estoy, si estás feliz yo lo estoy, si algo te enoja a mí también me enoja. Me importas y mucho, daría TODO con tal de verte sonreír en todo momento y que ninguna preocupación, presión ni depresión invadieran tus pensamientos.
Si hay algo que te pido por favor, es que nunca olvides que me gustas, me encantas y me fascinas; que te quiero, te adoro y lo más importante, al menos para mí: que te amo con todo mi corazón.
No podía creerlo. Sasuke Uchiha, expresándose de esa manera y era ¡Sobre el! Suspiro, le amaba y el sentimiento era mutuo y sin haberse dado cuenta unas lágrimas surgieron de sus ojos. Sasuke era un teme, su teme.
─ Naruto… ¿estas llorando? ─Pregunto Sasuke al entrar a la habitación.
No había tenido la última hora de clase en la universidad, ahora se encontraba caminado hacia su departamento, así que después de tomarse un relajante baño le hablaría a Naruto, le diría que salieran a cenar, sonrió al recordar a su rubio, sí eso haría. Todo marchaba bien hasta que llego a su hogar. Al entrar dejo sus zapatos en la entrada y comenzó a subir las escaleras, y de repente escucho un extraño ruido, detuvo su andar ¿Acaso alguien habría entrado? ¿O simplemente estaba imaginándolo? Si seguramente se trataba de eso. Caminó hasta su habitación y se sorprendió por lo que vio, su novio estaba leyendo, y se le veía muy concentrado.
─ Naruto… ¿estas llorando?
El rubio sorprendido no respondió se seco las lagrimas y miro a Sasuke.
Sasuke se percató de que lo que estaba leyendo, al instante se enfureció ¡Estaba leyendo su diario! Pero ese sentimiento se vio opacado por el de la vergüenza al ver que Naruto leía precisamente esa página.
─ Sasuke ¿Qué haces aquí?
─ ¿Qué haces tú aquí? Es mi departamento por si no lo recuerdas dobe
─ Yo estaba buscando unos documentos que olvide el otro día─ dijo mientras trataba de esconder el diario
Sasuke le miro fijamente.
─ ¿Por qué leías mi diario?- pregunto mientras se acercaba al rubio
─ Fue un accidente ¡lo juro! ─ el Namikaze cerró los ojos, estaba esperando un golpe por parte del otro pero este nunca llego, los abrió y vio a Sasuke sentado en la cama
─ ¿Por qué llorabas?
Naruto suspiro.
─ Antes de responder quiero que sepas que estaba buscando unos documentos cuando tu diario se cayo y al levantarlo se abrió en esa pagina ─ dijo mientras se acercaba lentamente a su novio ─ en realidad la manera en que te expresaste fue… hermoso, me conmovió hasta las lagrimas. Nunca me arrepentiré de haber dicho que si Sasuke ─ se arrodillo quedando en frente del Uchiha
Sasuke se encontraba sonrojado, es por eso que había evitado todo este tiempo la mirada de Naruto. Pero al escuchar esas palabras sintió su corazón latir mas rápido de lo normal e instintivamente busco los ojos del rubio.
─ Te amo ─ dijo Naruto para después lanzarse encima del azabache y comenzarlo a besar, un beso que fue correspondido de inmediato, se acariciaban pero necesitaban mas, una cosa llevo a la otra y media hora después, ambos se encontraban desnudos y jadeando.
─ Dobe, ¿que era lo que buscabas? ─ pregunto Sasuke que se encontraba en el regazo del rubio mientras el rubio le acariciaba el cabello
El ojiazul no respondió se levanto de la cama dejando a Sasuke confundido, se acercó al escritorio que se encontraba al lado de una ventana y reviso unos papeles, segundos después regreso a la cama con una carpeta y con un objeto pequeño pero este lo escondió sin que Sasuke se diera cuenta poniéndolo atrás de su espalda.
─ Es tuyo ─ dijo extendiéndole la carpeta y sentándose en la cama
─ ¿Mio? ─ el rubio asintió, el pelinegro extrañado abrió la carpeta
─ Y bien ¿Qué piensas?
─ Pero tu dijiste que íbamos a vivir juntos hasta que…
El azabache alzo la vista y se ruborizo.
─ ¿Estas seguro?
─ Totalmente. Quiero formar una familia contigo Sasuke
─ Eso significa que…
No pudo completar la frase, porque cuando se dio cuenta el rubio le estaba mostrando un anillo.
─ Sasuke… ¿Te casarías conmigo? ─ pregunto poniendo una tierna sonrisa
─ Yo, claro que acepto dobe ─ dijo el pelinegro para devolverle la sonrisa
Naruto le coloco el anillo y después se abalanzo sobre su ahora prometido para darle un profundo beso. Minutos después simplemente estaban recostados, abrazándose y disfrutando del calor de sus cuerpos.
─ Usuratonkachi… Yo también te amo