Ese día había decidido comerse un pan fuera de la biblioteca e inmediatamente entrar y ponerse a repasar. Estaba emocionado porque pronto vendría un concurso de spelling en inglés, y se sentía bastante listo para mostrar todo lo que había aprendido los once años que había vivido en Estados Unidos. Además, a veces sus padres hablaban en inglés dentro de la casa por eso no había perdido lo fluido.
Practicó al menos media hora antes de sentirse cansado. La noche anterior se había quedado despierto hasta muy tarde preparándose para un examen. Ese tipo de cosas jamás sucedía, pero como durante la semana tuvo muchas pruebas olvidó agendar la más importante de todas y se vio a última hora repasando lo que sentía que sabía pero que tenía que mirar con mucha más calma.
Suspiró y vio hacia la ventana. Se preguntaba dónde estaba JR. Su amigo no se había presentado en el día y temía que se relacionara con el tema que habían discutido dos días atrás.
Empezó a jugar ausentemente con sus manos mientras pensaba lo tonto que era por no haber aceptado nunca que su padre le comprara un celular. Ahora no tenía idea cómo comunicarse con el otro sin que pareciera sospechoso y de paso pasara a preocupar a alguien más. La familia de JR era tan genial que imaginaba la cara que pondrían los suyos si iba a su casa a preguntar por él y ellos no tenían idea suponiendo que tenía que estar en el colegio. Además de que le causaría un problema a JR con su familia, seguro el otro le deformaba la cara de un puñetazo por soplón. No, JR jamás se había comportado violento con él, pero igual...
¿Y si quizá verdaderamente estaba enfermo? Quizá su mente estaba creando escenrario que no eran y la conversación de hace un par de días no había hecho más que alarmarlo falsamente.
Tomó sus cosas y abandonó la biblioteca. Cuando iba tan solo unos pasos fuera, el chico que había conocido hace un par de días lo detuvo con una sonrisa gran sonrisa en sus labios, mucho más grande de lo que le había visto anteriormente. Lucía tan tranquilo y feliz, que por un segundo olvidó que estaba en su lista de gente indeseada.
—¿Sabes dónde puedo encontrar la biblioteca?—preguntó.
Cuando Aron recordó que ese chico era amigo de Ren, todo el interés se le fue. Su cara se puso seria y señaló el cartel que estaba arriba de la puerta que decía biblioteca.
—Oh, soy muy tonto—largó una risa.
"Claro que lo eres", pensó Aron rodando los ojos internamente. Por más que quisiera demostrarle al otro que estaba molesto con él no podía hacerlo. ¿Por qué le preocupaba tanto?
—¿Estás bien? Luces un tanto...preocupado.
"¿A quién le importa lo que me pase?" Probablemente preguntaba eso por preguntar, típico de chico nuevo que no sabe qué tema inventar para hacer conversación. Oh, eran tan obvio que le daba ganas de decirle lo mucho que le desagradaba.
—No te importa—fue todo lo contestó antes de seguir caminando.
—¡Hey! ¿Por qué tan rudo?
—No hablo con gente de tu tipo—contestó.
—¿Gente de mi tipo? ¿Qué significa eso?—preguntó y su entrecejo se arrugó en confusión.
—Yo...
Estaba siendo irracional. No podía estarse comportando de esa manera cuando lo que siempre había primado era la razón. Minhyun estaba siendo amable y lo único que él había hecho era comportarse como un primitivo. Ese no era su estilo para nada. Lo que sentía esta vez era que estaba siendo grosero con la persona equivocada. Necesitaba tal actitud con otras personas.
—Perdón—negó con la cabeza.—No quise decir eso, solo...—admitió, quitando esa pose agresiva que había adoptado en un comienzo.
—Quisiste decirlo—intervino.—Si es por lo que accidentalmente ocasioné el otro día, lo lamento y aún estoy pensando en el modo de pagártelo.
—No—negó enérgicamente con la cabeza.—Fue algo tonto lo que dije y lo lamento. ¿Podemos olvidar lo que dije y...continuar como si nada hubiera sucedido?
Cuando Minhyun lo miró como si le hubiera crecido una segunda cabeza, suspiró.
—Debo irme, es...casi la hora, y tú tienes cosas que hacer—señaló la biblioteca.
—Creo que primero tenemos que aclarar algunas cosas—lo detuvo antes que lograra hacer un escape de película.
—Yoyo tete...
Minhyun comenzó a reír de la nada. Sonrojado, Aron infló las mejillas de una manera cómica que hizo que el otro terminara por continuar riendo hasta que le salieron lágrimas en los ojos.
—Ahora sí soy un payaso—murmuró.
—Deberías verte—trató de recobrar el aire el chico más alto.
Era la primera vez que Aron reparaba en que el otro era extremadamente delgado y alto, como un modelo. Recién hacía sentido lo que Ren había estado comentando el otro día de que todos hablaban de él y lo popular que se había vuelto sin siquiera buscarlo. Claro, con esa presencia pocas personas podían ignorarlo.
Ren probablemente había quedado con la boca abierta al verlo y sus ganas de conocerlo habían incrementado al punto de realizar el mismo alguna especie de situación para atraer su atención. Y lo había conseguido.
—Nuevamente tienes esa cara de concentración que me dice que estás pensando demasiado en algo. ¿Eres la clase de chico que no puede mantener su cerebro por un minuto en calma?
—Algo así—se ajustó sus lentes, hábito que había adquirido hace mucho tiempo.
—Mmmmhh...¿De qué hablábamos? Ah, sí. No sé qué impresión te habrás hecho de mí, pero espero que primero me conozcas antes de saltar con conclusiones extrañas. No sé porqué estoy diciendo esto, pero tengo la sensación de que no hemos comenzado con el pie adecuado y no quiero que tengamos una mala relación en el futuro.
—¿Por qué?—preguntó Aron.
Quizá ese chico no entendía a lo que se refería porque su pregunta era un poco escueta.
—Ah...—suspiró el otro.—Déjame que voy a la biblioteca a encontrar la respuesta y vuelvo—rió.—La verdad es que no tengo idea de nada—le tendió la mano en forma de presentación.—Mi nombre es Minhyun y no sé la razón por la que sigo aquí parado luego de que evidentemente estás molesto por algo.
—¿Estás burlándote?
—¿Tienes que cuestionar todo?
—¿Tienes que siempre responder como un chico listo?—contraatacó Aron.
—¿Tienes que sobreanalizar todo?—volvió a lanzar una pregunta.
—¿Tienes que siempre hacer de todo un ambiente más liviano?—ladeó el rostro y se mordió el labio para evitar sonreír.
Ambos se quedaron en un cómodo silencio. Aron pestañó, de pronto incómodo con esa comodidad que sentía. Una cosa era tratar de ser educado y ameno con el chico, otra totalmente distinta era ser una especie de amigo.
—Debo irme—dijo finalmente. No había mucho que hacer allí y no creía que quería estar más tiempo del necesario cerca de él. Mirarlo otra vez le daba una sensación que no podía definir claramente.
—De acuerdo—le entregó una sonrisa que Aron pensó que lo hacía lucir como un angelito.—¡Nos vemos!—se despidió animadamente.
Aron hizo una señal positiva con la cabeza y desapareció antes que el otro volviera a decir algo y se quedaran conversando una media hora.
Quizá ese chico no era tan desagradable después de todo.
***
La última semana había sufrido severos dolores de cabeza y todo se debía a la cantidad increíble de pruebas que tenía, y su necesidad por sobresalir en cada una de ellas. Si se había propuesto ser un alumno brillante, tenía que demostrarlo todo el tiempo y no renunciar por unos dolores de cabeza o intensas ganas de dormir.
Fue a buscar sus cosas a su casillero para luego volar de allí e ir por un helado. Sin JR no era lo mismo, pero tenía que superarlo y admitirse a él mismo que el otro había vuelto a caer con el mismo grupo de matones. Ya no podía negarlo porque los había visto fumando juntos fuera del colegio. Claro, se presentaba en el colegio solamente para ir a dar la hora.
Cerró su casillero y apoyó su frente allí un segundo. Quizá no era una buena idea ir a una heladería cuando estaba tan cansado que podría fácilmente dormirse una semana completa.
Oyó unos pasos tras de él, pero los ignoró porque imaginaba que aún quedaban alumnos, pese a que era un poco tarde. Sí, a esa hora solo quedaba la gente que se quedaba a los talleres.
—¿Cansado de existir, Aron?—preguntó una voz que Aron conocía perfectamente.
—Quizá podríamos buscarlo nosotros mismos—murmuró Baekho.
—Silencio—dijo Ren.—Necesitamos ubicar a JR, ¿sabes dónde está?
Aron se dio vuelta y no dijo nada.
—Te estoy hablando, perdedor—lo empujó levemente.
—No sé—fue todo lo que dijo y comenzó a caminar. No tenía la fuerza suficiente para enfrentarse a Ren y mandarlo al demonio. Era extraño que con alguien tan molesto como Ren no pudiera sacar la voz que sacaba con JR o Minhyun.
—¿Y eso es todo?—Ren caminó a su lado.
Aron sentía la presencia de Ren y eso le hacía sentirse cada vez más mal. De pronto se vio contra un casillero y la mirada fiera de Baekho.
—Ayúdanos a buscarlo.
Aron empezó a transpirar cuando vio que Baekho no lo soltaba y aumentaba la presión sobre el cuello de su camisa.
—No sé dónde está—volvió a decir.
—Oh, pobre Aron. ¿JR se cansó de estar al lado de un chico tan horrendo y torpe como tú?
"Esas palabras no duelen", se recordó mentalmente. Repetirse una y otra vez eso le había hecho superar muchos insultos de otros estudiantes que lo consideraban inferior.
—No puedo creer que hayamos resistido tanto tiempo a tu lado—dijo Ren, poniéndose al lado de Baekho para mirar de cerca a Aron. Cuando Aron no reaccionó, tomó su barbilla con su dedo para que lo mirara.—Eres tan feo que da pena mirarte—negó con la cabeza.—Yo creo que si Baekho te golpea te estaría haciendo un favor y capaz que se te componga algo el rostro—rió.
—Ren, creo que no nos va a ayudar en nada—habló el rubio de pelo corto. Su voz sonaba indecisa y Aron suponía que el otro no quería estar allí haciendo eso.
—¿Y no podemos jugar un ratito con él?—hizo un puchero.
—¿Qué quieres que le haga?—suspiró Baekho.
—No podemos golpearle la cara porque seguramente su mamita se dará cuenta. ¿Qué tal un golpe que lo deje recordándonos por un buen tiempo?—sugirió.
Era la primera vez en todos esos años que alguien lo iba a golpear y no tenía a nadie para protegerlo. Esta vez sí sintió miedo y preocupación.
—¿Qué te parecería eso?—preguntó Ren viéndolo con una sonrisa cargada de malicia.—No me digas, tú opinión no me importa.
Pronto Aron vio que se acercó a Baekho y le susurró algo. Lo siguiente que sintió fue un intenso dolor en sus costillas y que el aire le faltaba.
Cuando Baekho lo soltó, Aron permaneció contra el casillero no queriendo demostrar que le dolía todo. Su mirada se concentró en ambos chicos; Baekho miraba hacia el suelo y Ren tenía una sonrisa de victoria.
Al parecer eso era todo, porque cuando decidió caminar hacia la salida que daba al patio, ninguno lo detuvo. Al final del pasillo estaba Minhyun mirándolo con la boca abierta. Ni se molestó en hablarle o pedirle que lo ayudara, solo decidió correr hasta desvanecerse.
"¿Así se sentía ser víctima de bullying?", se preguntó. Nunca había experimentado algo similar y era traumático sentirse tan débil y solo. Era tan doloroso que por un segundo se le pasó la posibilidad de no asistir más y pedirle a sus padres que le cambiaran de colegio.
Finalmente luego de un par de minutos corriendo sin rumbo se detuvo en una plaza. Estaba llena de padres jugando con sus hijos y eso lo hizo distraerse por un momento de lo que le había sucedido.
Se sentó en la sombra de un árbol. Varios minutos estuvo masajeando el sector afectado para tratar de aminorar el dolor. De pronto sintió que algunas lágrimas escapaban de su mejilla. Era nuevo, no estaba acostumbrado a sentir su pecho contraerse tan fuertemente, pero creía que si las cosas seguían así esa no sería la última vez.
¿Así de débil era?
En esta oportunidad no había JR para defenderlo y hacerle sentir confianza. Ya no tenía a ese soporte que le hacía ignorar el hecho de que existía gente que lo odiaba.
Era hora de admitir que estaba completamente solo, y dolía.