—Estás...
—Dijiste que hablaríamos unos minutos—dijo Minhyun casualmente, arreglándose su cabello que se veía un tanto despeinado, distrayendo la atención de Aron por un segundo.
—No podemos...¿Qué te sucedió?—se acercó, pero el más alto se alejó tomando una distancia prudente que dejó un tanto herido a Aron. De verdad quería estar cerca de él y acariciarlo. El verlo así le habían dado unas ganas inmensas de abrazarlo y cuidarlo.
—No puedes ayudarme.
—Puedo intentarlo—dijo inmediatamente con determinación.
—No deberías estar aquí, papá está por llegar y si te ve pensará que eres mi pareja o algo así. No querrás saber el problema en el que estarás y yo estaré más tarde si eso pasa—dijo esto casi sin respirar.
—Oh....—frunció el ceño de pronto.—Fue tu padre el que...—se acercó nuevamente y esta vez Minhyun no hizo nada por detenerlo.—No puedo irme a casa sabiendo que estás con alguien así de violento.
Minhyun comprobó la hora y luego tomó del brazo a Aron haciéndolo ingresar al jardín y luego a la casa.
La casa era enorme y seguramente la habitación de Minhyun quedaba a minutos. Estaba exagerando, pero así de grande era ese sitio. Aron podría haberse quedado embobado por horas, pero el tema era Minhyun y no podía dejar de estar extremadamente preocupado por él.
Cuando finalmente se detuvieron, Minhyun lo miró seriamente y luego lo invitó a pasar con una leve señal con la cabeza.
—Papá trabaja hasta la madrugada y a veces ni siquiera llega, pero otras veces llega temprano. Espero que hoy no cambie sus planes y decida llegar más temprano, porque eso sería la guinda de la torta—comentó con un cierto dejo de sarcasmo.
Aron quería abrazarlo, pero no sabía si debía hacerlo o no. No tenía idea si los golpes en su rostro eran el comienzo de algo más complicado en otras partes de su cuerpo. No quería abrazarlo y dañarlo más de lo que estaba porque seguro estaría lamentándose su torpeza por días.
Era tan incómoda la situación que no sabía cómo abordarla. Por un lado quería decirle palabras de consuelo, pero por otro lado no quería decir algo inapropiado.
Cuando el chico más alto se sentó a un lado de la cama en el suelo, Aron copió la acción ubicándose a su costado derecho. Así permanecieron varios minutos en silencio, no un silencio incómodo porque eso no era algo que habían superado hace varias semanas.
—Aquí suelo ubicarme cuando quiero reflexionar y estar tranquilo.
Aron sonrió para sus adentros y se sintió afortunado de formar parte de las cosas especiales que Minhyun hacía. De pronto lo embargó un cálido sentimiento que recorrió su cuerpo completo.
—El otro día dijiste que si yo estaba herido, tú también estabas herido. Así es como me siento en este momento—suspiró y tomó la frágil mano de su amigo. Minhyun no puso pelea y Aron aprovechó para acariciar con la yema de sus dedos la palma del otro. Era un gesto simple pero algo muy significativo para lo que estaban viviendo allí.
—No puedes decir esas cosas—apoyó su cabeza en el hombro de Aron y éste percibió que el más alto sonreía.
—¿Uh?
—¿Sabes que cuando dices cosas así mi estómago se contrae involuntariamente? Es como si quisiera reír, pero no exactamente así. Es difícil de explicar y solo se siente.
Aron quería preguntar si aquello era bueno o malo, pero por la voz que utilizaba el otro imaginaba que era algo positivo.
—Creo que no solo me gustas—reconoció Minhyun.—Creo que...que uh...estoy enamorado. Y ni siquiera se te ocurra preguntar un porqué. La pregunta debería ser porqué no—bajó la vista y la concentró en sus manos que aún estaban unidas.
—Pensé que tú eras el más fuerte y frío de ambos—rió Aron.—Aquí te tengo, confesándote torpemente y todo sonrojado.
—¡Hey!—lo golpeó y el contacto entre sus manos se perdió momentáneamente.
—¿Puedo abrazarte?—preguntó Aron.
—¿Tienes que preguntar?
—¿Tienes que responder todo con una pregunta?
—¿Tienes que siempre volver al mismo punto de siempre?—preguntó Minhyun con una evidente sonrisa entre sus labios.
Ambos ahora estaban mirándose. Aron ladeó el rostro contemplando con ternura lo dócil que Minhyun se veía todo sonrojado, mordiéndose el labio y luciendo ese aspecto desaliñado, que atrajo inmediatamente su cuerpo evitando ser brusco.
—Temo que pueda dañarte—comentó, acariciando su cabello e inmediatamente haciendo un camino con sus dedos hasta su rostro magullado. Una vez allí trazó pequeños círculos alrededor de el corte en el labio y el moretón en el ojo.—Tenemos que hablar de esto.
—¿Puedes pretender que nada a sucedido y que estamos en una especie de película romántica donde terminarás diciéndome que también sientes algo por mí?—suspiró y cerró los ojos.
—Puedo hacer eso, aunque no podemos ignorar lo que te ocurrió con tu padre—respondió.
Ya no podía negar que estaba totalmente tonto de amor por Minhyun, aunque era difícil demostrarlo ahora que estaba más preocupado de su salud mental y física. Quería que el tema de los dos fuera el foco de la conversación, pero no podía hablar de algo así cuando era importante que el otro sacara lo que tenía dentro con respecto a su padre.
Volvió el silencio y Aron esperó que el otro hablara cuando se sintiera listo.
—Solo dije que era gay—comenzó.—Papá estaba tan molesto al saber que no existiría nadie más para compartir la fortuna que obtuvo con inmenso sacrificio. Papá siempre esperó el día en que le presentara a una novia y la futura madre de mis supuestos hijos. Es complicado, papá siempre soñó con aquello y ese día que le dije sobre mi orientación sexual él estaba tan devastado que tuvimos una gran pelea. Fue la primera vez que yo también devolví los golpes. Estoy agradecido de cierta manera que las cosas no hayan terminado peor—agregó.
—¿Te había golpeado antes?
—Un par de veces, sí, pero fue por levantarle la voz o cosas como haber llegado a casa en la madrugada. Uno le debe respeto a los mayores, más si es mi padre y la única persona que se ha hecho cargo de mí.
—¿Crees que volverá a golpearte?
—Le he dejado claro que no puede cambiar las cosas y que tendrá que acostumbrarse a la idea. Creo que todo ya quedó claro, solo que creo que las cosas están tan recientes que si te ve aquí inmediatamente sacará conclusiones apresuradas y se volverá violento. Necesitará mucho tiempo para asimilar todo esto.
—Mmhhh—respondió acariciando el cabello del más alto ausentemente.
—No es un mal tipo, Aron, solo…entiendo un poco lo que siente, pero no lo comparto. Soy gay, no daré hijos, es todo.
—Lo sé. No tienes que pensar más en ello si no quieres.
Minhyun asintió.
Entonces no había mucho que hacer más que demostrarle apoyo constante. No podía ir y golpear a su padre y darle lecciones de cómo tratar a su hijo. Tampoco podía decirle a Minhyun que se escapara de la casa y se fuera a vivir con él como en las películas donde todo podía ser posible. Tal vez la vida de Minhyun no era tan mala, tal vez las cosas mejorarían o al menos podrían ser llevaderas.
No tenía idea qué decir, entonces permaneció en silencio.
Cuando se dio cuenta que el chico más alto dormitaba, lo movió un poco y lo obligó a levantarse.
Ambos se recostaron de medio lado en la cama. Ambos estaban mirándose y sonriendo. Minhyun comenzó a entrecerrar los ojos y Aron volvió a moverlo para que le pusiera atención.
—Ni pienses en dormirte conmigo aún aquí.
—No lo haré—prometió.
—Bien—sonrió satisfecho cuando Minhyun abrió los ojos y solo lo estaba observando. Él también lo hacía, solamente que probablemente lucía como un tonto enamorado, o quizá solo lucía como un tonto.
—Deja de mirarme así—lo golpeó levemente en el pecho.
—¿Cómo?—preguntó Aron.
—Como si...No importa—mordió su labio que ya estaba maltratado. Aron negó con la cabeza a la vez que se acercaba para rozar sus labios en un tierno beso.
—Deja de hacer eso, te lastimarás más de lo que estás—lo regañó, acariciando su chasquilla rebelde que caía sobre sus ojos.
Minhyun pidió disculpas y sonrojado bajó la vista. Era divertido verlo así tan frágil y avergonzado cuando la mayoría del tiempo había sido testigo de un lado totalmente distinto a este. No podía negar que le gustaba el lado luchador, frío y rebelde del más alto, pero que le encantaba este otro lado. Ahora todas las cosas que Minhyun le había dicho alguna vez hacía sentido.
—¿Qué fue eso?—preguntó bajito Minhyun, volviéndose a morder de labio. Aron pensó que eso era muy tierno, pero si continuaba haciendo eso terminaría empeorando el hinchado labio.
—Dentente—volvió a acercarse a él y en esta oportunidad no juntó rozó sus labios sino que los besó cuidando de no dañarlo. Sonrío en medio del beso cuando se dio cuenta que Minhyun no solo respondía pero también hacía que el beso se intensificara.
Era totalmente distinto como imaginó esta situación, pero así y todo era perfecto. Tener en los brazos a la persona que quería era más que ideal. ¿Había siquiera imaginado cómo terminarían las cosas? No, solo esperaba que al ver nuevamente a Minhyun después de muchos días pudiera encontrar la respuesta que andaba buscando. Verlo así de distinto le había hecho sentir muchas más cosas que las que había sentido en un inicio, como si con tan solo ver esta otra parte de Minhyun le hubiera abierto los ojos.
Este chico era el que había estado esperando toda su vida sin siquiera saberlo, y también sabía que el otro se sentía exactamente igual.
—¿Qué es esto? —volvió a preguntar Minhyun, esta vez sin ninguna sonrisa ni la ternura de hace un rato.
—¿Qué es lo que sientes?
—Sabes lo que siento—contestó Minhyun un tanto confundido.
—No—negó.—Dime que es lo que crees que siento yo. Sé que es eso lo que quieres saber. ¿Qué es lo que sientes ahora que está pasando entre nosotros?
—Oh…No te rías. Se siente como si estuviéramos enamorados.
—Entonces ya tienes una respuesta.
Minhyun pestañeó varias veces antes de entender lo que el otro quería decir, pero luego solo asintió y volvió a unir sus labios en un tierno beso.