Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Patos. por Bubble x3

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Patos.

 

 

Hace varias horas que estoy en medio de la nada dando vueltas como idiota, por culpa de otro idiota y un líder enojado.

 

Es cuento corto…

 

Ayer yo estaba viendo la tele, sin molestar a nadie, a penas respirando para no incordiar con la calma que extrañamente había en el departamento.

 

De pronto, un pato salvaje se cruzó entre mis ojos y la pantalla.

 

-Eh, SanDeul, no me dejas ver… -No me volteó a ver ni se movió un solo centímetro de su lugar, y creo haber escuchado un “yah” escapársele de los labios, pero más que una afirmación era… Ni bien sabía que era.

 

-Hey, pato, salte de enfrente –Ahora sí que se volvió a verme, y había algo extraño en sus ojos mientras me veía, algo que no supe descifrar.

 

Pero seguía sin moverse, y a esa altura ya me había perdido la mitad del programa.

 

-¡Salte, SanDeul, que no estoy aquí para verte la cara! –Y estallé.

 

Y bueno… SanDeul también.

 

Lo cual fue extraño, el hambriento pato es siempre muy pacífico, pero ya llevaba varios días actuando extraño, como en contra de su propio carácter.

 

Su vista se aguó con el llanto, y contrajo los labios reteniendo un sollozo.

 

-¿Te molesta verme?

 

-¡Quizás si no fueras tan feo no me molestaría! –Y estalló él, pero en llanto.

 

Si hubiese sabido que estaba tan sensible, no habría dicho nada. ¡Lo juro! Pero ya no es tiempo de arrepentirse, ahora ya solo debo esperar a que se dignen a pronunciar mi nombre e irme de una vez por todas de este lugar.

 

¡Hace mucho frío!

 

Esta vez JinYoung hyung se ha pasado de desalmado.

 

¡Podría coger un resfriado, la peste, cáncer, qué se yo! O podrían asaltarme, o secuestrarme, o hasta drogarme y violarme, y luego pedir una recompensa por mi cuerpo casi muerto…

 

Pero claro, como el pato está triste, y el líder enojado, yo lo único que puedo hacer es acatar sus malditas órdenes, a costa de mi propia salud.

 

Aunque, bueno, no es tan malo si te pones a pensar, un tiempo libre, corto, pero totalmente a solas.

 

Si pudiera concentrarme lo suficiente como para entender el enfado de SanDeul, lo haría. Realmente no entiendo por qué se molestó tanto, nos hemos dicho cosas peores y aún así, pero esta vez al parecer está de verdad dolido.

 

Recuerdo cuando llegó JinYoung y vio a SanDeul llorando en el suelo…

 

-¿SanDeul? Baby, ¿qué pasa? –Se hincó a su lado y le sobaba la espalda; mientras, yo tratando de huir a la cocina. -¡Baro, ven aquí!

 

Se alejó nos pasos del lloroso cuerpo del pato, y me miró. Con fuerza, más de la necesaria, tomó mi mano derecha y fuimos juntos a la cocina.

 

Y me dio un sermón de aquellos.

 

Pero comenzó con una pregunta.

 

-¿Qué le hiciste a Deulie para que esté llorando así? –Y antes de que pudiera yo responderle, habló -¡No me mientas, porque te conozco!

 

Solo pude suspirar.

 

-Le dije… Eh, básicamente, le dije que era horrible y que verlo era una desgracia… -El gesto de mi dulce hyung ya no era tan dulce, parecía enojado, y estaba enojado, mucho.

 

-Dios… ¡Cómo puedes decirle esas cosas a SanDeul! –Claro, eso pensaba yo en ese momento, ¿por qué fui tan estúpido? Si no hubiera abierto la maldita boca, ahora quizás estaría durmiendo y no aquí afuera, con este frío tan cruel que hace.

 

Bueno, eso fue lo que pasó…

 

Y hay algo de lo que dijo JinYoung hyung que está rebotándome en el pensamiento.

 

“Tú bien sabes que SanDeul tiene problemas con su apariencia…”

 

O sea, ¿Es por eso que lloró? ¿Por eso tengo que comprarle un pastel para disculparme con él?

 

Claro, ahora todo tiene sentido. Se puso triste porque le dije que era feo…

 

Nunca antes le había dicho que me pareciera horrible. La verdad, ni yo mismo lo había pensado.

 

Bueno…

 

SanDeul es un pato, ¿Verdad?

 

Y los patos son lindos, ¿Cierto?

 

Pues, SanDeul…

 

¡Rayos! Justo ahora tenía que recordar esto.

 

La verdad es que no… No me parece especialmente lindo, pero tampoco es que sea poco atractivo, solo que… ¡Es solo que yo no debería andarme fijando en eso, es todo!

 

Bueno, la verdad es que… ¡Yah, SanDeul es lindo, ok, ya lo he admitido! Dios… No puedo ni conmigo mismo.

 

Y siendo sinceros…

 

Tiene… tiene unos ojos muy lindos y brillantes, pequeños y sonrientes… Y… -Oh, esto me cuesta hasta pensarlo, que alguien me ayude-.

 

Su sonrisa, su sonrisa es… Es como un sol, alumbra todo a su alrededor. Cuando SanDeul sonríe, es como si el mundo fuera un poco mejor, y me hace sentir… Me hace sentir diferente, extraño.

 

Y cuando lo vi llorar, un vacío horrible me invadió, y carcomió y despedazó mi corazón, y luego quemó los trozos que quedaban de él, y sus lágrimas se llevaron las cenizas.

 

Fue el peor sentimiento que en mi vida había tenido. Y me pegó fuerte, me dejó hundido.

 

SanDeul… ¿Por qué me harás tener estos pensamientos tan tontos? ¿Por qué me harás recordar todos esos momentos que me hicieron tan mal?

 

¡Oh! El pastel está listo~

 

-Este es el suyo, señor –La dependienta sonrió y me entregó una caja, envuelta con cuidado en papel rosado que SanDeul luego haría jirones con sus manos hambrientas.

 

-Gracias –Tomé la bolsa y salí de la tienda, el frío chocó con mi rostro y como pude me las arreglé para arrimarme más la bufanda al cuello, y juntarme el saco un poco.

 

No conozco bien las calles de Seúl, pero me las arreglaré para llegar a salvo a casa, por lo menos para disculparme con el pato y quitarme de encima la culpa.

 

Los faroles parpadean, y las gotas de lluvia empapan mi rostro y mi gorro.

 

¡Yo sabía que iba a llover, yo sabía!

 

Y claro, JinYoung hyung cree saberlo todo, y no, pero si él dice que no lloverá, no lloverá porque no.

 

No, mierda, ¡No! Ahora soy yo quien se está mojando hasta los huesos, solo espero que SanDeul me perdone la vida, por el tan horrible comentario hecho. – ¿Podrían agregar sarcasmo aquí?, gracias.-

 

Ya… La lluvia no pasa, tengo frío, sueño y hambre.

 

Podría comerme mi súper-pastel de disculpas, pero eso significaría la ira de JinYoung, y una serie de miradas desaprobatorias de CNU… A parte de los mensajes a las tres de la mañana, cortesía de un enojado maknae en recuperación.

 

Solo debo llegar, llegar, llegar…

 

Oh, ¿y por qué no piensas un rato en SanDeul?

 

¡Vamos, será divertido!

 

Aunque solo lograrás confundirte más.

 

¿Pero a quién le importa?

 

Esa vocecita que me habla se llama conciencia, a veces, me dice que cosas son buenas y que cosas son malas, y lo que debería y no hacer, pero a veces, también, se pone un poco tonta y dice muchas incoherencias.

 

Conciencia del demonio.

 

¡Sufrirás con la carga de todas mis dudas, maldita!

 

SanDeul, SanDeul, SanDeul…

 

¡Pero si él es culpable, no yo!

 

No, no digas más, que podría odiarte más de lo que ya hago.

 

Okay…

 

Entonces pude ver como mi conciencia corría a esconderse en algún rincón de mi mente, y como no volví a escucharla por un par de minutos.

 

Hasta que…

 

Oye…

 

¿Sí?

 

Deulie es muy lindo~

 

Mi mente es una cruel prisión traicionera. Ante mis ojos pasaban miles de imágenes, de recuerdos, memorias que tengo con el tierno pato.

Justo cuando menos tengo que pensar en él, ¿por qué me hago esto?

 

Masoquista no soy, no me duele pensar en él, pero, no sé, me hace sentir extraño, diferente. –Y creo que esto ya lo dije-.

 

Llegamos a casa…

 

¿Ah?

 

Que llegamos a casa.

 

¿Dónde estoy?

 

¡Llegamos a casa mierda!

 

Ay, no tenías para qué gritar…

 

Cómo sea, el sonido de las llaves chocando entre sí casi me pone a llorar. Es que, ¡Llegué vivo, sobreviví en la ciudad!

 

Al abrir la puerta, el zorro me miró de pie a cabeza y asintió, con los ojos cerrados. No dijo nada, pero supongo que significa debo ir a hablar con Deul.

 

Mis empuñadas manos temblaban, sentía la ansiedad y el miedo resbalarme entre los dedos en forma de sudor frío.

 

-¿Quién eres y qué rayos quieres? –Okay, no era buen comienzo, pero era un comienzo, era algo. Y tampoco es como si me fuera a abrir con una sonrisa en el rostro, no cuando le dije cosas tan feas.

 

-Deulie… ¿Podrías abrirme? –Esperé un par de minutos contra la puerta, y no escuché nada, no escuché ni pasos acercarse ni su voz, a penas lo oía respirar. –Por favor…

 

Y entonces, mi corazón, destrozado y casi inexistente órgano, dio mil vueltas dentro de mi pecho.

 

SanDeul tenía sus hermosos ojos aguados, rojos, con restos de lágrimas secas en las mejillas, y las comisuras de los labios caídas. Seguían lindos y brillantes, y pequeños también, pero no sonrientes, nada en él parecía feliz.

 

Quise llorar por hacerlo sentir tan mal, pegarme una bofetada por insultarlo siempre, pero sobretodo, quería morirme por hacerlo llorar, por quitarle la sonrisa, esa que nos alegra y nos ilumina a todos.

 

-Deulie… -Apreté con fuerza la bolsa y la elevé frente a su rostro, su cara adquirió un poco más de color, e intentó hacer un gesto, aunque no se bien qué quería expresar. –Te traje esto.

 

Me arrebató la caja de las manos y corrió a la cocina. Yo solo lo seguí cabizbajo.

 

Y como lo esperaba, desgarró el papel con sus anhelantes dedos, tiró lejos los pedazos y su mirada se alumbró al ver el contenido de la caja.

 

-Oh… -Pero solo eso pudo pronunciar, miró el pastel y luego a mí, luego al pastel, luego fue a buscar un cuchillo, o eso creí yo, volvió con un tenedor y simplemente se sentó a comerlo, sin volver a verme.- No te creas que con esto te he perdonado…

 

-¡No, en lo absoluto! –La sorpresa alumbraba su rostro… Yo, creo que no sé, SanDeul, él… -Aún tengo que pedirte disculpas.

 

-C-claro… -Yo no tenía idea de que el pato fuera tan vergonzoso… O tan tierno, o tan perfecto… No tenía idea siquiera de lo que él causaba en mí pero…

 

-Nada de lo que dije fue cierto, SanDeul, nada… -Tragué duro, evitando sus ojos que me ponían tan nerviosos, su mirada que penetraba en mí como si estuviera yo hecho de papel, y que me hacía temblar cual gelatina. –La verdad…

 

-¿La verdad? –Al decir esto, le tembló la voz. Se le veía tan adorable ahí, expectante, con su… ¡Con su todo, solo estando ahí! Haciendo la verdad nada, hacía que lo que restó de mi corazón latir más rápido, solo él era capaz de detener el tiempo.

 

-La verdad es que… -Jamás me había visto tan nervioso y tan asustado, y al mismo tiempo, con tantas ganas de guardarme algo para mí. –La verdad es que eres hermoso, y…

 

Ya, llegué a mi límite.

 

Tenía una mejilla manchada con merengue, estaba sonrojado y cabizbajo.

 

¡Dios, ya, esto no lo soporta nadie!

 

Me acerqué a él, lentamente, no cabía en mí más nerviosismo, o en su rostro un color más rojo del que ya tenía.

 

Sus labios tenían un sabor muy dulce. Cerré los ojos y me perdí en su sabor. SanDeul me devolvió el beso, y en ese momento me sentí el ser más feliz del mundo, y por sobre toda la dicha existente, así me sentía.

 

-¿Eso era parte de tu disculpa? –Ahí estaba de nuevo, su actitud, su sonrisa. Ahí mientras yo no podía hacer otra cosa más que mirarlo como embobado, y él riéndose de mí. Ahí estaba su sonrisa donde siempre la quiero ver -Gracias, Baro...

 

 

Y ahora mientras lo abrazo, tirados los dos en el alfombrado piso de la sala, con la televisión parloteando de fondo, vuelvo a mi reflexión acerca de los patos y SanDeul.

 

Porque los patos son lindos, ¿verdad?

 

Pues mi Deulie le gana a todos los patos del mundo juntos.

 

¿Cuándo te volviste tan cursi?

 

¡Cállate!

 

Fin.

 

 

Notas finales:

No tengo tiempo pkajlañasñk{dasñ Bye :c


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).