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SIENTO QUE NO ESTAS por argento

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Notas del fanfic:

Demian es un compositor que comienza a tener exito gracias a lo que escribe ¿acaso es por que tiene el corazon roto?

Dante un engreido vocalista de rock, vacio y perdido, con un pasado unido al de Demian.

"Entonces...terminala"

Notas del capitulo:

Para Monz...

Solo espero que aun quieras perder la cuenta, porque yo muero por hacerlo.

Asomate por tu ventana y mira lo que colgue para ti, sabes que esta alli por ti y solo para ti.

 

Así como la primera vez le vio cruzar el umbral de la puerta del departamento, del mismo modo lo vio marcharse, sin decir nada, sin un porque, solo tomo sus cosas, olvidando una vieja guitarra en un rincón y dejando un enorme hueco en su corazón. Los días transcurrieron uno tras otro, convirtiéndose en meses y finalmente en años.

Años... que muy a su pesar lo seguía extrañando, por mas que intentaba una y otra vez dejarlo atrás, no era capaz se hacerlo, simplemente no podía. Dante había dejado una profunda herida en su vida, que por mas que se esforzara por curara cuando parecía estar cicatrizando, volvía a abrirse volviendo a quedar en ceros. Cada noche, como si se tratara de un macabro ritual, Demian tomaba la guitarra olvidada, se recostaba junto a la ventana de su habitación a rasgar las viejas cuerdas. Los acordes melancólicos se podían escuchar resonar por el lugar, cada dia tocaba la misma melodía inconclusa, dejando escapar una melancólica lagrima con cada acorde.

Ese día había sido algo largo para él, abrió la puerta del departamento, encendió la luz y a sus ojos aparecía la pulcra imagen que era su casa. Reviso la correspondencia sin mucho afán, paso los sobres uno tras otro, en conclusión nada que le interesara. Devolvió los sobres a la mesa en donde descansaban, dejo su mochila en el viejo sofá de la sala, fue a la cocina abriendo el refrigerador en busca de algo que comer, no encontró mucho en el, así que solo saco una cerveza. Tomo el envase de cristal oscuro y la destapo, dio un sorbo sintiendo como el frío liquido refrescaba su garganta. Tomo su mochila. apago las luces principales y camino hasta su habitación. Al encender la lámpara que descansaba sobre una vieja mesita de noche, ilumino el lugar develando un desastre. La cama destendida con las sabanas revueltas, bueno si se le podía llamar cama a un colchón en el suelo. Había hojas esparcidas alrededor de la cama, algunas prendas de ropa tiradas por ahí, lo único que permanecía siempre en el mismo inmaculado lugar, era la vieja guitarra olvidada por Dante. Dejo sus cosas a un lado de la cama, la cerveza sobre la mesa de noche, abrió la ventana para ventilar un poco el lugar. Se quito el abrigo arrojándolo hacia la silla que aguardaba en un  rincón, seguido del abrigo la camiseta negra. La luz iluminaba su cuerpo dejando ver la belleza de este en claroscuros. Se arrojo en la cama sin pensarlo dos veces, sus ojos se colaron por la ventana, apreciando la hermosa imagen de la luna llena. Después de un largo rato se incorporo un poco, hasta apoyar su espalda en la pared, tomo la guitarra que descansaba en apoyada en la pared, rasgando las cuerdas de una manera muy peculiar. Toco los mismos acordes de esa canción que llevaba años inconclusa.  Sus dedos tocaban las cuerdas con tal delicadeza, no podía evitar dejar escapar lagrimas cada que la tenia entre sus manos y tocaba esas notas. –Dante…como pudiste- sus tristes lagrimas rodaban hasta romperse contra la pulida madera.

 

Llorando en noche, cantando sin ti.
Recuerdo momentos que añoro vivir.
Me faltan tus manos, tu paso al andar.
No encuentro el camino ¡siento que no estas!



No quiero que el mundo nos separe mas.
Jura que a mi lado siempre vas a estar.
No quiero el destino ni verte marchar.
¡tan solo te pido que mires atrás!

 

Una noche mas sintiéndose inmensamente estúpido por repetir aquella patética escena una vez mas, llorando por alguien que ya no estaba y no volvería a su lado. Limpio sus lagrimas con el dorso de su mano –Muy bien Demian…sigues siendo el mismo- se reprocho sintiendo un enorme nudo en la garganta. –Maldición… debo ponerme a trabajar- dijo dejando con cuidado la guitarra en el lugar de siempre. Tomo su libreta y comenzó a escribir, necesitaba material nuevo, tenia una cita muy importante al siguiente día con un nuevo grupo, asi que necesitaba concentrarse. Últimamente la suerte le acompañaba en cuanto al trabajo, escribía para los mejores grupos, tenia suficiente dinero en su cuenta, su vida había mejorado notablemente, sin embargo cambiaria todo aquello por calmar su dolor, su soledad, esa que en ocasiones amenazaba con matarlo.

Termino una de las canciones en las que llevaba tiempo trabajando, después de algunas horas cayo profundamente dormido con las hojas regadas a su alrededor. Una vez mas el mismo sueño, tan delicioso y placentero –Mm…Dante…- murmuraba entre sueños, llamándolo una vez mas, en medio del éxtasis ocasionado por los recuerdos de esas manos recorriendo todo su cuerpo, quemando su piel. Pequeñas gotas de sudor escurrían por su pecho, un endemoniado calor envolvía todo su cuerpo, de pronto un repetitivo y fastidioso sonido le saco de su dulce entonación. Abrió los ojos con pesadez, los rayos de sol lastimaron sus ojos sin piedad. Busco con algo de torpeza entre las sabanas el causante del irritante sonido que acabo con ese magnifico y lastimero sueño. Al fin lo encontró, presiono el botón de apagado y el sonido ceso. Se sentó en la cama, encontrándose con un problema bajo sus pantalones, el cual demandaba atención inmediata. –Maldición!!!- dijo con molestia, se puso en pie dejando caer algunas hojas, tomo la toalla que descansaba sobre el desordenado mueble que servia de perchero y demás.

Entro al baño y abrió la llave de la regadera, dejando que el frío chorro de agua cayera de golpe sobre su cuerpo, esa era una forma de castigar su traidor cuerpo y reaccionar ante el mas mínimo recuerdo. Esta vez no tardo mucho en el baño, debía darse prisa tenia que estar en las oficinas de Vogue Music para presentar sus creaciones con ese nuevo grupo. Salio del baño, apretó un poco el cabello con la toalla para quitar el exceso de agua en el, se secaba el resto del cuerpo mientras iba y venia por la habitación. Abrió un cajón de la cómoda, saco ropa interior limpia. Se coloco el boxer, tomo un pantalón de mezclilla algo desgastado y una playera limpia con el logotipo de alguno de los tantos grupos que le gustaban; roció un poco de desodorante en spray y ya estaba listo. Demian no era muy preocupado por su imagen, ya que el simplemente se dedicaba a la venta de su talento y no de imagen como los que subían al escenario. Aunque a pesar de que no le invertía tiempo a su imagen, era agraciado por naturaleza, cosa que resultaba ventajoso sin proponérselo.  El bullicio del exterior entraba por la ventana, el sonido del trafico, las voces de los transeúntes, un día cualquiera. Reunía  sus cosas que se encontraban esparcidas por doquier, cuando de pronto el sonido del móvil interrumpió la tarea, lo tomo y miro en la pantalla un sobre. Abrió el mensaje, sus ojos lo recorrieron con detenimiento “Cambio de planes, la reunión será una hora antes” miro el reloj y se sobresalto, si quería llegar a tiempo debía darse prisa. Reunió las hojas sin ordenarlas, ya tendría tiempo de hacerlo después, apenas las acomodo para que cuadraran todas, las guardo en su mochila tipo cartero; tomo su abrigo y salio de la habitación. Cruzo el departamento corriendo,  salio y cerró la puerta de un azotón. Bajo las escaleras corriendo, saliendo del vestíbulo del edificio en busca de un taxi. Cuando al fin se detuvo uno, una engreída chica estaba por subirse, cuando interrumpió su paso y se adelanto, subiéndose al vehiculo. Indico la dirección al conductor, el cual se dio prisa a ganar ventaja en ese mar de asfalto. El sonido de los vehículos lo estaban alterando mas, para acrecentar la situación una enorme nube negra cubrió el sol, solo era cuestión de minutos para que comenzara a llover. –Avancen!!!- gruñía el conductor mientras presionaba con su enorme mano repetidamente el claxon.

Demian miraba por la ventanilla con fastidio, miro la calle en donde se encontraba, dio un nuevo vistazo al reloj, comprobando que apenas y le quedaban menos de 10 minutos para llegar. Saco dinero de su abrigo –tome con esto será suficiente- le dijo al conductor depositando el dinero en su mano. Bajo del auto cerrando la puerta tras de si, camino entre los vehículos, un auto rojo casi lo alcanza, solo golpeo el cofre con sus manos, sintiéndose mas irritado. Al fin se puso a salvo en la acera y comenzó a caminar a toda prisa, caminaba entre la gente sintiéndose a cada segundo mas desesperado. Hasta que un momento después enormes gotas comenzaron a caer golpeando contra el asfalto –Mierda…no es mi día- gruño, alzando la vista al cielo, estaba lloviendo, al parecer las cosas no podrían empeorar aun mas ese día ¿o si?

Corría a toda prisa por las calles, tratando de ganarle inútilmente al tiempo, al fin podía ver el edificio resaltar entre los demás, solo estaba a un par de calles de allí. Se sorprendió que a pesar de ser fumador, su pulmones habían sido nobles. Al fin llego a las puertas del lugar, estaba retrasado diez minutos. Las enormes puertas de cristal se abrieron dándole paso, entro dejando gotitas de agua a su paso. Le sonrío a la recepcionista del lugar que le observo con atención, regalándole una hermosa sonrisa. Demian correspondió el gesto y guiño el ojo de forma coqueta. Se dirigió a los ascensores, esperaba impaciente frente a las puertas, miro el reloj, era tarde. No había otra cosa que hacer mas que llegar y dar alguna estúpida excusa además de disculparse. Las puertas de acero del ascensor se abrieron, Demian miro su imagen que le devolvía el espejo del ascensor. Estaba completamente empapado de pie a cabeza, pulso el botón marcado con el numero cinco. Trato de arreglarse un poco pero no había mucho por hacer, acomodo su cabello detrás de las orejas. Las puertas se abrieron, salio del ascensor, comenzando a caminar por el pasillo hasta llegar a la puerta que ya conocía. Poso su mano sobre la perilla de la puerta, respiro profundo y entro en el lugar. Dio la vuelta para cerrar la puerta sin emitir ruido alguno, al fondo se podían escuchar las voces de los hombres que hablaban y reían. Dio un par de pasos, cuando en medio de aquellas voces pudo reconocer una, la cual conocía a la perfección. Su respiración se detuvo, su corazón se acelero, un frío recorrió su cuerpo que temblaba inevitablemente. Avanzo un solo paso mas, solo para que sus ojos comprobaran lo que tanto temía. No tardo mucho en reconocer aquella figura, la perfecta sonrisa, después de tanto tiempo allí estaba una vez mas delante de el Dante. Al parecer nadie había notado su presencia, así que volvió sus pasos hacia la puerta, pero cuando se  disponía a salir una voz a su espalda lo detuvo –Ah! Al fin llegas! Te hemos estado esperando- dijo Paul, el cual era representante de diversos grupos. No sabia que hacer, estaba demasiado aturdido como para reaccionar coherentemente, trato de reponerse, respiro hondo y se giro para regresar. –Si …yo…siento el retraso…es solo que…- dijo tratando de inventar una inútil excusa que jamás llegaría, pues su cerebro se encontraba en shock al igual que el resto de su ser. Pero por suerte no se tuvo que esforzar, pues Paul le interrumpió, se puso en pie y fue a su lado –No te preocupes…vamos, ven acércate te presentare con los chicos-  dijo apoyando una mano sobre el hombro del recién llegado. Demian sentía que sus pies pesaban como plomo, pero hizo un esfuerzo por parecer lo mas natural posible. –Muchachos él es Demian, es el nuevo boom de los compositores- le presento con orgullo, y no decía mentiras, últimamente era uno de los compositores mas buscados en el medio de la música.

Todo los chicos que se encontraban sentados en la sala de juntas le saludaron, mientras le observaban con cierta curiosidad. –Hola- dijo sin poner mucho énfasis en su saludo. Demian permanecía con la mirada clavada en la mesa, no era capas de mirar a otro lado.

–Ah…casi lo olvido, te presento a Dante, es el nuevo vocalista de Midgar- dijo señalando al hombre que estaba sentado en medio del resto de los integrantes. Dante se sorprendió, sus verdes ojos se abrieron al tener de frente otra vez a Demian, llevaban años sin saber uno del otro. A diferencia del otro, Dante se sobrepuso de inmediato, se levanto de su lugar y extendió la mano frente a el. Demian sentía que se rompería como una frágil figurilla de porcelana, no tenia alternativa, estrecho su mano sin poder evitar un notable temblor. –Mucho gusto…- dijo Dante mientras sus verdes ojos recorrían la imagen de Demian, quien apartaba la mirada con cierta discreción. Rompió enseguida el contacto entre sus manos, lo ultimo que quería era esa cercanía con Dante. El resto de los integrantes no pudieron evitar notar la actitud de Dante, “¿Siempre es asi de educado?” comento uno de los chicos, mientras los otros dejaban escapar algunas risas y otros comentarios. –Toma asiento Demian- le indico Paul, apartando la silla de la mesa para que tomara asiento –cuando la gente conoce a Dante, tiene ese efecto- comento el ejecutivo ignorando por completo lo que allí sucedía. Demian solo guardo silencio, sin pensarlo dos veces se sentó en la cómoda silla ejecutiva, tratando de ejercer el autocontrol.

-Bueno ya todos sabemos a que venimos…Demian trabajara con nosotros en este álbum nuevo, porque como sabemos ahora que tenemos nuevo vocalista debemos tener lo mejor de lo mejor, para que el publico nos acoja como siempre lo han hecho y acepten a nuestro nuevo integrante y no se cuestione tanto la separación de Cedric- comento Paul con seriedad dando así inicio a la reunión de trabajo. –Bien, queremos ver lo que has traído chico- le dijo Paul girando un poco la silla para mirar al casi ausente Demian. –Elegí algunos temas para que les den un vistazo- respondió esforzándose para salir de su letargo y sobreponerse a la situación, mas tarde ya tendría tiempo de hundirse en su inmundicia. Tomo la mochila y saco un bonche de hojas, sintiéndose algo torpe y ridículo al tratar de poner orden en aquel desastre. Paso algunas hojas a Paul, quien las tomo y paso a los chicos que se encontraban cerca. Demian tomo algunas otras y las paso a los que se encontraban cercanos a el, cruzando por un fugas momento miradas con Dante, quien lo observaba fijamente. Aparto de inmediato sus grises ojos de esas intensas pupilas verdes, ahora debía de esperar que los chicos dieran un vistazo al material y seguramente tener que responder una que otra pregunta. El lugar quedo casi en silencio, solo se escuchaban algunos murmullos por la sala, algunos se encontraban reunidos leyendo juntos, Dante permanecía solo, leyendo al parecer atentamente el material.

-Ven vayamos a tomar algo, dejemos que ellos revisen el material- dijo Paul poniéndose en pie. Demian sonrío ligeramente y siguió al hombre hacia donde estaba dispuesto un servicio de coffe break. Paul era un importante ejecutivo y representante en el medio de la música, llevaba años descubriendo y lanzando al estrellato a gente talentosa que había logrado posicionarse en los primeros sitios en poco tiempo. Era joven, siempre vestía impecable a diferencia de todos sus “hijos” los cuales en su mayoría eran cantantes de rock, metal, etc. Se podía decir que poseía un talento innato para crear estrellas, era conocido como el Midas del mundo del rock.

Dante observaba a la distancia por encima de la hoja que sostenía a Paul y Demian, los cuales parecían muy entretenidos con la conversación. “Vamos concéntrate imbécil” se reprendió mentalmente, sus ojos volvieron a las hojas, paso un par de ellas, hasta que se topo con una hoja en particular, la leyó detenidamente, la letra era triste y nostálgica, examino con cuidado el documento, cerciorándose de que se encontraba incompleta.

Llorando en la noche, cantando sin ti,
Recuerdo momentos, tan lejos de ti...

Si vienes conmigo el tiempo curara,
Las viejas heridas que nos hizo andar.
Te encuentro perdido, sin sentido estas.
¡tan solo te pido que mires atrás!

-Oye…esta inconclusa- dijo soltando la hoja que sostenía en la mano, la cual floto hasta llegar y caer ligeramente sobre la mesa. Todos se quedaron en silencio y las miradas se volvieron hacia el compositor. Paul se quedo en silencio y arqueo una ceja, Demian se congelo al notar que era Dante quien hacia tal observación. Ambos hombres regresaron a la mesa, tomando asiento en sus respectivos lugares. Cuando Demian se disponía a tomar la hoja para examinarla, Dante coloco su enorme mano sobre esta, resbalándola por la mesa hasta dejarla frente al otro.

Tomo la hoja de la mesa, no podía evitar temblar, odiaba sentirse tan vulnerable; sus ojos pasearon por las primeras líneas. Era su canción inconclusa, la que nació del dolor que llevaba dentro. Al parecer el universo estaba empecinado en arruinarle la vida ese día. –Lo siento…no sé como llego esto aquí, aun no esta terminada- se disculpo aun con la hoja en mano, tratando de ignorarlo. Dante arrebato la hoja antes de que el otro la guardara –quiero esta…me parece interesante- comento sosteniendo la hoja en su mano. –Dije que aun no esta terminada- dijo con cierta molestia en su voz Demian, frunciendo el ceño dejando ver su disgusto. –Entonces termínala…- respondió Dante sin soltar la hoja, mostrando su postura de no ceder ni un poco. –Damela…aun necesita tiempo- volvió a decir, estirándose un poco para tratar de arrebatar la hoja de sus manos.. Los presentes observaron la escena algo sorprendidos, Paul conocía a ambos muchachos y su actitud era distinta a lo que veía. No buscaría razón o motivo, simplemente necesitaba a ambos trabajando juntos

–Hey…tranquilos, creo que podemos llegar a un acuerdo. Te pagare el doble por esa canción si la terminas para nosotros, te daré un tiempo considerable para que lo hagas- dijo Paul tratando de calmar los ánimos. Ambos se miraron a los ojos, Dante tenia una ligera expresión de superioridad sobre Demian, quien le miraba completamente molesto. –Vamos..¿que dices Demian? Esto será bueno para todos- replico el ejecutivo tratando de convencer al compositor.

La tensión en el lugar era casi palpable, hubo un profundo silencio en la sala –Esta bien…- respondió Demian, necesitaba seguir dentro del gusto de Paul y la disquera, además lo único que quería hacer en ese momento era huir…correr lo mas lejos posible. –Excelente Demian, ya tenemos los primeros temas y el estelar- celebro Paul tratando de romper la tensión entre esos dos. –Si es todo, me retiro- dijo Demian tomando las hojas que habían devuelto, guardándolas en su mochila. Se puso de pie, se despidió de todos y de Paul, estrechando su mano. –Bien…mi asistente ya tiene tus datos, tal vez te llame mañana- dijo el flamante ejecutivo, regalándole una amplia sonrisa. –Claro- dicho esto, tomo su abrigo y salio de la sala. Mientras caminaba por el pasillo, miro por los enormes ventanales panorámicos como afuera llovía sin parar. Había perdido la noción de las horas transcurridas en aquella sala. Respiro profundo, ahora podría entregarse a gusto a sus pensamientos, a su desazón, a la adrenalina de volverlo a ver; A todos esos sentimientos contradictorios que  libraban una terrible batalla en su interior.

Tomo el ascensor, el cual abrió sus puertas de inmediato, agradeció esto, pues no quería estar un minuto mas allí. Subió y presiono el botón que señalaba la planta baja, sus ojos se posaron en el recuadro en donde se marcaban en lucecitas rolas, los pisos que recorrían hasta al fin llegar a su destino. Salio del ascensor cruzando a toda prisa el moderno recibidor y vestíbulo. La chica de la recepción no paso inadvertido al chico –Señor, ¿quiere que llame un taxi?- pregunto al notar que afuera llovía. –No gracias…caminare- respondió sin detener sus pasos. Las puertas de cristal se abrieron de par en par para dejarlo escapar y huir lo mas rápido posible.

Mientras tanto en la sala de junta comentaban acerca de la agenda, las fechas para comenzar a trabajar en el disco. Dante se encontraba presente en cuerpo, pero su pensamiento estaba fuera, se habia ido varios minutos antes detrás de Demian. Jugaba con la hoja de la canción incompleta, alli entre sus manos tenia el pretexto perfecto para buscarlo.

Doblo la hoja y la guardo en su chamarra de cuero negro -Ahora vuelvo- dijo poniéndose de pie, salio dejando atrás la reunión que en ese momento se le antojaba aburrida. Bajo hasta la recepción, se acerco a la chica que se encontraba detrás del mostrador. –Hola…- dijo tratando de sonar lo mas amigable posible, haciendo gala de una perfecta sonrisa. Apoyo sus brazos en el mostrador, inclinándose un poco hacia delante dejando resbalar algunos mechones de su larga y oscura cabellera. La chica le miro embobada al tener tan divina visión frente a ella –Hola…¿en que puedo ayudarte?- respondió sin poder evitar poner un gesto algo tonto. –Me preguntaba…si de casualidad tendrás el teléfono o aun mejor…la dirección del señor Demian Lancers, se marcho hace unos minutos- dijo de manera coqueta, si algo sabia hacer Dante, era aprovechar la nobleza de sus atributos. –Oh…lo siento, no puedo darle esa información- respondió la recepcionista que no dejaba de mirar al de negra cabellera. –Ah… entiendo, es solo que olvido algunas cosas de suma importancia y Paul me pidió que se lo llevara, pero no hay problema seguramente el se las enviara- dijo recorriendo con una mirada seductora a la chica, retirándose un poco, dispuesto a retirarse. Al escuchar aquello la mujer tomo un papel, abrió una libreta y escribió en el pequeño papel –Espera…toma, solo no le digas a nadie- dijo guiñando un ojo en un intento de coqueteo. –Gracias…eres muy amable linda, por cierto tienes una hermosa sonrisa- dijo Dante devolviendo el gesto a la cooperativa recepcionista. Ahora tenia lo que necesitaba, miro el papel confirmando que seguía viviendo en el mismo lugar.

 

 



 

Notas finales:

Espero haya sido de su agrado, de antemano gracias por leer.


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