Esa noche era muy especial. Estaba refrescando, pero no impedía que los invitados siguieran afuera bebiendo champaña. La celebración de una hermosa boda entre Uchiha Sasuke, vicepresidente de la corporation Uchiha. El lugar por el que su padre trabajó tanto hasta su muerte. Su esposa, Haruno Sakura, hija de uno de los más importante presidentes de las empresas vecinas que tenían como rivales.
Unirse a ella significaba ganar más poder para la corporación. Solo eso.
Discutió con su hermano antes de la celebración, y no lo había vuelto a ver en la mansión. En su propio hogar. Sus sirvientes y gente contratada para llevar a cabo tan importante evento, no dejaba de moverse por los pasillos, salones y extensos jardines. Había más de doscientos invitados esa noche y a ninguno conocía, a excepción de los padres de su esposa y sus amigos de la vieja universidad.
También había invitado a sus profesores. Días llenos de nostalgia pasaban por su mente al observar tan animados a sus ex compañeros de curso, que casi nunca veía, habían sido momentos realmente extraordinarios cursar el colegio y universidad. Personas queridas que habían desaparecido de su vida y que no volvería a ver nunca más.
—Sasuke.
Salió de sus cavilaciones mirando frente a él a uno de sus maestros de escuela con una pequeña sonrisa.
—La fiesta en muy esplendida. Una noche magnifica, ¿verdad?
—Me alegro que lo piense así, señor Kakashi.
—Sin embargo-su voz se tornó seria hacia su ex alumno-Te noto un tanto pensativo, perdido en tu propio mundo. ¿Pasa algo malo?
—Nostalgia-susurró-Extraño mi juventud-respondió honesto.
—Ya veo.-observó a Sakura, otros de sus ex alumnos, hablando animadamente con sus viejas amigas de curso-Jamás pensé que la escogerías como tu esposa-admitió-No te imaginaba con ella en el futuro, Sasuke.
—Yo tampoco me imaginé a su lado-suspiró-Negocios son negocios-llevó la copa de cristal a sus labios saboreando el delicioso elixir-No estaba en mi planes casarme con ella.
A uno metros de allí. Sakura dejó de conversar con Karin e Ino para ir en busca de su marido, pero en el camino fue interceptada por uno de sus maestros de secundaria.
—Querida Sakura, ¿Tienes un minuto?
—Claro que sí, maestro Iruka-sonrió, dulcemente con aquel hermoso y detallado vestido color rosa que hacia juego con su cabello.
—Veras… me hace muy feliz que se casen, pero me interesa saber que de verdad están seguros de su decisión.
—¿Eh? Claro que sí. Hablamos de eso con Sasuke. Además…-sonrió con ensoñación-Él me propuso matrimonio ¿No es tierno eso? Usted no se preocupe, nuestra vida juntos será hermosa.
—Puedo hacerte unas preguntas.
—Depende-respondió con una pequeña sonrisa.
—¿Lo amas mucho?
—¡Por supuesto!-gritó emocionada-¡Es el chico con el que siempre soñé!
En cuanto a Sasuke, Kakashi había efectuado la misma pregunta. Era un interrogatorio sobre su futuro.
—¿La amas?
—No-respondió con toda seguridad-Es un compromiso, un deber que hago por mi compañía.
—¿Te gustan los niños?-fue su siguiente cuestión.
—Los detesto-masculló.
—Esto no es nada bueno-se dijo internamente el peli-plata.
Y Sakura…
—¡Me encantan! ¡Amo a los peques!
—¿Cuántos hijos te gustaría tener, Sakura?
—¡Cinco! Tres nenas y dos varones-mencionó con una sonrisa radiante en el rostro.
—Ninguno-contestó malhumorado y con el seño fruncido-No soportaría sus lloriqueos todo el tiempo. El cambiarles los pañales si Sakura no estuviera, el tiempo que se pierde criando a un pequeño diablillo es intolerable para mí.
—Oh. Pero seguramente, Sakura, tendrá deseos de ser madre en algún momento. ¿Qué piensas decirle?
—Deberá respetar mi decisión.
—No creo que sea tan fácil, mi ex pupilo-suspiró mirando a Iruka al otro extremo.
—¿Y si Sasuke no desea ser padre?
—No lo había pensado-meditó unos instantes-Pero… él querrá un heredero para que siga con su empresa. Tarde o temprano me dirá que desea un hijo-comentó orgullosa.
—Está su hermano-respondió inmediatamente-Él podría tener un hijo y seguir con la empresa.
—No-negó la peli-rosa con la cabeza-No, maestro Iruka. Acérquese-hizo ademan con la mano.
Sakura acercó sus labios al oído de Iruka y susurró.
—Itachi es gay.
Ella se separó e Iruka estaba realmente sorprendido por la confesión.
—¡¿En serio?!
—Sí. A decir verdad, tiene novio. Se llama Deidara, muy lindo por cierto, lástima que se haya pasado al otro bando-rió.
—Ya veo- tal vez tengas razón.-posó sus manos en los hombros de ella-De verdad espero que sean muy felices los dos.
—Muchas gracias, profe-sonrió enternecida.
Se alejó de ella para que continuara con su camino, en ese preciso instante, Kakashi también iba hacia él. Se detuvieron en un rincón de la pared.
—¿Qué tal te fue?-preguntó, el moreno con la cicatriz en su rostro.
—Más o menos. Sasuke habla poco y es algo frio-suspiró-¿Y tú?
—Sakura fue muy servicial.-sonrió.
Ambos miraron la pareja reunirse y hablar.
—¿Les ves futuro?
—Honestamente, no, Iruka.
—Yo tampoco-se miraron-¿Sasuke quiere hijos?
—Ni uno-susurró.
—Sakura quiere cinco.
—Wow, ja, ja, ja. ¿Sakura lo ama?
—Demasiado. Lo ve como su príncipe azul.
—Sasuke no la quiere. Lo hace casi por obligación. Por negocios.
—Deberíamos interrumpirlo, Kakashi. Sasuke hace mal en romper el corazón de Sakura, y él también se hace daño, una boda sin amor es… horrible.
—No hay nada que podamos hacer. Ellos se darán cuenta de su error, Iruka, tarde o temprano.
Lejos de aquella conversación, Sasuke logró tener un respiro tras ver que su esposa volvía con sus amigas. Se sentía un tanto asfixiado con su presencia y todavía le esperaba la luna de miel, Dios.
—Sasuke.
Volteó repentinamente dando con su hermano mayor y único pariente con vida. Su única familia hasta ahora.
—Al fin vuelves.
—Sí, sí, lo que digas-frunció el seño-Tú sabes porque me enojé.
—Hermano-Sasuke posó una mano en su hombro-Lo hago por nosotros. La empresa que perteneció alguna vez a nuestros padres se volverá aun más fuerte con los Haruno.
—Sacrificando tu felicidad-masculló molesto.-No te estoy obligando a hacerlo, hermano.
—No me he enamorado en todo este tiempo, Itachi. He esperado suficiente para que mi corazón palpite como loco si llegara a conocer al amor de mi vida, y no ha aparecido.
—Te rindes tan fácilmente, Sasuke-exclamó entristecido.
—Deja a un lado este estúpido tema-gruñó-¿A dónde fuiste? Te demoraste demasiado.
—Ahora que lo dices… veras me encontré con alguien de camino a casa-sonrió-Alguien que no has visto en mucho, muchísimo tiempo, hermanito.
—¿Quien?-preguntó curioso.
—¡ENTRA!-levantó la voz el azabache mayor.
Los invitados se desconcertaron por el grito de Itachi y guiaron su mirada junto a la de un asombrado Sasuke a la entrada de la lujosa mansión. Por las escaleras recubiertas de una alfombra rojo sangre, bajaba un nuevo invitado, vestía un traje azul oscuro y corbata negra. Llevaba una hermosa sonrisa en sus labios, un cabello alborotado rubio y ojos azules como el mar.
Itachi, observó a su hermano menor hecho piedra. Le temblaba el labio, quería articular una palabra, pero la condenada no se animaba a salir de su boca.
—¡TEME!
Y tras sentir el corazón estallarle de alegría dentro de su pecho, corrió a los brazos de su mejor y querido amigo.
—¡DOBE!
(Continuará)