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Amor Yaoi
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Nuestro presente por Higary

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Notas del capitulo:

(Comienza a sonar música de fiesta)

Holi hola, gente bonita!! El día de hoy comenzamos con el mes de festejo tanto por haber llegado a los 60 fanfics como por los seis años que tengo con la cuenta en Amor Yaoi XD (Kyuu: Cuánto aguante por parte de los lectores… Un momento, ¿esta música también la tengo que pagar yo? ¬¬) ¡Sí, Kurama! ^o^ (Kyuu: ¡Rayos!). Bueno, vamos a iniciar con esta historia que durará seis capítulos y en la cual he traído de vuelta a todos mis niños que tanto cariño se ganaron por parte de los lectores, jeje. Esta vez la situación será más cómica que romántica, pero habrá las escenas medio dulces de nuestras jóvenes parejas yaoiescas, así que no se preocupen, jojojo. Como dice el resumen, tengan en cuenta que esta historia se sitúa dos años después de Hacia nuestro futuro y dos años antes de Nuestro futuro, así que hay parejas que apenas van iniciando y otras que todavía no son oficiales (Kyuu: Como la del mocoso pelirrojo y Kazu-chan), pero me he esmerado porque se entienda. Por cierto, una mención especial a KIRAdesu porque hoy 6 es su cumpleaños, ¡¡muchas felicidades!! (Kyuu: Felicidades, sobrina). Ah, sí, muchísimas gracias a quienes dejaron sus bellos reviews en mi oneshot Del acoso al amor y en el gran final de One night, prometo responderlos pronto.En las notas finales habrá más detalles sobre las sorpresas que faltan, así que por favor chéquenlas. Pero mientras tanto: ¡¡a leer!!

 

Disclaimer: Naruto y sus personajes pertenecen a Kishimoto. Shizui y compañía son míos, ¡así que no te llevarás el crédito por ellos, Kishi-sensei!

CAPÍTULO 1: EL MAGO DEL NINJUTSU

 

La aldea de Konoha se desarrollaba de manera cotidiana. Las personas llevaban a cabo sus actividades diarias mientras los ninjas se encaminaban a sus respectivas misiones o entrenamientos.

 

Namikaze Uzumaki Naruto, Rokudaime Hokage de la aldea, como siempre tenía mucho papeleo que arreglar. Esa era la única parte que detestaba de su trabajo. Le gustaría andar por ahí de misión o al menos entrenando. A pesar de sus sentimientos no descuidaba el bienestar de Konoha (ni de las demás aldeas aliadas y vecinas) por más aburrido que se sintiera.

-Hokage-sama –llamó alguien desde la ventana

El rubio volteó para encontrarse con el capitán de la fuerza Anbu quien se encontraba sentado en el marco de la ventana. Usaba una máscara de halcón y en su mano llevaba un pergamino enrollado.

-Aquí está el informe sobre los nuevos integrantes del Anbu.

-Muy bien, tengo que revisarlo –tomó el pergamino y suspiró

-¿Le ocurre algo, Hokage-sama?

-Claro que no, capitán –sonrió

El Anbu se quitó la máscara, entró al despacho y, con el ceño fruncido, encaró al Hokage.

-Escupe lo que te sucede, usuratonkachi.

-Ya decía yo que no podías mostrarme tanto respeto por mucho tiempo, teme –se quejó-. Sólo estoy un poco aburrido, es todo. Pero esta calma tampoco es mala, al contrario –sonrió levemente-. Es la vida pacífica que muchas personas soñaron y me confiaron.

-Es cierto –tiró de él para apresarlo entre sus brazos-. ¿Qué te parece si cuando termines aquí te invito a comer ramen?

-¿De verdad? –se emocionó- ¡Entonces voy a apresurarme para irnos pronto!

Corrió a su escritorio y comenzó a leer lo más rápido que podía. Uchiha Sasuke, su esposo y protector, sonrió de medio lado y negó con la cabeza. La palabra ramen seguía haciendo magia sobre su pareja.

 

Mientras tanto por la entrada de Konoha iba entrando Fujiwara Yashiro, maestro del ex equipo siete, en compañía de sus tres alumnos: Uchiha Shizui, Nara Rika y Hyuuga Hiroki, todos ya de dieciocho años. Aunque la mayor parte del tiempo cada uno tenía distintas misiones, siempre era divertido volver a formar equipo.

-Hacía mucho que no salíamos juntos de misión –decía la chica con alegría

-Sí –apoyó Hiroki-, ya nos sentíamos abandonados por ustedes, Shizui, sensei.

-No creo que haya sido para tanto –dijo el mayor

-Por supuesto que sí, sensei –la Nara jaló a su compañero de ojos azules-. Se supone que mi deber es asegurarme de que Shizui no le sea infiel a mi adorable primo.

-Eso es innecesario, Rika –protestó el azabache-. Yo nunca engañaría a Yuuzuki.

-Confío en ti, en quien no confío es en tus admiradores.

Hiroki soltó una carcajada mientras que Yashiro negaba con la cabeza. Era cierto que él también echaba de menos salir con su equipo, pero también se sentía muy orgulloso por ver lo talentosos que resultaban esos tres jóvenes.

 

En otra parte de Konoha, específicamente en el Ichiraku, Namikaze Fumiya (13 años), se encontraba comiendo ramen en compañía de Rock Taro (14 años) quien parloteaba sin parar acerca de su última misión en compañía de otros jounin y chuunin.

-Fue una lástima que no pudieras ir también –dijo Taro, sonriendo-. Debiste ver a Madoka-chan, daba miedo enojada.

-No me extraña.

-Jejeje, cierto. Aunque Kazuomi-kun tampoco fue, ya que lo enviaron de misión con otros ninjas.

-Seguro que Kazu-chan hubiera causado más estragos que ayuda –sonrió con burla

-¡Te escuché, Bakamiya!

Ahí estaba de pie Yamamoto Kazuomi (14 años), un chico de cabello castaño hasta los hombros y ojos violetas semejantes a las amatistas. Tenía el ceño fruncido y miraba con molestia al pelirrojo.

-Esa era la intención, Kazu-chan.

-¡No me digas Kazu-chan!

-Esto es como volver a ver a Naruto y Sasuke –comentaba Teuchi, dueño del restaurante, sonriendo mientras los veía discutir

-¿Hokage-sama y Sasuke-sama se llevaban así? –preguntó Taro con curiosidad

-Peor –rió-. Ellos sí pasaban de los insultos a los golpes.

Taro volteó para observar cómo sus dos amigos continuaban alegando y no pudo evitar sonreír con diversión. Si realmente esos dos se parecían a otro par, entonces disfrutaría en primera fila el destino que les deparaba. Oh, sí, no se lo perdería por nada del mundo.

 

En la mansión Uchiha-Namikaze se encontraba Uchiha Miku (15 años) quien tenía unos días de descanso. Estaba preparando la comida cuando un niño de cabello rubio, ojos negros y aparentes nueve años, entró.

-¡Estoy en casa, nee-chan! –saludó Uchiha Itachi

-Bienvenido a casa, Ita-chan. ¿Qué tal te fue en la Academia?

-Muy bien –se sentó en la mesa-. Tengo hambre.

-Todavía no está lista la comida, espera un poco.

-Hum, de acuerdo –se puso de pie

-Y nada de ir a escondidas a comer ramen –amenazó-. Llevo toda la mañana cocinando.

-¿Eh? Pero nee-chan…

-Ni se te ocurra hacerlo, Ita-chan. Mejor vete a jugar.

-Uh –hizo un puchero-… de acuerdo.

Por su naturaleza inquieta bien podría escaparse para ir y disfrutar un tazón de ramen, pero si era descubierto sufriría la ira de Miku. Furiosa, ella sola podía trapear el suelo con sus tres hermanos varones.

-A veces creo que Haya nii debe ser masoquista o algo así.

-¿Dijiste algo? –preguntó volteando a verlo

-Que estoy ansioso por probar lo que cocinaste, nee-chan, jeje.

-Ya verás, será algo delicioso –sonrió encantada por el comentario

Itachi suspiró y prefirió mejor quedarse ahí tranquilo. Su hermana podía ser muy dulce a pesar de su carácter tan voluble, peor sin duda también podía transformarse en la persona más terrorífica de la ladea.

 

Un rato después Shizui y Fumiya se encontraron en el camino rumbo al barrio Uchiha. De frente a ellos se acercaba Aburame Tsubame (17 años) quien al verlos inclinó ligeramente la cabeza en gesto de saludo.

-Buenas tardes, Shizui-san, Fumiya.

-Hola, Tsubame-chan –saludó el moreno mientras su hermano sólo asentía-. ¿Tienes día libre?

-Sí. Ah –miró al pelirrojo-, felicidades por aprobar los primeros exámenes para el Anbu.

-Takuma-san ya estuvo presumiendo de eso, ¿verdad? –suspiró al verla asentir con tranquilidad-. Gracias, Tsubame.

Mientras charlaban, Shizui trataba de contener la risa. Los dos menores eran de pocas palabras y entre ellos había una diferencia de cuatro años, sin embargo congeniaban bastante bien y gracias a su trabajo como examinadores en los exámenes chuunin eran buenos amigos.

-¡Chicos!

Junto a ellos llegó Hiroki en compañía de su gemelo, Hiroshi. El primero pasó un brazo sobre los hombros de la joven.

-Tsubame-chan –le sonrió-, no me gusta que seas tan amistosa aunque sea con un niño.

-Este niño podría darte una paliza –amenazó Fumiya

-Por tu integridad mejor ni siquiera lo provoques, idiota –dijo Hiroshi a su hermano

-¡Qué cruel, nii-san!

-No, sólo soy realista.

-Mejor apurémonos para llegar a casa, aniki –pidió el pelirrojo

-Claro, otouto –sonrió Shizui, conciliador-. Nos vemos luego.

-Hasta luego –contestaron los demás

 

Un rato después Sasuke y Naruto se encontraban en Ichiraku comiendo cada quien un tazón de ramen (aunque el rubio ya iba por el cuarto). Estaban platicando sobre la reciente visita de Kazekage de Suna, Sabaku no Gaara, en compañía de su guardaespaldas y esposo, Sai. Los próximos exámenes chuunin iban a realizarse de nuevo en Konoha, así que el pelirrojo quería asegurarse de que todo estuviera en orden. Apenas el día anterior ellos dos habían partido de regreso a su aldea.

-Parece como si ese mapache no confiara en nosotros –dijo Sasuke

-No es así, teme. Gaara únicamente se preocupa por la seguridad y bienestar de su gente como debe ser.

-Hum… Y para el colmo tuve que soportar las idioteces de Sai.

-Ya deberías acostumbrarte, Sai es… Sai. Quitando de lado sus comentarios sin sentido, es un excelente amigo –puso cara dramática-. Él fue un gran apoyo para mí durante esos años en los que todavía andabas por los oscuros caminos de la vida.

Una piedra invisible le cayó al Uchiha sobre la cabeza. Ya casi no lo hacía, pero de vez en cuando Naruto le recordaba (de manera sutil9 que cometió muchos errores y que si volvía a desviarse del camino aunque fuera un poquito, no dudaría en machacarlo a golpes y ni siquiera sus hijos podrían impedirlo.

-Como sea –bufó-, no tienes que halagar tanto a ese idiota.

-Mi teme esposo se puso celoso –dijo burlón el rubio-. Todavía puedes ser algo lindo.

-¡Ya cállate y deja de molestar, usuratonkachi! –gritó todo rojo

-¡Le estás faltando al respeto a Hokage-sama!

Rubio y moreno voltearon al escuchar una voz desconocida. Ahí se encontraron con Tsunade quien estaba acompañada de un joven de cabello azul y ojos rojos que señalaba a Sasuke de manera amenazadora. Parecía tener unos diecinueve o veinte años.

-¿Quién rayos es este mocoso? –el Uchiha lo miró, despectivo

-¡¿A quién llamas mocoso?! ¡Y discúlpate con Hokage-sama por insultarlo!

-Eh… Baa-chan –llamó Naruto-, ¿quién es él y por qué me defiende tanto?

-Mi nombre es Arima Keigo y soy un gran admirador suyo, Naruto-sama.

-Ahh… gracias, creo.

-Keigo es un ninja muy talentoso –explicó Tsunade-, lo apodan el mago del ninjutsu ya que es muy hábil elaborando sellos y pócimas para fortalecer el nivel de chakra. Está de pasada ya que se encuentra en medio de un viaje de investigación.

-No podía perder la oportunidad de conocer al famoso Rokudaime Hokage.

-Entonces bienvenido a Konoha, Keigo –le sonrió

-Muchas gracias –lo miraba casi con adoración, lo que molestó a Sasuke

-Será mejor que no le sonrías así, dobe. Le darás falsas ilusiones.

Como aquellos dos ya estaban librando un duelo de miradas asesinas, la Godaime decidió intervenir antes de que una joven promesa del ninjutsu fuera destrozada por el Amaterasu, o peor, por el Susanoo.

-Keigo, te presento a Uchiha Sasuke, capitán de las fuerzas especiales de Konoha y esposo del actual Hokage.

-… ¡¿Qué?! –se exaltó- ¡¿Es él?!

Sasuke sonreía con orgullo y presunción mientras el peliazul lo observaba con una mezcla de incredulidad y envidia. Al Uchiha le encantaba presumir ser el hombre escogido por el gran héroe del mundo ninja para compartir su vida.

-Y para que te quede más claro, mocoso, soy el padre de sus cuatro hijos. Así que no deberías entrometerte en nuestros asuntos.

-Teme, no seas tan cruel –regañó su pareja

-Da igual. Es hora de que regreses a la oficina, Naruto.

-Cierto –suspiró-. Entonces nos vemos luego, Baa-chan, Keigo.

-No cuentes con ello, mocoso –murmuró el moreno y junto con el ojiazul desaparecieron en una nube de humo

La rubia observaba con diversión cómo Keigo seguía congelado ahí de pie. El pobre chico por supuesto sabía que el Hokage era casado, pero no imaginó que su pareja sería un sujeto tan sombrío y hasta siniestro.

-No lo tomes personal, Keigo. Aunque hubieras nacido unos quince años atrás, Sasuke es la única criatura de este mundo con el suficiente carácter para controlar a Naruto y viceversa.

-Eso no me consuela, Tsunade-sama –murmuró con tristeza-. Pero ellos dos parecen realmente cercanos.

-Lo son –sonrió un poco-. Lo que ellos tienen es irrompible.

 

Al día siguiente muy temprano toda la familia Uchiha-Namikaze se encontraba desayunando, algunos muy animados (como Miku y Shizui) y otros con algo de pereza (como Naruto e Itachi).

-Ahh, es un hermoso día –suspiraba Naruto-, el sol alumbra la aldea, los pájaros cantan mientras cruzan el cielo y el maravilloso Hokage tiene toneladas de documentos para leer –se jaló el cabello-. ¡Odio todo ese papeleo!

-Querías ser Hokage, ¿no? –comentó Sasuke bebiendo té- Esto es parte de tu trabajo, así que resígnate.

-¡Eres un esposo insensible! ¡Shizui, atácalo!

-¿Eh?

-Otou-chan, ni siquiera se lo sugieras –habló Miku-. Con el complejo de Shi-chan aniki es capaz de realmente obedecerte.

-Eso es cruel, imouto –respondió el aludido-. Yo no –miró a su rubio progenitor y después al moreno-… No, tienes razón, sí sería capaz.

Naruto sonrió con burla hacia su esposo, quien le lanzó una mirada molesta. Itachi sólo reía mientras Fumiya suspiraba.

-La gente que no nos conoce bien se sorprendería si viera cómo se comporta nuestra familia –murmuró el pelirrojo

-Somos originales –dijo Itachi

-Ahora que me acuerdo –habló Miku dejando de lado la discusión entre sus padres-, Sai-san me comentó durante su estancia que ni Yuu-chan ni Hayate se encontraban en Suna porque se habían ido a entrenar. ¿Lo sabías, Shi-chan aniki?

-Me comentaron algo así, pero ninguno de los dos quiso decirme el lugar con exactitud –bufó-. Hayate dijo que era un secreto entre hermanos o algo así.

-Seguro quiere ayudar a Yuu-chan ya que pronto tendrá las pruebas para jounin… Ese idiota impulsivo.

Los varones observaron el leve sonrojo que adornaba las mejillas de la única mujer presente. Sasuke tenía un tic en el ojo, ya que apenas unos meses atrás ella les anunció que era novia del primogénito Sabaku. Todos ya habían asimilado la noticia, pero eso no implicaba que le perdonaran el corromper a la princesa de su clan.

-Somos un grupo de peligrosos ninjas sobreprotectores –declaró Naruto negando con la cabeza

-Mejor di que somos un desastre en cuanto a la vida amorosa de nee-san se refiere, Otou-chan –corrigió Fumiya

 

Los aldeanos comenzaban sus actividades cotidianas al igual que los ninjas. Keigo se encontraba en los campos de entrenamiento en ese momento vacíos. Sacó un pergamino y lo desenrolló, era bastante largo. En él estaba plasmado un extraño y complejo sello así como un montón de inscripciones que el joven veía con completa atención.

-Yo creo que ya está listo –decía ilusionado-. Mi jutsu de restauración hará desaparecer el cansancio, curar heridas más rápido e incluso recuperar el chakra. Esto cambia todo lo conocido en la medicina ninja, jajaja –rió como loco-. Cofcof, mejor me calmo. Mmm… tal vez debería probarlo de una vez, parece una buena oportunidad de mostrarle a Hokage-sama mis grandiosas habilidades –añadió con expresión soñadora

 

Se puso de pie delante del pergamino y realizó un rápido conjunto de sellos con las manos. Mordió su pulgar derecho para que saliera un poco de sangre y luego lo colocó sobre el pergamino. Esperó unos instantes, pero nada sucedió ni sintió cambio alguno.

-Qué raro. ¿Habré hecho algo mal?

Estaba repasando mentalmente lo que hizo cundo de pronto el pergamino comenzó a brillar. Se partió en muchos pedazos y una ráfaga de viento se los llevó, dispersándolos por todo el cielo. Keigo puso cara de horror y se jaló el cabello.

-¡Rayos! Calma, Keigo, tal vez no pase nada malo… Mejor voy con Tsunade-sama y le explico la situación.

Tembló ligeramente, ya que si pasaba algo al menos un poco malo en la aldea, no quería ni imaginar lo que la rubia era capaza de hacerle

-Bueno, al mal paso darle prisa. Aunque soy muy joven para ser asesinado.

 

Shizui iba de camino a la oficina del Hokage luego de haber acompañado a su rubio hermano hasta la Academia Ninja. Él estaba realizando muchísimas misiones de distintos rangos porque ponto sería asignado como maestro de un equipo genin, lo cual lo tenía bastante emocionado.

-¿Eh?, ¿qué es eso?

Observó cientos de trozos de papel volar por el aire. No eran sellos explosivos ni nada parecido, más bien lucían como pedazos de algo que se había deshecho. Varios de esos trozos cayeron al suelo, pero otros se pegaron en diversas personas, sin embargo fue en los adultos más grandes en quienes el moreno pudo ver una reacción.

-¿Pero qué…?

Muchos adultos se habían encogido hasta volverse niños que iban desde uno hasta los doce años, por fortuna sus ropas también habían cambiado para adaptarse a esas formas. Quienes no se vieron afectados por ese fenómeno también estaban sorprendidos y desconcertados por lo que había pasado.

-Kaa-san llamaba una niña de unos siete años a otra de cinco años

-¡Ahh! ¡¿Qué me pasó?! –gritó ella escandalizada

 

Shizui miraba a su alrededor sin saber qué estaba sucediendo. Lo que tenía claro es que lo que fuera había hecho que Konoha se viera invadida por una horda de niños.

 

¿Qué pasará ahora?, ¿averiguarán la forma de revertir el jutsu?, ¿Tsunade asesinará a Keigo?, ¿y quiénes más estarán afectados? Esto y más en el siguiente capítulo.

Notas finales:

HIGARY-NOTAS:

Jajaja, a decir verdad no me acuerdo cómo rayos se me ocurrió esta loca idea XD (Kyuu: Suele sucederte con la mayoría de tus historias). A pesar de todo me siento contenta de iniciar el festejo trayendo de vuelta a estos niños que tanto adoro, jeje, así que como siempre saben que esperaré sus comentarios con saludos, pedradas, felicitaciones, golpes, jitomatazos, flores, amenazas, cebollazos, bombas y demás. En mi blog continuaremos con este festejo, el día de hoy encontrarán: Nuestra nueva vida, capítulo cuatro y último (Kyuu: El protagonizado por Miku y el loco Hayate), El rincón del tío Kyuubi (Kyuu: Si me llegan más cartas habrá más, así que escríbanme, sobrinos kukuku), Descubriendo los más oscuros secretos de los personajes de Naruto, con los hermanos Uchiha-Namikaze como invitados y más información sobre otras cosillas. Por hoy es todo (Kyuu: Afortunadamente ¬¬0), la próxima semana les traeré la segunda parte de esta historia (Kyuu: Que se actualizará semanalmente) y el primer capítulo de mi nueva comedia romántica larga: ¡¡Romeo v/s Romeo!! ^u^ Uff, ahora sí me cansé, así que me despido de momento y se me cuidan mucho. Bye byeee!!


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