-Ya lo entiendes, basura…- el tiburón estaba a punto de dormir –Tu eres mío y nadie más te puede tocar, imbécil- salió de encima y se recostó a su lado. Escucho la suave respiración del pelilargo que se había dormido –Estúpido tiburón- se levanto a buscar las vendas y las puso en la herida que tenía en la cabeza. Tomo el cobertor tapándolos y acaricio tiernamente aquel cabello largo que simbolizaba la promesa que le hizo Squalo cuando eran adolecentes, cerró los ojos y se durmió.
FIN FLASH BACK
El peliplata se quedo estático con los ojos y la boca muy abiertos –“no puede ser”- acababa de recordar todo –Me… me acosté con… Xanxus- se sonrojo bruscamente y cerró el agua de la ducha. Salió, se seco y vistió –“¿Qué demonios hago ahora?”- no sabía como reaccionar cuando viese a su jefe, además –“¿Por qué lo hizo? El cuento de ayudarme a quitar los efectos de la droga no me lo creo. Ese estúpido jamás se a preocupado de alguien que no sea el”- llego hasta el comedor y al abrir la puerta, se encontró con todos los miembros principales de Varia sentados en la mesa.
-Siempre tardas mucho imbécil- ahí estaba el, sentado en la cabecera con las piernas sobre la mesa y una copa en la manola que voló rápidamente a un costado de la cabeza del pelilargo –Tenemos una misión así que en marcha-
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Pasaron varias semanas y ninguno de los dos hizo algún comentario respecto a lo que paso –Squalo hay alguien afuera que te busca- le dijo la arcobaleno del pacificador índigo –Y me debes $3000 dólares por decírtelo- el albino solo la miro y salió a ver quién era.
-Squalo sama, por fin lo encuentro- ante su asombro era la chica que salvo ese día –Estuve buscándolo para poder darle las gracias, pero este lugar es muy difícil de hallar- lo miraba con ojitos brillantes - Muchas gracias-
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Desde las alturas en su habitación, el moreno observaba la escena golpeando la muralla en señal de ira -¿Quién demonios se cree esa perra?- y se dirigió al lugar donde estaban.
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-Squalo sama- se le acercó un poco mas y lo miro directo a los ojos –Yo le pagare el favor… seré su esclava el resto de mi vida- extendió sus brazos para abrazarlo pero, algo la empujo tirándola al suelo.
El peliplata miro asombrado al otro -¿Qué demonios crees que haces?- el pelinegro saco una de sus pistolas y apunto directo a la chica –Maldito Xanxus, no la salve para que tú la mataras- pero el otro lo ignoro y disparo.
El tiburón cayó al suelo sangrando y miro a la chica –Ve… vete de aquí y jamás vuelvas- ella salió corriendo. El pelilargo observo al moreno que no salía de su asombro y quedo inconsciente.
El pelinegro se acercó y le grito –Imbécil, por que demonios te pusiste en medio- llamo a Lussuria y se lo llevaron al hospital privado de los Vongolas.
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Paso una semana y el albino abrió los ojos -¿Dónde estoy?-
-Estas en el hospital- le contesto el de los lentes de sol –Y el jefe te va a matar en cuanto te vea- dijo acercándose a él -¿Por qué salvaste a esa mujer?-
El peliplata cerró los ojos y contesto –No lo sé… solo la salve- miro al techo –Pero, salvarla de Xanxus fue por orgullo-
El okama sonrió –Después de todo, tu eres el único que puede recibir un disparo directo con la llama de la ira y sobrevivir-
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Pasó una semana más y el tiburón salió del hospital recuperado. Llego al castillo, se fue directo al comedor y vio a todos hay reunidos, el moreno estaba mirando por la ventana dándole la espalda –Salgan del castillo y no vuelvan hasta mañana- se levantaron para retirarse.
-Estás muerto jaja…- dijo Levi al pasar junto al albino –“Por fin seré el preferido del jefe”- sonreía mientras cerraba la puerta.
Cuando se quedaron solos, el pelinegro se dio vuelta y comenzó a caminar hasta ponerse frente a él, lo miro con esos ojos llenos de furia y por primera vez, el pelilargo tuvo miedo. Lo tomo del cuello ahorcándolo –Crees que puedes morir tan fácilmente maldito…-empezaba a faltarle el aire –Tu mierda de vida me pertenece- lo soltó. El tiburón cayó al piso tosiendo –Yo soy tu dueño basura y yo decido cuando morirás-
El peliplata se levanto para ponerse frente a él –Entonces, ya lo decidiste ¿Verdad?- desafío –Si vas a matarme, hazlo de una vez- cerro lo ojos esperando su muerte pero, lo que recibió fue un apasionado beso en los labios. El moreno acerco su cuerpo aprisionándolo contra la puerta, paseo sus manos por toda aquella piel blanca sin dejar de besarlo.
Separo sus labios de los del tiburón para mirarlo directamente –Si vuelvo a ver que alguien intenta tocarte, lo volveré cenizas- el otro lo vio asombrado –Desde el primer momento en que te vi, haz sido mío ¿Lo entiendes?- lo volvió a besar. Y así entre besos, abrazos, gemidos y mordiscos, volvieron a entregarse mutuamente a una noche de locura y pasión que termino en el cuarto del jefe.
El pelinegro veía dormir a su compañero que le daba la espalda, y le acariciaba ese cabello que tanto le gustaba –Maldita basura- susurro –Te amo- y abrazándolo se puso a dormir.
Abrió los ojos y un sonrojo apareció en sus mejillas, no podía creer lo que acababa de escuchar. Volvió a juntar sus parados al sentir la cálida respiración del moreno en su cuello y susurro –Yo también te amo, imbécil- y se durmió.
FIN