Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Enamorándome de ti... por Ssun

[Reviews - 19]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Parejas:

Wolfram x Yuuri (WolfYuu)

Shouri x Gwendal (O.o)

Yozak x Conrat (^^)

Shinou x Ken

 

 Resumen:

 

Luego de destruir las cuatro cajas prohibidas de Shinou, Yuuri debe decidir entre ambos mundos. Al final, debe admitir que no puede simplemente abandonar a su familia, pero sabe que en Shin Makoku también ha dejado una. 

 

42 Años después de ello es momento de regresar, pero nada es como él creía que era. Le parece muy interesante que un chico tan joven sea rey, más tratándose de ese hermoso rubio que apenas conoce, y le parece demasiado familiar...

 

¿Qué hará Yuuri cuando descubra que, debido a un deseo de Wolfram, olvidó lo que en verdad sucedió en su estadia ahí? ¿Podrá Yuuri perdonar aquel deseo de Wolfram?

 

Y aun más importante, ¿ignorara el "nuevo" sentimiento que poco a poco se abre paso en su corazón?

 

Esto y más en: Enamorándome de ti... Por segunda vez

 

 

 

Notas del capitulo:

 

* Ningún personaje me pertenece, todos son propiedad de Tomo Takabayashi. Yo solo los uso para divertirnos a todos con esto, y de paso ponerle el Yaoi que faltó LOL 

Nota: Probablemente uno o dos personajes sí sean míos, pero serán ya para el final, así que no afectaran la historia (:

 


Enamorándome de ti
Por segunda vez


 

Capítulo 1:

 

El regreso a Shin Makoku


— ¡Hazlo, Yuuri!—ordenó una voz que, para el moreno más joven, era la más hermosa de todas. Un hermoso chico rubio era el dueño de esta voz, sus ojos estaban algo húmedos, pero a como pudo mantuvo la poca calma que tenía.

 

—Wolfram—susurró visiblemente sorprendido el moreno Rey de Shin Makoku, ¿por qué debían pasar las cosas así?

 

 

 

Un incómodo silencio se formó. Más de 10 personas se encontraban a su alrededor, todos importantes para él. Shibuya Yuuri no sabía que debía hacer. A su lado estaban Murata Ken, el gran sabio, y su hermano mayor, Shibuya Shouri.

 

—Hazlo, Yuuri—aconsejó Wolfram nuevamente, pero su voz sonó más como una orden que Yuuri no deseaba del todo seguir. El rubio parecía ser uno de los más afectados con su partida, y no podía verlo…

 

 

 

Saber que era él el culpable de aquellos ojos enrojecidos dolía demasiado.

 

 

 

Dio media vuelta, encontrándose de lleno contra el portal que le llevaría a su mundo. A casa.

 

— ¿Estás seguro Shibuya?—cuestionó el moreno de lentes al más joven, el chico pareció dudar— Una vez que regresemos a la tierra, no podrás volver Shin Makoku

 

—Yo…

 

— ¡Solo hazlo!—explotó Wolfram, la seguridad de la voz de este logró transmitirle a Yuuri la decisión que le faltaba—  ¡No seas un enclenque! —Continuó— Sería una vergüenza ser el prometido de alguien que no es capaz de regresar con su familia…

 

Y fue entonces que prefirió callar. Wolfram adivinó que si decía algo más se notaría que ya había perdido ante el llanto. Sus hermanos pusieron una mano en cada hombro, pero el príncipe parecía ido.

 

“No mires atrás” pedía Wolfram

 

—Shibuya, el portal podría cerrarse en cualquier…—comenzó Murata, a pesar de que sentía algo de culpa por seguir picándolo con aquello, era necesario

 

“Vete, ese es tu verdadero lugar… Pero… No quiero que vayas”

 

—Vámonos—ordenó

 

Shouri fue el primero en cruzar el mencionado portal, le siguió Murata, y cuando llegó el turno de Yuuri este fue capaz de escuchar el pequeño sollozo que soltó el rubio.

 

“Yuuri, te quiero”

 

Algo dentro de él dolió tanto que no pudo evitar decir:

 

—Wolf, te quiero…

 

Dicho aquello desapareció por el mismo lugar en que lo habían hecho los otros dos.  Wolf dio un paso al frente de manera automática, Conrat tuvo la intención de detenerlo pero el mismo rubio quedó inmóvil. Sintió que su corazón era estrujado sin piedad. Cayó de rodillas sin poder evitarlo, y con los puños golpeó el suelo.

 

— ¡YUURI!

 

 

 

Un chico moreno despertó de golpe, se movió tan deprisa que terminó dándose un buen golpe contra el techo, pues dormía en la parte alta de una litera.

 

— ¡Auch!—se quejó al notar que, muy probablemente, dentro de algunas horas una hinchazón se formaría en esa zona.

 

Llevó una mano a la zona dañada mientras trataba de acomodarse para bajar, sin notar que continuaba aun enredado entre las sábanas. Yuuri cayó de la cama en un golpe sordo.

 

Enclenque—escuchó

 

— ¿Eh?

 

Yuuri se levantó rápidamente del suelo, incluso pareció marearse por la repentina acción. “¿Qué demonios fue eso?” pensó algo asustado “¿¡Fantasmas?!”

 

—Yuu-chan, ¡he servido el desayuno!—se escuchó el grito por parte de su hermano mayor, Yuuri suspiró, “¿Cuándo dejará de usar el chan?” se preguntó

 

—Voy—respondió a gritos también

 

El moreno acomodó las sábanas de su cama para luego encaminarse al pequeño ropero de la habitación. Un espejo de cuerpo completo se encontraba pegado en la puerta, por lo que, al pasar para dirigirse a la cocina, no pudo evitar mirarse.

 

“Mitad mazokus…” se recordó con cierta tristeza

 

 

 

Habían pasado ya más de 40 años desde su partida de Shin Makoku. Ahora, a sus 58 años, poseía la apariencia de un joven de apenas 18. Las cosas, si bien habían cambiado, no le parecían demasiado diferentes que antes de visitar aquel país.

 

 

 

Pero la verdad era otra cosa.

 

 

 

Tanto Mikoto como Shouma habían muerto en un accidente de auto 20 años atrás, por lo que Shouri se encargó de cuidarlo. Ambos sabían que aunque tuviese la apariencia de un joven era ya bastante grande, pero Yuuri, aun con canas, seguiría siendo el menor, y por tanto, Shouri estaría ahí para ayudarlo.

 

 

 

Por eso mismo ambos hermanos terminaron viviendo en Suiza junto con el Dr. Rodríguez y el Maou de la tierra.  Pero, para sorpresa de este, Shouri informó que no podía tomar el puesto. Yuuri jamás entendió a que se refería con “Ahora no corre peligro alguno”

 

 

 

Finalmente llegó a la cocina, donde Shouri le esperaba. Pese a vivir ya 5 personas ahí solo ellos desayunaban juntos. El Dr. Rodríguez había salido a una cita con la asistente del Maou, y el nombrado continuaba trabajando en su oficina sin hablar con nadie como siempre.

 

 

 

Ambos morenos tomaron asiento sin decir ni una palabra, agradecieron sus alimentos y comenzaron a desayunar. Shouri, tan observador como solía ser, notó que Yuuri parecía bastante pensativo ese día.

 

— ¿Has soñado de nuevo con eso?—preguntó como quien no quiere la cosa

 

—Sí pero…—contestó Yuuri con sinceridad, dejó de jugar con la comida y miró la mesa fijamente— Esta vez fue diferente—declaró— Lo que yo recuerdo no es nada parecido a lo que vi—explicaba el menor, Shouri se puso bastante nervioso— ¿Sabes quien es Wolf?

 

A Shouri se le cayó el vaso que tenía en la mano, solo hasta ese momento Yuuri le miró con verdadera atención. Su hermano mayor parecía nervioso.

 

—No sé quien podría ser—respondió, gracias a Shinou había sonado tranquilo

 

—Mmm...

 

— ¿A qué viene esa pregunta?— cuestionó, rogando porque Yuuri no recordara nada de ello, se metería en muchos problemas si lo hacia.

 

—No lo sé, solo recordé ese nombre…

 

—Eso no parece un nombre, aunque no me sorprendería que fuese un algún mal nombre para perro—puntualizó Shouri con seriedad, Yuuri fue capaz de notar cierto enfado en sus palabras

 

— ¡No digas eso! ¡Él no es un perro!—respondió visiblemente ofendido, su respuesta había sido automática

 

Yuuri notó que, debido a su repentino enfado, se había levantado de la silla e incluso había golpeado la mesa con ambas palmas. Se avergonzó en tiempo récord.

 

—Yo… Lo lamento—se disculpó, Shouri aun parecía demasiado sorprendido como para decir algo— Iré a darme un baño

 

El menor de los hermanos desapareció entre los pasillos, pero Shouri no daba crédito a aquello. ¡Habían pasado casi 50 años! ¿Cómo era posible?

 

Su teléfono sonó, sacándolo de su mutismo. Contestó a como pudo, sorprendido de escuchar una voz que, desde hace más de 30 años, no había escuchado.

 

—Amigo de mi hermano—murmuró algo asustado, aquel repentino llamado solo significaba algo

 

“Hermano mayor de Shibuya, será mejor que no lo deje ir solo…” Shouri se levantó como rayo, dejando caer el teléfono. Corrió detrás de Yuuri “Los veré allá”

 

 

 

Yuuri no supo cómo pasó, y tampoco entendía cómo era posible aquello. Pero ahí estaba él, en aquel templo donde vistió alguna vez. Pero había algo diferente. Él recordaba haber sido “llamado” para “encontrar” al próximo Maou. Nunca lo conoció, pues regresó a la tierra para cuando se dio cuenta. En algún momento pensó que aquello fue una mala broma  y ya pero, ¿qué era lo que pasaba?

 

 

 

El moreno miró a todos lados tras escuchar algunos suspiros llenos de sorpresa. Más de una bella mujer estaba ahí, algunas las reconoció como sacerdotisas, otras más debían ser guardias debido a sus trajes.  Un carraspeo le hizo regresar la vista al frente. Justo delante del amplio estanque del Templo de Shinou se encontraba de pie un chico de lo que, supuso, sería su edad, hermosos cabellos dorados adornaban su rostro. Se sonrojo al encontrarse bajo la mirada de aquellos verdes ojos.

 

—Traigan a Ulrike—pidió el joven, Yuuri continuaba aun en completo silencio

 

—Sí, majestad— les escuchó contestar a las doncellas

 

El moreno abrió los ojos como platos, ¡¿ese joven?!

 

La cabeza de Yuuri daba vueltas, varios pensamientos venían a esta y chocaban entre si. Recordó de pronto la voz que le llamó esa misma mañana “Enclenque”… Esa voz, demasiado parecida… Negó con la cabeza.

 

Una toalla lo cubrió sin que lo notara, elevó la vista y se encontró con la del rubio, quien ocultaba bien su sorpresa y alegría. Yuuri escuchó de lejos como del agua salían dos personas más, murmullos como “El hermano de su majestad…” “El Gran sabio ha regresado…” Todo pareció dejar de importar cuando su vista chocó con la del otro joven.  Este se limitó a ayudarle a ponerse de pie y salir del estanque para luego dirigir una mirada llena de odio a su mejor amigo que… ¡¿Su mejor amigo?!

 

— ¡Murata!—casi gritó lleno de sorpresa, muchos años habían pasado desde que le vio por última vez

 

Todos parecieron ignorar esto, pues el rubio, quien aun estaba a su lado, habló sin tomar en cuenta la sorpresa del menor, y debido a su tono amenazante Yuuri solo atinó a ponerse más y más nervioso.

 

—Tú y Shinou tienen muchas cosas que explicarme

 

Para sorpresa de todos, Murata solo sonrió.

 

—Tiene toda la razón, su majestad, Wolfram…


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).