Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Romeo v/s Romeo por Higary

[Reviews - 507]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holi hola, gente bonita!! ¿Cómo están? A mí me duele mucho la garganta, lo cual presiento que es una mala señal X.x (Kyuu: Higa-chan ya estaba cantando victoria en que llegaría la primavera y a ella no volvió a darle gripe ¬¬0). Pasando al fic, ¡muchas gracias por sus hermosos reviews! Lamentablemente no he tenido tiempo para responderlos como quisiera, pero saben que siempre los leo con mucho cariño ^o^ Por cierto, ya estamos en la recta final, saben que no soy de alargar mucho mis historias, así que mejor pasen a lo que vinieron: ¡¡a leer!!

 

Pared de honor: yukki_00, Quiimiie, Zanzamaru, KAISER, kasu-suna2, DanikZigma (puede que sí, jeje), goten trunks5, cyntiachan, HanaKuroi, Marionette_Lu, I_beloved, LEGNAEL, Naruhico Uchiha, KIRAdesu (es que la letra le quedaba perfecta), mtzmamer, Melody, Temari swan, sakuraelric2, yume hinamori, KONEKO-CHAN, Tsumi 13, uzumaky, Sayumi_Uchiha, Izumi_sakachita, Sasunaru24sasuke, Colett, HaruShion, yuecatleen, yingyang, Samara, marizu194, Hikari XD, nagiss, Sunaru, himekochibi y pau love.

 

Disclaimer: La trama está inspirada en la vieja película mexicana Como perros y gatos. Hacerla versión yaoi utilizando los personajes de Kishimoto y con más de una pareja protagonista fue idea de mi fumado cerebro.

CAPÍTULO 13: MIENTRAS ESTÉS AQUÍ

 

Era de madrugada cuando Naruto ingresó a hurtadillas por la puerta trasera de la mansión. Había estado otro rato en el bar, pero al ver que definitivamente Sai y Gaara no iban a regresar con ellos, Itachi le recomendó mejor marcharse a casa antes de que descubrieran su escape. Sasuke lo había llevado de vuelta y esperó hasta que lo vio brincar sano y salvo el muro. Como el rubio sabía que Bee de seguro andaría rondando los pasillos de la mansión (tenía esa mala costumbre), llamó al hermano mayor de él y le suplicó hasta convencerlo de que marcara al teléfono del guardaespaldas para distraerlo. Por suerte él también le tenía estima y, como no sabía nada del castigo, decidió ayudarlo (si estuviera enterado, seguro que él mismo se encargaba de arrastrarlo de regreso a casa).

-Menos mal –murmuró cuando estuvo cerca de las escaleras-, parece que no se dieron cuenta.

-Alto ahí, Namikaze Naruto.

El rubio tragó saliva y giró la cabeza con miedo. De pie en el centro de la sala lo esperaba una molesta Kushina quien tenía los brazos cruzados sobre su pijama. Por la apariencia que mostraba seguro llevaba rato ahí esperándolo.

-K-Kaa-chan…

-Ven acá inmediatamente –ordenó

Como si se encaminara a la horca, Naruto obedeció hasta detenerse delante de ella. Su mamá era realmente hermosa y gentil, pero también podía convertirse en la criatura más aterradora del mundo.

-¿En qué rayos estabas pensando, Naruto? Te escapas a pesar de saber que estás castigado. ¿Tienes idea de lo preocupada que me tenías? ¡Podría haberte pasado algo y nosotros sin tener idea de a dónde fuiste! Estaba a punto de ir a despertar a tu padre para salir a buscarte.

-Lo siento mucho, kaa-chan –se disculpó sinceramente-, no quería angustiaste así. ¡Pero tenía que hacerlo porque se trataba de Sai y Gaara! ¡Por fin están juntos!

-¿Qué?, ¿por eso él tampoco está? –procesó la información y abrió los ojos de sobremanera- ¿Nuestro hijo adoptivo y Gaara-chan son pareja? ¡Fabuloso! –exclamó emocionada, sin embargo al recordar la actual situación trató de recobrar la compostura- Ehem, no me desvíes de tema, jovencito. Esto no cambia el hecho de que te saliste sin permiso. Pudo pasarte algo grave, recuerda que no eres un chico ordinario.

-Dudo mucho que algo me ocurriera, kaa-chan. No me encontraba solo, también estaban los Uchi… -se tapó la boca de inmediato

-Naruto, ¿qué ibas a decir?

-N-Nada, te lo juro, jejeje.

-Sube a tu habitación de inmediato. Reflexionaré sobre tu actitud y decidiré el castigo que tendrás más tarde.

-¿Otro castigo? ¡Pero si ya me tienen aquí encerrado sin celular ni computadora!

-Y a pesar de eso te fugaste en secreto, Naruto. Ahora obedece.

Abatido, el ojiazul no tuvo más remedio que acatar las palabras de su madre. En parte entendía el punto de vista de ella, era muy sobreprotectora y seguro casi le da un ataque de histeria cuando se dio cuenta de la desaparición de su único y amado hijo.

 

La mañana llegó y los rayos del sol comenzaron a filtrarse a través de las cortinas. Uno de ellos le dio de lleno a Sai en la cara, así que parpadeó comenzando a despertarse. Cuando su vista se aclaró pudo distinguir frente a sus ojos una cabellera roja. Sonrió al sentir que todavía tenía a Gaara durmiendo entre sus brazos luego de tan agitada noche.

 

Después de que dejaran en claro sus sentimientos, fueron al departamento del pelirrojo y apenas pusieron un pie dentro comenzaron a besarse apasionadamente mientras se quitaban la ropa. Quizá fuera demasiado rápido llegar a ese nivel, pero el pintor no podía negar que desde hacía tiempo atrás ya no podía resistirse a los encantos del Sabaku.

-Siendo tan serio pocos imaginarían que en realidad eres tan fogoso y sensual –comentó besándole la cabeza

El pelirrojo comenzó a removerse y una vez abrió los ojos de inmediato sus miradas se encontraron. Gaara seguía algo somnoliento, por lo que Sai le apartó unos mechones de la frente.

-Buenos días, Gaara-kun. Disculpa, no quería despertarte.

-No, buenos días –contestó con las mejillas rojas y desviando la mirada, apenado

A Sai aquello le resultó adorable. Sin importar que la noche anterior Gaara se le volviera a declarar cantándole frente a todos los clientes de un bar, de lanzarle el micrófono a la cabeza (que por cierto aún le dolía) y luego de haber acabado en su departamento amándose hasta caer fatigados, el Sabaku todavía se sentía avergonzado.

-Gaara-kun, mírame por favor.

El pintor lo sujetó del mentón y le plantó un hambriento beso al que Gaara correspondió de inmediato. Sai lo giró para colocarse encima de él al tiempo que sus manos comenzaban a recorrer el cuerpo del otro.

-Oye –le besó el cuello-, ¿debes estar temprano en tu oficina?

-Mmgg… Puedo llegar… un poco tarde.

-Excelente –sonrió-, porque no creo terminar pronto.

 

Naruto se encontraba en su habitación leyendo un libro. La verdad es que se estaba muriendo de hambre, pero no había querido salir de su recámara por temor a su madre. Sin embargo no se esperaba ver precisamente a Kushina entrar al cuarto llevándole una bandeja con el desayuno.

-¡Buenos días, kaa-chan! –saludó con demasiado entusiasmo

-Buenos días, hijo.

A pesar de que ella respondió con normalidad, el rubio intuía que algo andaba mal. Conocía bien a la mujer que le dio la vida, precisamente por eso sabía que algo estaba tramando y eso le provocaba todavía más miedo.

-Eh… Kaa-chan, ¿has pensando en… lo de anoche?

-Querrás decir lo de la madrugada –aclaró sonriendo dulcemente-. Y sí, claro que lo he pensado.

-… ¿Y?

-Ya sabrás mi respuesta, tesoro –le sonrió-. Disfruta tu desayuno.

Feliz de la vida, la pelirroja salió de la habitación. El chico de ojos azules suspiró y comenzó a devorar sus alimentos. No tenía sentido preocuparse por lo que todavía no ocurría. Ya pensaría en algo cuando su madre determinara su sentencia.

 

Mientras tanto en el hospital, Sasuke se encontraba dando sus rondas, sin embargo no podía dejar de preguntarse qué habría ocurrido con el Namikaze. Se aseguró de que entrara a casa, pero no sabía si logró pasar inadvertido o lo descubrieron.

-Dobe irritante –murmuró con enfado

Estaba molesto consigo mismo por no dejar de preocuparse por Naruto. Incluso llegó a pensar en la posibilidad de llamar a Sai para ver si él sabía qué ocurrió con el rubio, pero desechó la idea de inmediato. De hacer eso el pintor lo molestaría durante mucho, mucho tiempo.

-Maldición –bufó con fastidio

La única opción que le quedaba era escribirle una carta para que fuera entregada por Nagato. De verdad que ese chico rubio le estaba causando demasiados problemas y estragos a su cerebro.

 

Deidara se encontraba en la galería organizando todo para un concurso de arte con el que buscaba apoyar y dar a conocer a los jóvenes talentos. Quería avanzar con el mayor número de proyectos posibles ya que en unos meses más se retiraría temporalmente para dedicarse al final de su embarazo y luego al nacimiento de su bebé. Estaba leyendo unos papeles cuando escuchó que llamaron a su puerta.

-Adelante.

Sai, sonriente como nunca antes lo había visto, entró a la oficina y le entregó una bolsa; dentro traía una dona y un vaso con chocolate caliente.

-Hola, Deidara-san. Imaginé que tendrías hambre.

-¡Eres tan buen chico! Aunque eso significa que ya todos deducen que últimamente me la paso comiendo.

-Miremos el lado positivo: tu hijo estará muy bien nutrido.

-Claro –el rubio sonrió y comenzó a degustar el pan-. ¿Y qué te trae por aquí? Además de alimentarme, lo cual agradezco mucho.

-Quise venir a disculparme contigo por lo de anoche, Deidara-san. Me fui sin siquiera despedirme o darles las gracias.

-No es como si hubieras tenido tiempo para eso.

-Lo sé, pero me siento apenado, tú has sido muy amable conmigo. Además necesitaba decirte que ya no debes preocuparte por Itachi-san y Gaara-kun.

-¿Eh?

-Sí, desde ayer Gaara-kun y o estamos saliendo formalmente.

-¡Felicidades! Ya era hora de que eso pasara, comenzaban a desesperarme.

-Muchas gracias.

-Y… creo que yo también debo pedirte disculpas, jeje –sonrió nervioso al ver la expresión confundida del menor-. En realidad nunca tuve sospechas de que Itachi me estuviera siendo infiel, sino que todo fue un plan de él para ponerte celoso y así abrirte los ojos respecto a Gaara.

-… ¡¿Qué?!

-Así es. Itachi es alguien muy protector y por lo mismo puede llegar a ser demasiado extremista. Creo que ya te diste cuenta de ello.

-¡Rayos! –gruñó y tomó asiento con el ceño fruncido- Me siento utilizado. Y con todo respeto, Deidara-san, pero tengo muchas ganas de golpear a tu esposo.

-Jajaja, descuida, no serás el primero ni el último que piense eso –lo miró y sonrió con cariño-. Sai, de verdad deseo que tú y Gaara puedan ser realmente felices, se lo merecen.

El pintor lo observó fijamente y correspondió a la sonrisa. Apreciaba mucho a ese rubio frente a él, creyó en su arte y le dio una oportunidad para dar a conocer su trabajo. Le admiraba y respetaba.

-Muchas gracias, Deidara-san.

 

Minato ingresó a la habitación de su hijo quien se hallaba mirando televisión con aburrimiento. Había esperado un tiempo prudente esperando que su hijo se tranquilizara. El mayor inhaló aire y se mentalizó para charlar tal como se lo indicó Kushina.

-Oye, Naruto, ¿cómo estás?

-Tou-chan –suspiró-. Aburrido y, aunque odie admitirlo, escondiéndome de kaa-chan.

-Ella ya me platicó lo ocurrido –tomó asiento a su lado-. ¿Por qué escapaste anoche de casa? Sabes bien que es peligroso para ti salir solo a esas horas.

-Tenía que hacerlo, tou-chan, por Sai y Gaara.

-Comprendo que quisieras ayudar a tus amigos, pero también ponte en el lugar de tu madre. Eres nuestro único hijo, por eso ambos nos preocupamos mucho por ti. Seguramente ella se sintió aterrada cuando desapareciste y no tenía forma de localizarte.

-Eso lo sé y me siento mal por preocupar a kaa-chan –suspiró-. Pero desde antes que esto ocurriera, ya me habían castigado teniéndome encerrado en la mansión, ahora no quiero ni imaginar lo que me espera –hizo un puchero-. ¿Por qué están haciendo todo esto?

Su padre abrió la boca, sin embargo no pudo decir nada, así que mejor volvió a cerrarla. No podía soltarle a su hijo que todo era parte de un plan para que él y Sasuke se dieran cuenta de que estaban hechos el uno para el otro. Seguro que al menor le daba un ataque o algo parecido. Lo mejor sería dejar todo en manos de Kushina y Mikoto porque si arruinaba el plan, tendría a las dos mujeres furiosas tras de él.

 

Era más de mediodía cuando Gaara llegó a su trabajo. A todos los empleados les parecía raro que se retrasara, pero nadie dijo nada. En cuanto el pelirrojo puso un pie dentro de su oficina encontró a un moreno de larga cabellera y ojeras pronunciadas sonriéndole desde su escritorio.

-Ya era hora, rojito. Como no había podido localizarte por teléfono, llevo aquí esperándote toda la mañana.

-¿Acaso no tienes trabajo? De lo contrario no deberías estar perdiendo el tiempo en mi oficina.

-De momento decidí darte prioridad –amplió su maliciosa sonrisa-. Anda, no seas así y cuéntame cómo te fue con el pintor.

-N-No es algo que te interese –replicó sin poder evitar sonrojarse

-Tu cara lo dice todo, rojito. Además luces radiante. Debe ser porque…

-¡Cállate! –bufó- Maldita sea, idiota. No quiero hablar de eso contigo.

-¿Por qué no? Yo soy tu gran apoyo.

-Mejor ve a molestar a Sasuke, Deidara o a quien quieras y déjame en paz.

-No importa que pongas esa cara, te conozco bien y sé que en realidad estás feliz. Me alegro por ti.

El pelirrojo sabía que el Uchiha lo decía de todo corazón. Sin olvidar que fue él quien hizo varios movimientos para despertar los celos en Sai y así pudiera aceptar sus sentimientos. Sin olvidar que a él mismo lo motivó para que se declarara en ambas ocasiones.

-… Muchas gracias, Itachi.

-Para eso son los amigos, rojito.

 

Sai finalmente regresó a la mansión Namikaze y entró con sigilo. Sin embargo, igual que Naruto durante la madrugada, fue recibido en la sala por una sonriente pelirroja.

-Bienvenido a casa, Sai-kun.

-¡K-Kushina-san! –trató de sonreír para ocultar el susto- G-Gracias, y-ya llegué.

-Escuché algo muy interesante y quisiera que me lo confirmaras –se le aproximó con ojos emocionados-. ¿Es cierto que estás saliendo con Gaara-chan?

A Sai le causó algo de gracia la expresión de ella. No cabía duda de que era la madre de Naruto.

-Sí –se sonrojó un poco-, es verdad.

-¡Fabuloso! –lo abrazó cariñosamente- ¡Muchas felicidades!

-Se lo agradezco, Kushina-san –correspondió al gesto, pero de pronto su semblante se volvió triste

-¿Qué pasa, Sai-kun? Deberías estar contento.

-Lo estoy, y mucho. Pero me preocupa lo que dirá la familia de Gaara-kun cuando se enteren que su hijo menor tiene de pareja a un humilde y pobre pintor.

-No te preocupes por eso, querido –le sujetó las mejillas para que la mirara-. Como nuestro hijo adoptivo, Minato y yo nos encargaremos de hablar con los Sabaku para pedirles la mano de Gaara-chan.

-… ¿Eh?

-Claro, para la boda. Será una ceremonia hermosa –suspiró con aire soñador-. Casi puedo ver a un par de niños con cabello negro o rojo y ojos aguamarinas como los de Gaara-chan.

Sai puso cara de pánico. Apenas si había logrado tragarse sus miedos para estar con el pelirrojo y ahora Kushina hasta estaba planeando la fiesta de compromiso. Ahora sí comprendía a su rubio amigo y a Sasuke. Pero a decir verdad tampoco era como si la idea le molestara.

 

Después de un rato escuchando los planes de Kushina, el pintor se vio libre e inmediatamente corrió a la habitación de Naruto. En medio de la conversación la pelirroja había mencionado que el chico sería castigado nuevamente por salir de la mansión en medio de la noche y sin avisarle a nadie.

-¡Naruto! –entró gritando

-¡Ahh, Sai! –del susto se cayó de la cama- Rayos, primero toca la puerta.

-Lo siento, cariño, creo que me exalté un poco –lo ayudó a levantarse y tomaron asiento de nuevo en la cama-. Como Kushina-san me dijo lo sucedido, pensé que estarías enojado o deprimido, no comiendo ramen.

-Ahh, sí, es que deprimirme no sirve de nada –se encogió de hombros y luego sonrió con picardía-. ¿Bien?, ¿no vas a decirme por qué llegas hasta estas horas y con esa expresión de idiota enamorado?

-Ehem –se sonrojó levemente-, ya lo dedujiste, así que no tiene sentido.

-¡Muchas felicidades! De verdad me alegro por ustedes.

-Te lo agradezco, cariño. Pero también me siento responsable porque Kushina-san esté molesta contigo.

-Después de prohibirme salir de casa, no puede haber nada peor, jejeje. A menos que me quite el ramen.

-Si tú lo dices –sonrió también-. Por cierto, tu madre ya me dijo que con gusto ella y Minato-san hablarán con la familia de Gaara-kun para pedir su mano. ¿Crees que lo decía en serio?

-Kaa-chan jamás bromearía con algo así –le dio gracia la expresión del pelinegro-. Sai, debes entenderlo, a mi familia realmente le agradas. De no ser así, por muy amigo mío que fueras, ellos no te tratarían de esta forma. Te has ganado su sincero cariño y respaldo. Eso sí, prepárate para tener a kaa-chan detrás de ti porque ella también quiere mucho a Gaara.

 

Esa noche Nagato visitó la habitación de su sobrino. Como debía asistir una reunión de negocios, sin rodeos le entregó la carta que Sasuke le dio por la tarde.

-¿Acaso él tuvo algo que ver con tu fuga de anoche?

-Es mejor que no sepas más detalles, Nagato. O kaa-chan podría acusarte de ser mi cómplice.

El pelirrojo arqueó una ceja, pero decidió dejarlo así de momento. Ya luego averiguaría cómo se estaban desarrollando las cosas entre esos dos.

 

Usukatonkachi:

¿Sigues con vida? Con lo torpe y descuidado que eres no dudo que te hayan atrapado. Ya te imagino llorando en tu habitación como damisela en desgracia. Claramente te dije que yo me encargaría del pintor, ¡pero no! Forzosamente debías ir y meterte en problemas. Eso te pasa por ser tan entrometido. Si me lo pides por favor, quizá me digne a ir y decirte en tu cara lo idiota que eres. Aunque a estas alturas ya deberías de saberlo, dobe.

Sasuke

 

Naruto tenía un tic después de leer la carta, luego bufó y a su pesar sonrió levemente. Ese bastardo de verdad era el único que podía animarlo con esa falta de tacto. Claro que no le pasaría por alto todos sus insultos y comentarios ofensivos. Así que buscó papel y pluma dispuesto a responderle tal y como se lo merecía.

 

A la mañana siguiente Sasuke caminaba por las calles cuando se encontró a su “cartero” particular. El pelirrojo lucía bastante cansado por la desvelada de la noche anterior.

-Aquí tienes –le dio la carta-. Tengo mucho trabajo que hacer, así que si quieres contestarle, tendrá que ser luego.

Dicho eso se marchó a toda velocidad. El Uchiha aprovechó que cerca de ahí se encontraba un parque, por lo que ocupó una banca y decidió abrir el sobre en ese lugar.

 

Estúpido teme:

Si intentabas animarme, de una vez te digo que no fuiste bendecido con esa habilidad. Para tu información, sí, kaa-chan me atrapó, ¡pero no porque fuera un torpe! ¡Sino fue cosa del instinto materno! Además mis amigos me necesitaban y yo no iba a dejarlos en un momento tan importante. Oh, lo olvidaba, tú eres el señor insensible. ¡Y primero me arrojo desde mi balcón antes de rogarte! Mejor admite que eres tú el que se muere por verme, Uchiha. Pero claro, soy tan genial y atractivo que nadie te culparía. Así que puedes venir y tendré compasión de ti.

Naruto

 

El azabache soltó un gruñido al terminar de leer y luego sonrió de medio lado. Ese dobe irritante se las iba a pagar. No iba a dejar las cosas así. Claro que Sasuke no se percató de que a final de cuentas (y de su orgullo) quería ver a Naruto, aunque al rubio le pasaba lo mismo. Y ya ninguno de los dos podía hacer algo para evitar esos sentimientos.

 

Aquella noche el matrimonio Namikaze llegaría tarde a casa, Nagato salió a un rápido viaje de negocios, Bee… pues estaba cantando como siempre y Sai tenía planeado ir a visitar a Gaara, pero antes de marcharse tenía que encargarse de algo.

-Date prisa, Sasuke-kun.

-No me presiones, idiota.

Por la pared trasera de la mansión el Uchiha menor ingresó, siendo esperado por el pintor. Sasuke lo había contactado y le dijo que necesitaba ir y darle su merecido a cierto dobe. Leyendo entre líneas Sai dedujo que en realidad estaba preocupado por él y lo extrañaba, por lo que accedió encantado a ayudarlo.

-Excelente –dijo Sai una vez el otro aterrizó a su lado-. Ya conoces el tiempo límite para volver a salir –le dio su control remoto-. Déjaselo a Naruto cuando te marches. Yo tengo que irme a ver a Gaara.

-Oye –lo detuvo, mirándolo seriamente-, más te vale que lo cuides.

-Lo sé –sonrió, pero luego su semblante también se tornó serio-. Y lo mismo va para ti respecto a mi amigo.

-¿Qué…?

-Deberías dejar de perder el tiempo, Sasuke-kun.

 

Naruto estaba mirando unas fotografías de su infancia. Recordaba viejos tiempos en compañía de Gaara y Sasuke. Suspiró. Si lo pensaba detenidamente, desde que era niño una fuerza superior se empañaba en reunirlo con el ojinegro. De alguna forma siempre acababan uno junto al otro ya fuera para pelear entre ellos, contra un grupo de bravucones, molestar a Gaara, o simplemente reírse de las mismas tonterías. Para bien o mal, y aunque lo odiaran, tenían bastantes cosas en común.

-Teme…

-¿Qué quieres, dobe irritante?

El rubio se sobresaltó al escuchar la contestación y giró la cabeza todavía en estado de shock. Se hallaba tan concentrado en sus pensamientos que no se percató del momento en que el Uchiha ingresó a la habitación desde el balcón.

-¡Rayos! ¡A la otra avisa, tarado! ¡Casi me da un infarto!

-No seas tan escandaloso o harás que nos descuban –regañó y se acercó a él-. ¿Qué te tenía tan distraído?

-N-Nada –contestó, sonrojándose un poco

Sasuke no le creyó, así que le arrebató la fotografía que sostenía en una mano. Ahí aparecían él y el rubio compitiendo, para no variar, durante uno de los cumpleaños del ojiazul. Por alguna extraña razón Sasuke también se sonrojó levemente.

-Vaya…

-Ni se te ocurra pensar en cosas extrañas, teme. Simplemente me sentía un poco nostálgico.

-Yo no iba a pensar en nada extraño, usuratonkachi.

Se sumieron en un raro silencio. No era incómodo, pero tampoco resultaba normal. Sabían (y sentían) que algo entre ellos estaba cambiando, quizá fuera así desde antes, y ya nada lo podría evitar.

-Si lo piensas detenidamente, toda nuestra vida han conspirando en nuestra contra para reunirnos.

-Cierto –asintió el rubio-. Y cuando no pasaba así, éramos nosotros los que provocábamos eso por ir y retar al otro.

-Es porque eres un idiota competitivo.

-Mira quién lo dice, señor odio perder.

Sin poder evitarlo ambos comenzaron a reír, provocando con esto que el ambiente se relajara. Naruto lo observó fijamente y fue como si algo de pronto lo golpeara. Ahí frente a él se encontraba un atractivo hombre que le sonreía como pocas veces, un hombre que lo conocía perfectamente y, sí, podría ser un bastardo arrogante la mayor parte del tiempo, sin embargo él sabía mejor que nadie lo protector que podía llegar a ser.

-¿Y q-qué haces aquí, teme amargado? –preguntó para tratar de componerse

Al Uchiha no le pasó desapercibido el cambio de tema ni el ligero tartamudeo, pero decidió ignorarlo de momento.

-Sólo me preguntaba en qué rayos te habrías metido después de tu escapada de anoche. El pintor me comentó que Kushina-san planea asignarte un nuevo castigo.

-Así es –suspiró-. Conociendo a kaa-chan es capaz de muchas cosas, pero esta vez no tengo idea de qué estará planeando.

Sasuke arrugó el ceño al verlo desanimarse. Naruto era la persona más alegre que conocía, su radiante sonrisa lo alegraba incluso a él en los momentos más difíciles y estresantes. Siempre estaba ahí de manera incondicional para respaldarte, en las buenas y sobre todo las malas. El único tiempo del que no tenía idea eran esos cuatro años que el rubio estuvo en Italia. Sasuke arrugó el ceño al recordar ese periodo.

-Quizá no sea para tanto, idiota. No es como si Kushina-san planeara enviarte al extranjero o algo así.

-Ni siquiera lo digas –puso cara de horror-. Si en realidad no tiene mucho tiempo desde que regresé a casa.

El Uchiha apretó la fotografía entre sus manos y lo miró fijamente. Era buen momento para soltar una pregunta que antes no se atrevió a formular.

-¿Por qué decidiste estudiar en el extranjero, usuratonkachi? Esa carrera podrías haberla cursado aquí.

-Mmm… Porque quería experimentar un poco. En Japón todo el tiempo hay alguien observando debido a mi apellido, lo sabes muy bien porque te sucede igual, teme. Necesitaba poder salir adelante por mí mismo sin tener presiones ni exigencias debido a mi familia. En Italia ninguno de mis compañeros supo que soy rico, excepto Sai y él se sorprendió mucho cuando se enteró.

-Hum… Pero en esos cuatro años no volviste ni una sola vez. No es como si no hubieses podido comprar un boleto de avión.

-¿Qué? Eso fue porque debía terminar lo que había decidido hacer y regresar durante las vacaciones no era parte del plan. Además –arrugó el ceño-, ¡tú tampoco me escribiste ni una sola vez o si quiera me llamaste por teléfono para saber si seguía con vida!

-¡Porque cierto dobe sólo llegó un día y nos dijo a mí y a Gaara que se iba al extranjero! ¡No te preocupó el saber lo que opinábamos al respecto!

-¡Todos habrían intentado convencerme de no hacerlo!

-¡Yo te hubiera respaldado, usuratonkachi! ¡Como siempre lo he hecho!

Ambos respiraban agitadamente; no sabían en qué momento empezaron con los reclamos, pero era la primera vez que tocaban esos puntos desde el regreso del rubio. En medio de todo eso Naruto procesó las últimas palabras pronunciadas por el moreno y lo miró con sorpresa.

-Un momento, ¿de verdad ibas a apoyarme?

-Piénsalo detenidamente y dime cuándo te he abandonado a tu suerte, imbécil.

Ese era un buen punto. A pesar de sus constantes peleas, Sasuke nunca lo dejaba solo ni atrás. Como cuando los chicos lo acosaban en la escuela, o recientemente cuando se perdieron en esa oscura calle. Siempre estaba ahí como un gran respaldo.

-… Teme –le sonrió con sinceridad-, gracias.

Las mejillas del Uchiha se colorearon de carmín. Por el calor del momento había soltado varias cosas que preferiría seguir guardando, pero con tal de ver esa sonrisa valía la pena tragarse un poco de orgullo. Esa sonrisa que tanto le hizo falta y otra vez estaba ahí.

Notas finales:

HIGARY-NOTAS:

Y todavía faltan más escenas de esta visita nocturna XD Para el próximo capítulo no puedo darles spoilers porque eso arruinaría el momento, pero va a estar bastante bueno, jejeje (Kyuu: Al menos en su imaginación, porque no ha escrito ni una sola palabra de él ¬¬0). Como siempre saben que esperaré sus comentarios con saludos, pedradas, felicitaciones, cebollazos, flores, jitomatazos, bombas, amenazas, golpes y demás. La siguiente semana les traigo el siguiente capítulo de Ayuda demoniaca 2.0 (Kyuu: Que dejó a los lectores en la expectativa) y en dos semanas regresamos con esta loca historia. Ah, y antes de que se me olvide, esta semana estaré actualizando algunas cosas del blog (Kyuu: Después de meses por fin subió la sexta parte de mi buzón ¬.¬), ya les iré avisando. Ahora sí, se me cuidan mucho y nos leemos luego. Bye byeee!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).