Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Romeo v/s Romeo por Higary

[Reviews - 507]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holi hola, gente bonita!! Como dije ya en mis otros fics, volvíiiiiii!!! Como varios saben, me quedé sin laptop y por eso se retrasaron todas mis actualizaciones (Kyuu: A este fic le tocaba en Septiembre ser continuado). Pero por fin estoy de vuelta y continuaremos con este loco fic que parece levantar muchas expectativas, jeje (Kyuu: Y por cierto, sobrinos, no, aquí el pintor no es un tercero en discordia, el sasunaru de esta historia no gira en torno a eso). Por cierto, hoy comienza el Festival literario sasunaru, visiten la página para que se animen a participar, y si prefieren leer, entonces revisen las historias que estarán compitiendo y apóyenlas, jeje. Bueno, les he hecho esperar demasiado desde el primer capítulo, así que mejor les dejo y pasen a lo que vinieron: ¡¡a leer!!

 

Pared de honor: LEGNAEL (primer review!!), susi-kun, SuperSasuNaruFan, Nekoj, Sasukita15, Ia_Wittaker, kaia_shirley, yumehinamori, kitsuNaru, NorikoDark, fabiola-san, Sakuma_ShuichiEiri, KIRAdesu, yllen, HanaKuroi, Sunaru, Radharani, Blackrose17, marizu194, hana-no-tenkai, sayu-san, Izumi_sakachita, megumi84,  lunakatsuki, Zanzamaru, KAISER, nechan, Collet, yuuki, lance215, darklady0094, Tsumi 13, KONEKO-CHAN y Anónimo (Kyuu: Con amenaza de muerte incluida, kuku).

 

Disclaimer: La trama está inspirada en la vieja película mexicana Como perros y gatos. Hacerla versión yaoi utilizando los personajes de Kishimoto y con más de una pareja protagonista fue idea de mi fumado cerebro.

CAPÍTULO 2: ¿MATRIMONIO? ¡CON ÉSE, NUNCA!

 

Hombres, mujeres o donceles, sin importar lo que sean, la mayoría de los padres quieren que sus hijos estén con una persona que consideren adecuada e ideal para acompañarlos. Este rasgo se mostraba con más arraigo en las familias de clase alta, ya que era muy raro que aceptaran el matrimonio de alguno de sus hijos con una persona de clase baja.

 

A Uzumaki Kushina y Uchiha Mikoto ese detalle las tenía sin cuidado, les importaban más otro tipo de cosas. Ellas eran muy buenas amigas desde niñas, su relación se volvió más estrecha en la adultez. Fue gracias a ellas que sus esposos también se volvieron entrañables amigos. La situación que a ambas les interesaba era que desde hacía mucho tiempo añoraban emparentar. Se querían como hermanas, pero deseaban que sus familias se unieran de verdad y eso sólo se lograría por medio de algún matrimonio entre herederos.

-Hemos esperado tanto por este día –decía Kushina

-Cierto –contestó la morena-. Sólo espero que ellos lo tomen bien.

-Conociéndolos seguro armarán un escándalo, pero sólo al inicio. Pronto sucumbirán a los encantos del otro, jajaja.

-Yo sólo deseo que esto no termine mal –suspiraba Minato

-Pienso igual –apoyó Fugaku-. Aunque la idea de emparentar con tu familia me parece excelente.

-A mí también con la tuya –sonrió su amigo

-Primero preocúpense por sus hijos que parecen querer asesinarse –murmuraba Nagato bebiendo vino

 

A varios metros de donde ellos estaban, Sasuke y Naruto seguían discutiendo. La gente a su alrededor ya había perdido el hilo de la pelea: que si uno era más alto que el otro, que no se extrañaron en lo más mínimo y muchas tonterías más que prefirieron ignorar por el excesivo uso de palabras altisonantes. Hacía tanto que esos dos no se reunían que la mayoría de los invitados olvidaron que las peleas de ese estilo eran muy comunes entre ellos.

-Maldito dobe irritante.

-Y tú sigues siendo un teme amargado. ¡Ya cásate a ver si te mejora el carácter!

-Podría decir lo mismo de ti, pero compadezco al pobre hombre que se condene a tu lado.

 

Un elegante joven pelirrojo de ojos color aguamarina acababa de llegar a la fiesta. Debido a su trabajo estuvo muy ocupado y por eso se le hizo tarde. Avanzando entre los invitados pudo observar a un joven pelinegro que no le pareció conocido, estaba rodeado de un grupo de risueñas y coquetas mujeres aunque él parecía algo incómodo en su compañía. Dejó de prestarle atención cuando divisó la cabellera rubia que buscaba. Lo reconoció de inmediato a pesar de no haberlo visto en más de cuatro años.

-Si no hubiera tantos socios de mis padres, ¡te pegaría un puñetazo! –decía Naruto

-¡Lo mismo digo! ¡Lástima que estemos en tu casa y seas doncel! ¡Deberías actuar como tal!

-¡Ja! ¡Vas a presencias cómo éste doncel te patea el trasero!

-¡En tus sueños, usuratonkachi!

-Sin importar el tiempo ustedes dos no cambian, ¿verdad? –escucharon otra voz

Ambos voltearon para encontrarse con el hombre pelirrojo quien a pesar de su dura expresión sonrió levemente.

-¡Gaara! –gritó el rubio, abrazándolo

-Tanto tiempo sin verte, Naruto –le correspondió

Sabaku no Gaara, de veintidós años, también pertenecía a una familia poderosa. Por lo general era muy serio y reservado, sin embargo en el fondo era una persona amable y comprensiva. Además, aunque su fuerza y carácter no lo demostraran, también era doncel.

-Te va a pegar su estupidez, Gaara –dijo Sasuke-. Yo en tu lugar correría al baño a desinfectarme.

-¡Repite eso, Uchiha idiota! –retó el ojiazul- ¡Gaara es mi amigo!

-¡También el mío, tarado!

El pelirrojo tan sólo negó con la cabeza. Ellos tres se conocían desde niños, también desde esa época las discusiones entre rubio y moreno eran comunes. En algún momento el pobre Gaara pasó a convertirse en una especie de manzana de la discordia en sus peleas. Si no fuera porque apreciaba a ambos, ¡hace mucho les habría pegado un puñetazo!

-Mejor iré a saludar a sus padres –avisó, pero fue ignorado por los otros dos, así que se marchó

 

-Eh… ¿no deberíamos detenerlos? –preguntó Deidara

Él e Itachi se encontraban junto a la mesa de comida, ya que el embarazo provocaba mucho apetito en el rubio. Desde ahí tanto el escultor como su esposo veían la discusión que a lo lejos mantenían Sasuke y Naruto.

-No, así son ellos –contestó el pelinegro-. Se han llevado de esa manera desde que eran niños, pronto te acostumbrarás.

-Pero parece como si quisieran matarse.

-Tranquilo, nunca llegan a los golpes. Por fortuna mi otouto no olvida el detalle de que Naruto es doncel y éste respeta demasiado a mis padres como para atentar contra su hijo menor.

 

Sai logró escabullirse del interrogatorio al que un pequeño grupo de chicas y donceles lo tenían sometido. Caminó entre los invitados buscando a su amigo. Observó a Nagato platicando con otro joven de cabello rojo intenso que le pareció curiosamente llamativo, pero dejó de mirarlo cuando localizó a quien buscaba. Le llamó la atención ver a Naruto enfrascado en una acalorada pelea con un alto moreno, ya que si bien el ojiazul era bastante hiperactivo y necio, la mayoría de las veces trataba de arreglar las cosas por las buenas, aunque su carácter era un tanto explosivo, sobre todo cuando lo hacían enfadar.

 

Se acercó a esos dos escandalosos y presenció la escena con curiosidad y diversión. Aquél par resultaba bastante interesante de analizar, pero como seguían discutiendo sin prestarle atención decidió intervenir.

-Naruto –llamó-, ¿quién es él?

El rubio reaccionó al oír su voz y lo miró. Luego reparó en que otra presencia había desaparecido sin que se diera cuenta.

-Ahh, Sai… ¿Y Gaara? Como sea –rodó los ojos y señaló a su acompañante-. Éste es Uchiha Sasuke teme.

-No me digas teme, dobe –alegó

-¡Y tú no me llames dobe!

Sasuke lo ignoró y prestó atención al pelinegro que había preguntado por él y ahora sonreía levemente, al parecer divertido con la situación que estaba viendo.

-¿Tú quién eres? –lo interrogó con rudeza

-No le hables así –regañó Naruto-. Teme, él es Tokiya Sai, mi preciado amigo.

-Mucho gusto, Sasuke-kun –dijo él con educación

-Hum… Igualmente, supongo.

El Uchiha arrugó el ceño, ya que aquél sujeto se le parecía un poco físicamente hablando, sin embargo había algo en él que no terminaba por agradarle. Tal vez era esa sonrisa exasperante.

-Cariño, me sentía solo entre tantos desconocidos –explicó el pintor a su amigo-, por eso decidí buscarte.

-Lo siento, me entretuve peleando con este idiota.

-El idiota serás tú, usuratonkachi.

-Como sea –lo ignoró y sonrió al pelinegro-. Vamos, Sai, no he cenado nada y tengo hambre.

-Bien.

Naruto lanzó una última mirada de odio al azabache para proceder a marcharse en compañía de Sai. Por su parte Sasuke estaba molesto, cada vez que se encontraba con el heredero de los Namikaze le quedaba esa sensación. Sin embargo y pese a su renuencia, no pudo evitar ver la forma tan cariñosa e íntima con que parecían llegarse esos dos recién llegados.

-Ese sujeto debe estar loco para soportar al dobe.

 

Deidara seguía devorando la mesa de bocadillos bajo la atenta mirada de Itachi cuando se les acercó Gaara, quien parecía prestar atención a otro rincón de aquél salón.

-¿Y a ti qué te pasa? –le preguntó el moreno

-Nada –contestó el Sabaku y miró al rubio-. Buenas noches, Deidara. ¿Qué tal va tu embarazo?

-Buenas noches, Gaara. Todo bien, pero creo que este niño será muy glotón –suspiró-. De seguir así muy pronto voy a rodar.

-A mí no me molestaría –sonrió su esposo-, habrá más de ti para amar.

-Idiota.

-Por cierto –dijo el pelirrojo como si no le importara-, ¿quién es el sujeto que está con Naruto?

-Ah, el moreno. Escuché que vino con él desde Italia.

-¿Es su pareja?

-No lo creo, o de lo contrario mi kaa-san y Kushina-san no estarían tan emocionadas –sonrió con malicia-. ¿Por qué tanto interés?, ¿acaso te gusta?

Obtuvo por respuesta una mirada asesina proveniente de unos ojos color aguamarina. Itachi no pudo evitar reír con burla mientras Gaara lo amenazaba y Deidara se limitaba a suspirar. Esos dos no tenían remedio.

 

La velada terminó sin grandes contratiempos, especialmente porque Sasuke y Naruto decidieron poner distancia de al menor diez metros, eso sí, cada vez que sus miradas se encontraban, parecía que las chispas de rivalidad saltaban entre ambos. A Sai seguía pareciéndole muy divertida la situación, ya que en Italia jamás vio a su amigo llevarse así con alguien. Tendría que seguir observándolos antes de comenzar a sacar conclusiones.

 

Al día siguiente en la mansión Namikaze, Naruto se encontraba escribiendo una importante investigación que, si era aprobada por el Director de una buena universidad, se convertiría en su boleto de entrada para dar clases de Literatura ahí. Seguro que con los contactos de sus padres eso sería algo muy fácil de conseguir, pero jamás le había gustado obtener beneficios por el poder de su familia. Él siempre se esmeraba para conseguir sus logros gracias a su esfuerzo diario.

-¡Les demostraré a todos que incluso siendo doncel y de la familia Namikaze puedo lograr las cosas yo solo! Jajajajaja.

 

Mientras tanto Sai se encontraba en el jardín pintando un paisaje. Estaba convencido de que su estadía en Japón lo ayudaría en muchos sentidos, además buscaría darle renombre a sus obras en su país natal. Tomó la decisión de dejar Italia por ciertos eventos del pasado que lo ligaban a ese lugar.

-Lo mejor es comenzar de cero –se animaba-. Además tengo el presentimiento de que ocurrirán cosas muy divertidas.

 

Gaara llegó a la mansión Namikaze, ya que la noche anterior no había tenido oportunidad de hablar bien con Naruto, en parte por los numerosos invitados de la fiesta, pero más que nada porque el rubio se la pasó peleando con su otro amigo de cabello azabache.

-Buenos días, Gaara-sama –saludó un guardia

-Buenos días.

 

Al avanzar por el jardín pudo divisar a cierto pelinegro que estuvo presente en la velada. Le llamó la atención que pintaba un cuadro y lucía bastante concentrado, por lo que decidió acercársele en silencio. Al estar solo unos metros detrás del moreno, observó sorprendido el hermoso paisaje montañoso que ese hombre plasmó. Realmente tenía talento.

-Ah, hola –saludó Sai al percatarse de su presencia

Gaara reaccionó y se sintió incómodo al verse descubierto, sin embargo su serio semblante no se inmutó.

-Buenos días, siento haberte interrumpido.

-Descuida, sólo me sorprendiste un poco –le sonrió-. Eh… estuviste en la fiesta de ayer, ¿verdad?

-Sí.

-Claro, tu cabello es demasiado llamativo como para olvidarlo.

El pelirrojo se desconcertó por su comentario, pero justo en ese momento Naruto salió al jardín y corrió a su encuentro.

-¡Gaara! ¡No me dijiste que vendrías!

-Aproveché que tenía un rato libre del trabajo.

-Tú siempre tan responsable –rió el ojiazul-. Ah, sí. Gaara, te presento a Tokiya Sai, un buen amigo que conocí en Italia –miró al moreno-. Sai, este es Sabaku no Gaara, mi amigo de la infancia e hijo de una familia socia de la mía.

-Ya veo. Mucho gusto, Gaara-kun –volvió a sonreírle

-Igualmente.

-Hablemos adentro –dijo Naruto-, tenemos muchas cosas que contarnos, Gaara. ¿Nos acompañas, Sai?

-Quiero terminar mi cuadro, además creo que es mejor si hablas a solas y en calma con tu amigo.

-Jejeje, sí, supongo. Andando, Gaara –lo jaló del brazo

El pelirrojo se dejó guiar al tiempo que observaba de nuevo al pintor quien regresó su atención al cuadro. Había algo en los gestos de aquél hombre que a Gaara le pareció intrigante. No sabría explicarlo con claridad, pero si de algo estaba seguro, era que Sai parecía ser más misterioso de lo que aparentaba. Al percatarse de los pensamientos que tenía el Sabaku sacudió su cabeza para ahuyentarlos. Aquello era una mala señal.

 

Cayó la tarde y Naruto tenía bastante hambre. Se dirigía a la cocina cuando su madre lo interceptó.

-Alto ahí, jovencito.

-¿Qué sucede, kaa-chan?

-Busca a Sai, quiero que ambos se arreglen. Saldremos a cenar con unos amigos.

-¿Eh?, ¿quiénes?

-Ya lo verás, ahora obedece, hijo.

No quedándole de otra el rubio asintió y se fue en búsqueda de su amigo. Su madre podía ser una mujer muy amable y cariñosa, pero cuando le llevabas la contraria y la hacías enojar era peor que un demonio.

 

Lo que no se esperaba es que serían llevados a la bella mansión Uchiha. Naruto estaba a punto de maldecir, pero entonces recordó que Gaara le dijo que Sasuke era médico, así que existía una alta posibilidad de que esa noche estuviera de guardia. Más animado decidió ingresar al lugar, sólo que su sonrisa se borró de golpe al toparse con cierto moreno que parecía de mal humor.

-¿No podrías estar en el hospital, teme?

-Es mi casa, usuratonkachi. Tú podrías haberte negado a venir.

Como ya se estaban lanzando miradas asesinas, Nagato decidió intervenir y jaló a su sobrino para ir y saludar al resto de los Uchiha.

 

Una vez instalados en el enorme comedor, Sai se percató de la mirada llena de curiosidad con que Itachi lo observaba. Deidara también lo notó, así que se acercó a su esposo.

-¿Qué pasa? –preguntó en voz baja

-Sólo me intriga saber qué es lo que le llama la atención de él a Gaara.

-Pero Gaara te dijo que no es nada de eso.

-Y yo te digo que sólo no se ha dado cuenta. Conozco bien al rojito.

 

Cenaron en medio de charlas amenas hasta llegar a la hora del postre. Para no caer en pleitos Naruto se la había pasado ignorando a Sasuke e hizo esfuerzos para centrarse en la plática con Sai. De pronto Mikoto llamó la atención de los demás.

-Escuchen, por favor –habló ella-. Queremos dar un anuncio importante.

-¿Qué sucede? –preguntó su primogénito

-Todos saben que nosotros hemos sido grandes amigos de los Namikaze desde hace muchos años. Nos queremos como si fuésemos familiares cercanos.

-Esto me da mala espina –murmuró Naruto

-Cuando Naruto nació  -intervino Kushina-, acordamos que un día él y Sasuke deberían acercarse para así finalmente unir a ambas familias. Y como nuestro Naruto ya volvió, deberíamos comenzar a planear la boda.

-¡¿Qué?! –gritaron ambos, levantándose

-¡Tienes que estar bromeando! ¡No me pienso casar con ese teme!

-¡Yo tampoco quiero tener que atarme al usuratonkachi!

-¡¿Cómo rayos se les ocurre decidir algo así sin consultarnos?!

-¡No pienso cumplir con semejante acuerdo del que no tenía idea!

Kushina puso cara de tristeza y miró al moreno a los ojos.

-¿Estás diciendo que no te gustaría ser nuestro hijo, Sasuke-kun?

-No, no diga eso, Kushina-san –respondió con culpa-. Sabe que yo la quiero mucho y también a Minato-san. Esto no tiene nada que ver con ustedes.

-Qué buena manipuladora es Kushina-san –murmuró Nagato, a lo que Minato simplemente sonrió y asintió

-¿Por qué ustedes no dicen nada? –preguntó Naruto a los demás, ya que parecían resignados a que eso ocurriría

-No me molestaría tenerte de cuñado –contestó Itachi con calma

-Eres adecuado para mi hijo –declaró Fugaku con convicción

-Esto es una locura –dijo Sasuke y miró a Sai, quien había seguido comiendo su postre-. ¿Tú por qué no te has opuesto? Se supone que viniste desde Italia siguiendo aquí al dobe, ¿no?

-Bueno –respondió Sai-, ya sabía que lo mío con Naruto sería imposible –miró al rubio y le sonrió-. Cariño, no te preocupes por mí. Te dejo en libertad y rezaré por tu felicidad.

-¡¿Qué?! –el Uchiha menor se sorprendió al ver lo fácil que se rindió

-Sasuke idiota –llamó Naruto-, Sai no es mi novio ni nada parecido. Somos buenos amigos.

-Jejeje, lo siento, Naruto –se disculpó el pintor-, pero él me parece un buen partido para ti.

Tanto el rubio como Sasuke lo miraron con horror, mientras Kushina y Mikoto soltaban grititos de felicidad.

-¿Lo ven? –dijo la pelirroja- Hasta Sai-kun lo aprueba, no debería haber más problemas.

-¡Nunca! –gritaron ambos

-Eh… quizá deberíamos intervenir –opinó Deidara-. Antes de que ellos dos traten de demoler la casa o algo semejante.

-No, esto es bastante entretenido –contestó su esposo

 

Al día siguiente Fugaku y Minato se encontraban en la oficina del primero analizando detalles de uno de sus negocios. Sin embargo no podían dejar de lado la rotunda negativa de sus hijos respecto al matrimonio arreglado.

-La verdad ya me esperaba que ellos reaccionaran así –dijo el rubio-, pero de todos modos es una lástima.

-Cierto, siempre he querido a tu hijo en mi familia.

-Jajajaja, y yo a Sasuke en la mía.

-De cualquier forma ellos ya no son ningunos niños, pero se siguen tratando como tales.

-Sí, ahora ya son adultos. Tal vez sólo necesitan volver a conocerse mejor –sonrió-. Además dudo que Kushina y Mikoto se den por vencidas tan fácilmente.

-Es verdad. Esos chicos no saben lo que les espera.

 

Kushina y Mikoto estaban en un restaurante comentando la desastrosa reunión pre matrimonial con sus hijos. Sabían que eran tercos y orgullosos, pero no esperaban que fuera para tanto.

-¡Tengo una idea! –exclamó Kushina con alegría- Estoy segura de que entre ellos siempre ha habido atracción, sólo necesitan una oportunidad para que se den cuenta.

-¿Qué tienes en mente?

-Quizá ir directo al tema del matrimonio fue demasiado rápido, por eso creo que deberíamos hacerlos tener citas primero.

-Es una excelente idea, de esa manera tendrán una oportunidad para conocerse mejor. Aunque pondrán el grito en el cielo cuando se los digamos.

-No te preocupes, la primera cita la disfrazaremos como una salida grupal –sonrió con maldad-. Y para ello tomaremos ayuda de Sai-kun y Gaara-kun.

Ambas mujeres rieron. Iban a hacer todo lo posible por unir a sus hijos hasta que ellos mismos accedieran a un feliz matrimonio. E iban a utilizar a quien fuera necesario para lograr su objetivo.

Notas finales:

HIGARY-NOTAS:

Jajajajaja,estas dos mujeres son de cuidado XD ¿Qué les pareció? Como siempre esperaré sus comentarios con saludos, pedradas, amenazas, felicitaciones, cebollazos, flores, golpes, jitomatazos, bombas y demás. A partir de ahora esta historia se actualizará quincenalmente (Kyuu: Aunque al momento de escribir esto apenas tiene 6 capítulos escritos). El día de hoy subí también el capi 6 de Nuestro Presente y mi nuevo ficUn año contigo TT///TT (Kyuu: Como dije en otro fic, esa historia es una lenta agonía ¬¬0). Recuerden visitar la página del Festival literario sasunaru, la siguiente semana volveré con mis otros dos fics y, como dije líneas arriba, en dos semanas les traigo la tercera parte de esta loca historia n.n Por hoy es todo, se me cuidan mucho y nos leemos en otra ocasión. Byebyeee!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).