Flashback
-Joder SeungRi, tienes una buena bocaaahhhh…—el menor de los dos se había vuelto a introducir el miembro del que estaba de pie antes de que acabara la frase.
-Por supuesto hyung, pero me gusta más meter mi polla en bocas, vaginas o… culos—susurró la última palabra al oído del castaño y luego le lamió el lóbulo para seguido ponerlo de cara a la pared de aquel baño
-Vamos Pandita, recuerda que tengo novio…—SeungRi soltó una carcajada.
-Ya te lo he hecho olvidar una vez y tan solo con la boca, probemos con otra táctica—tiró del pelo del mayor y le devoró la boca. El castaño intentó liberarse los primeros segundos, pero el alcohol había hecho efecto y rápidamente perdió el control de su cuerpo.
Así que ahí estaban, un panda embistiendo por detrás a un dinosaurio, haciéndolo chocar un poco contra la pared del baño de tíos de una discoteca.
Cuando Key entró en el baño a retocarse el delineador de ojos escuchó gemidos provenientes de una de las cabinas junto con unos golpes que se iban repitiendo.
-Repugnante…—pensó mientras seguía a lo suyo. Cuando ya estaba guardando el lápiz escuchó un gemido más fuerte que los anteriores pero que quedó ahogado, supuso que por sus propios labios e iba a salir pero oyó algo más, un sonido que él conocía muy bien y que incluso lo consideraba como de los ángeles. Conocía esa voz, conocía aquel gemido que denotaba que se había corrido, y conocía la cara que vio cuando se abrió la puerta de aquel cubículo. Los ojos de la diva se llenaron de lágrimas y salió corriendo justo después.
Fin del Flashback
No sé por qué coño lo hice si tú siempre fuiste, eres y serás perfecto, no podía pedir nada más en alguien, sin embargo lo hice, te traicioné al acostarme con mi mejor amigo, te fui infiel a ti, la persona que más amaba en el mundo. Es cierto, no sé que me llevó a hacerlo, porque al alcohol no puedo culparlo de todo, pero la cuestión es que lo hice y punto, y ya no hay marcha atrás.
Aún recuerdo que salí corriendo tras de ti, abrochándome los pantalones, y te encontré unos metros más allá de la puerta de la discoteca, sentado en el suelo, con las piernas dobladas, pero esta vez no te las abrazabas como solías hacer, tenías pegada a espalda en la pared y tu mirada gacha estaba tapada por tus manos.
Me acerqué a ti y dije tu nombre…
Flashback
-Key…
-¿Por qué, Jjong? ¿Por qué?—la Diva alzó el rostro surcado de lágrimas y Jonghyun sintió encogerse su corazón.
-No lo sé, de verdad que no lo sé. Aunque no lo parezca ahora, he bebido mucho y-
-Sabes de sobra que el alcohol no me sirve como excusa—interrumpió Key, callándose inmediatamente porque notaba que se le quebraría la voz en cualquier momento.
-Ya, ya lo sé, pero Kibum, te amo, lo sabes-
-No me digas que lo sé—volvió a interrumpir –, porque no me… no me lo has demostrando—la Diva volvió a empezar a llorar.
-Key, te amo de verdad, eso de antes ha sido una tontería, SeungRi es mi mejor amigo y dejaría de hablar con él solo por tu perdón—Jjong siguió rogando por su perdón, pero la Diva parecía muy convencida.
-Me da igual lo que me digas Jonghyun—Key se levantó del suelo –Me has sido infiel, me has traicionado, y, aunque yo también te amo, lo nuestro no puede seguir. Sabes que los cuernos son lo que menos me gustan, me afecta que se los pongan a mis amigas y amigos, pero esta vez me ha tocado a mí, me los has puesto tú, la persona en la que más confiaba…—Kibum miró a su hyung con decepción bajo las lágrimas que aún se derramaban, viendo también como aquellos ojos de cachorro estaban húmedos también –No me llames, no me hables, no me escribas, no me saludes; quiero olvidarte y que tú te olvides de mí, así que haremos como que no nos conocemos.
Fin del Flashback
Justo después te acercaste y me besaste. Me besaste con una dulzura infinita, pero el beso también estaba cargado de tristeza y dolor. Te correspondí con la misma dulzura, cambiando el dolor por un arrepentimiento infinito. Fue largo pero puro, sin pasión, con las lágrimas de ambos dándole un sabor salado.
Pero si creí que con ese beso se había solucionado todo, estaba muy equivocado, te separaste y abriste los ojos a la vez que yo y te quedaste mirando los míos, ambos seguíamos llorando. Me secaste las lágrimas y me diste un beso en la frente.
“Adiós, Kim Jonghyun” me dijiste y justo después te diste la vuelta para empezar a alejarte; intenté retenerte, pero ya estabas fuera de mi alcance porque estaba clavado en el sitio. Cada paso que dabas me rompía un poco más mi corazón de dinosaurio estúpido, pero me lo merecía, a pesar de que no te quería dejar ir me lo merecía, por haberte roto yo el tuyo, por haber hecho llorar ese hermoso rostro.
Me quedé en casa durante toda la semana, y me hubiese quedado más tiempo si no fuese porque SeungRi apareció. Era mi mejor amigo, sí, pero no lo quería ver ya que en parte lo culpaba a él por lo ocurrido, pero me contó que aparte de beber se había tomado algo que no debía y me había confundido con un hyung que le gustaba. Me suplicó que lo perdonara, que nunca había tenido la intención de follar conmigo (o al menos no teniendo yo novio y él una especie de rollo con otro). Al final lo perdoné, y suerte que lo hice, porque ha sido mi apoyo moral desde entonces.
Los dos primeros meses lo pasé fatal, no podía dejar de pensar en ti a todas horas, soñaba contigo cada día cómo te alejabas de mí y quería llamarte para pedirte disculpas de nuevo, pero siempre tenía a mi mejor amigo impidiendo cometer una tontería. Me habías dicho que no te llamara, ni te hablara, ni te escribiera y lo iba a cumplir.
El siguiente entré como en una fase de negación, convenciéndome a mí mismo de que ya no te amaba, pero al cabo del mes acepté que es no era cierto, por lo que los dos siguientes me dediqué a intentar olvidarte.
No era difícil evitarnos en aquella enorme universidad, y más teniendo en cuenta que no éramos del mismo curso y nuestras carreras solo coincidían en un par de asignaturas, por lo que a la semana podía verte una vez, dos como mucho. También empecé a acostarme con chicas, siempre por olvidarte, es por eso que no lo hacía con hombres.
Había pasado más de medio año y me enteré de que habías empezado a salir con alguien. Conseguí que no me afectara mucho, pero un día mi corazón empezó a latir con fuerza nuevamente.
Por fin empezaba a superar nuestra separación y por fin empezaba a aceptar que nunca serás mío, que tienes otra pareja...pero hoy me has sonreído y has estropeado todo.