Naruto no se avergonzaba de la manera en la que se ganaba la vida, podía caminar con la frente bien erguida, que de mochos y puritanos estaba lleno el mundo y ellos no le darían para comer, así que les ignoraba y seguía a lo suyo, además, le gustaba su "trabajo" porque vamos; ¡podía elegir con quien acostarse y como plus le pagaban por ello!, el sueño de muchos, no le hacia falta seguir ejerciendo, ya que con los seis años de "servicio" que llevaba, estaba muy bien acomodado, gozaba de una pequeña fortuna, incrementada con algunas inversiones en la bolsa de valores, no que fuera Bill Gates, pero bien podría sostenerse hasta su vejes, y no sólo él sino que también le alcanzaría para darle una vida digna a una esposa e hijos (de mas está decir que le iban mas los penes que las vaginas).
¿Qué si era feliz? Si, hasta cierto punto si lo era; luego de llegar a ese país con apenas unos cuantos dólares en el bolsillo, ahora podía darse el lujo de vivir en un amplio departamento amueblado al estilo minimalista y ubicado en una de las mejores zonas de la gran manzana, conducía un Ferrari y era bastante cotizado en el mundo en el que se desenvolvía. Su trabajo le gustaba y estaba acostumbrado a tratar con todo tipo de gente; desde el mojigato virginal, hasta el pedante que se cree que por pagar un poco mas ya es dueño absoluto de su persona, versátil era, lo mismo atendía una fémina que a un hombre, pero igual que las prostitutas de esquina, esas que prohibían los besos en la boca, él igual tenia sus reglas y las mas importante de todas, la que por ningún motivo y no estaba a discusión así le ofrecieran la corona de Francia: era que bajo ninguna circunstancia seria él quien se pusiera a cuatro, no, no, no, eso de ser pasivo no iba con su personalidad, no que estuviera cerrado a que algún día entregaría el culo, pero aunque sonara cursi, lo haría sólo por una persona que representara algo especial en su vida, en pocas palabras, que fuera su verdadero amor.
Justo ahora era su propio promotor, en sus inicios necesitó de la ayuda de uno de sus amigos, el que lo introdujo en el negocio, pero ahora y debido a referencias que abalaban lo "bueno" que era en su trabajo, manejaba su cartera de clientes directamente. Estaba por cumplirse aproximadamente un año en el que no atendía clientes repetidamente; es decir, no daba mas de tres citas a la misma persona, quería ahorrarse los momentos incómodos en los que se aferraban a él diciéndole lo muy enamorados que estaban. No involucrarse sentimentalmente era otra de sus reglas, quizás la segunda mas importante.
Llegó hasta su departamento con la chaqueta colgando sobre su hombro, aventó sin ningún cuidado las llaves, que cayeron con buena puntería en la mesilla cercana a la puerta de salida, colgó la chaquetaa en la perchero y se sacó los zapatos empujándoselos con el mismo pie, caminó descalzo hasta el minibar y abriendo la gaveta se hizo de la botella de whiskey, cogió un vaso y vertió el liquido en él; lo bebió de un solo trago, eso siempre lo reconfortaba cuando tenia un día por demás duro, dejó el recipiente vacio sobre la encimera y se dirigió hasta la sala, donde se encontraba un home theater con pantalla de 64 pulgadas, se apoltronó sobre el sofá y tomó el mando para encender el televisor, comenzó haciendo zapping hasta dar con una película de ninjas, no sabía por qué, pero desde muy niño le había llamado la atención todo lo que tuviera que ver con ellos.
Estaba justo tomándole gusto a la historia, cuando el sonido de su móvil lo sacó de concentración.
Cogió el aparato y mirando la pantalla notó que el numero no le era conocido, nada raro, seguramente sería algún nuevo cliente; se encogió de hombros, total, nada perdía con contestar.
-Naruto Namikaze al habla – contestó con timbre por demás relajado - ¿Hola? – Insistió, pues parecía que del otro lado sólo había un mudo - ¿hay alguien ahí? – escuchó un carraspeo y seguido de eso al fin alguien habló.
-… Em, buenas noches Namikaze, soy Sasuke Uchiha, espero que me recuerde.
-¡Claro! – se adelantó "¿y como no recordarlo?" Pensó y una sonrisilla socarrona le vino al rostro – por supuesto que te recuerdo.
-Voy a ir al grano – apostilló envalentonado – necesito de tus servicios, dime ¿Cuánto cobras y si estas disponible ahora?
-Calma, calma – pidió un poco sorprendido, jamás imaginó que el azabache pudiera requerir sus servicios algún día, la impresión que le dio fue la de alguien mas bien puritano, pero recordando que él no estaba para juzgar a nadie, lo mejor era cerciorarse de qué estaban por proponerle. - ¿Qué te parece si nos vemos para llegar a un acuerdo? No suelo cerrar tratos por teléfono, así que lo mejor será que desayunemos, si te es posible mañana, ahí te expondré mis condiciones y tú me informaras sobre tus peticiones ¿Te parece?
El azabache pareció pensárselo un momento, pero finalmente accedió a lo propuesto.
-Está bien, dime ¿Donde y a que hora?
-El restaurant Mossino´s en la quinta avenida, seguro que lo conoces ¿a las doce del día te viene bien?
-Ahí estaré…
-Perfecto, nos vemos entonces. – el moreno no dijo mas, colgó la llamada dejando a Naruto un tanto descolocado.
Soltó una risilla pasados unos minutos, la vida no dejaba de sorprenderlo, ciertamente el Uchiha le había impresionado, era muy atractivo, completamente su tipo. Sí, definitivamente le encantaba su trabajo.
N&S
Mirándose al espejo se dio el visto bueno, ser un poco vanidoso ya formaba parte de él, le gustaba lucir bien y el cuerpo que se cargaba ayudaba mucho. Como era un desayuno estaba bien ir mas informal, así que se enfundó en unos vaqueros oscuros con incrustaciones de estoperol en los bolsillos traseros, una camiseta rojo quemado y una blazer negra, complementado con unos botines urbanos; peinó su cabello con un poco de gel, acomodándolo sólo con los dedos, dándole un toque desenfadado. Estaba perfecto.
Salió con media hora de anticipación, estaba justo para llegar sin que el trafico le atrasara, condujo, sin contratiempos y estacionó muy cerca del lugar.
Entró en el lugar observando las mesas del interior, no había mucha gente, tal vez por la hora, Uchiha no había llegado, se adentró un poco mas y uno de los maestres le dio la bienvenida dirigiéndole hasta una de las mesas desocupadas, afortunadamente le tocó una cercana a la ventana, le gustaba estar cerca de la luz y esa era perfecta.
Apenas unos cuantos minutos después arribó al lugar, Sasuke Uchiha, el azabache paró un momento en el umbral y preguntó al hombre de recepción, éste señaló directo a su persona y el azabache emprendió camino hasta él.
Naruto sonrió complacido, Uchiha se veía muy atractivo vistiendo unos pantalones negros de vestir, de esos que se amoldan al cuerpo y que son un poco bajos de la cadera, haciendo juego con una camisa de seda en tono verde olivo y zapatos negros y brillantes, su peinado no variaba nada con ese extraño corte que seguramente no le quedaría tan bien a ningún otro.
-Buen día – saludó el rubio levantándose un poco, enseguida volvió a sentarse al ver que Sasuke hacia lo mismo.
-Buen día para ti – respondió con un asentimiento, se le notaba nervioso, al menos Naruto podia leerlo,pero estaba acostumbrado, así que trataría de hacérselo lo mas fácil posible.
-¿Deseas pedir algo? – preguntó y justo el mesero llegaba para tenderles la carta.
-Si.
El mesero les dio tiempo para que chequearan el menú, luego tomó la orden y les dejó solos, el silencio era un tanto incomodo, pero sólo para Sasuke, como bien habíamos dicho, para el rubio era normal, prefería comenzar la platica ya que les sirvieran, pues así se aseguraba que no serian interrumpidos hasta que les levantaran los platos.
El azabache pidió sólo fruta picada y un vaso de jugo de naranja, Naruto por su parte fue mas consistente, tenia hambre y le venía bien un omelet mas el jugo de naranja.
-Bien – comenzó Namikaze al ver ya todo servido, cortando su omelet con los cubiertos, dando pauta para que el otro lanzara la propuesta. – Soy todo oído.
Sasuke dudó un poco, pero finalmente se decidió, después de todo necesitaba salir del apuro y no veía otra solución, poniéndose a pensar llegó a la conclusión de que no sería ni el primero ni en último en contratar un servicio así, además no estaban hablando de sexo.
-Probablemente tengas experiencia en este tipo de petición – vio que Naruto se encogía de hombros y reafirmó – sí, seguro que no seré el primero. No soy del tipo que acuda a… - calló pues no encontraba las palabras para hacerse entender.
-No tienes que justificarte con migo Sasuke – habló creyendo que le ayudaba.
-¡No me estoy justificando! – Rebatió un tanto alterado – no creo que deba hacerlo, después de todo para eso te pagan.
Namikaze se mordió la lengua para no contestarle de mal modo, entendía el nerviosismo del azabache, seguramente no estaba acostumbrado a tratar con alguien que ofreciera ese tipo de servicios, tal vez tenia la impresión de que estaba hablando con un simple puto, y aunque estaba acostumbrado de cierta manera a ese tipo de trato, por alguna razón le sabía un poco amargo que el Uchiha le hablara así. Contando hasta diez respiró profundo, de nada le valía ponerse pedante, le daría otra oportunidad.
-Habla de una vez – acotó lo más calmado que pudo.
-Mi hermano se casa en ocho días… - Naruto enarcó las cejas ¿Querría una despedida de soltero para su hermano?
-¿Quieres contratar mis servicios para él? – preguntó sin inmutarse.
-¡No! – aclaró de inmediato. – Dios, esto es difícil – masculló frotándose el puente de la nariz –… mentí ¿de acuerdo?
Naruto le escuchó, eso era confuso para él, no lograba darse una idea de lo que Uchiha quería.
-¿Mentiste? ¿No requieres de mis servicios?
-¡No! Es decir sí… déjame hablar ¿vale? Esto no es fácil para mi y tú no me estas ayudando. – El de ojos azules sonrió un poco de lado, pero no dijo nada, simplemente siguió llevándose otra porción de alimento a la boca. – Tengo algunos años viviendo en este país, en mi familia suelen entrometerse bastante en mis decisiones, una de ellas es mi vida sentimental, pero como yo no tenia ningún interés en que me encasquetaran a una desconocida o desconocido, opte por mentir diciendo que ya tenia a alguien especial; por un tiempo me funciono y todo estaba tranquilo, pero ahora mi hermano se va a casar, yo tengo que regresar y obvio no puedo hacerlo solo, ellos quieren conocer a esa persona especial y ahí es donde está el problema, esa persona no existe ¿Me entiendes?
El rubio dejó de comer, acomodó los cubiertos sobre el plato y le miró fijamente, seriedad en sus facciones.
-Quieres que me haga pasar por esa persona especial, que actúe como tu novio de años, le haga creer a tu familia que nos amamos y que nuestra vida es maravillosa – Sasuke quedó con la boca abierta, bien, el rubito tenia cerebro.
-Si, eso quiero.
Naruto hizo como si le costara decidirse, se mesó la barbilla con una mano tarareando un poco.
-Asumo que tendremos que viajar a Japón.
-Así es – corroboró nervioso. No había ingerido ni un trago del jugo, tenia el estomago cerrado.
-Eso te saldrá caro ¿lo sabes? Más si requieres el servicio completo.
-¿Completo? – Frunció el ceño sin pillarlo a la primera - ¡Claro que no, no necesito que tengamos sexo! – gritó sin reparar el lugar en el que se encontraban.
-Shh – le chistó Naruto un poco avergonzado, paseando su vista por el lugar, asegurándose de que nadie les veía de manera extraña, pero lamentablemente no tuvieron suerte, algunos comensales no les quitaban la mirada de encima - ¿Quieres bajar la voz? Nos estas dejando en ridículo, si hubiera sabido cómo te ibas a comportar, te hubría citado en un lugar mas privado.
Sasuke se acongojó dándole la razón al otro, pero no podía evitarlo, tenia tres días sin dormir bien y eso estaba cobrando factura en su sistema nervioso, pero aun así, no se iba a disculpar, que se creía ese rubio ególatra para pensar que él necesitaba de alguien que le diera una follada, jamás contrataría a alguien para eso.
-Como sea, no requiero de tus habilidades en la cama, sólo que actúes como el novio perfecto, por el precio no te preocupes, lo importante es que hagas bien tu trabajo y convenzas a mi familia.
-¿Cuando será la boda? Debes saber que si acepto tú correrás con los gastos, tanto los pasajes, como de hospedaje, alimentación y alguno que otro gusto que me tenga que dar por el camino, además de la tarifa de acompañante, si llegas a solicitar el servicio sexual se te cobrara por separado – informó con seriedad.
Si Sasuke se portaba como imbécil él también podía hacerlo, si a cretinos jugaban, sería un gran competidor. Lo mas sencillo sería declinar la oferta, los clientes que hasta ahora atendía, tenían que pagar cantidades exorbitantes por una sola noche; cuando no estaba conforme con la forma en que lo trataban les daba el cortón sin mas oportunidad, pero no podía hacer eso con el pelinegro, le irritaba sobremanera que le mirara como si fuera inferior, por que ahí estaba esa mirada de autosuficiencia, le miró así cuando el director de la televisora les presentó y a pesar del nerviosismo por el que visiblemente atravesaba, seguía conservando esa estúpida mirada. Estaba en juego su orgullo y Sasuke Uchiha no lo iba a echar a bajo, ya verían si no terminaba contratando el servicio completo, como que se llamaba Naruto Namikaze.
-No soy pobre ¿sabes? Puedo costear perfectamente esos gastos, hasta darte un bono extra.
-Sólo pido lo justo, no trato de timar a nadie, sé que lo valgo.
-Si tu lo dices – masculló por lo bajo. Dios, si no fuera por que de verdad no tenia opción – La boda será dentro de cinco días, tendríamos que partir mañana para llegar allá a tiempo, asistiremos a un par de despedidas, una con familiares y otra con sólo amigos.
-Me parece bien. A penas tenemos tiempo para que me hables de ti
-¿Qué?
-Eso, ¿Cómo pretendes que finja ser el novio perfecto y amarte con locura si ni siquiera sé cual es tu comida favorita? – Sasuke caviló un poco, el rubio cretino tenia razón.
-¿Quieres que te escriba una guía o algo así? – cuestionó con normalidad.
-No, aprendería mejor escuchándote, de hecho si me llevaras a conocer tú vivienda sería mejor.
-¿Es necesario?
-Claro que lo es, tengo que adentrarme en tu psique y nada describe mejor a una persona que el lugar en el que habita.
-Pero…
-Vamos, no tienes por que confiar en mi, pero seguro que los ejecutivos de tu programa me habrán investigado, se darían cuenta de que no soy peligroso, ellos tienen mi dirección, así que no corres ningún riesgo de que te robe o algo parecido.
-Esta bien ¿Quieres ir ahora?
-Si no tienes algo más que hacer, creo que sería lo ideal.
-Andando entonces.
Como el desayuno había sido propuesto por Naruto y todavía no se daban bien las condiciones del "contrato" fue él quien pagó la cuenta, dejando una buena propina para el mesero.
N&S
El restaurant era mas cercano al departamento de Sasuke, es por eso que había optado por tomar un taxi hasta el lugar, ahora veía que fue lo mejor, pues pudieron trepar al automóvil de Naruto sin preocuparse de dejar el suyo botado.
Llegaron al edificio donde se encontraba el departamento del Uchiha, estaba ubicado en una zona muy segura. Subieron el ascensor sin toparse con algún otro inquilino, lo cual fue muy bueno para Sasuke, las puertas se abrieron en el quinto piso y caminaron el vestíbulo hasta llegar a la puerta, abrió y se hizo a un lado permitiendo que Naruto entrara primero.
El departamento era amplio, decorado en colores fríos, la cómoda sala apenas entrando y el comedor para seis personas un poco mas al fondo, la cocina no se veía a simple vista, y un par de puertas al lado derecho seguro pertenecientes a las habitaciones.
Naruto caminó con aire de seguridad, casi llegando a uno de los sillones, se despojó de la blazer y la dejó sobre el respaldo de éste.
-Toma asiento – ofreció dirigiéndose a la cocina - ¿quieres tomar algo?
-No, por el momento estoy bien. – tomó la palabra y se dejó caer con gracia, adoptando una postura relajada, con las piernas un poco separadas, la espalda bien recargada y los brazos abiertos sobre el respaldo, su lenguaje corporal parecía decir: estoy disponible, mira todo lo que te vas a llevar.
Sasuke salió luego con una botella de agua, se acercó hasta la sala y se sentó en otro de los sillones, no le dio mayor importancia a la imagen que Namikaze le obsequiaba, mejor enfocarse en lo importante.
-¿Por donde debería comenzar? – cuestionó ingiriendo un poco de agua directo de la botella.
-Cuéntame un poco de tu familia ¿Cómo se llaman tus padres? ¿Tienes sólo un hermano? ¿Cuál es su nombre? No sé, edades ¿A que se dedican?
Eso parecía fácil, comenzaba a relajarse y describir a su familia le ayudaría.
-Mis padres son Fugaku y Mikoto Uchiha, mi padre es economista y trabaja en el mercado bursátil, estoy seguro de que han tenido relación con tu padre… – esperó algún comentario por parte del rubio, pero no se dio ninguno – tienen treinta y seis años de casados y aun se quieren o al menos es lo que nos dejan ver, mi padre es estricto, muy perfeccionista y busca que nosotros seamos igual, mamá es dulce y cariñosa, la típica mujer que se dedica a la familia. Tengo sólo un hermano, es mayor que yo y su nombre es Itachi, tiene 31 años y es la mano derecha de mi padre, tiende a ser un poco sobreprotector, aunque respeta mi espacio, él ah sido mi mentor, podría decirse que mas que un hermano, le considero un padre – calló por unos instantes, como acordándose de otros datos útiles - ¿Qué mas? Tengo cuatro años fuera de Japón, no conozco a su prometido, pero sé que le quiere mucho, mis padres están felices por él y yo también, a pesar del problema en lo que eso me deja.
Sasuke siguió hablando un poco mas sobre su familia, incluyó algunos tíos y amigos cercanos de la familia, Naruto prestaba toda atención, era agradable escuchar al azabache cuando se encontraba relajado, se convertía en otra persona
-Tendremos que inventarnos una vida para ti también – acotó el Uchiha mirándole fijamente – no podemos presentarte como gigoló, creo que a mi padre le daría un ataque, mi madre no actuaria de mejor manera e Itachi tal vez piense que sólo quieres timarme.
-Nadie lo sabe, pero tengo carrera trunca en administración de empresas allá en Japón, curse tres semestres antes de salir del país – confesó el rubio, lo que causó gran sorpresa en el azabache.
-¿Hablas enserio?
-No tendría por que mentir, no gano nada con hacerlo.
-¿Y entonces por qué? Olvídalo - se cortó, no queriendo saber mas de lo necesario, a final de cuentas ¿De que serviría saberlo? - supongo que eso es bueno, así tendrás manera de convencer mejor a mi padre, seguro que le encantara hablar de negocios contigo.
-No tienes porque preocuparte, te aseguro que les convenceré, van a envidiarte cuando te vean a mi lado, puedo ser encantador – comentó regalándole una sonrisa estudiada.
-No lo dudo, después de todo es tu trabajo. – y ahí estaba otra vez, no entendía porque le afectaba tanto que el pelinegro le denigrara con esos comentarios, que viéndolo bien ni siquiera eran tan agudos, pero saliendo de esos labios le parecían como alfileres.
-Sí, sé hacer bien mi trabajo – contestó tragándose el malestar.
Sasuke no se percató de la indignación del rubio, a su parecer no era un insulto decir la verdad, no estaba siendo grosero, por supuesto que no.
La charla se extendió por alrededor de una hora, Naruto podía darse ya una idea del tipo de familia a la que pertenecía Sasuke, eran tradicionalistas, de eso no había duda, el padre quería tener perfecto control de todos los miembros de ésta, la madre claramente era de esas mujeres sumisas, que guardaban profundo amor por los hijos, el que se le hacia mas difícil de analizar era el hermano, tenia personalidad de padre amoroso, de genio y otras cosas, tal vez sólo al tratarlo en persona podría ganárselo.
Sólo faltaba conocer más sobre el propio Sasuke, pero tratándose de él, parecía como si de pronto no tuviera mucho que decir, esperaba ganar algo de conocimiento en esos pocos días, el viaje en avión le serviría de mucho, aprovecharía para estudiarlo lo mejor posible.
-Creo que por ahora es suficiente – apostilló Namikaze cortando el momento – tengo cosas que arreglar antes de irnos, mi pasaporte, reprogramar algunas citas…
-Bien, has lo que tengas que hacer, yo me encargo de los boletos de avión, te llamo para darte la información.
-Me parece perfecto. – Se levantó con gracia, tomó su blazer acomodándosela sobre el hombro, se giró dedicándole una mirada profunda a Sasuke y se despidió – mantenme informado.
-Así lo hare. –puntualizó acompañándolo hasta la puerta, cerró luego de que el rubio se fuera y quedó unos momentos mirando por donde había salido. Esperaba no estarse equivocando, pero ahora mismo no podía dar marcha atrás, que fuera lo que dios quiera.
Continuara…