Los enredos de tres corazones enamorados
Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko
SenHana SenRu RuHana
By Paz
Capítulo XIII: Elegir un amor
-Por supuesto que vamos a regresar juntos, te lo he prometido, le llevaré conmigo, deja de preocuparte. Por supuesto que te amo, lo se, yo también te extraño mucho, deseo estar siempre contigo y nunca más volveremos a separarnos, es una promesa. Por favor, no sigas llorando, no quiero que estropees tus hermosos ojos, -le escuchó unos segundos- si lo son, -afirmó seguro- siempre te lo he dicho, tienes los ojos más bellos del mundo entero, -sonrió al escucharle- no, no los conozco todos, con los tuyos y con los de cierto zorro amigo tuyo tengo suficiente –esperaba distraerle de su preocupación, vano intento Hana era de ideas fijas- volveremos los dos juntos…. Si…. Si…. –escuchaba sus dudas- Se como te sientes, a mí me ocurre. A veces no estoy seguro de mi mismo –no estaba preparado aún para decirle que el chico que amaban tenía un novio en América y que aún no sabía como iba a conseguir llevarle- Solo queda un mes, tranquilízate. –esperaba en ese tiempo encontrar una solución a su problema.
Si su interlocutor hubiera manifestado claramente que la persona que le amargaba la existencia al mismo tiempo que le daba tanto placer acababa de marcharse de su lado, todas sus incertidumbres quedarían despejadas dejando de penar por el mismo muchacho.
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Si era necesario le secuestraría, pero iba a llevarlo con él como diera lugar pensaba Sendoh mientras colgando el auricular. Espero que vuelva de ver a ese novio y se lo plantearé.
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En su casa de la playa, Hana cortaba la comunicación, en su rostro no había rastro de lágrimas.
-Qué me estas ocultando, Akira? Te conozco, tu voz sonaba asustada. Kaede no ha podido contarle que estamos de novios, así que él sigue intentando enamorarle, como saber si lo ha conseguido? Akira afirma que le traerá con él, si es así es que Kaede le ama…, pero, por Kami porque tiene que haber un pero, si es así porque tiene miedo. Debería estar contento. Que le preocupa? Un momento, y si… -una amplia sonrisa asomó en su rostro- Akira suele ser muy persuasivo y si consiguió saber que tiene novio. Kaede es reservado, pudo decírselo sin dar nombres. Solo así se comprende que este asustado. Aki-kun no es tonto y tanto viaje tiene que haberle dado más de un sobresalto. Kaede no ha hablado, eso seguro. ¡Pobre, Akira! –se condolió- tiene que estar pasándolo muy mal, ¡pero que digo! ¡¡Mal!?! El tiene a Kaede todos los días, mientras yo aquí estoy solo. –se lamentó- ¡¡No volveré a verlo en un mes!! Es tanto tiempo. Estoy deseando que pasen rápidos los días. Seis meses sin Akira ha sido una eternidad, afortunadamente, Kaede ha venido a verme, me hubiera vuelto loco sin ellos.
Recuerdo de Hanamichi
-Que te ocurre, Hana? –paso su mano por sus cabellos.
-Nada… -se volvió a mirarle cuando se sentó detrás de él en la arena y le abrazó. El suspiro agradecido de su contacto, llevo sus manos por encima de su cabeza y alcanzó la nuca de Sendoh, volvió su rostro, sus labios se unieron en una caricia interminable. Un suspiro ensanchó su pecho- La brisa marina empieza a sentirse fría.
-Quieres que te traiga una chaqueta.
-No. Me basta contigo, siento tus brazos cálidos alrededor de mí, no quiero más.
-Entonces que es lo que te tiene tan triste? –posó sus labios junto a la vena de su cuello y apretándola suavemente dentro de su boca.
-Al principio no lo sabía… -sintió junto a su oreja la respiración suave de Akira que durante unos segundos la contuvo.
-Y ahora? –preguntó suavemente.
Se giró para mirarlo y decírselo de frente, viéndose en sus ojos color violeta, apoyó sus manos sobre su pecho y todo su peso en él, sintiendo las suyas en su espalda, moviéndose despacio, en una lenta caricia.
-Le extraño. –Akira le miró desconcertado, sin comprender- Siempre estábamos peleándonos y me miraba friamente y llamaba torpe. Al principio, cuando se marchó pensé que iba a alegrarme, pero no ha sido así, le echo de menos.
Akira le miraba impactado. Nunca creyó posible escuchar esas palabras de sus labios. Pero fue muy comprensivo y le preguntó.
-Solo le extrañas o le amas?
Hana abrió mucho los ojos sorprendido de esa posibilidad, no había pensado en ello, más al escucharle supo que era eso. Estaba enamorado del Kitsune.
-Akira, yo… yo… lo amo. –hundió su rostro en su pecho, llorando desconsolado.
-Si es así no deberías llorar –alzó su rostro sujetando su barbilla, viéndose en sus pupilas- Si le amas iré a buscarlo para ti.
-Harías eso? -sus ojos le miraron ansiosos.
-Cualquier cosa que te haga feliz, que no haría por ti?
-Cómo?
-Olvidas que mi cuñado trabaja para el equipo de Rukawa. Él encontrará el modo que vaya allí por una temporada. –secó sus lágrimas con besos.
-Rukawa no querrá volver contigo y menos aún sabiendo que yo le espero aquí.
-No se lo diremos. Si consigo enamorarlo, me seguirá y cuando sepa que vienes incluido en el lote, crees que será capaz de rechazarte. Eres un rico bombón. –rió al ver su carita sonrojada.
-Pareces muy seguro de ti mismo. –dudó porque creía conocer al kitsune.
-Estrecharé mi cerco alrededor de él y no podrá evitar enamorarse. Siempre consigo lo que me propongo. –le sonrió con su expresión de conquistador nato.
-Es cierto, has dejado muchos corazones rotos por ahí.
-No me lo recuerdes… -murmuró cabizbajo- Ahora te tengo a ti y no pienso soltarte.
-Más te vale Akira, porque no pienso dejarte, voy a tenerte bien atado a mi. –dijo echándole contra la arena y apoderándose de sus labios.
-Vayamos dentro –dijo agitado algunos minutos después.
Como si de un chiquillo se tratara, Hana saltó sobre su espalda y se dejo llevar, totalmente feliz por primera vez en muchos días.
Dos semanas después le dijo.
-Seis meses pasan pronto.
Y unos días después se despedía de él en el aeropuerto.
Fin Recuerdo de Hanamichi
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Rukawa le vió sentado alrededor de la mesa, sus ojos violetas cuando le miraron le anunciaron que iba a ver tormenta.
-Por favor… -le pidió antes que comenzará a hablar él- Dame un par de días para reponerme.
Akira se sintió desarmado. Hasta ese extremo había llegado a conocerle el chico antisocial. Cuando comenzó a conocer sus estados de animo? O actuaba por instinto.
-Lo siento, Kaede. No voy a hacerte reproches. Esta vez no puedo, dentro de cuatro semanas regreso a Kanagawa. Me gustaría que volvieras conmigo.
Kaede no pudo evitar sorprender, que se marchaba? Cómo?
-Cuando lo decidiste? –se sentó frente a él olvidando su propio cansancio.
-Solo vine por seis meses. Quisiera que volvieras conmigo. Te amo. Tienes que elegir.
-Elegir? –no comprendía.
-Tu novio o yo… -le planteó. Vió un relámpago de sorpresa en su mirada- Lamento ponerte en este dilema, necesito que comprendas que te amo y que no quiero marchar dejándote aquí. Necesito sentirte a mi lado, eres imprescindible, tal vez sigas creyendo que soy inconstante, que voy por ahí rompiendo corazones. Ya no soy ese. He cambiado.
-Akira, yo… -como decirle que él también tenía intención de regresar y que no era necesario elegir, podía tenerles a los dos. –rechazó esa idea al instante. Amaba a Hanamichi y estar allí con los dos seria perfecto, nunca le faltaría el amor de Hanamichi, ni la pasión de Akira, más como mantener dos relaciones en una misma ciudad. Imposible.
-Piénsalo bien, tienes treinta días para contestarme. –se levantó y le dejo solo.
Kaede quedo desconcertado.
Continúa…