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Los enredos de tres corazones enamorados por Paz

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Notas del capitulo:

Olvide comentarios que si bien voy a actualizar un capítulo por día al ser un fic largo va a quedar sin terminar hasta que regrese de mis vacaciones. Por de pronto con hoy quedan ocho actualizaciones, los demás capítulos a mi regreso.

Los enredos de tres corazones enamorados

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko

SenHana SenRu RuHana

By Paz

Capítulo II: El estilo de vida americano

 

Llevaba un año y medio jugando en un equipo de la NBA, tal como había sido su sueño, el tal deseado triunfo personal no tuvo lugar, ya que había en el equipo jugadores tan bueno como él y si bien destaco no paso de ahí.

Sabía que se debía a su forma de ser, seguía siendo el antisocial, el chico de mirada gélida, que lo daba todo por el basquetball, excepto confraternizar con sus compañeros de equipo. Nunca participaba en las reuniones sociales y era algo que empezaba a pesarle, porque cada día que pasaba la soledad se le hacía más dura. Ya no tenía allí a Sakuragi para amenizar los entrenamientos y distraerle con sus tonterías o mantener una buena pelea con él, la rutina de su vida comenzaba a inquietarle, no tenía amigos ni siquiera conocidos, cada día que pasaba se acordaba más en lo que había dejado atrás, ahora sus deseos más fervientes era concluir el contrato que le ataba allí y poder regresar a casa.

Aquellas semanas de desaliento dieron un giro de ciento ochenta grados cuando inesperadamente una mañana que llegó para entrenar, fue sorprendido en el vestuario cuando escuchó que iba a llegar un jugador a mitad de temporada, por lo que oyó era alguien muy bueno.

-Tal vez le conozcas, Rukawa –dijo uno de los jugadores cuando se acercó a su taquilla.

-¿A quién? –al principio no había prestado mucha atención.

-Un compatriota tuyo… le han contratado por seis meses…, ¿no os parece extraño? –miró hacia el resto de sus compañeros.

-Ah!! –no le interesaba saber si era extraño o no, lo único que podía llamar su atención era que Sakuragi fuera ese jugador, más sabía que nunca dejaría su casa o sus amigos, así que aparte de él los demás carecían de importancia.

-Akira Sendoh –le dijo.

Rukawa se quedo un instante en suspenso, esperaba cualquier cosa menos eso, Sendoh, ¿qué había pasado con Sakuragi? ¿Seguirían juntos?, esos pensamientos ocuparon apenas una fracción de segundo, luego continuo vistiendo su equipo para entrenar.

-¿Le has visto jugar?

-Si. –solo hablaba lo imprescindible. No tenían porque saber que se habían enfrentado en el pasado.

-¿Qué tal es? –Rukawa le miró- ¿Has jugado contra él?

-Si y es muy bueno –reconoció. No podía negarle ese merito.

-¿Eres su amigo?

-No… -cerró la taquilla y dando por terminado el interrogatorio.

Sin él saberlo su destino estaba marcado con un nuevo rumbo y que inexorablemente le llevaba hacia el chico que amaba.

Esa tarde después del entrenamiento, se sorprendió cuando vió que su compañero de apartamento comenzaba a recoger sus cosas.

Ese fue el primer indicio de que su vida comenzaba a experimentar los primeros cambios.

Su siguiente sorpresa la recibió cuando le llamó a su despacho el manager del equipo y le pidió que durante las siguientes semanas ayudara en lo posible a Sendoh y lo que más le impacto, fue enterarse que iba a ser su nuevo compañero de apartamento.

 

*******************

 

Sendoh tras pasar todos los trámites de aduana y migraciones, vió a Mr. Morris, el agente con el que habían contactado para integrarse al equipo de basquetball en Virginia, a quien no esperaba encontrar allí era al mismísimo Rukawa que aparecía un par de pasos por detrás del americano.

-Bienvenido, Mr. Sendoh –alargó su mano, que Sendoh respetuosamente estrecho- ¿Ha tenido un buen viaje?

-Si, gracias. He dormido casi todo el trayecto –apartó la mirada hacia el chico moreno, su sonrisa se ensanchó- ¡¡Rukawa, me alegro de verte!!

-Sendoh…. –se inclinó levemente.

-Deseamos que te sientas a gusto aquí –a un gesto un hombre se acercó para recoger el equipaje del joven- Los directivos decidieron que Rukawa sea tu guía en la ciudad hasta que aprendas el idioma y puedas servirte por ti mismo.

Sendoh iba a replicar que lo hablaba sin dificultad cuando vió el gesto de fastidio de Rukawa, pensó que iba a ser divertido estar con él y molestarle un poco.

-Se lo agradezco.

Rukawa avanzaba tras ellos, escuchándoles y quejándose mentalmente de su mala suerte, sin recordar que días atrás estaba quejándose de la rutina que imperaba en su vida. Si hubiera sido Sakuragi lo hubiera recibido con los brazos abiertos, no le importaría tener que ir con él a todos lados, lo haría gustoso, pero ese… ese pelopincho.

-Evidentemente han roto… cuando vuelva a Japón se lo diré, pero… que estén separados no quiere decir que se pelearan, no importa que siga con Sendoh, se lo diré igual, conseguiré que lo olvide –se dijo muy seguro de si mismo.

 

*******************

 

-Esta será tu residencia.

Sendoh observó con curiosidad la pequeña vivienda, se trataba de un edificio con diversos apartamentos, imaginaba que igual a ese allí vivían los jugadores que estaban con intercambio de estudios o becados por una temporada como era el caso de Rukawa o el suyo propio.

La cocina y el comedor formaban un solo ambiente y el otro cuarto era el dormitorio, lo suficientemente grande para incorporar dos camas, dos armarios y finalmente un aseo completo.

Sendoh observó que todo aparecía muy limpio y que la cama más alejada de la puerta debía ser la suya, además estaba deshecha.

-Con quién voy a compartir…? –vió la expresión de Rukawa y comprendió.

Mr. Morris estaba bastante desconcertado por el escaso entusiasmo de Rukawa, sabía que eran de la misma ciudad, que habían competido contra sus colegios y creyeron que posiblemente era amigos, al parecer se había equivocado. Claro esta que Rukawa no era muy sociable.

-Rukawa te dará los horarios y te explicará todo aquello que no entiendas. Esta noche podéis salir a divertiros.

-Muchas gracias, quiero divertirme a tope antes de concentrarme en los estudios y el basquetball.

Rukawa al escucharle le lanzó una mirada asesina. Ya podía despedirse de dormir.

-Sabiendo que quedas en buenas manos, me marcho –dijo Mr. Morris despidiéndose de los muchachos.

-¡¡Qué afortunado soy!! –dijo alegremente Sendoh- No esperaba contactar tan rápido contigo. Y aquí estamos los dos solos.

Rukawa ignoró su tono socarrón y dando media vuelta entró al dormitorio.

-Tan simpático como siempre –le oyó decir.

A los pocos minutos dormía profundamente.

Sendoh cuando se cansó abrir y cerrar armarios en la cocina para enterarse de las existencias, se dirigió al dormitorio.

-Rukawa... ¿Dónde…? –se sorprendió al verle dormido- No importa, ya lo encontraré. Por eso Hana le llama “zorro dormilón” aparte de muchas otras cosas –le observó unos minutos, se le veía muy tierno, así dormido, sin ese rostro malhumorado- y es muy hermoso, tiene unas facciones perfectas, por eso tenía locas a las chicas de su colegio. Tendrá novia? Es curioso, ahora que lo pienso nunca se le conoció ninguna, será… realmente es un bombón y no me importaría comerlo. ¡¡Ummmh!!, mejor date una ducha fría y olvídalo. Rukawa te odia o por lo menos no te tiene ninguna simpatía. –Ese pensamiento le decidió- Eso va a cambiar, puedo conseguir que esté loquito por mí, cualquier cosa que me propongo lo consigo. –Pensó muy seguro de si mismo- Tengo que encontrar una estrategia para ganarme su confianza.

Sendoh pensaba en ello mientras deshacía su equipaje y se entretenía contemplando al chico dormir tan placidamente como si estuviera solo.

Se duchó y se cambió la ropa con la que había viajado por otra deportiva.

Estaba haciéndose un sándwich cuando apareció Rukawa aun somnoliento y con una mirada perdida. Al verle, se detuvo, recordó que hacia allí.

-Estas preparado?

-Eh?

-¿Querías salir, no?

-Que hay por aquí –una sonrisa complacida asomó en su rostro, lo recordaba.

-No lo se…, nunca salgo –agregó.

-Demos un paseo. Ya encontraremos en que divertirnos.

Rukawa se vió arrastrado por Sendoh por todos los locales de diversión que encontraron y pareció que era Sendoh quien llevaba al joven de ojos azules, porque enseguida se vio inmerso en el jolgorio de la noche. Pronto descubrió que no necesitaba su ayuda para hacerse entender y aunque al principio se molesto, no tardó en olvidarlo.

A las tres de la madrugada Rukawa se dejaba caer en su lecho, ni tiempo tuvo para desvestirse, al segundo de apoyar su cabeza en la almohada quedo dormido.

Sendoh desanudó sus zapatillas y se las quito, luego le cubrió con una colcha. Pocos minutos después él también dormía.

Pasaron las semanas y por mucho que lo intento, Sendoh continuaba en punto muerto respecto al interés de Rukawa. Este después de la primera semana de convivencia se olvido de él y retomó su rutina diaria.

Además de compartir piso, coincidían al mismo tiempo al salir, habían tomado por norma levantarse uno quince minutos después del otro, Sendoh dejo que fuera él quien siguiera durmiendo ese tiempo. Después mientras uno se aseaba el otro ya estaba haciéndose el desayuno y cuando Rukawa aparecía en la cocina Sendoh  retomaba nuevamente el aseo para continuar con su acicalamiento.

Salían juntos del apartamento y tomaban el mismo coche de línea que les dejaba en la universidad, de allí cada uno acudía a sus respectivas clases. Por una extraña casualidad estaban haciendo la misma carrera, si bien no tenían los mismos horarios y solo coincidían en un par de clases, Sendoh siempre se sentaba a su lado, más debido al poco caso que le prestaba el joven, fijo su atención en otros compañeros y pronto fue ganándose nuevas amistades.

Continúa…

Notas finales:

Gracias por vuestros comentarios, ya han sido contestados.


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