Forcejearon un rato riendo, como si nada hubiese pasado, el hecho es que pasó y ninguno era capaz de olvidarlo.
-Tim- Dijo casi en un susurro cuando ambos ya se habían detenido cayendo Tim sobre Nightwing en la nieve.
-Dick…- Musitó apenas el mas pequeño, perdiéndose en los ojos azules que tanto lo habían cautivado desde la primera vez que los vio, en el circo, junto a los Grayson’s voladores cuando era apenas un niño. ¿Cómo era que no se había dado cuenta antes de todo lo que sentía por Dick?
-A las ocho en el lago congelado por favor Tim se puntual- Fue todo lo que dijo antes de levantarse, ayudar a Tim a hacer lo mismo y así poder marcharse.
Frente a la mirada confundida de Tim y la molesta de Conner, quien había presenciado y por obvias razones también lo había oído, todo, y realmente le desagradaba toda la situación. Esta bien no eran novios, y no era capaz de imaginarse el que aquello tan siquiera llegara a pasar, pero nadie podía atreverse a pensar siquiera por un momento que el no amaba a Tim, lo amaba fervientemente y con locura, era posesivo y sobre protector… pero… ¿Quién podría culparlo? Tim era del tipo de chico que merecía eso y más, porque la vida lo había golpeado una y otra vez y el solo se ponía en pie de forma estoica y férrea. Era dulce (cuando se lo proponía) y claramente era terriblemente hermoso ¿Quién podría tan solo evitar amarlo? Por eso no le gustaba Dick porque lo dejó solo tan solo tres días con el y el pequeño ya lo estaba llamando ahogado en lagrimas y débil como un niño, el quería la felicidad de Tim fuera con quien fuera, pero llorar, cuando no es de felicidad, no es una buena señal, no es normal, y claro no es algo que el baya a aceptar que Tim haga. Nunca, no mientras el viva, suficiente tuvo con llorar su muerte como para revivir y oírlo llorar por amor, eso jamás, el no lo permitiría.
……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..
-¿Qué te dijo?- Preguntó Superboy fingiendo demencia. Ya eran las seis de la tarde y ambos a pesar del frío provocado por la tarde y la nieve se habían recostado en esta. Tim recargado en el pecho de Kon y este abrazándole. Kon volvería a casa ese mismo día ambos lo sabían, a Kon no le gustaría incomodar a pesar de que jamás lo haría, mucho menos en la casa de los Wayne donde era gustosamente recibido por ser la primera persona (además de Nightwing) a la que Tim se habría. Aun así Kon no querría incomodar y Tim, Tim jamás querría que Kon dejara de ser Kon.
-Tu ya sabes que fue lo que me dijo- Respondió divertido. Le gustaba Kon, por algo era su mejor amigo, no podía decir que, le había agradado desde el principio, estaría mintiendo o no seria sincero del todo, pero poco a poco y a base de sobreprotección desmedida, golpes a los villanos que lo golpeaban, peleas entre ellos, invitaciones a la granja Kent… frases soeces, violentas, burdas y tan siquiera pensadas, se había ganado un lugar muy especial en su corazón, ese lugar que esta solo para las personas mas especiales de su vida, esa parte que dice “Confío en ti Kon” “Kon te necesito” “Kon por favor no puedo volver a perderte” “Kon cuídate” “Kon no hagas algo estupido” “Kon necesito hablar contigo” “Kon te quiero…” como el hermano que nunca tubo y que erróneamente quiso ver en Dick cuando sabia que este era algo mas, pero no podía evitarlo, no era un cobarde, pero una persona muy sabia una vez dijo “Valiente es el que tiene miedo y los enfrenta, quien no posee miedos, quien no tiene miedo no es mas que un idiota” el no los había enfrentado, eso lo asumía, sin necesidad de las torturas psicológicas del vampiro Bruce ni los juegos mentales desquiciados del mismísimo Joker a quien por cierto y con mucho orgullo una vez llegó a derrotar. No los había enfrentado pero era consiente de ellos, de que si no ponía ciertas reglas, ciertos estatutos, terminaría enamorándose de Dick, tal y como lo hizo tan solo con bajar la guardia tres días.
-¿Y que harás?- Preguntó nuevamente consiente de la respuesta.
-Tu ya sabes eso también- Respondió sintiendo como los brazos de su amigo lo apretaban de forma algo brusca posesiva, pero cargada de preocupación y por ende de amor.
-Tal vez no quiero que lo hagas- Dijo serio, la ansiedad bailando en sus labios.
-Pero sabes que lo haré- Kon no dijo nada besó su cabeza de forma fraternal y finamente…
-Tim cuídate- Susurró antes de levantarlos a ambos del suelo y marcharse volando hasta su hogar. Tim no dejó de verle hasta que finalmente solo se veía un punto en el cielo cada vez más lejano.
-Lo haré Kon, gracias… te quiero- Dijo al viento a sabiendas de que este le oiría sin importar cuan lejos este siempre le oiría.
Mientras Kon ya en el cielo y a unos cuantos kilómetros de la granja Kent esbozó una sonrisa anhelante y satisfecha.
……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….
-Debes llamarme- Reclamó Kon.
-Pero…- Intentó mediar Tim a veces, solo a veces Kon era demasiado insistente. Ya faltaban 15 minutos para su tan esperada “cita” con Dick (si es que así podían llamarle) y Kon lo había llamado para dejar unas tantas cosas en claro.
-Si no me llamas en dos horas mas voy a suponer que el muy maldito te hizo algo y voy a volar hasta donde esta su remilgado trasero a demostrarle porque me llaman Superboy claro antes de asesinarlo cruelmente- Amenazó serio dando a entender claramente que de todas sus bromas esa no era una de ellas.
-Esta bien- Aceptó –dos horas 15 minutos- Dijo decidido. Oyó a Kon asentir y terminó con la conversación.
………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..
Si el lugar en si ya le parecía hermoso lo que Dick había hecho lo era mucho más, un conjunto de velas de color rojo adornaban el lugar todas sobre un mantel azul para así poder rescatarlas de la nieve además de servir como una mesa improvisada para las fresas con chocolate que había ahí, no pudo evitar sonrojarse por lo que hace no mas de un día había vivido por dichas fresas, la luz de las velas le daba un contraste perfecto de la piel blanquecina de su enamorado simulando sombras inexistentes y enfatizando sus rasgos faciales, rasgos masculinos y maduros muy diferentes a los que habría visto cuando era pequeño, pero no por ello menos atrayentes para el, es mas, aquello no podía mas que cautivarlo en nuevas y diversas formas de las que no tenia idea que pudiese llegar a ocurrir.
-¿Quieres… sentarte?- Preguntó inseguro Dick dejando espacio a su lado para que el se sentara.
-Dick ¿Por qué…?- Intentó preguntar. Una vez sentado.
-¿Quieres café?- Interrumpió el mayor nervioso mientras vaciaba un termo con cafeína en un tazón metálico. El lo aceptó la verdad tenia algo de frío. Bebió de el, sin decir nada, ninguno decía nada y el silencio se comenzaba a tornar doloroso.
-Dick por favor- Rogó –Dime que esta ocurriendo- No se dio cuenta pero su rostro estaba surcado en lagrimas, últimamente lloraba demasiado. Sintió los dedos de Dick limpiar sus lagrimas y rostro apenado mientras lo hacia.
-Perdóname- Susurró –Soy demasiado… demasiado idiota- Aceptó –Jamás me di cuenta de que te estaba haciendo daño- Se reclamó –Solo pensé en mi mismo y jamás en tus sentimientos- Continuó y aun ahora todo lo que quiero decirte es lo que siento- Tim no decía nada todo aquello era demasiado para el –Te amo- Confesó –mas que a nada en el mundo, mas allá de los fraternal, mas allá de lo físico amo lo que eres, como eres, amo tu fuerza, el que seas tan tierno, tus sonrojos, y quisiera que tu sintieras lo mismo, para amarte mas aun, protegerte y para…- Acercó su rostro al de Tim –Para poder hacer esto- Terminó antes de fundirlos a ambos en un beso dulce y lleno de sentimientos, aquellos que no se podían expresar con palabras, el amor incondicional y eterno a través suaves caricias con los labios, el deseo con sus lenguas marcando un ritmo frenético y enloquecedor entre ellas cada vez mas cerca… hasta que finalmente el aire se hizo necesario, junto con la necesidad de una respuesta.
-Dick… yo- Trató de decir –Yo…- Intentó nuevamente ante la mirada expectante de Dick -¡Yo también te amo!- Gritó emocionado a la vez que abrazaba a su hermano.
Estaba seguro desde ahora todo iría mucho mejor