El dilema que hoy en día me aqueja es algo que al momento de internarme en este “mundo” no pensé, eran tantas las ansias de fama y reconocimiento que no me detuve a meditar qué pasaría con mi vida personal en el futuro.
Es cierto que el tener una pareja estable es casi inalcanzable por diversos motivos, por consiguiente la actividad sexual es un tema recurrente en algunas charlas con mis compañeros. Está bien, el sexo no lo es todo en la vida, pero de vez en cuando es bueno poder “descargarse” en algún momento.. cosa que es un tanto difícil de hacer si eres un rostro conocido, y mucho más si estás cumpliendo con tus “deberes laborales”.
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El concierto había llegado a su fin hacía más de una hora, todo el staff se movía de un lado para otro haciendo lo que les competía: subiendo y bajando cajas, guardando el vestuario, cerrando cada delineador líquido y cuidando de que no fuese a extraviarse ni una lentilla de contacto entre otras cosas.
Pero fuera de todo ese ajetreo, lejos, muy lejos.. -en una van para ser más exactos- ..iban rumbo al hotel cinco gazettos, sí, los mismos que esa misma noche hicieron gritar, reír y llorar a un millar de fans en casi dos horas de concierto.
Nótese, que a pesar de que los preparativos y la presentación misma fueron cosas más que agotadoras, estos chicos aun tenían un poco de baterías..
-¿Y a dónde se supone que iremos a celebrar? – preguntó Aoi mientras se frotaba las manos animadamente, al parecer, aun cargaba consigo las energías propias del evento. Está demás decir que con tal propuesta todas las miradas recayeron sobre el líder y baterista de la banda, Kai.
-Definitivamente no tienes remedio Shiroyama.. – murmuró mientras veía cómo el aludido se sentaba a su lado y le hacía un puchero, era el momento de usar los encantos.
-Vamos Kaicito de mi corazón.. ¿Quién es el mejor líder de todos? ¿Quién es el mejor baterista en todo Japón? – decía en tono juguetón mientras le picaba la mejilla al menor.
-No juegues conmigo Aoi.. – no muy convencido de sus propias palabras el baterista se giró un poco para ver por la ventanilla, haciendo caso omiso a las palabras del guitarrista.
-Anda Yutaka, no seas malo, siquiera vamos al bar del hotel a beber algo.. no seas aburrido.. – apoyó el guitarrista de hermosas piernas.
Kai volvió la mirada hacia sus compañeros y en vista de que no podía hacer mucho por retenerlos terminó por acceder..
-Bien, pero los quiero a todos antes de las tres de la madrugada en sus habitaciones.. –
-¡Yes Sir! – ambos chicos se abalanzaron sobre él repartiendo besos por todo su rostro, provocando así la risa del baterista y algunos de los presentes.
A pesar de ir en la misma van había una división de ambiente impresionante, cosa que para la mayoría lógicamente había pasado desapercibido, digo la mayoría porque hubo cierto pequeño vocalista que se dio cuenta de ello.
Reita, uno de sus mejores amigos, al parecer no estaba muy emocionado con la idea, de hecho, no parecía haber cambiado de semblante hacía ya un par de días.
-¿Qué sucede Rei-chan? – preguntó repentinamente posando su mano izquierda sobre la pierna de Reita, haciendo que éste último diera un pequeño saltito del susto por haber ido sumido en sus pensamientos.
-Ah.. nada Ruki.. estoy un poco cansado.. –
-¿Seguro que es sólo eso? – inquirió con un tono de voz suave y comprensivo, más Reita por el poco animo que traía reaccionó de una forma no muy agradable.
-¡Ah..No me molestes ¿quieres?! – bien, esa no era la forma de reaccionar a una simple pregunta, Ruki se quedó boquiabierto así como también los demás gazettos. -..Taka..lo siento.. – reaccionó de inmediato al darse cuenta de su torpeza.
-No.. está bien, descuida.. – sonrió leve y ya que se encontraba un tanto incómodo y avergonzado Ruki se fue junto a Aoi para conversar de cualquier cosa que le hiciera pasar el mal rato.
Cuando llegaron al hotel lo primero que hicieron fue ir a sus respectivas habitaciones y darse una reconfortante ducha, Aoi ya se había conseguido el “permiso” de su líder y era algo que definitivamente tenía que aprovechar. Cuando el peli negro hubo terminado de arreglarse, salió de su habitación y se encaminó hacia la de su compañero de cuerdas.
-Uruu~ –llamó a la puerta, la misma que segundos después fue abierta por el recién nombrado.
-Vaya.. si que tienes ganas de beber ¿eh? – rió divertido al ver la cara de entusiasmo con la que cargaba el mayor.
-La verdad es que sí, pero bueno, tú no eres el más indicado para decir algo, es más, estamos perdiendo tiempo valioso en estar parados aquí Shima! ¡hay botellas que vaciar allá abajo! – exageró casi a modo de berrinche.
-¡Wooh! okey okey ¡no se diga más! - y así ambos salieron en busca de sus demás compañeros.
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Había pasado un buen tiempo desde que los chicos llegaron al bar, los temas de conversación habían sido variados, desde lo bien que les había ido en cada presentación, hasta de lo “bien proporcionadas” que estaban las chicas del staff; lógicamente eso último fue cuando ya el alcohol se había apoderado de la mayoría de sus sentidos.
-Bueno chicos, ya es hora.. – sentenció Kai después de haberle dado una fugaz mirada a su reloj de pulsera, Ruki hacía ya unos minutos que se había retirado.
-Ah.. Kaishuu.. un poquito más ¿siii..? –
-No Aoi, mañana.. bueno, en un rato más tendremos que reunirnos con el manager y necesitas descansar. –
-Ah.. que aburrido eres.. – a duras penas el guitarrista se levantó siendo ayudado por Kai, éste último les hizo una seña a Reita y Uruha para que se movieran pero en cuanto el bajista hizo el ademán de levantarse Shima le detuvo de forma discreta.
-Nosotros iremos en un momento Kai, descuida.. – el baterista sabía que Uruha era de confiar, y si decía que sólo iba a ser un momento pues así sería.
-Está bien Uru, nos vemos en unas horas.. – el castaño asintió sonriente y luego Aoi y Kai se encaminaron a sus habitaciones.
En la cabeza de Reita había una interrogante, más no por el hecho de que su amigo no le haya dejado retirarse, sino porque sabía que con tal acción el guitarrista tenía algo que hablar con él.
-¿Qué pasa Shima? – preguntó con normalidad.
-No Reita ¿Qué te pasa a ti? – ¿A él? ¿Qué acaso había algo malo con él?
-No sé a qué te refieres.. –
-¿Ah no? O sea, ¿me vas a decir que ahora tu hobby es gritarle a la gente porque sí..? – le miró severo. -..puedes engañar y decirle miles de patrañas a quien tú quieras Reita, pero a mí no, hay algo que te tiene perturbado y no es algo de ahora, sino desde mucho antes. –
Aquellas palabras habían tomado al bajista por sorpresa, a juzgar por la forma de actuar de cada uno durante su convivencia pensó que el “incidente” ocurrido en la van había quedado en el olvido, y por consiguiente, no había levantado ninguna sospecha del porqué de su actitud, más ahora, se acababa de dar cuenta de su error; suspiró resignado y bebió lo que le restaba de wiskey, luego miró a su amigo dándose cuenta que tenía su completa atención.
-¿Sabes hace cuánto no toco a una mujer? –
-¿Eh? –
-Hace más de un mes Shima.. –
-Y…¿eso qué..? –
-¿Te parece poco?! Sabes que no puedo pasar ni una semana sin tener una buena dosis de sexo, y este Tour me ha hecho batir todos mis records.. – respondió afligido al tiempo en que se dejaba caer derrotado sobre la mesa.
Uruha aun no salía de su trance.. ¿era eso? ¿la falta de sexo era lo que tenía a Reita con un genio de los mil demonios? está bien, todo el mundo sabe que la falta de actividad sexual puede afectar los estados de ánimo de la gente, y más si son hombres, pero ahora que lo pensaba.. él también más de una vez se había encontrado en aquella situación y la mejor solución había sido el auto complacerse.. ¿qué acaso Reita no lo había intentado?
-Demo.. –se acercó un poco más a él- ¿no te has..masturbado? – preguntó bajito, como intentando que nadie escuchara aquella conversación, el bajista levantó la vista y asintió.
-Claro que lo he hecho, no soy novato en esto Shima, pero aun así.. no me siento bien.. además sabes que el manager nos tiene estrictamente prohibido el llevar a “señoritas” a las habitaciones y nuestro horario no nos permite si quiera salir a tomar aire. – suspiró-..yo no sé cómo lo aguantas, pero yo estoy por volverme loco.. -
Okey, la situación era un tanto graciosa, Uruha jamás pensó ver a Reita en esa posición, él lo conocía, sabía que prácticamente vivía de la vida nocturna y saciando sus “ganas” con cualquier mujer que se le metiera entre ceja y ceja, pero esto.. ya le parecía un poco exagerado. Sonrió comprensivo y le desordenó un poco el cabello.
-Descuida Ue-chan, ya verás que encontraremos una solución para eso.. –
-¿Honto? ¿Lo prometes Shima? – le miró casi con los ojos brillosos, gesto que le causó demasiada gracia al boca de patito.
-Jajaja.. si así hacemos que se mantenga la armonía dentro de la banda y que no termines por comernos vivos a cada no.. sí, lo prometo. -