Oscuridad. La oscuridad reinaba en la habitación en la que nos encontrábamos, la una de espaldas a la otra, sentadas en el suelo, de repente mi acompañante se levanto, era una chica de piel de porcelana, cabello negro, ojos azules y estaba vestida con un vestido de tirantes negro. Se dio la vuelta y me miro con esos ojos penetrantes.
-¿Estas segura?- Dijo ella con su voz suave, yo asentí en silencio, la de ojos azules se dio la vuelta nuevamente, desplegó sus hermosas alas negras, un espejo imponente se hizo presente en ese espacio apartado de la realidad, la chica que una ves se encontraba a escasos centímetros de mi emprendió vuelo hacia el reflejo impecable, estaba descalza. La observe por el rabillo del ojo, y antes de que desapareciera dije una palabra que me he estado aguantando desde que ella apareció con su sonrisa tan radiante y se ofreció a acompañarme:
-Te amo…alice-su cara de sorpresa y confusión fue adorable, antes de que pudiera decir algo fue tragado por el espejo esparciendo miles de plumas oscuras por el suelo, me erguí sobre mis pies, extendí mis alas blancas, me eleve en el aire, quede suspendida por un tiempo dejando que las gotas saladas mojaran mi piel trigueña, mi cabello rojo cubría mis ojos.
Dolor.
Alivio.
Dos sentimientos totalmente diferentes invadiéndome, era doloroso, yo misma la había animado a revelarle sus sentimientos a esa persona que ella tanto quería, mi corazón duele, pero el alivio de no ser quien la retuvo en un lugar donde solo se encontraba mi sufrimiento embotellado.
Clave mi mirada dorada por donde ella salio, me limpie las lagrimas con el dorso de la mano, esboce una sonrisa triunfante, me dirigí a la “puerta” fui absorbida por ella mientras las plumas blancas se esparcían por el lugar el cual se caía a dedazos.
Iba a salir de aquí, acompañarla aun que mi amor no sea correspondido. Aun que este lugar se destruyera y mi sufriendo invadiera cada rincón de mi ser, por el bien de las dos…por el bien de nosotros tres
Una figura encapuchada observaba todo desde lejos, con imponentes alas negras.
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En un aula de clases un profesor miraba como una de sus estudiantes dormía profundamente y sus amigos la miraban con expresión divertida, el maestro se acerco a la chica pelirroja y la zarandeó un poco.
-Ahh?- Dijo la chica mientras todo el mundo la miraba.
-Que te quedaste dormida gabrielle-espeto su amigo pelinegro de ojos rojos
-Ohhh…ehh...poss sigan con su clase teacher -dijo ella
Al final de la clase el maestro solo le llamo la atención y le dijo que si volvía a pasar lo de esa tarde la sacaría del grupo a lo que la pelirroja respondió “yo no tengo la culpa que su clase sea Tan aburrida que no halla podido dormir anoche”.
Los dos pelinegros caminaban tomado de la mano y la pelirroja los seguía mas atrás mirando el atardecer
“Aun que no sea correspondida me alegra poder estar a tu lado”