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Wedding Man por Zarine

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Notas del fanfic:

Basado en el libro "His bride for tonight" de MIranda Lee~

Notas del capitulo:

El fic ya está terminado~ :D

 

Depende de ustedes la velocidad de actualización~ 

Capitulo Uno

 

 

 

Kris miró por la ventana del avión. Desde allí se observaba una bella vista panorámica de la ciudad y de su costa. El capitán acababa de anunciar un retraso en la llegada al aeropuerto de Qingdao. En ese momento, el avión giró sobre la costa dando así a los turistas a bordo la oportunidad de contemplar Quingdao, -un lugar que siempre consideró su punto de relajación- una ciudad famosa por la belleza de su puerto de abrigo y su zona turística a la orilla del mar. Y él estaba de acuerdo con ese sentir. Había viajado mucho y volado sobre de las ciudades más espectaculares del mundo, como Nueva York, San Francisco o Río de Janeiro. Pero Qindao era especial. Distinta y especial. Quizás fuera debido a la luz del amanecer, que hacía que sus playas pareciesen más blancas y el agua más azul. Al divisar el deslumbrante puerto  y muelle de Qingdao, con las célebres construcciones del puente brillando bajo el sol estival, Kris se sintió renacer. LuHan había estado en lo cierto al aconsejarle que volviera a China, aunque sólo fueran unos días. Su hogar. Era curioso que siempre hubiera considerado a cualquier lugar de China así. Aunque había nacido en China  la mayor parte de su vida había transcurrido en Canadá, Vancouver para ser exactos.

 

 

 

 

Era una ciudad muy dura con los extranjeros, sobre todo en la escuela, pero Kris vivía bien allí, le suponía un reto constante. Pero la vida le estaba dando la espalda. Las últimas navidades habían sido muy difíciles y se había sentido especialmente solo y deprimido tras la muerte de su madre. Ese pensamiento le dio un escalofrío. Habían pasado ocho meses, pero le dolía como si hubiera sido el día anterior. Aún le costaba entender cómo consiguió controlarse cuando su padre apareció en el funeral del brazo de su nueva mujer. Era la cuarta. Y tan rubia y joven como las otras. Todas eran iguales. A pesar de que su padre tenía ya sesenta y cinco años, diez más que su madre, no parecía tener muchos problemas conquistando a jovencitas. Siendo productor, las chicas con ambiciones de estrellato se pegaban a él como las moscas a la miel.  Cuando su madre, una joven ingenua de veinte, conoció a HanLong Wu, un atractivo productor que viajaba a Guangzhou en busca de jóvenes estrellas, cayó rendida a sus pies. Kris nunca entendió por qué su padre acabó casándose con ella. Su madre, una mujer humilde y sencilla, aunque muy atractiva, no era su tipo. Y, aunque era verdad que la había dejado embarazada, habría sido mejor que se hubiera vuelto a Canadá y la hubiera dejado sola en China.

 

 

 

 

 

Los matrimonios de su padre no habían sido muy duraderos, sólo unos pocos años. Pero tenía uno o dos hijos de cada uno. Kris  tenía hermanastros a los que apenas conocía. Su padre ya no vivía en Vancouver, sino en Nueva York, a donde se mudó cuando dejó a la madre de Kris. El tenía entonces seis o siete años, no conseguía recordarlo con precisión. «Debía de tener siete porque LuHan es dos años más pequeño que yo y acababa de empezar a ir al colegio cuando ocurrió», dedujo él. El caso era que había sido lo suficientemente mayor como para ser consciente de lo que ocurría y sentirse tan herido como su madre. Una mujer dulce y buena. Recordaba cómo su padre, poco antes de salir definitivamente por la puerta dando un portazo, le dijo a su madre, que lloraba sin consuelo, que le había sido infiel desde el principio de su matrimonio.

 

 

 

 Para apaciguar el dolor, su madre acudió primero a las pastillas. Después vinieron el alcohol y las relaciones esporádicas con jóvenes que se aprovechaban de ella y despilfarraban el dinero de su pensión alimenticia. Cuando las cosas se complicaron mucho, el abuelo materno de Kris se ocupó de él y de su hermana, llevándolos a Seoul para asegurarse de que obtuvieran una buena educación y estabilidad emocional. A los dos les encantaba vivir en Seoul con su abuelo, que estaba viudo. Especialmente a su hermanito. Poco después de llegar, le  dijo que le gustaría quedarse allí para siempre. Kris también estaba contento, pero le preocupaba su madre, no podía dejar de pensar en ella. Solía escribirles y contarles que había dejado de beber y tenía un trabajo, decía que estaba bien pero nunca fue a visitarlos, siempre había alguna excusa. Cuando terminó ella secundaria, sintió que era el momento de volver a Vancouver. Así pudo comprobar que era verdad que había dejado el alcohol pero parecía mucho más vieja. Y tenía un trabajo, pero no le pagaban mucho y vivía en una cloaca. Kris no pudo convencerla para volver a China, a su primer hogar, pero era demasiado orgullosa, así que le pidió prestado algún dinero a su abuelo, buscó un piso mejor para los dos y se inscribió la facultad de Derecho. Tuvo que tomar hasta tres trabajos para poder pagarse los estudios y que a su madre no le faltara de nada.

 

 

 

Cuando se licenció con matrícula de honor, un prestigioso bufete de Toronto lo contrató de inmediato. Pronto se convirtió en su mejor y más agresivo abogado matrimonialista. Poco después, pudo devolver a su abuelo el dinero prestado, con intereses. Y cuando recibió su primera bonificación anual, la usó para pagar la entrada de un apartamento para su madre y un piso para él cerca de allí. Quería mucho a su madre, pero necesitaba su propio espacio. Durante sus primeros años como abogado matrimonialista, Kris defendió  los intereses tanto de esposos como de esposas pero, tan pronto como se convirtió en socio del bufete, poco después de cumplir los veinte, anunció a sus colegas que desde ese momento sólo defendería a las mujeres durante los procesos de divorcio. De los maridos se encargaría otro abogado. A Kris le encantaba evitar que los maridos sin escrúpulos, con más dinero que principios, intentaran no pagar a sus ex mujeres lo que lescorrespondía por derecho. Se mostraba implacable en su lucha por conseguir que a esas mujeres abandonadas  no les faltase seguridad económica. Ellas no eran ya lo suficientemente guapas, jóvenes y apasionadas para los hombres que un día les prometieronhonrarlas y quererlas.Daniel se mostraba especialmente despiadado si había niños por medio, sobre todo cuando los padres no se hacían cargo de su manutención ni de compartir sus cuidados. Eran casos muy comunes y él se encargaba de que acabasen aceptando sus responsabilidades.—Pero no todos los hombres son así —le contradijo su optimista hermano un día—. Si SeHun y yo  nos casamos, estoy seguri de que se ocuparía de nuestro hijo, o hijos. No sé cuántos tendremos... Pero seguro que más de uno. LuHan nunca volvió a Canadá, prefirió quedarse en Seoul con su abuelo, incluso después de que éste falleciera. Y ahora, tras casarse con SeHun, se encontraba embarazado de su primer hijo.

 

“—Y no es que nosotros vayamos a romper —añadió deprisa el—. Tenemos nuestros problemas, pero estamos muy enamorados”.

 

«Enamorados», pensó Kris mientras el avión se ladeaba e iniciabael descenso, «¿Qué es exactamente estar enamorado?»   Él nunca lo había estado, de eso estaba seguro. No le había ocurrido  nunca. Tenía 23 años y nunca había estado enamorado. Le gustaban las mujeres y por muchas había sentido atracción. Le gustaban los hombres también. Incluso había intimando con…bueno muchos. Pero eso no era amor. Nunca había sentido una pasión tan ciega y loca como para estar dispuesto a hacer cualquier cosa por conseguir el objeto de su pasión. Hasta el punto de pedirle que se casara con él. E incluso si acababa enamorándose de alguien, Kris estaba seguro de que nunca se casaría. Había vivido demasiados divorcios muy de cerca.

 

—“¡Eres un cínico y un imbécil! ¡Frío como el hielo!” —le había gritado su última conquista –Jessica según lograba recordar- poco antes de salir despavorida de su oficina, y de su vida. Había ocurrido pocas semanas antes de Navidad.

 

—“Me niego a perder más el tiempo contigo, Wu Yi Fan. Está claro que no me quieres. Seguro que ni siquiera sabes lo que es querer” - .Sus hirientes palabras dejaron a Kris reflexionando sobre sí mismo. Sabía que lo que le había dicho, aunque doloroso, era verdad. Lo que descubrió le abrió los ojos. Siempre le había echado en cara a su padre que se había convertido en un marido en serie, coleccionando matrimonios, uno tras otro. Pero él

no era tampoco un ejemplo en lo tocante a relaciones. Era un amante enserie. Cambiaba de novia como de camisa, evitaba cualquier tipo decompromiso y cuando las relaciones acababan nunca dejaba que eso le quitara el sueño.

 

 

 

Sí, reconocía que se había convertido en un conquistador frío ydespiadado. Nada que ver con el caballero medieval, cabalgando sobre un corcel, un príncipe como que siempre había pensado que llegaría a ser. Dos meses después de haber tenido esa revelación, decidió volver a China. Seguía dándole vueltas a las razones que le habían convertido en lo que era. Trataba de enfrentarse a su nueva personalidad y justificar su conducta. Pero no encontraba respuestas. Era verdad que nunca había mentido a sus parejas ya que nunca les prometía nada ni les traicionaba. Tampoco había abandonado a ningún hijo. Pero, aun así, había conseguido herir a alguna de sus conquistas que, probablemente, esperaban más de él de lo que estaba dispuesto a ofrecer. Kris sabía que era un buen partido. Era atractivo, tenía éxito en su trabajo y bastante seguridad económica. Sus amigos casados –o emocionalmente estables- siempre estaban intentando organizarle citas a ciegas con sus amigas y amigos solteros. Unas mujeres que siempre andaban a la caza del marido perfecto. Unos hombres que siempre estaban en busca de un revolvón intenso de una noche o de un marido que los mantuviera el resto de sus vidas.

 

Se había mantenido alejado de este tipo de personas, verdaderas trampas humanas y se había concentrado en parejas potenciales que parecían centradas en su vida profesional, sin intención de casarse y formar una familia, O eso había creído él. Se había dado cuenta de que los prospectos de veinte y tantos que parecían absorbidos por sus carreras, cambiaban rápidamente de opinión a cada segundo. Eso le hizo decidirse por un hombre para compartir algunos años de su vida. Mujeres NO, conforme paraba el tiempo como por arte de magia, las que en principio sólo querían una cena agradable, una conversación inteligente y un poco de sexo para cerrar la noche, empozaban a soñar con campanas de boda y niños.

 

 

Siguió mirando por la ventana y preguntándose si los hombrespasarían por una fase similar, un momento en la vida en el que tendría la necesidad de sentar la cabeza y formar su propia familia. Una especie de reloj biológico masculino. Quizás algún día conociera a un hombre que cambiara su modo de pensar y le hiciera sentir cosas que no había experimentado nunca. Quizás acabara perdiendo la cabeza y se dejara llevar por el amor, el deseo y la pasión sin control. Ese pensamiento le hizo reír, con una carcajada fría y seca que lo devolvió a la realidad.  «¿A quién pretendo engañar? Soy cínico y frío. Nunca perderé la cabeza por un hombre», se dijo con algo de amargura.

 

 

 

 

El avión vibró con violencia al chocar el tren de aterrizaje contra la pista. El movimiento lo sobresaltó. Había estado tan metido en suspensamientos que no se había dado cuenta de que estaban yaaterrizando. Miró de nuevo por la ventana para contemplar Qingdao desde el suelo. Una gran bahía sé abría a su izquierda, rodeada de arena. Al otro ladose divisaba la zona industrial y más allá una zona residencial. Losaeropuertos estaban normalmente en las afueras de las ciudades, pero el de Qingdao no estaba lejos del centro de Qingdao. Su hermano mayor -DongHae- vivía en Bahía XhangYi, una zona residencial no muy alejada del centro de la ciudad. Había prometido que iría a buscarlo, a pesar de lo temprano que era y de la segura resaca que tendría. Kris sabía que le vendría muy bien pasar un par de semanas allí con suhermano. Necesitaba relajarse y dejar de pensar en el trabajo, que lo estaba convirtiendo en una persona de lo más aburrida.

 

Notas finales:

Comentarios, sugerencias etc... :D


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