Ya eran las 3 de la tarde, y Lovino Vargas estaba más que hambriento.
—"¿¡Como se le ocurre al bastardo de España irse sin dejarme el almuerzo listo!? ¡¿y por qué se tarda tanto?!"
Se recostó en el sofá de la sala y abrasando a una almohada prendió el televisor.
Robos. Secuestros. Inauguraciones. Desastres. La economía sigue empeorando.
Cambio el canal, ¿Por qué las noticias eran siempre así?
Le encantaba el poder estar cerca de España por todo un mes, aunque no lo admitiera. Pero odiaba que el español se reuniera tanto con su superior. Le había explicado que era porque la tasa de gente desempleada había subido otra vez y estaba pensando en buscar oportunidades en otros países, pero primero tenía que tener la autorización de su superior. Lo comprendía perfectamente, pero, ¿De qué servía que inventara escusas para quedarse un mes en su casa si España no estaba junto a él?
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Estaba comenzando a oscurecer y el país de la pasión caminaba apurado hacia su casa. Le había mentido sobre la reunión, en realidad necesitaba conversar con Veneciano.
Ya había tomado una decisión, le pediría a Romano ser novios.
Ahora con ustedes: ¿Cómo fue que el jefe España llego a esta decisión?
Paso 1: Después de una larga inspección a su interior había descubierto que todo el tiempo había estado enamorado del Italiano.
Paso 2: Darse cuenta ya era difícil, lo siguiente fue aceptar su homosexualidad.
Paso 3: Darse cuenta que no veía a otros hombres como veía a romano y aun sentía cierta atracción por Bélgica.
Paso 4: Luego de un siglo de pensar y darle vueltas al asunto consultarle a el país del amor sobre, bueno, el amor. (GRAN ERROR)
Paso 5: Librarse de las insinuaciones de un francés. Notar los celos de Romano.
Paso 6: Comenzar a sentirse correspondido.
Paso 7: Enterarse de que casi todos los países son bisexuales.
Paso 8: Consultarle otra vez a Francia sobre el amor. (otro vez: GRAN ERROR)
Paso 9: Conseguir que su presidente legalizara el matrimonio gay, para conseguir la aceptación de su pueblo.
Paso 10: Vencer el miedo de ser rechazado.
Bien, ahora que la decisión fue tomada hacía falta la planificación, ¡pero esperen! Que Antonio quiera estar con un hombre no significa que tenga que abandonar la buena educación.
Pero primero lo primero, consultar a la familia, que por suerte es poca; a Veneciano y... A Vaticano.
Tal vez el menor de los hermanos Italianos podía esperar un tiempo.
Por ahora todo iba bien, Veneciano le había dado su aprobación, un rol algo extraño para el menor de los gemelos, usualmente es al padre a quien le pides permiso para salir con su hija.
Pero Antonio no podía estar del todo feliz con la aprobación de Italia. Toda la conversación en sí fue extraña.
POV: ¡El Jefe España! (esa misma mañana)
Mire la hora algo preocupado, había quedado verme con Ita-chan a la 1pm, no quería retrasarme ni un minuto. Ya que era algo de suma importancia, y además, si que quería probar la salsa boloñesa de Veneciano. ¡Y es que es deliciosa! ¿Hace cuanto que no la probaba?.
A veces deseaba que Romano cocinara tan bien como su hermano.
¡9 am! ¡Debo apresurarme!
Vi a Romano entrar a mi habitación en pijamas.
— R-romano, tengo una reunión y…
— ¿Qué? ¿Hoy también? —no pude leer la expresión en su rostro, porque se estaba sobando los ojos con sus puños, probablemente recién había despertado. Y
— … si…
Odiaba tener que mentirle, pero no me dejaría en paz si le decía que iba a conversar con su hermano. No, lo que más odio es no poder almorzar con él. Después de todo era mi invitado, y solo se quedaría aquí dos semanas más.
— lo siento, ya estoy algo retrasado…
— ¡Entonces vete ya!
—deje algo de pastel en la mesa, si lo quieres…
—tal vez lo coma
—Entonces ¿nos vemos más tarde?
— ¡como sea! De todas formas, yo también…—seguí su mirada y me encontré con el portafolio que le enviaron ayer en la tarde—… tengo trabajo que hacer.
—Claro.
No se podía evitar, éramos países y la situación no está del todo bien.
Salí sin decir más que un “hasta luego” y creo que logre escuchar un débil “Ciao… cuídate” tal vez la ultima parte fue solo mi imaginación, en fin, debo apresurarme al aeropuerto.
El viaje fue muy tranquilo. Llegue justo a la hora indicada y toque el Timbre de su casa 2 veces.
Debo admitir que estoy algo nervioso, pero Ita-chan es mi amigo y según sé, no le molestaría que me este con su hermano.
—ah, etto...-oigo su voz desde el otro lado de la puerta y un golpe como de una caída— auch…
— ¿Ita...chan?
— ¡ah! —la puerta se abre y me encuentro con la encantadora sonrisa de Veneciano, muy hermosa, pero no tanto como la de su hermano gemelo— ¡Ciao! ¿Cómo has estado Spain nii? Ve~
Note que se sobaba la cabeza, probablemente el golpe que escuche fue causado por su torpeza.
—B-bien, gracias. ¿Y tú?
—Ve~ ¡Estupendo!, grazie. ¡Ven! ¡Ven!
Me arrastro dentro de su casa muy emocionado y mientras me "guiaba" hacia la sala de estar pude notar que las paredes estaban adornadas con hermosos cuadros. Algunos destacaban por sus colores alegres e impresionante belleza, otros, que estaban en lugares menos notorios, eran algo melancólicos y tristes, pero igualmente hermosos. Podías ver en estos últimos un aire de soledad, como si mientras lo pintaras estuvieras pensando el alguien que extrañas o que desees que este cerca de ti. Logre acercarme lo suficiente a uno de ellos que capto mi total atención para verlo en detalle, era un paisaje de algún bosque claramente inexistente, entre los arboles de hojas caídas había un camino al cual no podías ver el final, porque un sol demasiado brillante te lo impedía, lo más interesante de este cuadro era que las partes en donde la luz llegaba estaban llenas de color, casi como están los parques de mi casa en medio de la primavera, pero el sol estaba en medio de un eclipse al lado izquierdo y por donde la luz no llegaba estaba totalmente descolorido.
En la esquina inferior derecha estaba la firma de mis nuevos pintores favoritos: "Feliciano y Lovino Vargas"
¿Quien serian? Le preguntare a Ita-chan cuando terminemos de hablar sobre el tema que más me interesa ahora, por lo menos se que son hermanos, ya que comparten el apellido.
(NA: Ninguno de los países sabe el nombre humano del otro, solo los gemelos entre ellos)
En el suelo de la sala había una mesa medio extraña, Ita-chan se sentó en el suelo con sus piernas dentro de la manta-mantel que cubría esa mesa baja. En ella se encontraban dos platos de tallarines con salsa boloñesa, también dos copas y una botella de vino en el medio de la mesa.
—Ve~, vamos, siéntate.
—ah, c-claro…
Me senté en el suelo y al igual que el puse mis piernas debajo de la manta-mantel. Sentí que mis rodillas rozaban las suyas.
—Ve~, ¿sabes? Japón dice que esto es muy popular en su país en invierno. Es muy cálido, ¿no?
Tenía razón, esta mesa extraña cae muy bien en épocas frías como esta.
—eh, así que es cosa de Japón.
—si, etto… como dijo que… ¡ah! ¡Kotatsu! ¡Así se llama! Ve~
Lo siguiente fue verlo con flores rondando a su alrededor y verlo soltar un “Pasta~” muy emocionado. Comenzó a comer muy feliz, lo imite y no pude evitar elogiarlo.
— ¡efta delichioso! —exclame aún con comida en mi boca
— ¡¿En serio?! ¡Gratcie! —me sonrió pero apago su sonrisa casi inmediatamente—. Creí que ya había perdido la habilidad de cocinar...
— ¿eh? ¿Por qué?
—Doitsu casi siempre se enoja cuando cocino para él
Alemania es un gilipollas. ¿acaso Ita-chan no era el mejor cocinero del mundo?
— ¡Pues esta demente! Ah, que no daría por comer esto tan seguido como Alemania~, Si que tiene suerte~
Note que Veneciano se sonrojo y me sonrió amablemente, realmente es un chico muy tierno. Casi tanto como cuando Romano es sincero. No, eso no tiene comparación. ¡él es demasiado adorable cuando es sincero!
…
¡A lo que vine!
— ¿Por qué no le pides a mi fratello que haga pasta para ti?— me pregunto inocentemente
Casi me atraganto con lo que estaba masticando.
—!¿Qué?!
—Ve~, porque últimamente te visita mucho, ¿no? —Es verdad, viene a Madrid muy seguido y aunque a veces se quede en el “Wellington Hotel”*, muchas veces decidía (por su cuenta) quedarse en mi casa, como esta vez. Aunque yo también lo hacía, cuando me tocaba ir a Italia siempre le pedía a Romano que me deje quedarme en su casa (NA: Romano vive en el sur y Veneciano en el Norte, pero pasan mucho tiempo juntos igual) —, el también sabe cocinar, pero es muy flojo para hacerlo. Además, ¡Hace una salsa de tomate deliciosa!
—¿N-no te molesta que… venga tanto a mi casa?
Vecneciano no me dio una respuesta, solo gacho la cabeza. Trago lo que estaba masticando y puso los cubiertos de forma educada sobre su plato.
Me preocupa que le haya molestado mi pregunta, recuerdo que en las épocas en las que me dedique a los niños del nuevo mundo Romano y Veneciano habían estrechado lazos. Por lo que supongo aprecia mucho a su hermano.
Pensé que cuando me dirigiera una mirada todo se aclararía, todo lo contrario.
Me sonrió como solía hacerlo, pero sus ojos esta vez no estaban cerrados, mostraban tristeza, soledad, melancólica. Su expresión era única. Triste pero alegre. Sincera pero engañosa.
Luego de un suspiro me respondió.
—no, en lo absoluto. —su tono era algo serio, muy raro en el.
—Y-ya v-veo…
Pensé en olvidar la razón por la que estaba aquí en primer lugar, pero fue imposible. Primero porque creo que ya he esperado demasiado y segundo porque (con la intención de cambiar de tema) Ita-chan me lo pregunto.
—Dijiste que querías hablar sobre algo conmigo, ¿Qué era? —me preguntó enrollando los fideos con su tenedor, esta vez con su tono habitual.
Dude un momento en decirle la verdad. No parecía ser el momento, no, en realidad era el momento ideal. Intimo, privado, en confianza… Era perfecto.
Junte todo el valor con el que contaba en ese momento y mientras el tenedor de Veneciano viajaba hacia su boca hice mi primer intento.
—la verdad es que yo… yo quiero…
—humm —el bocado de pasta ya estaba dentro de su boca y masticaba tranquilamente pero me miraba con curiosidad.
¡Fuerza Oyabun! ¡Vamos tu eres el jefe España!
—Qui-quiero ser el, hay coño, ¡no! El… —solo lo tengo que decir, no es como si Veneciano me fuera a odiar si quiero estar con su gemelo.
Tome aire y la imagen mental de yo y Romano caminando de la mano fue suficiente para decirlo.
— ¡permíteme ser el novio de Romano!
…
—… —esto no está bien, no me dijo nada, ¿estará molesto?¿estará triste?
—… —tampoco soy capaz de romper el silencio, la atmosfera se llena de tensión y veo como uno de los puños de Veneciano se cierra con fuerza.
Un momento (procesando información, procesando, procesando).
Estamos los dos solos, en un totu, tokau, kuto, agh ¡lo que sea la mesa fluflu de Japón!, hay vino, dos platos de pasta, un momento “Intimo, privado y en confianza”, creo que se puso triste cuando le pregunte si le molestaba que romano estuviera tanto tiempo en mi casa, y ahora está peor por preguntarle si su hermoso y sexy gemelo podía ser mi novio, ¡OH NO!. ¡También se sonrojo con un comentario mío sobre su comida!
Eso solo significa algo:
¡LE GUSTO A VENECIANO!
(NA: España es un genio, ¿a qué no?)
Tengo que aclararlo rápido, es decir, Ita-chan es realmente lindo y dulce. Pero estoy enamorado de su gemelo y no hay nada que hacer.
—Spain-nii
Ahí estaba de nuevo esa voz que no parecía la de él, no me mostraba su rostro y sus puños seguían cerrados.
— ¿S-si?
—tu… ¿sabes quien fue Sacro Imperio Romano? —seguía de la misma forma que antes, enterró sus uñas en su palma con más fuerza.
Sacro Imperio… ¿no fue ese pequeño del que Prusia hablo la otra vez? Me dijo que cuando una nación desaparecía, su personificación también debería desaparecer, ya que Sacro Imperio y otros países e Imperios más antiguos que nosotros también morían o simplemente desaparecían. Otros, no lo hacían. Según Prusia él nunca desaparecería por su awesomidad. Como sea siempre que se emborrachaba terminaba hablando sobre aquel niño o cosas sin sentido. Lamentablemente, no puedo recordarlo todo, también estaba borracho.
No entiendo porque me lo pregunta Ita-chan, pero… Sera mejor no molestar al suegro. (si, EL SUEGRO)
—ehmmm… Era una antigua nación, ¿no?
—Sí, cuando trabajaba en la casa de Austria-san con Hungría lo conocí
—oh, ya veo…
¿será una amenaza? ¿algo como: el no me amo y por eso ya no está y ahora tu pasaras por lo mismo?
Jajajajajaja. No, Ita-chan nunca, ¡nunca! Pensaría algo como eso. Es imposible.
—Shin sen Roma estaba algo obsesionado con la idea de formar de nuevo el Imperio Romano, Roma jichan se hubiera reído mucho de la idea —relajo sus manos y pude oír una leve risilla, continuo hablando aun sin mirarme— el… siempre me pedía que formemos juntos el Imperio, me daba algo de miedo. Pero era un buen chico.
—…
—…al final logro convencerme de formar el imperio con el otra vez
—¡!
¿Habla en serio?
—El fue mi primer amor
¡¿HABLA ENSERIO?!
Nos sirvió vino a los dos, pero tomo todo lo que había en su copa de una sola vez y se volvió a servir.
—P-por qué no…
—Hicimos una promesa, cuando volviera de esa guerra formaríamos el imperio juntos…— recargo su frente en su mano izquierda, creo hablar de esto le afecta mucho—… pero nunca volvió
Eso es… Ita-chan…
—Ita-chan, ¿e-estas bien?
—Spain-nii, ¿recuerdas cuando descubrieron América?—evadió mi pregunta olímpicamente
—t-te refieres a… ¿mis bebes?
¿Qué? ¿Tienen algún problema? ¡Ellos eran MIS bebes!
Nunca olvidare la cara de Francia cuando el venia a presumirme de Canadá y yo estaba repleto de niños a mi alrededor.**
Italia por fin me miro, sonriendo con los ojos cerrados pero sus mejillas estaban algo húmedas.
—jeje, creo que si
—claro que lo recuerdo. ¡Los años siguientes fueron unos de mis favoritos!, bueno, hasta que se independizaron y…
—Romano se sentía solo
Y fue entonces cuando todo comenzaba a encajar.
Me miro con tristeza y melancolía, por alguna razón esa expresión le hacía ver más maduro. Nunca le había visto así.
—l-lo siento…
—no tienes porque disculparte conmigo, los dos éramos niños. Y lo entendí perfectamente porque yo también me sentía solo por no estar con Shin Sen Roma.
—…
—Spain-nii, ¿amas de verdad a mi fratello?
—yo…
—…
—yo… lo amo. Lo amo. Lo amo. ¡lo amo!
Ah, lo dije al fin todo.
Italia volvió a su expresión despreocupada y feliz de siempre.
—Ve~, ¿me prometes que lo cuidaras?
— ¡si!
—Ve~ ¿lo harás feliz?
— ¡Todos los días!
—Ve~¿lo protegerás?
— ¡de cualquier cosa o de cualquiera aunque no lo quiera!
—Ve~ ¿te aseguraras de que coma bien?
…
¡NO LE DEJE EL ALMUERZO LISTO!
—Eh, yo… seré una buena esposa
—jajajajaja
—jajajajaja
¿Me había aceptado?
¿Después de todo si tenía oportunidad?
—Spain-nii, ¡claro que puedes salir con mi Fratello! ¡Nada lo haría más feliz!
— ¡Gracias!
¡Genial! ¡Todo había salido de maravilla! Ahora solo quedaba correr a casa, romano se debe estar muriendo de hambre.
— ¡Brindemos!
— ¡Claro!
Bueno, supongo que me puedo quedar un poco más.
y… me pase de la hora.
—Lo siento Ita-chan, pero ya es tarde…
—no hay problema…
—En serio, gracias por todo
—waaaa, ¡pasta~!
—adiós
—ciaooooo….ooooh ¡espera!
—¿si?
—lo que hablamos sobre Shin sen roma… lo guardaras como un secreto, ¿no?
—Claro que si, no tienes de que preocuparte.
—Ve~, ten
Me entrego un papel que estaba escribiendo cuando le dije que me iba.
—¿Qué es?
—es el numero de il mio fratello, Ve~
—¡Gracias! Lo llamare ahora mismo
Me acompaño a la salida y vi ese hermoso cuadro de nuevo.
— ¡casi lo olvido!
— ¿Qué? Ve~
— ¿Quiénes son Feliciano y Lovino Vargas?
Mi pregunta pareció sorprenderle bastante porque abrió sus ojos como platos, ah, hoy ha sido un día raro, y ni siquiera ha terminado.