Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mío por olgap_k

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +



Los lentes de sol de Yunho estaban en la mesa, tentándolo, pidiéndole que los tomara y los guardara en su bolsa, hablándole, susurrándole palabras que el viento les llevaba: Si no puedes tenerlo a él, al menos guárdanos a nosotros. Y le pareció tan lógico que miró a su alrededor, para asegurarse que nadie más lo viera, tomó los lentes y los guardó en la mochila que se colgó en el hombro izquierdo.



Así empezó todo, su enamoramiento infantil por Yunho estaba fuera de control, dominándole el pensamiento el tiempo completo y haciéndole actuar innecesariamente estúpido frente al líder.

Su único consuelo era que, a pesar de no tenerlo para él, porque estaba hablando de Jung Yunho, líder de Dong Bang Shin Ki, idolatrado por casi toda Asia, guardaba pequeños recuerdos suyos... o más bien, los robaba.

Mientras todos estaban en constante movimiento, el caos siempre persiguiéndoles, haciéndoles casi perder la poca cordura que aún poseían, mientras memorizaban horarios, setlists y diálogos que tendrían que repetir cuando les entrevistaran, él se movía en silencio y estiraba la mano para hacerse de alguna nueva pertenencia del líder.

Así de fácil y sencillo.

Además, Yunho no iba a extrañar mucho ese reloj.



Yunho dio vueltas por todo el departamento, buscó bajo los sillones, en los cajones de la cocina, en el baño, en la alacena, en todos lados donde se le ocurrió buscar, se movió por toda la sala, se arrastró en el suelo, gateó y alzó la alfombra para mirar bajo ésta.

Estaba un poco desesperado, había perdido otro par de lentes de sol y no comprendía cómo era que se perdían dentro del mismo departamento.

Cuando estaban grabando o en alguna firma de autógrafos o evento para el club de fans, no le molestaba tanto, porque él era alguien bastante distraído y perder las cosas era más bien una costumbre suya, ¿quién era él para romper con esos hábitos? Pero dentro del departamento que compartía con los otros cuatro, le parecía bastante bizarro.

Estaba gateando de nuevo por la sala, mirando bajo los sillones, cuando unos pies se detuvieron frente a él, alzó la vista y observó a Jaejoong que lo miraba fijamente, preguntándose en qué momento su líder había perdido la razón.

—¿Qué haces, Yunho—yah?

El aludido se encogió de hombros y miró de nuevo bajo el sillón, aunque ya había mirado tres veces ahí.

—Perdí otro par de lentes —respondió finalmente, se dejó caer al suelo, ladeó el rostro y suspiró—, y ni siquiera los había usado.

Jaejoong se rió.

—¿Ya le preguntaste a los otros tres si no los tomaron prestados? —preguntó, estiró la pierna para poder llegar al sillón sin aplastar a Yunho.

Éste sacudió la cabeza, rodó en el suelo y miró a su mejor amigo.

—Junsu me vio buscándolos e incluso me ayudó, y Yoochun, cuando compré los lentes me dijo que eran horribles... no creo que los haya tomado —comentó.

Jaejoong le dio un leve empujón con el pie, y cosquilleó con sus dedos el costado de Yunho, lo que sólo hizo que el líder se girara un poco más, sin fijarse, y terminara golpeándose con una de las patas de la mesa de centro.

—Ve a preguntarle a Minnie, quizás él los vio y los llevó a tu habitación. Sabes lo ordenado que es y lo mucho que odia tu desorden.

El otro aún continuaba sobándose el costado, donde se había golpeado, mientras escuchaba a su amigo, movió la cabeza.

Quizás Jaejoong tenía razón, después de todo, además de distraído era bastante desorganizado, totalmente opuesto al más pequeño del grupo, y quizás éste en un arranque de frustración había tomado sus lentes y los había guardado.

—Gracias, Joongie —dijo, antes de levantarse de su sitio en el suelo, y dirigirse a la habitación de Changmin.



Ni siquiera tocó la puerta, sólo entró y lo primero que vio le sorprendió porque... ¿acaso esa sudadera que el menor estaba usando no era la misma que había extraviado hacía aproximadamente un mes? Y definitivamente los audífonos que estaba usando para escuchar música y bloqueaban el sonido del resto del mundo para Min, eran igual suyos, los había dado por perdidos después de una sesión de fotos.

Entrecerró los ojos, pero no hizo movimiento alguno, prefirió continuar observando.

Después se permitió una leve sonrisa y dio media vuelta, cerró sin hacer ruido la puerta. Había encontrado sus lentes, estaban sobre el buró junto a la cama de Changmin, al lado de la lámpara.



Changmin estaba desesperado, un poco frustrado, y con ganas de explotar contra sus compañeros, porque no encontraba el libro que había estado leyendo. Estaba seguro que antes de salir a cumplir, con el resto del grupo, sus actividades del día, había cerrado el libro y lo había dejado sobre su buró.

Se arrodilló en el suelo y después agachó la cabeza y miró bajo la cama.

No había nada.

—¿Se te perdió algo, Changminnie? —escuchó tras él y se levantó tan de golpe que se dio un golpe con la cama y volvió a dejarse caer, mientras sentía un enorme golpe formándose en su cabeza—. ¿Estás bien?

Maldiciendo su mala suerte, porque claro que era Yunho quien estaba ahí parado bajo el umbral de la puerta, luciendo curioso de verlo en el suelo, buscando algo.

Y Changmin no era estúpido, conocía a Yunho tan bien que sabía que éste conocía el paradero de su libro, y también era lo suficientemente inteligente como para suponer por qué lo había escondido.

Se ruborizó, pero controló lo más que pudo sus emociones y su cerebro envió la orden a su corazón para que dejara de latir tan aceleradamente, no necesitaba que su sangre se bombeara tan rápidamente.

—No, es sólo que... —se quitó rápidamente un anillo que estaba usando y lo sujetó entre dos dedos—, se me cayó un anillo.

Se lo mostró al líder con una amplia sonrisa.

Éste pareció un poco desilusionado por esa respuesta, pero no permitió que su desilusión se notara mucho y le regaló una amplia sonrisa.

Lo que pasó por la mente de Yunho en ese momento fue que los dos podían jugar ese juego.



Jaejoong ya estaba enterado, siendo el mejor amigo de Yunho era imposible no haberle sacado la verdad a Yunho después de verlo tan sonriente, mientras Changmin explotaba en la cocina, cuando su taza favorita no aparecía y le echaba la culpa al pobre inocente Junsu que estaba de pie en la cocina, luciendo confundido y aún un poco adormilado.

Yunho había salido en defensa de Junsu, y Changmin sospechando ya del líder, no se había contenido y le había lanzado una dura mirada.

—No sé qué es lo que planeas, Hyung —le había dicho, apretando los dientes, porque estaba así de enojado—, pero no es divertido.

Y Yunho le había regalado una media sonrisa.

—Tranquilo, Minnie —le sujetó de los hombros—, ya aparecerá, así como todas mis cosas que se han desaparecido como por arte de magia.

Y la risa nada discreta de Jaejoong del otro lado del departamento, hicieron que Changmin le lanzara la fruta que Junsu había estado sujetando, y que velozmente el menor le había arrebatado. Tenía muy buena puntería, y dio de lleno en la frente de Jaejoong.

La manzana cayó al suelo y rodó, y Junsu, aún confundido, tomó una nueva manzana del frutero y regresó a la mesa, a terminar su desayuno.



El siguiente movimiento fue por parte de Changmin, Yunho abrió los ojos ese día y se estiró en la cama, rodó sobre ésta y permitió que la poca luz que se filtraba por la ventana, le golpeara el rostro. Miró el reloj, eran las siete de la mañana, volvió a girarse, se desenredó de sus cobijas, buscó sus pantuflas y se alejó de la cama.

Fue al baño a lavarse la cara, cepillarse los dientes y ponerse un poco más presentable.

Cuando regresó, no vio a su peluche de Bambi y supo que Changmin había atacado de nuevo.

Se permitió una enorme sonrisa, estaba disfrutando mucho de este juego.

Pero quizás era hora de ponerle final, y preguntarle a Changmin cuál había sido el propósito de todo esto, porque conocía muy bien al maknae, y seguramente tenía una razón para haber estado escondiendo todas sus posesiones.



Entró a la habitación que Changmin compartía con Yoochun, éste había salido con Junsu y Jaejoong, así que solamente estaban él y el menor en el departamento, y eso le daba tiempo suficiente para obtener las respuestas a aquellas preguntas que llevaban días danzando en su cabeza, sin darle tiempo a pensar en nada más.

El menor estaba durmiendo, usando la sudadera de Yunho y abrazando a Bambi contra su pecho, luciendo aún más pequeño de lo que era y bastante más hermoso, con su piel pálida iluminada por la luz del sol que entraba por la ventana abierta.

La venganza de Yoochun por la vez en que le tocó a él la explosión del menor, cuando su cuaderno con sus tareas se había extraviado... Y después del regaño que recibió el menor por su manager, y el posterior que recibió él por parte de Jaejoong, del mismo modo en que el cuaderno había parecido evaporarse de la mochila de Changmin, volvió a materializarse ahí, cuando el menor estaba bañándose, y él pudo volverlo a meter.

La única persona que le vio fue Jaejoong, pero como él ya sabía, no hizo más que lanzarle una mirada dura.

Se sentó en el suelo y sacudió levemente al menor, de los hombros, hasta que éste abrió los ojos, vio quien estaba a su lado y se envolvió más en su manta, queriendo esconder la ropa que estaba vistiendo y el peluche que estaba abrazando.

Yunho le regaló un gesto tranquilo, relajado, porque no estaba molesto, realmente sólo estaba bastante curioso, lo suficiente como para haberse prestado a un juego bastante infantil y llegar al punto de esconderle las cosas al menor.

—¿Por qué lo hiciste, Minnie? —preguntó, su voz apenas un susurro, suave y reconfortante.

El menor salió de su refugio de tela, se frotó los ojos y estiró la mano, regresándole a Yunho su Bambi.

Sin mirarle a los ojos, empezó a jugar con los bordes de la sábana y suspiró.

—Quería tener algo tuyo —confesó y estaba sonrojándose, pero su tono de voz jamás se alteró o demostró su nerviosismo—, ya que no podía tenerte a ti.

Y Yunho se sintió muy halagado por eso, porque era Shim Changmin.

Inteligente, complicado, hermoso y con un talento que lo superaba y aún así el continuaba siendo una persona un poco tímida, a pesar de lo sarcástico y cruel que pudiera llegar a ser con ellos en ciertas ocasiones, era alguien tan único.

—Hagamos un trato —empezó el líder y Changmin le miró de reojo, a través de sus largas pestañas.

—¿Qué tipo de trato, Hyung?

Yunho le regresó a Bambi y le dio también una enorme sonrisa.

—Tú me regresas mis cosas poco a poco, y yo te doy las tuyas... y a mí.

Changmin se sonrojó de forma intensa, sentía el rostro caliente, y para evitar cualquier momento incómodo, lanzó a Bambi contra el rostro sonriente de su dueño y arrugó la nariz.

—Pero no seas tan cursi, Hyung.

Y Yunho se rió, porque no iba a cambiar a Changmin, y a decir verdad, no tenía intención alguna de hacerlo.

Le sujetó la mano, suavemente, y volvió a sonreírle.

El menor le miró, puso los ojos en blanco y apartó la mirada.

Al final, Jung Yunho, iba a ser suyo.

-fin-

 


Notas finales:

Algo ligero, que quise hacer algo gracioso, pero no creo que haya funcionado por completo, jajaja. Bueno, como sea, disfrútenlo aunque sea un poco. Y sí, más HoMin a la vista, es que son tan adorables y los amo tanto :)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).