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Un asistente para el Hokage por RiSaNa_Ho

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Notas del capitulo:

Disclaimer: Los personajes son de Kishimoto, sólo la historia me pertenece :D

Un asistente para el Hokage

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Risana Ho

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…oooO*Oooo…

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El Séptimo Hokage jaló sus cabellos rubios en un nulo intento por sacar parte de su frustración. Ver la enorme cantidad de papeles en su escritorio lo desesperaba a cada segundo. ¡¿Cuándo pensó que convertirse en Hokage sería lo mejor del mundo?! De haber sabido que todo se resumía a estar sentado por horas tras el escritorio, encerrado en la oficina leyendo y firmando papales, seguramente lo hubiese pensado dos veces antes de aceptar el cargo.

Naruto siempre imaginó que sería emocionante representar al líder de la aldea; sentir el respeto de las personas y la admiración de las demás naciones. Sin embargo, nadie le mencionó las letras pequeñas del contrato dónde mencionaba que debía permanecer en "calidad de bulto" sentado casi todo el día en ese incómodo sillón, aburriéndose y asignando misiones sosas a sus subordinados. No renegaba su actual estado de calma y paz, pero a veces un poco de acción no le caía mal a nadie. Sobre todo a un ninja hiperactivo como él.

—Shikamaru, ¿por qué soy tan desgraciado?

Su consejero alzó una ceja, al mismo tiempo que depositaba una nueva pila de papeles en el escritorio. Tampoco estaba muy a gusto con la situación, aunque le parecía menos problemático que salir a misiones fuera de la villa.

—Podría contestarte, pero sería muy problemático.

Él frunció el ceño.

—¿En dónde está la emoción de ser Hokage? ¡Lo único que haces es esperar a que tu trasero quede más plano que el pecho de Sakura-chan!

Nara negó ligeramente. Si Haruno lo oyera, seguramente estrenarían Hokage más pronto de lo previsto.

—No exageres, Naruto. Sakura podría escucharte.

Ante la mención de la chica de cabellos rosas, volteó a todos lados, como si fuera a entrar en cualquier momento. Agradecía que ella estuviera en el hospital a esa hora.

—Si tanto te quejas del trabajo, ¿por qué no consigues otro ayudante?

—¿Otro ayudante?

—Sí, mientras yo hago mi parte puedes buscar a otra persona de confianza, así como Shizune era el apoyo de Tsunade.

Naruto lo meditó. Al principio pensó que Sakura podría encargarse de dicho puesto, pero ella prefirió seguir aprendiendo ninjutsu médico y trabajar en el hospital. La propuesta de Shikamaru no parecía mala idea.

—Puedes poner un anuncio por toda la aldea, pides su currículum y…

—¡No le voy a pedir el "currículum" a nadie! —respondió con la cara roja. No podía creer que su amigo sugiriera semejante cosa, nunca se valdría de su puesto para realizar semejantes actos obscenos.

Shikamaru rodó los ojos, tratando por todos los medios no dar media vuelta e irse a su casa, muy lejos de su jefe.

—Eres un pervertido y mal pensado. Un currículum es un documento donde puedes saber los datos de la experiencia profesional de una persona. Sus anteriores trabajos y sus puntos fuertes.

—¡Ah! Eso cambia todo —rió apenado, rascándose la nuca—. ¡Entonces hay que hacer la solicitud de inmediato-ttebayo!

Entre más rápido consiguiera un asistente, más rápido desaparecería ese montón de papeles que le hacían dudar de su actual puesto.

A su corta edad de veintidós años, Sasuke Uchiha nunca pensó encontrarse en semejante situación. Aparte de estar comiendo ramen –cosa que muy a su pesar, comenzaba a tolerar–, estar sentando a lado de tan desagradable persona le hacía preguntarse si su mala cara aún funcionaba. Y al contrario de él, Sai sonría más.

—¿Qué haces aquí, copia barata?

—Comiendo contigo, se supone que los compañeros promueven este tipo de cosas.

Uchiha bufó antes de volver a comer sus fideos. Ni siquiera le apetecía discutir con él. Más tarde le cobraría a Naruto por haberlos puesto en el mismo equipo ANBU. Por muy Hokage que fuera, seguían viviendo en la misma casa, y compartiendo una relación superior de "simples" amigos. Después de su regreso, y estando en un periodo inhabilitado para ser ninja, pagó su condena. Tres años le costó convencerlos sobre su "rehabilitación" y dos para formar parte del ANBU, convirtiéndose en guardia personal del Séptimo. Eran tantos recuerdos…

Regresó a la realidad al percatarse de una pequeña hoja de papel con el símbolo del Hokage, ésta permanecía pegada en la pared del local. Frunció el ceño al leerla. ¿Desde cuándo Naruto buscaba ayudante? ¿Por qué no lo consultó con él?

—¿Quién estaría tan loco para ser el asistente del idiota? —habló en voz alta, ignorando que Sai seguía ahí.

—Tienes razón, Sasuke-kun —respondió Sai leyendo el mismo papel—. ¿Quién querría estar con Naruto-kun, a solas, compartiendo su espacio personal el día completo?

Sasuke alzó una ceja. ¿Qué insinuaba? Sai pareció leer sus pensamientos y continuó.

—¿Sabías que un alto porcentaje de enamoramientos surge en el ambiente laboral? —sonrió—. También leí en un libro que las infidelidades son muy constantes en una oficina pequeña, sólo con el jefe y el subordinado. Las relaciones prohibidas son bastante excitan-

Instintivamente, Sai calló al ver el sharingan de Sasuke. Uchiha lo ignoró, posando sus ojos rojos en el anuncio. ¿Un asistente? Eso tendría que verlo.

—¡UCHIHA IDIOTA!

El apellido acompañado del insulto, en voz molesta, fue lo último que escuchó una voluptuosa mujer castaña que salió del despacho del Hokage. Aun con su ropa más provocativa, minifalda y gran escote, dudaba haberse quedado con el cargo de asistente. Advertir el sharingan a través de los huecos de la máscara ANBU del capitán Uchiha la dejó helada. Lástima, le hubiese encantando compartir su área de trabajo con semejante hombre atractivo. Suspiró resignada antes de desaparecer por el pasillo.

Dentro de la habitación, Naruto quiso estampar su cabeza contra la madera del escritorio. O mejor aún, estampar la de Sasuke.

—Si no dejas de ahuyentar a todos, bastardo… ¡¿Cómo voy a conseguir un maldito ayudante?!

Uchiha encogió los hombros, ignorando la pregunta.

—Ninguno parece confiable.

«Menos esa última exhibicionista», pensó. Todos los candidatos, a sus ojos, iban con dobles intenciones. Naruto era muy despistado e ingenuo para notarlo.

—¿Y según tú, quién es confiable?

—Ninguno —repitió.

Respiró profundo.

—No lo quiero para casarme, solo necesito ayuda para este endemoniado papeleo.

Naruto intentó no darse más topes en su escritorio. ¿En qué momento pensó que Sasuke sería de ayuda? Debió sospecharlo desde que, convenientemente, apareció en su despacho para ver las entrevistas. Gracias al anuncio de Shikamaru fue un éxito la convocatoria. Muchas personas de la aldea asistieron. Y uno que otro extranjero, que por obvias cuestiones políticas quedaron descartados. Pasó un día seleccionando a los mejores candidatos y candidatas, sólo quedando con una lista de diez personas, a las cuales les mandó una notificación. Entre ellas apareció Neji en nombre de la familia Hyuuga. Convertirse en ayudante del Hokage demostraba varios meritos para dicho Clan, su primera opción fue Hinata, pero la pobre mujer no dejaba de tartamudear frente a él. Otros candidatos fueron Shino y la hermana de Kiba, Hana. También la anterior chica voluptuosa, a la que Uchiha ni siquiera dejó dar su nombre y otra persona que seguía afuera.

¡Pero jamás imaginó que Sasuke fuera tan celoso! Según no desconfiaba de él, sino del resto de las personas. Para el capitán todos tenían dobles intenciones.

—Quiero irme a casa —susurró, parándose frente a la ventana. El cielo ya estaba oscuro.

Sasuke lo miró, quitándose su inseparable máscara de halcón, y se colocó tras él, abrazándolo por la espalda. A Naruto no le sorprendió la presión de aquellos brazos, dio la media vuelta quedando frente a frente. Al menos por ese día tan cansado merecía una recompensa. Sonrió. Sasuke eliminó la distancia y unió sus labios. Degustó el dulce sabor, iniciando en un suave toque, aumentando la intensidad un segundo después. Tan solo de imaginar que esos labios carnosos fueran probados por otros ajenos, hacía que la sangre de Sasuke Uchiha hirviera. Pasó de su boca, recorriendo el cuello y marcando la piel canela con varios sellos de propiedad.

Naruto levantó uno de los brazos pasándolo por su nuca, atrayéndolo de manera posesiva, acariciando los cabellos negros. Con el otro brazo aprovechó a bajarlo a la cintilla del pantalón del ANBU. Sasuke quitó la capa de Hokage hasta los hombros, estuvo a punto de ir por el chaleco verde y seguir su camino de besos del cuello al pecho, pero sus acciones se vieron irrumpidas al escuchar unos toques en la puerta.

Como despertando de un trance, Naruto empujó al capitán. ¡Había olvidado que faltaba una persona por pasar! Acomodó su chaleco y capa, procurando recuperar la respiración. Peinó sus cabellos revueltos con los dedos mientras ocupaba su lugar tras el escritorio, enviándole una mirada de advertencia a Sasuke. Él puso los ojos en blanco antes de colocarse la máscara ANBU, y se paró al lado derecho del sillón del Hokage como su fiel guardaespaldas.

—Adelante.

—Buenas noches, Hokage, Capitán Uchiha.

Las maldiciones de Sasuke fueron interrumpidas por la voz suave. Las ganas de tortúrala con el Tsukuyomi también quedaron frenadas al descubrir a la persona que entró. Por primera vez en el día sonrió bajo la máscara.

—Buenas noches, mmm… —Uzumaki leyó el nombre de la última persona—. Abuela Kano Fujumi.

Y ese "abuela" sonó como música para los oídos de Sasuke.

Podría considerarse un completo celoso reprimido, pero si el puesto de asistente del Hokage pertenecía a la señora Kano –de cincuenta y un años de edad–, tal vez daría su brazo a torcer. Qué mejor que una dulce viejecita "mata pasiones" para estar al lado de su idiota.

Sonrió satisfecho. Ahora podían ir a casa y terminar lo inconcluso.

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…oooO*Oooo…

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Notas finales:

Algo bonito para este par de tontos <3

Gracias x leer (°~°)/

 

 


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