Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Hedoro por Nishimura

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡¿¡¿¡¿Donde están los fanfic de AoixUruha o UruhaxAoi?!?!?!

He visto muy pocos, ¡así que hice uno yo! jajaj, pero bueno como su nombre lo dice el fanfic está basado en la canción Hedoro del DIVISION, pero no en el significado de la letra (porque no la encontré en español), sino en lo que me transmitió al escucharla, ¡espero que les guste!

Era un verano como cualquier otro, veía gente extraña que andaba de turista por las calles de mi ciudad natal, pero dejando eso de lado todo lo demás era normal, monotonía era lo que se respiraba aquí.

Usé el freno de mano de mi bicicleta y bajé de ella, la luz verde acababa de cambiar a roja y solo me quedaba cruzar la calle para llegar mi destino, todo era normal, hasta que de repente veo como una cabellera pasa rápidamente por mi lado y mi bicicleta fue arrebatada de mis manos, aquel chico que se montaba en ella y comenzaba a colarse entre los autos, tan solo me grito a su pasar:

 

-          ¡Solo la ocuparé unos metros!

 

¿Es que esto de verdad podía estar pasando? Quise emprender carrera tras él, pero los autos que rápidamente pasaban por la calle me acobardaron, unos tipos aparecieron tras él y lo siguieron pero por la acera, así que yo los seguí a ellos, corrimos, corrimos y corrimos, aunque fui yo el primero en quedarme atrás, pues fue imposible alcanzarlo, ya que en una de las tantas curvas se nos perdió de vista, no solo a mí, sino a sus captores también o eso creo.

 Miro a mi alrededor, ahora el problema era otro, ¿En dónde diablos me encontraba?, por más que mirara a mis alrededores no podía reconocer ningún lugar familiar y peor aun a donde caminara se veía peligroso, comencé a retroceder, después de todo por ahí venía, aunque no me extrañaría que muchas veces hubiese estado corriendo en círculos, ese chico sí que había logrado desorientarme, por lo menos espero que a esos tipos también y que de algo hubiese servido el robo de mi bicicleta y que ahora yo me encontrase perdido.

Caminé y caminé por unos minutos, pero al parecer había escogido un camino equivocado, las calles cada vez más estrechas dejaban entrever a gente que me asustaba, hasta que lo que no podía faltar, un enorme tipo sudado, gordo y con sonrisa fanfarrona empezó a molestarme. “No lo mires Shima, camina más rápido”, me repetía mentalmente mientras aceleraba el paso, pero aquel sujeto cada vez más insistente ya se encontraba más cerca de mí, el miedo se incrementaba más si es que era posible.

 

-          ¿Hey no quieres subir?

 

Vi a aquel chico que había robado mi bicicleta aun montado en ella, corrí hacia él y me senté en el asiento, no sabía cómo andaríamos los dos, pero solo lo oí decirme:

 

-          Levanta los pies y sujétate fuerte

 

Me aferré a su cintura y encogí mis piernas, a lo que volvió a emprender carrera, dejando a aquel tipo atrás que si bien hizo el esfuerzo por alcanzarnos no pudo, debo de reconocer que con peso extra o sin él, este chico era muy veloz. Llegamos a la ladera de un cerro, no había nada ni nadie, solo árboles, vegetación y un pequeño riachuelo.

 

-          ¡Hey! –llamé su atención una vez nos bajamos- ¿Por qué me trajiste aquí? Lo único que me faltaría es que quisieras abusar de mí.

 

-          No estaría mal –me respondió con una sonrisa ladina- o ¿prefieres a ese viejo seboso?

 

-          Ni lo intentes –le respondí con los nervios ya de punta, a lo que él solo rió-

 

-          No pretendo hacerte nada, no es ese mi estilo –me respondió acercándose al riachuelo para refrescar su rostro y guardar agua en una botella deportiva que traía- Fue una buena carrera

 

-          ¿Por qué te seguían esos tipos? –pregunté por curiosidad, por una extraña razón le hablaba como si lo conociera de toda la vida-

 

-          Porque tengo algo muy valioso para ellos

 

-          ¿Qué cosa?

 

-          Creo que eres muy curioso, niñito

 

-          No soy niñito, soy…

 

-          Uruha –me interrumpió-

 

-          Yo no me llamo así –repliqué-

 

-          Ya lo sé, pero creo que te convendría más que no lo supiera

 

-          Y tú ¿Quién eres?

 

-          Aoi

 

-          Bien Aoi, entonces dime que les robaste a esos tipos que te estaban persiguiendo –lo seguí interrogando, no había olvidado el asunto- creo que merezco saberlo, por todas las molestias que me has causado.

 

-          Bueno te lo diré -De uno de sus bolsillos sacó un pequeño saquito y de él una piedra preciosa- Es un diamante, te lo presento.

 

-          ¿Puedo tocarlo? –Le pregunté sorprendido ante aquello, a lo sin más me lo pasó, realmente nunca había visto uno en mi vida-

 

-          Quédatelo, por todas las molestias que te causé.

 

-          Pero no te daré mi bicicleta –ambos ante ese comentario reímos, era obvio que con ese diamante podría comprarme muchas-

 

-          Puedes cambiarlo donde quieras, son de contrabando por lo que formalmente no lo reclamarán.

 

 

 

 

 

 

 

Desde ese día seguí frecuentando a Aoi, al punto en que no quise separarme más de él, siguiéndolo a donde él iba, abandonando todo lo poco que había construido, para andar de cuidad en cuidad buscando tesoros, aquellos diamantes que había obtenido eran para financiar un viaje más ambicioso en busca de un tesoro para aumentar su propia colección.

 

-          ¡Corre, corre, corre mi amor! –me decía una vez más, como ya era acostumbre en cada uno de nuestros asaltos-

 

La adrenalina recorría mis venas, había perdido de vista a Aoi, pero debía de seguir corriendo, ya que mis captores aun estaban tras de mí, corrí, corrí y corrí, hasta que me encontré con una gran avenida llena de vehículos en marcha, por primera vez en todos los años que llevo a su lado me lancé contra el transito y corrí entre los autos, mis captores no pudieron alcanzarme, ya que autos perdían el control tras de mí, dejando un caos a mi pasar, pero tenía un problema, no sabía cómo salir entre todas esas ondas de velocidad que estaban a mi alrededor, hasta que vi como el caos también se formaba en la dirección hacía donde corría, no podía detenerme, por lo que solo seguí con la adrenalina a flor de piel, hasta que vi como una silueta salía de entre las llamas que se habían formado, era Aoi, el que al verme junto con la estatuilla que habíamos robado en las manos sonrió, una vez nos juntamos tomó mi mano libre y me hizo cambiar perpendicularmente de dirección, con una fuerza sobrehumana me hizo saltar y alcanzar una altura lo suficiente como para subir al capó de un auto, dar unos pasos sobre él y saltar sobre otro, hasta salir de la calle, escapando del peligro de ser estrellados o de las llamas.

Ya en un callejón, pudimos recobrar el aliento, me ofreció un poco de agua de la cual bebí, realmente estaba sediento y le entregué la estatuilla de una deidad muy conocida en la región, tesoro nacional que ahora estaba en nuestro poder.

 

-          Toma

 

-          Es tuya –me sonrió-

 

-          ¿Qué? –él siempre era muy celoso con sus piezas de colección y que después de tanto tiempo me estuviera dando una, era como para no creerlo-

 

-          ¿No es esa la que estabas viendo el otro día?

 

-          Sí, pero…

 

-          ¿Realmente estarías toda tu vida a mi lado solo por la adrenalina que se siente en este oficio?, haz tardado mucho en comenzar tu propia colección y quiero que esta sea tu primera pieza

 

-          ¿Y qué pasa si luego quiero tus piezas? –pregunté alzando una ceja y cruzando mis brazos, desafiándolo-

 

-          Puedes robármelas todas, pero hay una que nunca podrás obtener y esa es la que más me gusta

 

-          ¿A sí? ¿Cuál es? –pregunté con curiosidad-

 

-          Mi tesoro más preciado es uno que me encontré hace cinco años, al cual le robé su bicicleta

 

-          ¿Ya han pasado cinco años?

 

-          Sí

 

-          Me gusta –lo miré con una sonrisa y nos besamos, con la misma pasión de la primera vez, pero nos vimos interrumpidos por un: “Ahí están”-

 

-          Corre, corre, corre mi amor –me dijo riéndose y jalándome de la mano para comenzar a correr-

 

Como unos nómades viajábamos de cuidad en cuidad, perseguidos ya sea por la policía, por los yakuzas o algún particular, dándole adrenalina a nuestras vidas. Pero muchos se preguntarán si esto ¿es suficiente?, la respuesta es sí, pues solo necesitábamos de una cosa y hoy me di cuenta de eso, solo nos teníamos y necesitábamos el uno al otro, solo necesitábamos a nuestro tesoro más preciado.

 

“Corre, corre, corre mi amor” como amaba esa frase.

 

 

 

FIN.

Notas finales:

¿Les gustó? ¿Me dejarán su opinión?

En la parte de la canción en que dice "tarataratara" me da la sensación como de correr, por eso que puse la frase corre, corre, corre mi amor, porque me transmitió eso, ideas locas mías.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).