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De padres, acosadores, y repentinos rivales. por Natsu27

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Todos los personajes le pertenecen a Masashi Kishimoto-sama :D

Y este pequeño omake a la historia Congelado en el Tiempo.

Dedicado a Himitsu-chan que ganó el segundo lugar del concurso :D!!

Notas del capitulo:

Hola soy Natsu :D! Y hoy Lunes 08/10/12 les traigo el premio del segundo lugar de la trivia que realicé semana atrás :3

La ganadora fue Himitsu-chan, así que espero responda alguna de las preguntas que me hizo, que serían:

Sobre lo que quisiera saber es, bueno… son muchas cosas que no me decido, pero si se puede saber: ¿Cómo así decidieron cerrar la tienda del Ramen? ¿Qué paso con el dueño y su hija? ,¿Quien crio a Naruhiko?, ¿Y cómo se junto con los padres que le toco tener?,  ¿Y cómo es que empezó la rivalidad del hijo de Gaara y Naruhiko? Bueno cuídate y espero me puedas responder una de estas preguntas…

Y bueno después de leer el fic sabran que las preguntas que estan en negrita son las que intente responder. Como era solo responder una pregunta en un corto omake no sé cómo termino tan largo. Pero me gustó escribirlo, asi que espero les guste, especialment a tí Hi-chan :3!!

Sobre el fic, todos los que han leido Congelado en el Tiempo lo entenderan :D Y los que no, qué esperan y leanlo XD! jaja, bueno, creo que aún así es entendible :3

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“Congelado en el Tiempo-¡Especial!-*”

Omake: De padres, acosadores, y repentinos rivales.

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Desde que Iruka decidió hace ya más de cinco años comenzar una relación formal con  su actual pareja Kakashi, muchas cosas habían pasado. ¿Qué cosas?, se preguntaran. Pues, ahora vivía en un nuevo departamento, mucho más  grande y hogareño que el anterior, con un vecindario tranquilo y que estaba rodeado de familias y se podía escuchar las risas de los niños resonar de un lado a otro, especialmente en el parque que estaba solo a una cuadra de su hogar. Además que su nueva vivienda quedaba cerca a su trabajo como profesor en el instituto. Otra de las cosas es que Kakashi ahora era su novio con titulo y todo –porque el hecho de que cada salida que daban apareciera en primera plana en el periódico de chismes más visto en Konoha, ciertamente no ayudaba a mantener un perfil bajo- además de que a Iruka siempre le han gustado las formalidades y seguir los procedimientos de la vieja escuela- No es que fuera a obligar a Kakashi a ir donde su padre (que no tiene) y hacerlo pedir el derecho de cortejar a su hijo. ¡No señor! Eso solo se hacía para la pedida de mano.

Bueno, dejando eso de lado –porque ciertamente aún no estaba listo para el matrimonio, si aún ni vivían juntos por las siete razones que Iruka había colgado sabiamente en la puerta dentro de su habitación, con el titulo grande y en negrita: “Las siete razones por las que Hatake Kakashi no puede vivir en esta casa” Y siendo la número uno resaltada ávidamente y en letras mayúsculas EL BIENESTAR DE MI TRASERO. Sí, luego tenía que acordarse de sacar eso antes de que Naru tuviera la edad suficiente para leer o la altura para alcanzar dicho cartel- Naru, ¿quién era Naru? Pues Naruhiko U. Como siempre puso cada vez que tenía que firmar algún documento por el menor. Y sí eso era el asunto número uno que había cambiado su vida en estos largos cinco- o más- años.

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Iruka recordaba perfectamente el día que después de nueve meses de su desaparición, Gaara llegó  y el caos se desató. Gaara se encargó de descubrir la verdad sobre la desaparición de Naruto Uzumaki, y la aldea de Konoha no fue la misma. Menos aún con el nacimiento de un pequeño en el ojo del huracán; y el cual parecía ser la mira del odio de la mayoría de aldeanos. Un recién nacido que nada había hecho para ganarse ese odio, pero que a pesar de todo, ya tenía miles de enemigos; y que seguramente él mismo hubiera visto con mala cara. Pero esta ya es una historia conocida. ¿Un recién nacido bajo la sombra de un mal y que pese a su inocencia se ganó el desprecio de la aldea? No podía ser más claro para Umino Iruka, y quizá fue ese extraño parecido a ese ser que tanto apreciaba lo que hizo que lo tomara en sus brazos ese día en el hospital.

Recordaba bien ese día porque el hospital, una hora después de que él saliera, ardió en llamas y la explosión que engulló todo, se llevó a sesenta y seis vidas. Muchos de ellos niños y mujeres. Un día trágico. Pero esa es una historia que no merece ser recordada en esta historia. Porque ese día debe ser recordado como el día que escuchó llorar fuertemente a un niño que había sido abandonado en la cama de un hospital, y ninguna de las enfermeras se dignaba a siquiera darle una ojeada. No supo qué fue lo que lo llevó a esa habitación, y solo en el momento que estaba ahí parado en la puerta escuchando el llanto de un bebe hambriento, fue que se dio cuenta de lo que hacía y estaba dispuesto a dar media vuelta. Pero no lo hizo. Sus piernas avanzaron solas y se paró junto a la cama mirando atentamente cómo el recién nacido aún tenía rastros de sangre en sus mejillas -que al parecer no limpiaron bien- y una ligera manta azul cubriendo la mitad de su cuerpo. Frunció el ceño por el estado en que lo habían dejado, y tenía el presentimiento que su madre fue la primera en salir de ese lugar a penas tuvo la oportunidad. Tsunade-sama no hubiera permitido que algo así pasara… Al menos no si estuviera en sus cinco sentidos. Desde hace ya varios meses que no se atrevía a poner un pie en el hospital y solo mandaba a Shizune, y ahora sabía el porqué.

Dejando de apretar sus puños con fuerza acercó sus manos al pequeño y frágil bulto que era la representación de la inocencia ensuciada por el vil pecado del hombre. Lentamente alzó al diminuto ser que parecía aún más pequeño sobre sus brazos. Y lo miró con lastima y culpa. Había sido abandonado, no solo por sus padres, sino por toda la aldea. Al menos Naruto tuvo al tercer Hokage ayudándolo, este pequeño no tenía nada. Y fue en ese momento que lo decidió.

Envolvió mejor al pequeño dándose cuenta de lo fría que estaba su piel, y lo abrazó a su cuerpo para darle calor; y sorprendentemente este niño calló su llanto mientras abría y cerraba sus manitos al ser abrazado de esa forma protectora. Y, ¡Dios! ¡¿Cómo alguien puede abandonar a un bebe recién nacido?! Teniendo cuidado, abrazó mucho más al bebe y se dirigió a la salida. Si había sido abandonado eso significaba que nadie lo había inscrito como ciudadano de Konoha, y de eso él se encargaría.

Caminó con rapidez y molestia por los pasillos, mirando a todos los que pasaban condenándolos de culpables por hacerle algo así a un bebé. Llegó a la recepción de maternidad y habló, fuerte y claro.

-Vengo a registrar a este niño- la mujer frente a él lo miró arqueando una de sus cejas incrédula por lo que pasaba frente a sus ojos.

-¿Iruka-san? - preguntó obviamente confundida por el bebe que tenía en brazos.

-He dicho que quiero registrarlo, así que comience con el acta de nacimiento por favor- exigió lo más cordial que pudo. La mujer seguía confundida y algo nerviosa por el tono usado. Tildándolo de loco en su cabeza, procedió a sacar una nueva inscripción, y a mirarlo con resignación. Rogando que no se haya robado al niño de alguna sala de partos.

-¿Fecha de Nacimiento? - el hombre rodó los ojos con desesperación.

-Hoy- la mujer notó la irritación pero solo se dedicó a escribir la fecha de ese día.

-¿Los padres? Necesito sus nombres y sus firmas- dijo después de haber demorado unos minutos llenando otras secciones necesarias para la veracidad de la inscripción. Ante la pregunta el castaño se quedó helado. ¿Los padres? ¿Qué podría decirles? ¿Qué el padre está en una misión al igual que su madre? No, eso no serviría, ¡se supone que nació hoy! ¡¿Cómo hubiera nacido sin la madre presente?! ¡Rayos Iruka piensa en algo lógico! - ¿Iruka-san? - volvió  preguntar la señorita mientras comenzaba a pensar que quizá lo ideal era llamar a seguridad. Pero se quedó calladita al ver la mirada fría y seria en el castaño.

-No están presentes. Pero escriba los nombres, se los dicto- dijo para incredulidad de la mujer. Esta solo suspiró y asintió, preparó su lapicero y espero las palabras del hombre- Padre, Uchiha Sasuke. Madre, Haruno Sakura- la molestia en la voz del hombre no podía ser más grande, pero creció al darse cuenta que la mujer no había escrito nada en el papel y solo se quedó observándolo como si estuviera cometiendo traición- ¿Escuchó? Pues escriba- exigió. Sin darse cuenta que tras decir el par de nombres muchos habían girado a mirarlo con extrañeza.

-Iruka-san ¿está seguro de lo que esta diciendo? - su voz sonaba amenazante y peligrosa, al igual que las miradas de todos a su alrededor.

-Seguro. Así que solo dígnese a escribir… por favor- agregó lo último con molestia pero no le quedaba de otra. Después de todo no podía causar más revuelo y ser obligado a irse del lugar por irrespeto al personal.

-Como desee- dijo con claro disgusto. Escribió los nombres como si en lugar de un lapicre fuera una filosa cuchilla sobre el cuerpo de su eterno enemigo o asesino de sus padres- Nombre del niño- dijo la mujer sin mirar al sujeto y muy impaciente por terminar ese horroroso castigo para ella. ¡Seguro que ahora la vetaban de por vida de todas las reuniones! Iruka se quedó pensando y sonrió con algo de malicia rebosante en la comisura de sus labios.

-Naruhiko- dijo simple y claro, para luego poner una sonrisa victoriosa.

-Naru… hiko- la mujer lo miró nuevamente como si fuera uno de los más crueles asesinos en serie. Y a él no le importó.

-Exactamente, así que por favor. Escríbalo bien, y claro, este niño es Naruhiko Uchiha. Y desde ahora seré su tutor- dijo con firmeza y confianza mientras dejaba a la mujer sin palabras. Esta solo volvió su mirada al documento y siguió haciendo los arreglos pertinentes.

-Firme aquí- dijo después de terminar con todo lo necesario y dejar el bolígrafo para que este firmara. Vio el acta y lo revisó completamente. Todo estaba en orden. Se detuvo en una sección del documento y tragó duro, ¿en serio estaba haciendo eso? Leyó nuevamente lo que estaba por firmar. Y fue el ligero movimiento del pequeño que sostenía en su brazo izquierdo que hizo que no dudara más. Firmaría ese documento que lo nombraba legalmente como el padre de ese niño.

Salió del lugar con Naruhiko entre sus brazos y le sonrió mirándolo con ternura.

-Ne Naru, ¿tienes hambre? - el niño no podía responder, pero muy bien sabía que la respuesta era un sí. Y le sorprendía el hecho de que pese a que seguro no había sido alimentado desde que nació, ahora que lo tenía entre sus brazos no lloraba como hace momentos estaba haciendo-¿ será el famoso orgullo Uchiha? - dijo con diversión sin querer pensar en los que llevaron ese apellido y solo ver con diversión a su nuevo ¨hijo¨- Sea lo que sea, es mejor que busquemos cómo es que un hombre que no sabe nada de la crianza de un bebe se las arregla para criarte- hablaba al niño mientras caminaba hacia su departamento- ¿Estás preparado para eso Naru? - preguntó sonriente, pese al miedo que crecía en su interior. Ahora tenía una gran responsabilidad entre sus brazos.

Fue mucho después cuando logró encontrar en una farmacia lo que los bebes comían gracias a una amable señora que no tenía idea de a quién ayudaba por su falta de visión. Y después de llevar lo necesario a su apartamento y preparar el biberón, esperó a que eso fuera lo suficiente. Midió la temperatura del agua y levantó nuevamente al bebé entre sus brazos, que había dejado en su cama sumamente protegido por almohadas y sillas alrededor.

-Bien, es hora de que comas- le acercó lentamente el biberón a sus pequeños labios. Y Naruhiko alzó sus manitas buscando el calor del pecho de su madre. Y justo cuando tocó el atérmico plástico de un objeto inanimado, Iruka no se dio cuenta del pequeño gesto de molestia que hizo su hijo, porque solo pudo ver con horror tras su ventana la gran llamarada que se levantaba hasta el cielo después de una fuerte explosión. El hospital había sido destruido.

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Abrió los ojos con pesadez, hace mucho que no había tenido un sueño recordando ese día en especifico. Suspiró y observó el brazo que estaba fuertemente aferrado a su cintura. Primero una dulce sonrisa apareció en su rostro para luego transformarse en una expresión de total desconcierto.

-¡Levántate ocioso Kakashi! - gritó mientras lo empujaba para que lo soltara de una buena vez.

Si no mal recordaba, el peli plata se había aparecido en la puerta de su apartamento minutos después de que dejó a Naru en el colegio. Y una cosa llevó a la otra y pues terminaron así.

-Mouu Iru-chan un ratito más, recuerda que no me dejas quedarme en las noches por culpa de ese pequeño demonio- Iruka se hubiese molestado en serio si quien dijese eso fuera otro que no sea Kakashi, y es porque sabía de la relación que este había desarrollado con Naruhiko en todos esos años.

-Deja de llamarlo así, sabes que no me gusta- dijo al fin liberándose del fuerte agarre con su voz serena pero con el tono de una madre amonestando a su hijo- ahora ponte de una buena vez los pantalones.

-Pero-

-Nada de peros, levántate- ordenó viendo cómo su novio solo se quedó sentado en la cama.

-No es justo…  ¿Ese enano si puede quedarse contigo toda la noche y yo no?

-Kakashi, sabes muy bien que son cosas completamente diferentes- dijo levantando sus pantalones que se habían quedado tirados en el suelo debajo de su cama. Se acercó al filo de esta y comenzó a vestirse.

-No lo son. Además, si tanto deseas criar al enano en un entorno familiar, ¿no crees que sería bueno una figura paterna? - Y nuevamente con ese tema. Iruka no pudo evitar el tic en su ojo izquierdo deteniendo todos sus movimientos.

- YO, soy su figura paterna; así que vístete de una buena vez y te vas antes de que regrese- exigió levantándose con solo su pantalón puesto y caminando hacia un polo manga corta colgado en el pomo de la puerta. Giró a ver la irritante sonrisa de su novio como si dijera que eso nadie lo cree- ¡Apúrate! - gritó con molestia y azotó la puerta antes de salir de su cuarto.

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La posición en la que se encontraban ahora no era precisamente una de las cosas que quería mostrar a su ¨hijo¨ así que rogaba a todos los cielos que su cuerpo le hiciera caso por una buena vez y alejara a ese idiota de su encima, sobre la mesa de la cocina. Además de pedir a su odiosa boca que dejara de gemir con cada mordisco que su novio le daba a su cuello con una exquisitez inconcebible.

-B-ba-bast-ahhh- bien no era el modo de acabar la frase, eso solo empeoraría las ansias de su novio por comerlo ahí sobre la mesa.

-Vamos deja de resistirte- dijo seductoramente cerca a su oído. Sus ágiles manos ya habían conseguido deshacerse del molesto polo que no duró más de cinco minutos sobre ese delicioso torso, y desabrochar el pantalón que no tendría ni un solo minuto más sobre esas piernas que moría por morder, y ese trasero que solo podía tocar sobre la tela, no, ni un minuto más.

El ambiente no podía estar más caliente, el gemido entrecortado, el sonido de la tela siendo bajada lentamente para que su poseedor no se diera cuenta, y el ruido del agua hirviendo en una olla que no tendría a tiempo el almuerzo de esa tarde.

-¡Epp! - se escuchó un débil chillido que fue cortado rápidamente, pero que fue lo suficientemente notorio como para que el par de adultos se detuvieran en seco y con velocidad inhumana se pararan y acomodaran las ropas, cosa por lo que el castaño tuvo que tomarse unos segundos más ya que su polo había caído sobre la alacena y su pantalón por alguna razón estaba más bajo de lo que recordaba.

Y fue Kakashi el primero que los vio. Tres pequeños niños parados en la entrada de la cocina. Siendo solo dos de ellos visibles y el tercero ocultándose tras el querido ¨hijo¨ de su novio, que lo miraba con una muy mala cara, que le recordaba molestamente (y algo melancólica también) a su padre biologico.

-Kakashi ¿qué te he dicho de molestar a mi padre? - preguntó el pequeño niño de cinco años como si fuera ya grande, pese a su infantil y linda voz.

Iruka no podía estar más avergonzado, su pequeño había decidido llegar en ese momento, y para colmo de males, se había olvidado que le había dicho que ese día llevaría a su par de únicos amigos. Vio totalmente rojo a la pequeña hija de Rock Lee mirándolo con sus puños pegados a los lados de sus mejillas que mostraban un extraño sonrojo para una niña de cuatro años, además de ese extraño brillo en sus ojos y… era eso ¿fuego a su alrededor? Oh no, ¿la llama de la juventud? ¡¿Cuántas veces le había dicho a Lee que dejara de mandar a Haruhi de paseo con Gai-san?!

-¡Eso es amor! - gritó alzando sus manitos al cielo y con una completa sonrisa de satisfacción sobre su rostro. En serio, no quería saber de dónde esa niña había aprendido a tomar esa clase de escenas como algo ¨¿normal?¨, ¨¿lindo?¨, ¨¿emocionante?¨… ay por kami, los niños de ahora.

Mientras que detrás de Naruhiko estaba escondido, y algo tembloroso el pequeño hijo de Hinata; y el menor de los tres. Agarrado fuertemente de la tela del polo blanco con negro que usaba su pequeño, con su rostro hundido en la espalda de este y seguramente con el rostro completamente rojo.

¡Rayos! ¡Que estaban traumando a unos niños de por vida!

-N-Naru… ¿qué tal el colegio? - preguntó inútilmente tratando de evadir el tema, mientras tanto su hijo como Kakashi lo miraban con lástima ajena por tan mal intento.

-¿Que te costaba llegar cinco minutos más pequeñejo?- preguntó con molestia Hatake.

-Al contrario de ti yo no disfruto de hacer del vago por horas y llegar a la hora que se me plazca solo para molestar a las personas Kakashi- dijo nuevamente demostrando su forma de ser muy mayor para su edad.

-Tú siempre tan respetuoso- dijo con sarcasmo mientras sonreía falsamente.

-Pues es gracias a tu constante presencia- devolvió la sonrisa.

-Niño del dem-

-¡Kakashi! - gritó indignado el castaño.

-Nee Mako, ¿no te parecen que no se llevan muy bien? - preguntó la niña acercándose al oído del peli azul que seguía con el rostro hundido en la espalda de Naruhiko.

-Cierto Mako, no tienes por qué tenerle miedo. Esa cosa ya se va- dijo girando su rostro para ver a su pequeño amigo, y señalando descaradamente al peli plata. Claro, sin ninguna mala intención.

-¿Cómo que c-

-Kakashi- interrumpió antes de que dijera algo demás- y es cierto que ya te vas. Aún no termino de cocinar y- ¡El almuerzo! -gritó atrayendo la atención de todos mientras corría a ver la olla de agua hirviendo en donde pondría los trozos de pollo para hervir- ¡¿Y el agua?! - gritó sacando la olla del fuego y mirando con desconcierto que el agua ya se había evaporado por completo…

-E-etto nii-chan, c-creo que… m-mejor Ha-haru-chan y yo nos v-vamos a mi casa a a-al-morzar- dijo suavemente mientras levantaba su rostro y miraba a Naruhiko directamente, pese al gran sonrojo en su rostro-  V-ven conmi…! ¡Con nosotros! - agregó mientras soltaba la tela del polo y se alejaba un poco, su rostro sonrosado ahora mirando sus manos que jugueteaban tímidamente.

-Hm, es cierto- respondió el pequeño azabache- Haruhi y tú mejor regresen a tu casa y almuercen como se debe. Yo me quedaré con papá- dijo para luego sonreírles y caminar hacia su papá.

-Pero Naru. ¡Mako también te inv- la niña se quedó callada al sentir la manita del peli azul deteniéndola. Esta suspiró y sonrió- ¡Vendremos otro día Iruka-san, y Kakashi-san que no es tan genial como Gai-sensei! - gritó mientras cogía de la mano a Makoto, daban una reverencia apresurada y salían por la pequeña sala hasta la puerta de salida del departamento.

Los tres se quedaron viendo hacia donde el par de niños había desaparecido, eran exactamente como sus padres, pensaron los adultos mientras que el pequeño azabache sonreía tranquilamente.

-Y papá, ¿dónde vamos a comer? - preguntó sacando de sus pensamientos a los adultos. Ambos intercambiaron miradas, y el peli plata supo de inmediato lo que debía hacer.

-Estaré de visita muy pronto así que deja de acaparar a Iruka, mocoso- dijo desordenando sus cabellos negros mientras este solo bufaba. En el fondo ellos dos realmente se agradaban, y era porque para ambos su persona favorita era la misma.

-Que te vaya bien en la misión- dijo con calma el castaño viendo el intercambio de gestos de su par de hombres favoritos.

-Sabes que regresare en un abrir y cerrar de ojos. Así que solo preocúpate que este enano no se meta en líos- dijo burlón mientras se acercaba y le robaba un beso a su novio. El pequeño solo desvió la mirada sabiendo que a su padre por alguna razón le molestaba que viera esos momentos, no es que quisiera ver pero es que muchas veces ellos no se molestaban si quiera en esperar a que él se quedara dormido.

-Solo ve con cuidado- fue lo último que dijo antes de que el shinobi cogiera su mascara ambu y saliera de su departamento en una misión de una semana. Suspiró y miró con sonrisa renovada a su hijo- Entonces, ¿vamos en búsqueda de algo rico? - preguntó con una sonrisa mater- ¡rayos, era paternal!

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Iruka no podía evitar su ceño fruncido mientras caminaba por las calles pese a que hacía todo lo posible por ocultar su malestar frente al pequeño. Pero no podía evitarlo; por donde iban, grupos de gente se juntaban solo para comenzar a chismosear sobre estupideces que injustamente llevaban el nombre de su hijo en ellas. Y lo único que podía hacer era apretar protectoramente la pequeña mano de su niño de cinco años que cogía desde que salieron de su hogar.

Naruhiko vio a su padre de reojo con preocupación mientras notaba el ceño fruncido en su rostro. Pese a su edad, se daba cuenta de las cosas que ocurrían a su alrededor, por alguna razón lo había entendido todo muy bien. La aldea lo odiaba. No sabía de razones, ni lo que él había hecho para merecer ese odio, solo era así. Y lo sabía, lo sabía por la forma en la que lo miraban con desprecio; por la manera que se reunían para juntarse y hablar a sus espaldas; y mucho más por la forma en la que su padre apretaba su mano. Pero eso no le importaba, después de todo aún tenía gente que lo apreciaba, y encabezando la lista estaba su padre. Luego, por mucho que no quisiera, estaba el odioso acosador de su padre, que muy bien sabía que pese a todo lo que se decían, ambos se apoyarían el uno al otro. Luego Hinata-san, la mamá de Makoto que era como su madre, por lo que conoce a Mako de toda la vida, y por lo que Makoto aún cree que ambos son hermanos. Makoto obviamente, que es como su hermanito menor. Haruhi y su padre, que siempre paran juntos de un lado a otro, mientras ella habla extraordinarias cosas sobre él toda orgullosa y con una gran sonrisa en su rostro. Y ese era su pequeño mundo de personas que Naruhiko podía decir que apreciaba a su corta edad, y eso le parecía suficiente.

Así que lo único que creía mejor hacer en esa clase de ocasiones mientras caminaban por las calles, era corresponder a su padre con la misma fuerza de agarre y mantener esa sonrisa en su rostro recordando lo mucho que lo ama.

-Papa ¿qué es ese lugar? - preguntó señalando un edificio algo chamuscado y en una zona en la cual no habían estado antes. Su padre miró alrededor y pareció preocupado. Sí, su padre nuevamente había caminado sin pensar y sin fijarse por donde iban, llegando a un lugar que no planeaba- I-¿Ichi? ¿I.chi.ra? - preguntó ladeando su rostro ligeramente mientras intentaba leer lo que decía en un cartel descolgado del lugar. Iruka solo se volvió a recordar que ya era hora de sacar ese pequeño cartel de su habitación, Naruhiko ya sabía leer muy bien.

-Hm, decía Ichiraku…- se quedó en silencio y sin mover ni un músculo- Vámonos- dijo mientras giraba y se dirigía hacia otro camino. El azabache no preguntó nada más mientras giraba el rostro para ver el edificio abandonado. ¿Qué era ese lugar para poner así de triste a su padre? O bueno, ¿Qué hubo ahí?

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“Te pareces a tu padre” Fue lo que le dijo una mujer que se le acercó de la nada mientras estaba en el parque esperando a su par de amigos. Y al principio el sonrió realmente feliz y orgulloso de que alguien al fin dijera que se parecía a su padre Iruka. Pero al notar eso, la mujer por alguna razón frunció el ceño.

-Iruka no es tu verdadero padre- ¿Naru había escuchado bien? Él no estaba seguro de eso. Pero la mujer se lo había dicho firme y totalmente seria mientras lo miraba con unos ojos inexpresivos.

-Por favor, váyase. Podría acusarla de secuestradora de niños o pedófila- y para su sorpresa la mujer solo rió divertida ante la acusación del pequeño azabache.

-Realmente te pareces a él- dijo levantándose, ya que había estado de cuclillas para poder mirar directamente a los ojos al pequeño. Le sonrió con cansancio y para felicidad del menor, al parecer ella había decidido irse- Lástima que sacaste mis ojos- murmuró antes de dar media vuelta e irse dejando a un azabache serio y algo confundido.

-Tonta cabeza de chicle- bufó con molestia-… claro que sé que no es mi padre biológico- recogió la pelota que había soltado por la sorpresa que le había dado esa mujer- pero eso no significa que no sea mi verdadero padre- y esperó pacientemente a que sus amigos llegaran, evitando con todas sus fuerzas que las horribles ganas de llorar le ganaran.

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-No me agradas- dijeron al unísono ambos niños mientras se veían fijamente a los ojos después de diez minutos de haberse conocido.

Makoto y Haruhi miraron sin decir palabra alguna a su amigo y al desconocido niño que había aparecido en la aldea de un día para otro. Era un niño delgado y de la misma altura que Naruhiko, su mirada igual de seria y que denotaba una madurez que un niño de cuatro años no podía tener. El nuevo niño tenía un cabello rojo intenso y unos ojos aguamarina realmente lindos, según el par de niños. Pero la forma en la que el niño había ido en busca de Naru y desde que lo encontró y comenzó a atacarlo no parecía demostrar que fuera alguien precisamente amable.

-Etto…- interrumpió Haruhi intentando que el nuevo integrante del grupo de cuatro se diera cuenta de la presencia de ella y de Mako, y dejara de pararse en medio de lo que era una práctica grupal, de ellos tres, pelirrojo excluido. El niño giró sorprendido al darse cuenta que habían otros presentes además de su nuevo enemigo mortal y rival definido.

-Oh, lamento mi falta de cortesía- dijo acercándose al par y mostrándoles una sonrisa que no creían capaz de ser formada por esos labios que desde que apareció solo habían dicho ataque tras ataque contra su mejor amigo- Mi nombre es Sabaku no Hiroki, un gusto conocerlas señoritas- dijo finalizando con otra de sus sonrisas, mientras Haruhi rompía en carcajadas, Makoto estallaba en un total rojo carmesí, y Naru no pudo evitar una pequeña risa entre dientes.

-¡Haruhi! ¡Naru-niichan! - gritó avergonzado el peli azul mientras se quejaba con sus orejas y rostro completamente rojo.

-Jajajaajajaja- fue lo único que salía de la castaña mientras que el pelirrojo aún no entendía el chiste.

-Gomene Mako- dijo el azabache dando una pequeña sonrisa pidiéndole disculpas- Y tu sobako no se qué, Makoto es un niño, hombre, sexo masculino no una niña.

-¡Es Sabaku idiota cabeza de cacatúa! - gritó ofendido para sorprendentemente cambiar en un segundo su expresión de total molestia a una de disculpa mirando al peli azul- Lamento la confusión Makoto-kun, es que tienes unos rasgos muy finos y delicados- dijo sin intenciones de molestarlo o provocar ese enorme sonrojo en el rostro del peli azul, y el ardor sonrosado -mal pensado- en las mejillas de la castaña.

-Oi. Deja de molestar a Makoto- dijo serio y con increíble molestia- no sé porque solo te comportas así conmigo si ni me conoces, pero no dejaré que molestes a mi amigo- dijo mientras nuevamente cogía una de sus kunais entre sus manos. El pelirrojo sonrió con satisfacción, al parecer había encontrado el punto ideal para molestar al Uchiha. Y por supuesto que lo conocía, cómo no conocer a Naruhiko Uchiha si lo había odiado desde que tiene memoria. Cualquier persona que fuera disgusto de su padre, simplemente era digno de ser odiado con cada fibra de su ser. ¡Sí señor!

-Disculpen lo que van a ver, Makoto-kun, Haruhi-chan- dijo recordando el nombre de la niña dicho por boca del peli azul- pero haré  que su amigo muerda el suelo.

Y fue lo último que pudo decir antes de que Naruhiko Uchiha saltara contra él y dispuesto a un ataque letal. O lo que dos niños de aproximadamente cinco años puedan llamar letal con los kunais, que según Kakashi eran unos simples juguetes.

 

Notas finales:

¿Y? ¿Que tal estuvo este pequeño fic? Espero que les haya gustado, y los que siguen mi fic hayan sido satisfechos con una parte del pasado que aún es desconocido.

Besos a todos y gracias por leer hasta aquí. Y como dije, qué tal si ahora me dicen si color favorito para conocerlos mejor :D!!

Cierto, los que aún no han leido Solo y nada más que la verdad, espero le puedan dar una leida :3 Es el fic dedicado a CelesteUzumaki2718 y es un fic nuevo que hice, espero sea de su agrado, veran a un Kuu-chan no antes visto XD!!!

Creo que eso es todo. Besos a todos y cuidense!!

Gracias por seguir mi fic Congelado en el Tiempo y por sus lindos comentarios que no tardaré en responder :3!! Y recordar a los otros ganadores que aún no me dicen sus ideas XD!!!

Matta ne!!


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