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NARUTO NO INU por Mirelle

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Notas del capitulo:

Holaaaaa :DDDD

Sí, ya estamos de nuevo a domingo ^^ Los días pasan bastante rápido, cierto? XoX

Voy a poner el capi y luego nos vemos :)

Besitus!!! <3

CAPITULO 10; PREPARATIVOS DE ELEMENTOS.

 

-¿Cuál es entonces el objetivo de Madara? – preguntó Naruto. Minato le observó en silencio unos segundos, intentando encontrar la respuesta correcta. Sasuke, Minato, Naruto y Kushina se encontraban en el despacho del director, intentando descubrir la manera de detener los planes de Madara o por lo menos saber qué era lo que se proponía. Kushina interrumpió la conversación de padre e hijo:

 

-Supongo que convertirse en el guerrero más fuerte del mundo…

 

-¿¡Y no podría haberse entrenado y ya está!? – se quejó el rubio menor. – Todos los elementales hacemos lo que podemos para sobresalir. ¿Por qué no pudo hacer él lo mismo? Es injusto…

 

-La respuesta a esa pregunta quizás nos la pueda dar él… - susurró Minato señalando a Sasuke. Los tres se giraron a mirarle. Un ligero rubor apareció en las mejillas del moreno.

 

-Creo que es porqué él es un no-elemental. – explicó. – Nació sin ningún poder en especial, así que creo que quiere ser muy poderoso para que nadie le vuelva a decir nada. Ya sabéis que a veces los no-elementales son objeto de burla…

 

-¿Entonces tiene un trauma infantil? – preguntó Naruto. Sasuke asintió.

 

-Podría ser.

 

-Según me habéis contado… - interrumpió Minato, tocándose la barbilla con la mano mientras pensaba - …él ya tiene varias esferas de poder… Es más, me dijisteis que os dijo que sólo le quedaba la del viento que tiene Naruto y la de madera que está escondida en algún lugar… - ambos asintieron.

 

-Si fuese así, con los poderes que tendría, debería ser ya invencible. – dijo Kushina, preocupada. – Sin embargo, parece que no desprende ninguna aura poderosa ni nada parecido, ¿cierto?

 

-Sólo vimos la niebla que le caracteriza. – explicó Sasuke. Luego, lo meditó mejor. – Recuerdo que también tenía una fuerza increíble…

 

-Y una velocidad alucinante. – añadió Naruto.

 

-Esas habilidades podrían ser provocadas por algún tipo de piedra, ¿no?

 

-Recuerdo… - interrumpió el Uchiha. – Recuerdo que mis padres tenían una piedra guardada como un tesoro. Posteriormente, Madara se quedó con ella. Tal vez fuese ése objeto el que le diese esos poderes. – anunció.

 

-Pero todavía tenemos que descubrir porqué no usa las piedras de poder robadas. – gruñó la pelirroja. – Quizás…. – corrió rápidamente hacia la estantería y empezó a buscar cierto libro. – Tiene que estar por aquí…

 

-¿Qué buscas, cariño? – preguntó Minato, observando a su mujer.

 

-Había un libro que hablaba sobre las piedras y sus efectos sobre las personas… - anunció ella mientras seguía buscando. – Era un libro de tapa dura… con un dibujo verde en la solapa… diría que el libro en sí era rojo…

 

-No tengo ni idea. – Minato se puso a buscar con ella.

 

-De todas maneras, ¿qué creéis que deberíamos hacer? – preguntó Naruto.

 

-¿Hacer de qué?

 

-Creo que deberíamos impedir que Madara se apoderase de la piedra de madera. Tal vez exista alguna manera de saber dónde se encuentra e ir a recuperarla antes de que lo haga Madara…

 

-Eso es muy peligroso. – rugió Sasuke. – No te permitiré ir.

 

-Vamos a ir acompañados… - rió el rubio. – No será peligroso, ya verás…

 

-Toma. – Minato le entregó un libro de color violáceo a Sasuke. – En este libro encontraréis la situación de la piedra de madera. Nosotros seguiremos buscando el libro rojo que quiere Kuchina.

 

-¿Nos dejas ir? – alucinó Naruto.

 

-Sí, pero no iréis solos. – sonó autoritario. – Formaréis un grupo de cinco personas.

 

-Naruto y yo ya somos dos. – anunció Sasuke.

 

-También iréis con Sai. Y con Sakura Haruno, es una chica muy fuerte…

 

-Llevaos también a Kakashi. – dijo Kushina, mientras seguía con su búsqueda en los estantes de libros de la sala.

 

-Yo quería enviarles con Yamato… - respondió Minato con un enfado infantil.

 

-Kakashi les será más útil.

 

-De acuerdo, que se lleven a Kakashi…. – Minato no iba a discutir con su mujer. Todas las mujeres eran igual de pesadas y no tenía ganas de empezar una pelea. Miró con ojos orgullosos a los dos chicos y les pidió que se fueran a buscar a su grupo y que saliesen cuando estuviesen preparados. Les despidió y observó preocupado como los dos chicos avanzaban por el pasillo.

 

-¿Crees que estarán bien? – preguntó Minato.

 

-Quién sabe. – Kushina se giró a mirarle por primera vez. – Deben recuperar esa piedra sea como sea porqué si lo que me temo es real, tendrán peores problemas en los que pensar…

 

 

 

 

 

 

 

El ruido de alguien llamando a la puerta con un golpe de nudillos despertó a Sakura. Después de haberse pasado el día entrenando, se había vuelto a la habitación a descansar, y ahora alguien interrumpía su sueño. Iba a matar al responsable.

 

-¿Sakura? ¿Estás ahí?

 

¡Oh, Dios mío! ¡Era la voz de Sasuke! Retiraba lo dicho, no mataría al moreno. Bueno, no le mataría con magia, pero nadie le prohibía matarle a besos… Y es que el moreno era tan atractivo…. La chica no comprendía porqué tenía que ir todo el día detrás de Naruto. Como si fuese su perro. Sasuke se merecía a alguien mejor… como por ejemplo, ella misma.

 

-Ya voy… - anunció con voz cariñosa. Se sentó en el tocador y empezó a arreglarse con maquillaje y a peinarse el pelo. Comprobó que su pijama ya le quedaba bien – suficientemente sexy – pensó – y se dirigió a abrir la puerta.

 

-¡Sasuke! ¡Qué sorpresa! ¿Vienes a pedirme una cita? – preguntó cariñosamente. El moreno asintió.

 

-Te espero en el patio dentro de diez minutos.

 

-¿¡En serio!? – Sakura no cabía en sí de gozo. - ¡Muy bien, nos vemos dentro de diez minutos!

 

El moreno se marchó y ella se empezó a preparar. ¿Qué debía de llevar? Pues lo suyo hubiese sido un traje sexy, pero… tal vez al moreno se le ocurría salir a caminar en su primera cita y entonces no sería bueno ir con minifalda y tacones… ¿debería ir informal o arreglada como para una boda? ¡Boda! ¡Por Dios, si apenas era su primera cita…!

 

 

 

 

 

 

 

Naruto llevaba algún rato buscando a Sai. No estaba en su habitación, ni en el patio, ni en la cafetería, ni en la clase… Se le estaban acabando las opciones. Finalmente, le encontró vagando por los pasillos.

 

-¡Sai! – le llamó. – Te estaba buscando. ¿Verdad que te vienes a una misión con nosotros? – el moreno se encogió de hombros.

 

-Bueno.

 

-Muy bien. Hemos quedado en cinco minutos en el patio con Sasuke. Yo ahora iré a buscar también a Kakashi, quién nos acompañará en el viaje. – Sai asintió. - ¿Oye, te ocurre algo? Estás extraño…

 

-Es que el hombre de la enfermería…

 

-¿Arada?

 

-Sí, ése. Arada…

 

-¿Qué ocurre con Arada? – preguntó el rubio de nuevo.

 

-Él… creo que…

 

-¡Naruto! – la voz de Kakashi les interrumpió.

 

Kakashi era un maestro de los alumnos del cuarto curso. Tenía el pelo blanco y llevaba una máscara de color negro cubriéndole media cara, dejándole sólo visible uno de sus dos ojos. Vestía con un chaleco verde y unos pantalones negros. Se acercó a Naruto con una sonrisa.

 

-¿Es cierto que me necesitas para una misión? – preguntó. El rubio asintió. Sai observó a Kakashi extrañado.

 

-Sí, ahora íbamos a reunirnos todos en el patio. Que bien que estés aquí.

 

Así, los cuatro se dirigieron al patio.

 

Sasuke les esperaba apoyado en una pared.

 

-¿Y Sakura? – preguntó el rubio.

 

-Ahora vendrá. – anunció el moreno. – Encantado. – Sasuke se acercó a Kakashi y le tendió la mano. – Espero que cuides muy bien de todos nosotros.

 

-Claro, claro… - Kakashi le estrechó la mano con gusto. - ¿Cuándo saldremos? ¿Y dónde?

 

-Según este libro… - susurró Sasuke, enseñándole el libro violáceo que le había dado Minato. – El lugar donde está guardada la piedra de madera se encuentra en el desierto, a unos cuatro días de aquí. – explicó, señalando el destino.

 

-Me parece bien.

 

-¡Sasuke! – en ese momento llegó Sakura. Todos se quedaron mudos al verla.

 

La chica llevaba un gran sombrero violeta en la cabeza, adornado con varias flores rosas. Llevaba un vestido largo de color rojo pasión y unos talones bastante altos. Iba completamente maquillada y agitaba las caderas como si fuese una maraca.

 

-Hola… - Sasuke no sabía qué más decir.

 

-Sakura… ¿Crees que ésa es la vestimenta adecuada para una misión en el desierto? – preguntó Kakashi.

 

-¿Misión? ¿Desierto? ¿Qué…? – los colores no tardaron en subir al rostro de la chica. Avergonzada, gritó y salió corriendo hacia su habitación, para ponerse algo más adecuado.

 

-A mí me gustaría pasarme por el pueblo. – pidió Sai. – Debo decirle a Ino que no podré trabajar tampoco hoy…

 

-¿Por qué no dejas ya le trabajo? – se rió el rubio. – No has ido ni un solo día desde que empezaste…

 

-Si lo dejo no tendré motivos para ir a ver a Ino. – gruñó el moreno. – No me sale a cuenta….

 

-Yo le acompañaré. – anunció Sasuke. – Podemos quedar aquí mañana por la mañana, a primera hora. Así podremos partir mejor.

 

-Me parece bien. – anunció el rubio. – Hasta mañana entonces. – su sonrisa se ensanchó.

 

-Yo de ti iría a decirle a Sakura que se prepare para mañana. – rió el mayor, observando con regocijo al rubio.

 

 

 

 

 

 

-¿Otra vez? – preguntó enfadada Ino.

 

-Ser un héroe es difícil… - explicó sencillamente Sai.

 

-¿Sabes que des de que te apuntaste no has venido ni una sola vez, verdad? – su voz denotaba lo molesta que estaba. Y es que no era para menos. Reconocía que al principio le había hecho gracia el chico pero ahora podía reconocer que se había convertido en una especie de piedra en el zapato.

 

-Lo siento. Cuando pueda vendré.

 

-Últimamente no dejan de encargarnos misiones. – interrumpió Sasuke.

 

Ino se sonrojó al verle.

 

-¿Eres el perro de Naruto? – preguntó.

 

-Sasuke. – interrumpió Sai. – A Naruto no le gusta que llamen así a Sasuke…

 

Sasuke observó al moreno indiferente.

 

-Vaya, lo siento, Sasuke. – la chica se le acercó y le agarró del brazo, coqueteándole. – Podemos hacer una cosa. Vienes a trabajar en su lugar los días que falte él. ¿Qué me dices? – su sonrisa era coqueta.

 

-Que no. ¿Por qué debería yo venir en lugar de él? Incomprensible…

 

-Oh, vamos. Sino me veré en la obligación de despedir a tu amigo… - susurró la chica.

 

-No es mi amigo, es amigo de Naruto.

 

-¿Y no quieres ser mí amigo? – preguntó Ino mientras se apartaba el pelo de la cara para mostrarle a Sasuke sus dos ojos azules, hermosos.

 

-No.

 

-Sigo aquí… - susurró Sai, sintiéndose, sin saber cómo, ajeno a todo.

 

-¿Y si te digo que os daré sueldo a los dos?

 

-Yo no lo necesito.

 

-Ah, claro, Naruto es el hijo del director…

 

-Chicos, en serio, sigo aquí…

 

-¿Entonces no quieres trabajar aquí? – preguntó de nuevo la chica.

 

-No.

 

-Es una auténtica lástima… Podríamos…

 

-¡Chicos! – el grito de Sai les interrumpió.

 

-Ah, ¿todavía sigues ahí? – preguntó Ino, asombrada. - ¿No os teníais que ir?

 

-Sí. – respondió Sai. – Sólo veníamos a decirte que no vendré ni hoy ni seguramente mañana.

 

-En serio, ¿de verdad quieres un trabajo? – preguntó molesta de nuevo.

 

-Sí, pero no tengo tiempo. – se disculpó por última vez el moreno. – Me gustaría venir a trabajar con una belleza como tú, pero el problema es que me voy de misión muchas veces y nunca puedo. Además, el dinero me iría bien, porqué de momento me lo está dejando todo Naruto…

 

-Gorrón. – susurraron a la vez Ino y Sasuke.

 

-Bueno, entonces nos vemos pasado mañana. – suspiró. – Está bien. ¡Adiós, que os vaya muy bien!

 

Los chicos se despidieron y volvieron a sus caballos, preparados para galopar de nuevo hasta la academia.

 

 

 

Notas finales:

Guau, creo que me ha salido bastante largo, cierto? :D

Espero que les haya gustado. (>w<)/

¿Qué creeis que quería decir Sai con Arada? :O (en el anterior capitulo, nadie me habló en su review sobre Arada...)

 

Próximo capitulo: Capítulo 11: Ataque inesperado.

¡¡Nos leemos!! >w<


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