Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

NARUTO NO INU por Mirelle

[Reviews - 100]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡HEMOS LLEGADO A LOS 70 REVIEWS! 8D Muchísimas gracias a todos, estoy muy emocionada ;^; Muchísimas gracias a todos los que me leen y dejan un precioso comentario, gracias por regalarme una parte de su tiempo >w<

 

Bueno, antes del capi diré algo sobre mi XD

 

Ayer empecé a ver mi primer dorama (por recomendación de una amiga), My boss, my hero. Voy sólo por el capi 2, pero he visto que tiene bastante yaoi XD Me encanta sakurananda *.* Es tan gay... XD ¿Alguien más conoce este dorama? .w.

 

En fin, cosas que me pasan :3

 

Y dentro de una semana ya tendré vacaciones de la universidad >w< (es mi primer año de universidad, tengo 18) XD

 

Ahora sí les dejo ^^U ¡A leer!

CAPÍTULO 12; TRAVESÍA ELEMENTAL

 

-Descansaremos aquí. – dijo Kakashi, bajando del vehículo y abriendo una de las puertas. – Luego ya podremos seguir con el viaje.

 

Se habían detenido en un claro al final del bosque. A partir de allí, empezaba el desierto que parecía infinito. En el carruaje habían tomado la previsión de guardar unas mantas para pasar la noche. Además habían llevado también comida.

 

-Empieza a hacerse de noche, así que es mejor que durmamos aquí mismo. – señaló Kakashi.

 

La actitud herida de Naruto no había cambiado ni un ápice en todo el camino y la actitud herida de Sasuke tampoco. Ambos estaban en silencio sin apenas dirigirse la palabra. Sakura, por su parte, había descubierto que Sai no era tan estúpido como creía, y que podría mantener una buena conversación con él durante un rato.

 

Hicieron un pequeño fuego para calentarse y se empezaron a repartir las mantas.

 

-Tengo cuatro mantas… - susurró Kakashi. – Naruto, ¿te importaría compartirla con Sasuke? – preguntó amablemente.

 

-Sí, me importaría. – gruñó de manera ofensiva. – Que la comparta otro.

 

-No importa profesor Kakashi. – susurró el moreno. – No me hace falta una manta, podré calentarme con mi fuego, gracias.

 

-Está bien. – un poco a disgusto, Kakashi empezó a repartir también la comida.

 

-¿Ahora que estamos así… podríais explicarme exactamente qué es lo que vamos a hacer en el desierto? – preguntó Sakura, más que nada por sacar un tema de conversación.

 

Los chicos se miraron entre ellos, no muy seguros de la respuesta que iban a dar.

 

-Allí se encuentra un tesoro que debemos recuperar. – explicó finalmente Kakashi.

 

-¿Y es necesario enviar a este gran grupo?

 

-Bueno, es un tesoro muy importante y cabe la posibilidad de que nuestros enemigos quieran recuperarlo también.

 

-¿Nuestros enemigos? ¿Os referís a la persona que ha hechizado a Sasuke esta mañana?

 

-Hablas demasiado. – cortó Naruto, levantándose de mala gana. – He perdido el hambre. – y se dirigió hacia el bosque. Sasuke se acercó rápidamente a él, rozándole el brazo.

 

-No debes ir allí, puede ser peligroso…

 

-Vete a la mierda.

 

Naruto se fue hacia el bosque sin que nadie pudiese impedirlo y desapareció de los ojos de los otros cuatro. Sasuke volvió a sentarse y cogió otro trozo de carne con la cabeza gacha.

 

-¿Por qué dejas que te trate así? – gruñó Sakura.

 

-¡Qué buen día! – interrumpió rápidamente Sai, consciente de que Sasuke podía explotar si la chica seguía metiendo la pata con preguntas como esas. Sai conocía la historia de los dos, y era plenamente consciente de que Sasuke se dejaría hacer cualquier cosa con tal de que lo desease Naruto. Al fin y al cabo, se trataba de su perro fiel. Sai intuía que Kakashi conocía más o menos la historia de los chicos y por eso no había hecho preguntas.

 

-¿Qué quieres decir con eso? – preguntó la chica.

 

-Que hoy ha sido un gran día. – explicó el moreno. – Bueno… nos hemos podido conocer más… eh… hemos viajado juntos y… Bueno, que me alegro mucho de conoceros.

 

-Serás rarito… - gruñó ella.

 

Después, todo volvió a ser silencio. Sólo le oía el crepitar del fuego, las respiraciones de los cuatro y el ruido de la carne siendo rasgada cuando alguien mordía su trozo de carne. Y así siguieron hasta el final de la cena. Decidieron dejar que Naruto volviese cuando quisiese y se fueron a dormir. Kakashi le había acercado la manta de Naruto a Sasuke, pero éste la rechazó alegando que era de Naruto, no suya, y que al rubio no le haría ninguna gracia verlo cuando volviera.

 

Sasuke se estiró en el suelo y se abrazó a sí mismo. Se sentía increíblemente culpable por el ataque de la mañana y lo peor es que no lograba recordar lo que le había pasado por más que le diese vueltas.

 

-Sasuke… - la voz de Sai le interrumpió.

 

-Dime.

 

-¿Te encuentras realmente bien?

 

-Claramente no.

 

-Lo siento por ti. Naruto… necesita tiempo para pensar, ya lo conoces. Seguramente, mañana se encuentre mejor…

 

-Sai…

 

-¿Eh?

 

-Gracias…

 

El ruido repentino de una explosión les puso en alerta. Naruto salió de entre los árboles gritando.

 

-¡Hay un enemigo! ¡Alguien nos ha seguido!

 

Detrás de Naruto, apareció un hombre alto, con el pelo atado en una coleta.

 

-¡Esperad!

 

Todos se giraron a verle. Sai, Sakura y Kakashi reconocieron al hombre. Se trataba de Arada, el enfermero de la escuela.

 

-¡Arada!

 

-¿Arada? – Naruto se giró hacia él. - ¿Qué diablos hace aquí el enfermero?

 

-Os seguí…. Os seguí cuando os marchasteis. – explicó. – Creí que necesitaríais un enfermero para la misión. He venido en caballo detrás del carruaje y os perdí la pista en el bosque. Lo siento…

 

Sasuke se dio la vuelta y se volvió a estirar en el suelo, dispuesto a dormirse.

 

-Bueno, pues…. Ahora ya no puedes volver. Supongo que bienvenido al grupo… - respondió Kakashi, rascándose la cabeza. – Por desgracia no tenemos una manta para ti, pero…

 

Naruto le entregó la suya.

 

-Puedes usar esta. Yo no necesito una manta.

 

-Gracias, chico. – agradeció el moreno.

 

-Ahora a dormir, que mañana nos espera un día duro…

 

 

 

 

 

 

 

 

-¡Lo encontré! – gritó Kushina mientras sacaba uno de los libros de la estantería del despacho del director Minato.

 

-Te ha llevado bastante… - susurró Minato, cansado. - ¿Qué querías saber?

 

-Espera… - empezó a rebuscar entre las hojas hasta hallar con lo que buscaba. - ¡Aquí está! – señaló una parte en concreto y empezó a leer.

 

-¿Los no elementales y sus prácticas sexuales?

 

-¡No, bobo! ¡Esto!

 

-¿Los no elementales y sus ensambles?

 

-Sí… - siguió leyendo hasta que pegó un bote y gritó. - ¡Lo sabía! ¡Tendría que haberlo recordado antes!

 

-¿El que? – Minato no comprendía nada.

 

-¡Tenemos que enviarles refuerzos rápidamente! – gritó la mujer, preocupada.

 

-¿Pero qué es lo que ocurre?

 

-No se ha demostrado que Madara tenga algún poder así que podemos sentenciar que Madara es un no elemental y que por eso ha estado robando las esferas de poder. Pero los no elementales no tienen la capacidad de poder usar esas esferas…

 

-Eso quiere decir… ¿Qué Madara no puede usar las esferas de poder? – preguntó preocupado. La mujer asintió.

 

-Y así llegamos a la conclusión de que no las roba para él.

 

-¿Quieres decir que podría tener un cómplice?

 

-Minato, a veces pienso que no eres más tonto porqué no te entrenas. – gruñó la mujer, disconforme. Minato no se sintió ofendido porqué sabía que su mujer se lo decía con cariño, pero de todas formas quería saber dónde había llegado ella.

 

-¿Entonces para quién las quiere?

 

-Para insertárselas a alguien que sí que pueda usarlas y al que él pueda manipular.

 

El director de la escuela palideció. Kushina tragó saliva y esperó su siguiente reacción.

 

-Sasuke…

 

-Exacto.

 

-Pero, entonces… ¿qué es lo que podemos hacer ahora? – Minato había empezado a marearse y tuvo que agarrarse a la mesa para no caerse al suelo.

 

-Yo enviaría refuerzos al desierto. Mucha gente. Debemos detener a Madara como sea.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al día siguiente, el primero en despertar fue Kakashi. Se aseguró que todos siguieran ahí y empezó a guardar las cosas y a prepararse para el viaje. Sasuke se despertó en segundo lugar y después todos los demás. Desayunaron y siguieron con su viaje.

 

La travesía por el desierto era más dificultosa. El carro era difícil de mover y los caballos eran incapaces de subir algunas de las dunas que se les presentaban, así que decidieron que seguirían a pie y sólo con los tres caballos que llevaban.

 

-Parece que hoy tampoco podré ir a ver a Ino… - susurró Sai, un tanto triste.

 

-Sí, estamos tardando más de lo esperado. Espero que el enemigo no haya llegado todavía al templo… - susurró Kakashi.

 

-¿A quién nos enfrentamos? – preguntó Arada. El pobre hombre estaba sonrojado al máximo, sudando mucho y respirando entrecortadamente por el cansancio. Estaba visto que no era un hombre acostumbrado a caminar mucho y que ese viaje le iba a costar. Por el momento, Sasuke ya le estaba llevando la mochila.

 

-A un enemigo muy poderoso, poseedor de seis poderes.

 

-¿¡Seis poderes!? ¿Hay tantos? – inquirió la chica.

 

-Hace muchos años había ocho; hielo, agua, madera, hierro, tierra, rayo, fuego y viento. Los cuatro sobrantes se guardaron en distintos templos. Madara ya tiene tres de esos. Y tres de los actualmente conocidos. – explicó Kakashi.

 

-¡Entonces es un enemigo muy poderoso! – gritó asombrada la chica.

 

-Yo lo derrotaré. – gruñó Naruto, observándoles a todos con el ceño fruncido.

 

-¿Tú qué poder tienes, Naruto? – preguntó Arada.

 

-El viento.

 

-No creo que sólo con una ráfaga de aire puedas vencer a semejante malvado… - murmuró el enfermero.

 

-Lo único que se necesita es fuerza de carácter y esperanza. – interrumpió Sai. – Y Naruto tiene de sobras.

 

-¿Y tú qué poder tienes? – le preguntó a Sai.

 

-Yo tengo el poder del viento. – explicó. – Pero todavía no sé dominarlo. De momento intentaré defenderme con la espada. – dijo, señalando el arma que llevaba colgada en el cinturón.

 

-Cuidado con eso, podrías lastimarte.

 

-¿Qué? – Naruto acababa de tener un Déjà vu con la frase que acababa de pronunciar Arada. Le parecía haberla escuchado en otro lugar, pero… ¿dónde?

 

Arada le observó con una ceja enarcada.

 

-¿Qué de qué?

 

-Oh, nada…. Perdona….

 

-Estad alerta. – interrumpió Kakashi, señalando con el dedo la entrada al templo, ya visible. Todos respiraron hondo y siguieron andando, nerviosos y con un extraño hueco en el estómago.

 

Llegaron finalmente a la entrada. Estaba tapada por una gran puerta que en otros tiempos había sido roja y que ahora estaba desgastada, de un color granate extraño. Sin haber apretado nada, la puerta se abrió sola. Estaban dispuestos a entrar cuando del interior salió un hombre vestido con una armadura.

 

-Soy el guardián del templo. – anunció. – Si queréis entrar deberéis vencerme.

 

-Yo me quedo. – anunció Sakura, decidida.

 

-¿Estás loca?

 

-No, Naruto. – suspiró. – Necesitáis a Kakashi, es fuerte. Sasuke y tú debéis entrar hasta el final para encontraros con vuestro enemigo. Y no podemos dejar a Arada aquí, ya que no posee ningún poder y no podría defenderse. Lo más sensato es que me quede yo.

 

-Ten cuidado. – dijo simplemente Sasuke.

 

Así, Sasuke, Naruto, Kakashi, Sai y Arada entraron dentro del templo, dejando a Sakura en la entrada, observando con el ceño fruncido a su enemigo.

 

-Vas a morder el polvo. – explicó el hombre. – Es una pena que no tenga el suficiente caballerismo como para dejarte viva.

 

-Sí, es una lástima. – rió. – Pero no pienses ni por un momento que serás capaz de vencerme.

 

El guardián empezó a atacar con una bola gigante de agua. Sakura esquivó la explosión y golpeó el suelo, provocando un terremoto que le hizo perder el equilibro al guardián. Éste se ayudó del agua para no caerse y Sakura, en un rápido movimiento, aprovechó para enviarle un bombardeo de piedras afiladas. El enemigo se protegió con el agua y contraatacó con un dragón acuático.

 

-¡No me subestimes!

 

Sakura destrozó el dragón con un fuerte puñetazo y volvió a enviarle una lluvia de rocas.

 

-No deberías mostrarte tan confiada… - susurró el guardián.

 

Usó el agua que había caído al desintegrarse el dragón y la enredó en el cuerpo de la mujer, inmovilizándola. Sakura intentó defenderse, pero el agua parecía haberse endurecido.

 

-Morirás.

 

Sakura le observó con el ceño fruncido.

 

 

 

 

 

 

Mientras tanto en el interior, los cuatro chicos seguían andando por un gran pasillo muy alto iluminado tan sólo por unas antorchas que se encontraban sujetas en paralelo en cada pared.

 

-¿Creéis que podrá conseguirlo? – preguntó Arada, observando detrás.

 

-No debes preocuparte por eso. Yo tengo confianza en que venga. – aseguró Sai. – No es una debilucha.

 

-Sí, pero ese hombre… es el guardián de la entrada… No estamos hablando de un enemigo cualquiera…

 

-No perderá. – susurró Sasuke, firme.

 

-Nuestro siguiente enemigo nos espera. – interrumpió Kakashi, señalando al hombre que les esperaba a la salida de aquel túnel. - ¿Quién se quedará ahora?

 

-Permitidme. – anunció Sai, desenvainando su espada. – Creo que podré entretenerle cierto tiempo…

 

-Sai…

 

-Debéis llegar hasta el final, y Kakashi es un buen as en la manga… - sonrió falsamente en moreno. El guardián se acercó un poco más hacia él.

 

-Me siento alagado. – susurró Kakashi, ruborizándose levemente y rascándose la cabeza con vergüenza.

 

-Confiamos en ti. – sonrió Sasuke. – No mueras.

 

 

 

 

 

Notas finales:

Wow O.o ¿Me ha quedado también largo, verdad? :DDD Estoy orgullosa de mí misma... ;w;

 

Informaciones sobre el fik:

 

1. Este era el capi 12. El último capi será el 15 (sí, esto ya se acaba... ;^;). Por tanto, el capi que viene será el (y lo pongo en negrita para que se vea bien...) antepenúltimo capi del fik.

 

2. ¿Habéis entendido cuál es el objetivo de Madara? Si no, no dudéis en preguntarme ;)

 

3. ¿Cuál creéis que será el resultado de los combates? Se acceptan apuestas XD

 

4¿Por qué a Naruto le ha sonado la frase de Arada? (pregunta para los expertos XD)

 

El próximo capítulo será el: Capítulo 13: Elementos en el templo

 

¡¡Nos leemos el próximo jueves!! :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).