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NARUTO NO INU por Mirelle

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Notas del capitulo:

Hola :)

Muchas gracias por leerme ^^

Espero que les guste este capi :)

CAPITULO 8; EL REGRESO DE LOS ELEMENTOS

 

Pusieron el cuerpo de Orochimaru en el caballo de Sai y el de Kabuto en el caballo de Sasuke y emprendieron la marcha. Los tres protagonistas andaban a pie delante de los caballos que llevaban a los otros dos.

 

-Tenemos un largo camino por delante. – explicó Naruto, al cabo de un rato de caminar. – Propongo que hagamos dos paradas. La primera, en mitad del bosque. Sasuke puede hacer una hoguera para calentarnos y descansar bien. La segunda parada será en el pueblo, para comprar algunas provisiones.

 

Sasuke asintió, igual que Sai.

 

Caminaron todo el rato siguiente en completo silencio ya que ninguno sabía qué decir. Parecía como si el encuentro contra Madara hubiese servido para acallar los ánimos de Naruto y Sasuke, quiénes ni siquiera se miraban.

 

Cuando empezó a anochecer se pararon al lado de un pequeño riachuelo. Sasuke se encargó de encender la hoguera con las ramas que le habían proporcionado Sai y Naruto. Bajaron de los caballos a Kabuto y a Orochimaru y los dejaron tendidos al lado del río, sin querer despertarles; necesitaban descansar.

 

Aprovechando el agua, los tres amigos se sacaron sus ropas y se metieron dentro del agua.

 

-Esto es genial… - alegó el rubio con una sonrisa.

 

-Cierto, la temperatura del agua es ideal. – respondió Sasuke, sonriéndole tímidamente. Naruto estalló en carcajadas y saltó sobre el moreno, colgándose de su cuello.

 

-No me refería al agua, Sasuke-chan… - e hizo una mueca parecida a la cara de un zorro pervertido. El moreno se sonrojó y le apartó de un manotazo.

 

-Delante de Sai no, estúpido.

 

-Oh, vamos, nos ha visto en situaciones peores… - rió Naruto. - ¿A qué sí?

 

-No sé a qué te refieres, Naruto… - respondió Sai.

 

-Bueno, no importa… - el rubio se tiró hacia atrás y dejó que su cuerpo flotara sobre la superficie del río, dejando ver su miembro.

 

-Oh, Naruto, tápate eso… - gruñó molesto Sasuke. El rubio siguió riendo, sin moverse.

 

-La tienes más pequeña de lo que imaginé… - susurró Sai. Fue entonces cuando Naruto volvió a su posición inicial, escondiendo de nuevo su miembro en el agua, avergonzado.

 

-¿Qué…?

 

-Oh, no me malinterpretes… - pidió el moreno, con una sonrisa. – Simplemente creí que tu miembro sería largísimo, pero veo que no tiene nada de especial…

 

-¡Te voy a enseñar lo que no tiene nada de especial! – y empezó a tirarle agua a Sai, chapoteando como un pez fuera del agua. Sasuke se quejó por el juego y se apartó de ellos, pero el rubio le tiró agua a él, enfadándole. Sasuke respondió rápido, respondió con una gran tromba de agua dirigida al rubio.

 

Éste rió de nuevo y usando su elemento viento lanzó a Sasuke un dragón de agua.

 

Sai, quién no quiso quedarse atrás, hizo lo mismo, pero ésta vez dirigida a Naruto.

 

-¡Eso es trampa…!

 

 

 

 

Tras el baño se sentaron en unas rocas mientras se secaban y se volvieron a vestir. Con un poco de agua limpiaron las heridas de sus compañeros y cenaron unas latas que llevaban. Luego se estiraron en el suelo para dormir.

 

A la mañana siguiente, la hoguera se había apagado.

 

Se despertaron con los primeros rayos de luz y decidieron emprender de nuevo su marcha.

 

A mediodía pudieron llegar al pueblo y allí Naruto se encargó de comprar algunas provisiones – que habían empezado ya a escasear – y ropa nueva. Sai aprovechó para pasar por la tienda de flores para avisarle a Ino que había vuelto – hecho por el cual ella se alegró mucho y le abrazó cálidamente.

 

Siguieron caminando y por la noche, sobre las diez, llegaron a la academia de magia. Minato les salió a recibir.

 

-Bienvenidos, celebro que hayáis vuelto vivos. – alegó el rubio con una sonrisa.

 

-Sai, tú encárgate de llevar a los heridos a la enfermería. – pidió Naruto. – Sasuke y yo explicaremos a Minato lo que ha sucedido. – Sai asintió y llevó los caballos hasta la cuadra. Una vez allí, unos mozos le ayudaron a llevar a los heridos hasta la enfermería.

 

-Bienvenidos a mi humilde hogar.

 

Sai, después de que los mozos hubiesen dejado a los heridos descansando en camas y se hubiesen marchado, se había quedado solo observando la enfermería. Finalmente oyó esa voz y vio a un hombre salir por una de las puertas.

 

-No me suena tu cara… Oh, ya sé. Debes ser el nuevo estudiante… - el desconocido sonrió. – Mi nombre es Arada, soy en encargado de esta enfermería, el enfermero. – sonrió de nuevo por su chiste. Arada era un hombre de unos treinta y cinco años. Tenía los ojos marrones y el pelo negro atado en una coleta alta. A Sai le recordó a alguien…

 

-Encantado, yo soy Sai. Aquí le dejo a dos enfermos.

 

-Oh, sí, ya veo… ¿Qué os ha sucedido? – preguntó el hombre, mientras empezaba a toquetear a Kabuto para saber si tenía alguna herida interna.

 

-Fuimos a la montaña y ellos fueron atacados. – explicó simplemente.

 

-Bueno, parece que no es tan grave… - Arada se dirigió al armario para coger algunas medicinas. – Sai, si no te importa me gustaría que te marchases. Estoy ocupado… - Sai asintió y se marchó.

 

Una vez en el pasillo intentó ubicarse y saber qué hacer para poder llegar a las habitaciones. Finalmente empezó a andar sin demasiada idea. Llegó hasta los jardines y allí vio a Sakura, bajo la luz de la luna, observando el cielo.

 

-Hola.

 

Ella se giró a ver quién le había hablado. Al ver que se trataba de Sai, siguió observando el cielo pero su humor había empeorado.

 

-Hola. – respondió en un gruñido.

 

-¿Me podrías recordar dónde están los dormitorios, por favor?

 

Ella se levantó y le encaró.

 

-Todavía estoy enfadada por lo que me hiciste en el pueblo.

 

-Sabía que las mujeres eran rencorosas, pero nunca imaginé que tanto… - murmuró, medio riéndose. Esto sólo hizo enfadar más a Sakura.

 

-¿No te disculpas?

 

-No.

 

-Muy bien, entonces te deseo suerte para encontrar los dormitorios. – susurró, girándose hacia otro punto y dándole la espalda a Sai. El moreno se la quedó observando, sin inmutarse. - ¿Qué?

 

-Que no solo eres un callo, eres un callo gruñón.

 

Sakura gritó enrabiada y cogió a Sai del cuello de la camisa con fuerza, amenazándole.

 

-¡Atrévete a decir eso de nuevo y te reviento, sabelotodo!

 

-Y además poco femenina… - suspiró Sai. - ¿Has estado alguna vez con un novio o todos te han rechazado por ese carácter? – Sakura hubiese matado ese día a Sai si no hubiese aparecido Neji y les hubiera apartado.

 

-¿Qué ocurre? – preguntó el usuario del agua.

 

-Sai se estaba metiendo conmigo.

 

-Sólo estaba observando sus características. – se explicó el moreno.

 

-Las mujeres odian que se les cuente la verdad. ¿Lo entiendes ahora, Sai? – explicó Neji. Sakura se ofendió y se marchó. Sai asintió lentamente.

 

-¿Y a los hombres? – preguntó. Neji dudó.

 

-¿A qué te refieres?

 

-¿Puedo decirte a ti que con ese pelo largo pareces un marica? ¿O que pareces un friki con el dibujo ése en tu frente? ¿O que esa mirada de odio que me diriges ahora es bastante hiriente…?

 

-No debes decir nunca la verdad, Sai. Y más tú, que eres irritante. – y se marchó también, enfadado.

 

-Bueno pero… ¿¡alguien puede conducirme a mi habitación!?

 

Sai aprendió ése día que la gente nunca desea oír las verdades.

 

 

 

Notas finales:

TENGO UNA IMPORTANTE NOTICIA: Como los capis son muy cortos, he decidido que actualizaré cada jueves y cada domingo ^w^

Así que, nos vemos el próximo jueves ;D

Gracias por leer ;w;

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Próximo episodio: Capítulo 9; Elementos pervertidos.


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