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UNA NAVIDAD INPREDECIBLE por tsumitsukuri

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Notas del fanfic:

Primeramente avisar que se trata de un Snarry, el primero de una serie, espero que les guste y me den sus comentarios.

Notas del capitulo:

Solo espero que les agrade...

Han pasado ya  3 largos años desde que había finalizado la batalla decisiva contra Voldemort y que él, Harry Potter hubiese salido victorioso,  la tranquilidad había retornado al mundo mágico y al parecer muy pocos eran los que recordaban aquel fatídico día y a aquellos que  habían sido sacrificados en el proceso… desgraciadamente él no podía decir lo mismo ya que  aún hoy,  cada rostro acudía a su mente antes de dormir, claro que con el paso del tiempo se había hecho más llevadero pero no por ello menos doloroso.

 

El vivir con aquellos recuerdos no era lo que había esperado, a pesar de ello se había sobrepuesto y había terminado de cursar su séptimo año y  más  allá  de convertirse en Auror como lo había declarado durante su época escolar  y que muchos daban por hecho, el había retornado lejos de todo pronóstico a Hogwart por petición de  Minerva McgGonogall, actual directora del prestigioso establecimiento  para unirse al plantel académico tomando a su cargo el puesto vacante (como era de esperarse y que siempre terminaba vacante por misteriosos motivos) de Profesor de defensa contra las artes oscuras.

 

Había aceptado el puesto ya que para ser sinceros  nunca estuvo muy seguro de lo que en realidad quería para su futuro, eso  debido precisamente  a que la mayoría del tiempo llego incluso a dudar que pudiese tener siquiera uno, la muerte de Voldemort solo vino a confirmarle lo errático que su pensamiento se encontraba hasta aquel entonces.

 

Hogwart a simple vista parecía ser el mismo, era como si la  batalla nunca hubiese tenido parte en sus interiores, era curioso como aquel lugar le hacía sentir como un estudiante más que como un maestro, la sensación de nostalgia le invadía todo, McGonogall  desempeñaba de forma impecable su cargo, eso nunca llego a dudarlo e incluso lo había podido comprobar de primera mano durante el tiempo que curso su 7mo año, aunque  no dejaría de admitir que se extrañaba las pequeñas intervenciones de cierto anciano peculiar y metiche.

 

Como siempre tratando de anticipar cualquier tipo de inconveniente que se produjera por mi escasa experiencia en relación a la docencia me había propuesto ingresar dos días antes del inicio de las clases con el fin de preparar correctamente mi material de trabajo y de paso evitar cualquier error que provocara la burla de mis alumnos,  una vez logrado ese objetivo y a tan solo unas horas del inicio del nuevo siclo escolar me  encontraba recorriendo los pasillos desiertos que en cierto modo me traían muchos recuerdos de mi periodo escolar, mientras lo hacia recordé también las prohibiciones que se les tenia a los estudiantes  y me pregunté si dichas  prohibiciones  también eran aplicables a los maestros, no pude evitar que una sonrisa se dibujara en mis labios cuando vino a mi memoria el  tiempo en que Ron, Hermione y yo nos habíamos  saltado esa regla e ingresamos sin permiso tan solo para llegar a una habitación custodiada por un enorme perro de tres cabezas perteneciente al semi-gigante Hagrid y que por cierto estaba custodiando algo muy valioso, en ese entonces la piedra filosofal;   si algo me había quedado muy claro en mi época de estudiante era que Hogwart era un lugar que escondía muchos secretos y misterios, seguro que mi estancia allí me permitiría con suerte descubrir otros nuevos en el proceso.

 

Tan enfrascado me encontraba en mis pensamientos que no me di cuenta de lo rápido que transcurrió el tiempo y estaba ya a la hora de reunirme en el gran comedor junto a los demás maestros,  sonreí levemente diciéndome para mi que ya tendría tiempo para seguir recorriendo los pasillos,  a medida que avanzaba fui adquiriendo mayor velocidad, debía llegar pronto a mi cuarto para ordenar un poco el material preparado y luego dirigirme al gran comedor, sin embargo quede como petrificado en un punto en especial, irónicamente había llegado al despacho que ocupaba  años atrás mi antiguo maestro de pociones  Severus  Snape, le conocía tan bien ya que había pasado gran parte de mi vida de estudiante recluido entre esas cuatro paredes recibiendo uno que otro castigo de aquel hombre, la curiosidad me embargó completamente preguntándome si aquel lugar aun continuaba sellado mágicamente, mis dedos rosaron la puerta que cedió al tacto, eso me pareció extraño ingrese con cautela, suponía que lo mas probable era que a alguno de los elfos que hacían el aseo se le hubiese olvidado cerrar, observe con detenimiento todo a mi alrededor, todo estaba tal cual lo recordaba, al parecer nada había sido movido de su sitio desde aquella fecha, de repente me  ví envuelto en un torbellino de recuerdos que no podía bloquear, mis piernas comenzaron a flaquear por lo que me vi obligado técnicamente a sentarme en aquél sillón de cuero negro, dejándome arrastrar por ellos  ya sin ninguna resistencia.

 Severus Snape, Profesor de pociones,  jefe de la casa de Slythering, ex mortìfago y espía de la orden del  Fénix, el hombre en si, que aprendí a conocer durante mi entrenamiento para la batalla final,  y del cual durante ese tiempo logré descubrir una faceta única que le hacía tan humano y vulnerable como el resto de las personas, una faceta, que conociéndole bien por nada del mundo mostraría delante de cualquiera,  una persona incluso maravillosa....mientras estuvimos  juntos dejando de lado odios y rencores, incluso llegué, pese a lo que se podía pensar a  disfrutar de su compañía, en s conversaciones había descubierto que teníamos mucho más en común de lo que siquiera alcancé un día a imaginar, la precipitación de la batalla no hizo más que fortalecer ese lazo, más aun cuando este fue gravemente herido por salvarme la vida, gracias a Merlín había resistido hasta el final de la batalla y la posterior eliminación de Voldemort, Snape perdió el conocimiento cuando era enviado a San Mungo permaneciendo en un estado de coma del cual los medimagos le daban muy pocas posibilidades de salir. Yo, Harry Potter había permanecido a su lado en todo momento siempre pendiente de su estado, conservando la esperanza de que saldría de aquel coma y que volveríamos  a reunirnos para conversar de cosas triviales o de lo que fuera y era que no soportaba la ideas de llegar a perderlo, tan fuerte se había instalado esa idea en mi mente que el solo hecho de pensarlo me comprimía el pecho completamente sumergiéndome en una especie de depresión que nunca llegué a cuestionarme sino hasta mucho después.

 

Casi un mes paso antes de que me dieran la feliz noticia de que había despertado, en ese momento me  encontraba dichoso puesto que mis mayores temores se habían desvanecido, se había salvado y eso era lo que realmente importaba, continué con mi régimen de visitas, sin embargo Snape a pesar de encontrarse despierto parecía distante tal cual si su mente se hubiese desprendido de su cuerpo habitando quizás en que parte y así mientras mantenía una conversación que mas bien parecía  un monologo ya que no tenia respuesta alguna de mi interlocutor,  intentaba aferrarme a la esperanza de que todo esto tendría un fin y que el volvería a ser el mismo, aquello significo retomar un antiguo dolor y el despertar de nuevas emociones;   sumergido en mis confusiones trataba en vano de darle algún tipo de respuesta satisfactoria a tales cúmulos de desarreglados pensamientos, sensaciones y emociones de las cuales me esforzaba por ignorarlas y que a pesar que todos mis sentidos me la gritaban a todo pulmón   yo me empeñaba por negar lo que era tan obvio. 

 

No mucho después y a plena noche y sin previo aviso, Snape abandonó San Mungo, sin siquiera terminar su tratamiento de curación interna para  perderse en  la  nada, tal cual si la tierra se hubiera encargado de tragárselo haciendo desaparecer todo rastro de su esencia y fue en ese preciso momento que mis mayores temores  se hicieron presentes, mi corazón comprimido entre la angustia y el dolor me dejaron ver claramente lo que mi mente se negaba a aceptar, me había enamorado ni más ni menos  que de Severus Snape  y ahora que lo aceptaba,  éste no se encontraba presente para decírselo.

 

Durante mucho tiempo le busqué  sin mayor éxito, al volver a Hogwart conservaba la esperanza de que se encontrara impartiendo sus clases como siempre, pero me llevé la desagradable sorpresa de que  era otro el que ostentaba la rama de pociones,  uno que a mi entero parecer nunca le llego a los talones a mi antiguo maestro, ya cansado de tanto sufrir en vano traté de sellar aquellos sentimientos y de verdad pensé que lo había logrado pero el encontrarse en aquel lugar no había hecho más que confirmar cuan arraigados e inalterables permanecían en mi. 

 

Dios, simplemente tenía que salir de aquel lugar si continuaba allí sencillamente me desplomaría y eso era algo que no podía permitírmelo, camine en dirección hacia la puerta apenas había tomado la perilla cuando una voz más que familiar detuvo cada uno de mis movimientos.

 

-Como siempre Potter, jamás respeta la privacidad de la gente y  a pesar de que ha madurado exteriormente aún conserva esa desagradable faceta infantil tan propia de usted.-aquellas palabras sonaban realmente frías

- ........................................................................-Técnicamente me vi  imposibilitado de responder, la sorpresa no había sido menor y las palabras parecían habérseme atragantado en la garganta sin contar con mi muy  acelerado corazón que pretendía realizar la  carrera de su vida, supongo que la sorpresa y mi natural torpeza hizo queme volteara con brusquedad haciéndome resbalar, no supe como caí ni que más sucedió sino que solo fui testigo de cómo la oscuridad y el silencio me fueron envolviendo lentamente hasta hacerme perder la noción de todo.

 

Una  melodía suave envolvía el ambiente…aunque esta parecía totalmente distante, en mi afán por tratar de descubrir su origen me revolví en lo que parecía ser unas mantas, el no poder abrir mis ojos me produjo cierto estado de desesperación y el comenzar a sentir un punzante dolor en mi cabeza que iba en aumento no pareció mejorar en nada la situación.

-Tranquilícese Señor Potter o el dolor de su cabeza retornara con mas brío y será realmente insoportable.-escucho la voz de una mujer madura, una voz que por cierto me era muy familiar

-Señora Ponfey.-dije sin poder abrir aun mis ojos.-¿Qué  fue lo que sucedió?.-aun me encontraba desorientado y eso en cierta forma a pesar de que trataba de ocultarlo me desesperaba en gran manera

 -Tan solo perdió el conocimiento al sufrir un repentino desmayo y dar con su cabeza en  el borde de un mueble,  fue traído hasta acá.-pude sentir como sus pasos se alejaban  y se acercaban en un continuo ir y venir.-es increíble que con lo mayor que esta aun no logre escaparse de los accidentes, por lo visto no será esta ni la primera ni la última vez que le vea en estos lugares, solo trate que no se haga tan frecuente como lo era cuando era estudiante.-sugiere la mujer con seriedad.

-Mmm… ¿Quién  me trajo acá?.-pregunto con cierto desconcierto en la voz, pudiendo ya abrir mis ojos quienes en un principio se resistieron a la luz y que lentamente se fueron acostumbrando, en fin, no era mucho lo que podía ver ya que me encontraba sin mis gafas, rayos esto de ser corto de vista es un verdadero problema cuando más dependía de ella….

-El maestro Snape- dice la mujer

-¡SNAPE!- dejé escapar fuerte y claro.-Entonces no fue un sueño él...él de verdad se encuentra aquí.- Suelto con los nervios aún a flor de piel sentándome de golpe  y  haciendo que de por sí el torturante dolor de cabeza se intensificara.

-Realmente no veo de que tengo que asombrarme viniendo de usted.-dice la mujer tomándome por los hombros y obligándome a acostarme nuevamente.-ahora bien señor Potter, le daré un ungüento para que coloque en ese horrendo chichón amoratado que se dejó en la frente al caer, en unos días este habrá desaparecido, permanecerá aquí en la enfermería los próximos  30 minutos y después  le recomiendo que regrese a su cuarto y descanse, que mañana se da inicio al primer día de clases, no sería bueno que se ausentara por culpa de una migraña.

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Un nuevo siclo escolar había dado  comienzo y como era costumbre en el gran salón los alumnos eran elegidos para sus respectivas casas, mientras en la mesa de profesores no podía negar que me  encontraba bastante distraído, mis pensamientos fluían sin control muchas veces incluso alejándome de aquel sitio, Snape por su parte lucia tal cual como me recordaba en mi época de estudiante, con aquella mirada seria y rostro inexpresivo que mantenía oculto toda esa gama de emociones de la cual solo yo fui testigo.

 

-...Hermione Ganger y Ronald Weasley.-escucho decir casi en el limbo lo que me  hizo reaccionar y poner total atención a lo que la directora estaba diciendo.-ellos fueron estudiantes de este establecimiento, espero que les respeten.

-Hola hermano- me saluda un muy cambiado Ron, al parecer el comer tanto ya comenzaba a pasarle la cuenta…

-¿Cómo has estado Harry?, has sido muy ingrato, no has mandado ninguna lechuza en todo el año, ya pensábamos que algo terrible te había sucedido...- dice en tono de reproche y preocupación Hermione, ella siempre a actuado de esa forma con migo y no veía por qué debería de hacerlo de otra manera, su actitud era de esperarse.

-Cierto, además nunca viniste.-dice Ron

-La verdad no quería hacer mal tercio, como  ustedes están saliendo simplemente pensé que era justo darles su espacio.-le respondí, pero muy a mi pesar sonó a una patética escusa

-Si, todo eso está muy bien, sin embargo desaparecer todo un año ¿no crees que es exagerar demasiado? ¿ O es que ya no nos consideras tus amigos?.-dice Hermione con un gesto de reproche

-Disculpa Hermione, Ron, sé que me equivoque pero en verdad necesitaba ese tiempo para resolver unos asuntos, aunque para serles sincero no me sirvió de nada porque lo que pensé zanjado no lo estaba del todo y aun debo lidiar con ello.-digo de forma melancólica observando de reojo a mi antiguo maestro de pociones

-Pero si tú nos cuentas tal vez podamos ayudarte...-dice Hermione tan servicial como en sus años de estudiantes

-No esta vez, esto es un asunto que yo mismo debo resolver lo antes posible para poder poner fin de una vez a este siclo.-digo con determinación, aunque para ser sinceros aquella situación me hacía sentirme totalmente vulnerable, tal cual si hubiese regresado a mis 11 años cuando todo comenzó…

- En todo caso tú sabes hermano que puedes contar con nosotros para lo que sea- dice Ron con esa convicción que siempre le caracterizó

- gracias Ron, Hermione, ustedes son mis mejores amigos- respondo tratando de sonreír como si nada estuviese sucediendo, fingir, si, eso era lo mejor, aunque debo admitir que nunca había sido bueno para eso y por lo general Hermione siempre terminaba pillándome y poniéndome en evidencia delante de Ron que seguía tan despistado como siempre. Si, pude notar que Hermione no se tragaba mi cuentecito, y  supuse que ya encontraría la forma de abordarme y sacarme la verdad de todo….el solo hecho de imaginar revelándoles ese secreto tan preciado para mi me helaba la sangre, no tenia la menor idea de como actuarían sobre todo conociendo de antemano todas las humillaciones de las cuales fuimos victima por parte de Snape.

 

La cena tras la presentación continúo tranquilamente, por mi parte trate de vaciar de mi mente todo pensamiento dirigido a severus y trate de centrarme en mis amigos simulando una atención que me encontraba muy lejos de sentir.

 

Sin duda la primera semana fue toda una revolución, de ser estudiante a maestro actualmente suponía una gran diferencia tanto en la forma de dirigirse como en el trato con los alumnos, ya no podía comportarme como el estudiante rebelde y rompedor de reglas sino mas bien todo lo contrario ya que debía hacer que estas se cumplieran al pie de la letra, si mis estudiantes pensaban que la tendrían ligera con migo se encontraban equivocados medio a medio, el respeto siempre estaría por sobre las demás cosas….A Ron y a Hermione le paso algo similar pero lo sobrellevaron muy bien, durante todo ese proceso de acostumbramiento estuve demasiado ocupado como para tener un solo pensamiento sobre Severus, cosa que agradecía porque era mas que suficiente  el descontrol que sufría durante las noches como para tener que continuarlos durante el día.

 

Podría decirse que todo marchaba de lo mas normal si no  fuera porque aún me seguían atormentado esos sentimientos frustrados y la presencia de Snape cerca no me ayudaba para nada, muy por el contrario me quitaba la poca tranquilidad que lograba durante el día, topármelo no era para mi una muy buena idea, más aun al sentir  esa frialdad que muchos años atrás había experimentado constantemente, Merlín, si yo pudiese ser así de inexpresivo de seguro las cosas me irían mucho mejor y no tendría un par de amigos insistiendo tercamente  en ayudarme.

 

Sí, el tiempo transcurría a una velocidad condenadamente rápida y para mi propio dolor Snape había vuelto a ser el maldito cretino grasiento que llegue a odiar durante mi periodo escolar, trate infructuosamente  de hablar con él, para poder saber o más bien para que me explicara el porqué de su comportamiento,  pero era inútil, al parecer el hombre se había empeñado en evitarme y  por Merlin que era bueno para hacerlo, rayos , el ser espía por tanto tiempo por lo visto tenia sus beneficios, pero no me daría por vencido, de eso…nada

 

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Aquella tarde se había mostrado en cierta forma fría, los vientos del invierno ya se hacían notar, incluso habia comenzado a caer algo de nieve, no mucho, pero pronto si comenzarían las nevazones mostrando el invierno en todo su dominio, mientras que el calendario marcaba una fecha de por si importantísima “ Las Navidades”

 

-Sorbete de Limón.-le digo a la gárgola, pocos minutos atrás había sido notificado por la directora de que requería de mi presencia para un asuntillo, golpee levemente la puerta sintiendo un suave “entre” desde su interior,-Profesora…..–no puedo negar que mi sorpresa no fue menor al encontrarme cara a cara con Snape.

-Cierre la puerta señor Potter, veo la sorpresa reflejada en su mirada….- dice con una sonrisa en sus labios

-Es que no esperaba encontrarme con él….-le respondo sin poder quitar mi mirada de Severus quien al parecer se encontraba bastante incomodo con la situación

-¿se refiere al maestro Snape?, es cierto, hace mucho que se había ausentado, razones de salud, pero ahora  en más nos continuara acompañando, en fin, le hice llamar para entregarle esta invitación- repone tendiéndome un sobre aplatinado

-¿y esto?- inquiero con curiosidad observando de un lado a otro el sobre

-De la antigua Orden del Fénix.-dice la actual directora  sonriéndome

-U…-digo abriendo el sobre y leyendo las primeras palabras.-es una invitación a pasar las navidades en la madriguera- digo algo sorprendido

-Efectivamente, es una invitación abierta a todos los participantes de la Orden… y si, no me mires de esa forma Severus tú también tienes que ir

-No le veo el asunto,  sabes de sobra que yo no soy de celebraciones menos aun teniendo tanto que hacer.-dice este con molestia evidente

-Puedes dejar eso para después o si lo prefieres lo llevas contigo y lo haces en tu tiempo libre, hasta donde yo sé las vacaciones son para relajarse.-sugiere la directora

-No creo poder relajarme en un ambiente así y, si mal no recuerdo, ninguno de ellos confiaba plenamente en mi y no creo que eso haya cambiado desde entonces.- alega Severus en su defensa

-No puedes culparles, menos si les haces creer que los estas traicionando.-dice McGonogall con una sonrisa

-Eso era porque Dumbledore lo pedía de esa forma, era una manera de resguardarlos, entre menos enterados estuviesen menos información podían entregarle  a nuestros enemigos.-refutaba como si aquello fuera lo mas obvio

-Si, pero da la casualidad que ya no tenemos enemigos, sería bueno que todos nos reuniéramos y disfrutásemos de estas fiestas juntos, la última batalla dejo muchos daños, es tiempo de que la gente cure sus heridas de una buena  vez- sugiere McGonogall

-Permíteme diferir en algo tus palabras, además no puedes pedirme que cambie toda una vida  en unos días, eso es imposible, y en todo caso, ellos no me consideran santo de su devoción es mas que seguro que si voy todo  lo que tienes planeado se ira por el caño.- suelta  el hombre tratando de buscar en sus explicaciones algo que le valiera de excusa

-Iras y es mi última palabra.-dice  Minerva en un tono autoritario que me hizo recordar a cierto personaje de canosos cabellos y larga barba que se regodeaba de manipular a las personas

-Veo que ciertas mañas se te han pegado con los años- repone Severus- ¿Qué es lo que te hace pensar que te será tan fácil manipularme como hacía el viejo?

-La verdad no les llame para discutir ni nada.- respira hondo y deja salir lentamente el aire de sus pulmones.- sino más  bien para dar las invitaciones, puedes hacer lo que quieras Severus, aunque siempre actuaras de acuerdo a tus convicciones al final, las mismas que te hicieron cambiarte de bando… oh….-dice de repente como recordando algo.-es cierto, debo entregarles el nuevo programa para después de vacaciones… aunque creo haberlas dejado en el aula de transformaciones… si me esperan un momento se los agradecería.-sin decir más se retiró dejándonos solos.

 -Vaya  profesor Snape, no le conocía esa faceta de cobarde.-le digo con cierta ironía en la voz, sabia que con eso le estaba provocando pero no era algo que me preocupara.-creí que siendo un ex mortífago y un gran espía una simple comida y una noche de convivencia no le supondría un gran reto.-Cullmine mirándole fijamente, deseaba saber si mis palabras habían causado algo en él, su faceta de maestro ofendido salió a flote como era de esperarse, je creo que aun no perdía mi toque para exasperarlo

-Yo  no soy ningún cobarde y cuida tus palabras Potter o..-aquello sonaba mas bien a amenaza pero ¿Qué más daba?, no podía suspenderme o infringirme algún tipo de castigo por mi forma descarada de hablarle así que seguí en lo mío que era molestarle para hacerle pagar en algo todo el mal rato que había pasado al buscarle inútilmente.

-¿O?, por si no lo recuerda yo ya no soy alumno de este establecimiento sino uno mas de los docentes, así que no puede infringirme ningún tipo de castigo.- aunque sí que me gustaría pero en uno que supusiese brindarle placer, sacudí con fuerza mi cabeza ¿Por qué aquellas imágenes vinieron a mi mente? ¿Qué era lo que estaba pasándome, debía controlarme, por lo que continué.-o quitar un solo punto a mi casa o ex casa ¿debería decir?.-y mirándole de forma retadora.-¿Qué es lo que pretende en su amenaza?.-esperaba que no hubiese notado aquel pequeñito desliz del que había sido víctima tan solo unos segundos atrás.

-Es bueno ver que las cosas continúan igual que siempre.- se escucha  con serenidad- muchacho es bueno volver a verte-repone con una de sus típicas sonrisas

-Director.-para ser francos  nunca había llegado a acostumbrarme a que un retrato me hablase con la familiaridad con que lo había hecho la persona en vida, era algo realmente incómodo y en cierta forma inquietante

-Vamos muchacho que no te de pena,  sabes que en este mundo mágico todo puede ser posible y aunque no soy él, si formo parte de su esencia y vivencias….mmm… noto cierto aire de tristeza en ti….¿alguna pena de amor que quieras contarle a este viejo?.-ahí se encontraba de nuevo aquella  mirada brillante como en tiempos pasados esa mirada que ahora me infundía desconfianza porque siempre encerraba algo tras ella, una sensación manipuladora de la cual solo deseaba escapar.

-Al parecer lo metiche y manipulador también son cualidades que conservas.-Comenta Severus dirigiéndose a la salida dispuesto a irse.

-Mi muchacho Severus, por lo visto continuas tan huraño como siempre, recuerda que si sigues así te quedaras definitivamente solo, aun cuando el amor este solo a unos pasos de ti.-por un momento hubiera jurado que me estaba mirando a mí.-no te darías cuenta de su presencia y eso es algo muy triste

-No tengo tiempo para tonterías de ese tipo.-dice Serio, ¿Pero quién rayos se creía ese maldito retrato para andar de metiche en su vida? estaba molesto y no hacía nada por disimularlo.

-Esas no son tonterías muchacho y ya deberías saberlo, cuando lo consideres puedes venir a verme y podremos conversar como en los viejos tiempos, creo que este viejo aun puede darte algunos consejillos que pueden serte de mucha utilidad.

Yo le vi marcharse ondeando su capa  a cada paso que daba, algo tan característico en él, pero no hice nada para detenerle, ni siquiera un mínimo sarcasmo, solo permanecí en silencio.

 

-Al parecer le molesto lo que le dijo señor.-  hablo después de un molesto e incomodo silencio

-O bueno, él siempre ha sido así, siempre ha preferido mostrar esa faceta fría ante los demás, pero  creo que tu pareces conocerlo tan bien como yo ¿no?.-dice con ese brillo que me ponía tenso.-no sería raro que supiese más de lo que dejaba entrever en sus palabras

-En cierta forma.-concluyo ante sus palabras.-aunque volvió a cambiar después de la guerra

-Debes comprenderlo muchacho, son demasiados años viviendo en su propio engaño…en fin creo que tu eres la persona indicada para hacerle ver las cosas desde otro punto de vista ¿o me equivoco Harry?.-demonios, sí que debía saber algo, no pude evitar que el rubor se apoderara de cada parte de mi rostro.

 

Después de algunos minutos de una charla que no parecía ir a ningún lado, claro por mi parte porque yo sabia muy bien hacia donde la estaba encaminando meticulosamente mi interlocutor, este pareció darse por vencido en su afán de conseguir información o a lo mejor quiso ser un poco mas sutil ...

 

-También puedes venir a verme cuando quieras sincerarte con este viejo jejeeje.-repone dándole la espalda y desapareciendo por uno de los costados.

Sip, definitivamente quería que le soltara todo, pero se quedaría con las ganas, no pensaba dejar que se metiera en mis cosas y manipularme como lo estuvo haciendo en vida durante mi época de estudiante, antes que se desatara esa terrible guerra…..

 

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Los preparativos navideños no se hicieron esperar, todo el ambiente en Hogwart destilaba fraternidad y amistad, mientras que la gran mayoría se preparaba para un retorno a casa.

 

-Harry ya cambia esa cara.-repone Hermione

-Vale hermano, no puedes andar todo el tiempo detrás de él…-dice Ron con preocupación

-Necesito que conversemos, debo aclarar ciertas cosas para poder …-guarde silencio de poco casi se me sale, es cierto que les había contado parte de la situación, los temas de por si irrelevantes ya que no deseaba que ellos se involucraran mas de lo necesario.

-¿para poder que amigo?.-pregunta Ron, su naturaleza curiosa era algo a lo cual no ponía atajo

-No nada…yo…-debía encontrar una excusa que me valiera para salir del paso

-Harry creo que te hemos demostrado durante todo este tiempo y con creces que puedes confiar en nosotros, sabes que haríamos lo que fuera por ayudarte.- Dice Hermione, bien ya había llegado a  ese punto sin retorno del que solo me quedaba seguir adelante

-Estoy enamorado- dije de forma espontánea y sin tapujos, bien lo había dicho, bueno eso no era lo difícil  sino mas bien decir de quien….y creo que ese momento estaba mucho muy cerca…

-O.. pero eso me parece maravilloso Harry.-dice Hermione con una gran sonrisa

-Genial,  ya era hora hermano, pero como que no luces así… ¿o me equivoco?.-dice Ron  nuevamente con  esa preocupación reflejaba en sus ojos que me ponía incomodo, debía terminar con esto de una y así lo hice.

-De Snape.-respondí escuetamente

-Noooo...¿es broma?.-dice Ron en tono nervioso.-a que si ¿verdad?.-su actitud era mas nerviosa aun.-Vamos hermano no juegues con algo tan serio

-Y con un dem….- mordí mi lengua lo mas fuerte que pude para   no concluir aquella frase tan grosera  que pugnaba por salir a flote después de su desatinado comentario.-en ningún momento dije que esto se trataba de un juego, estoy hablando muy enserio-concluí de forma seria y molesta a la vez.

-Que quieres que te diga amigo, tus gustos dejan mucho que desear, y no me culpes porque dime ¿Quién en su sano juicio podría siquiera experimentar un ligero cariño por un hombre tan amargado y huraño, odioso, desgr….

-Es suficiente Ron, ¿no te das cuentas que con tus comentarios estas afectando a Harry?.-9le dice Hermione bastante molesta.

-O..emm. es cierto, no me hagas caso hermano, tu sabes que a veces…-es callado por Hermione

-La mayoría del tiempo.-alude Hermione a lo que Ron le queda mirando con cierta molestia pero no se detuvo a discutir al respecto.

-Bien, la mayoría del tiempo.–dice mirando a Hermione esperando su aprobación para poder continuar.-suelo ser un bocotas, pero no lo hago con el afán de lastimarte..

-Déjalo así Ron…ahora debemos arreglar nuestras cosas para que tomemos el expreso.-digo con cierto decaimiento, a decir verdad Ron comenzó a sentirse bastante culpable del comportamiento que ahora yo estaba asumiendo, desgraciadamente siempre terminaba metiendo las patas y en vez de  arreglar las cosas pues parecía que las empeoraba con creces…

 

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Tres días faltaban para la tan esperada fecha, yo en tanto me había ido a quedar a casa de los Weasley, allí el ambiente era totalmente hogareño, una sensación de la cual jamás me aburriría puesto que nunca lo había podido experimentar con mi familia, en aquel lugar me sentía verdaderamente querido y valorado por lo que realmente era y no por lo que había llegado a ser en su momento…y  eso era algo que apreciaba.

Ginny ya tenía todo arreglado, el árbol que había traído George era enorme y estaba abarrotado de adornos, abajo lucían una cantidad impresionante de obsequios, yo en tanto me había adelantado a Hermione y ya había ordenado los míos abajo, Hermione me siguió poco después.

 

-Espero que todo salga bien.-dice la señora Weasley con cierto nerviosismo

-Descuida querida, veras que todo saldrá a pedir de boca y será  la mejor navidad de todas.-le asegura con confianza el Señor Weasley

 

Durante el día que siguió pude apreciar que el nerviosismo que presentaba  la madre de Ron mas bien tendía a aumentar que a disminuir a medida que el día se iba acercando, llegue incluso a pensar que de un momento a otro colapsaría gracias a Merlín que no fue así.

 

Día 24  a las 18 horas el lugar era todo un lio, Fred y George habían estado colgando unos objetos que no alcance a ver porque cada vez que eran colgados estos desparecían misteriosamente, seguro algunas de sus múltiples travesuras y que más de alguno seria el protagonista esta noche, rogaba fervientemente que no me tocara a mí, ya que sus sonrisas cómplices no auguraban nada bueno para la víctima y eso se debía precisamente a que nada de lo que ellos hicieran era  predecible por lo que no se sabía a ciencia cierta cuál o cuáles serían sus resultados, mientras en la cocina las chicas y la señora Weasley se encontraban ocupadas con la cena, ya habían llegado gran parte de los invitados y se encontraban en el patio conversando entre si…

 

A medida que transcurría el tiempo todos se habían comenzado a re agrupar, todos menos Severus quien aún no hacia acto de presencia…supuse que la invitación le había  sentado como patada en el estomago y por ende no se presentaría de modo alguno…respire hondo y trate de asumir que no vendría, creo que si esto hubiese sucedido antes de la guerra ni siquiera me hubiese importado, es más incluso creo que lo hubiese llegado a celebrar, en este momento sin embargo me dejaba un sabor amargo lleno de decepción.

-Creo que no se tomo muy bien lo de la invitación.-comento Giny sonriendo.-ha de haber pensado que seria el objeto de muchas bromas y decidió ahorrarse las humillaciones

-Lo mas probable es que haya tenido algo mas importante que hacer.-dije como una forma de auto convencerme de lo contrario, aunque a todas luces parecía como si yo tratase de justificarle

-Lo mas probable es que este durmiendo, pues dudo que el murciélago grasiento tenga vida social…-dice Ron

-O una novia.-suelta George

-Ya basta ustedes dos.-les reprende Hermione molesta.-Harry ya está todo servido vamos al patio y ustedes dos también

-Vamos no te enojes Hermi..- decia Ron en un intento por congraciarse con ella debido a su falta de tino

-Sabes muy bien lo que pienso al respecto Ron, ¿No pensaste siquiera un poquito en lo que  Harry sentiría?

-Emmmm.-por lo visto la elocuencia parecía haberle abandonado en ese momento

-Está claro que no.-suelta Hermione más molesta aun

-¿Y qué tiene que ver Harry en todo esto?.-escucho decir a George y me quedo mirando espantado a Hermione esperando que encontrara algo con lo que salir del paso, pero esta parecía haber perdido el habla…..¡Y que mal momento para hacerlo!

 

Unos golpes en la puerta cortaron la tención que se podía percibir en el ambiente, al abrir me tope cara a cara con Snape…

 

-Profesor….-no podía en forma alguna disimular lo que estaba sintiendo en esos momentos aunque me esforcé por mantener la compostura.

-Ver su rostro de esa manera es todo un teorema, es más que evidente que no esperaba que asistiera.-soltó éste

-Yo este..no..no es eso.-la tartamudez era algo que ya se estaba haciendo parte de mi vida cada vez que me acercaba a él, me hice a un lado para darle acceso a la vivienda

-Por cierto, su puntualidad es abrumadora.-dice George-y difiere mucho a cuando da clases

-No recuerdo haberle dicho a nadie que llegaría a una hora en particular ¿o si señor Potter?.-me interrogo haciendo tan solo que me ruborizara notoriamente

-Yo…este…-de verdad que me estaba comportando como un completo idiota, si seguro que George tendría mucho que comentar….

-Ya que estamos todos es mejor que nos dirijamos al patio donde el resto nos espera para cenar.-suelta Hermione tratando de sobrellevar la situación

 

La cena se llevo a efecto con una grata conversación de la que fui participe, en cuanto a Severus este simplemente se limitaba a observar en silencio

 

La entrega de regalos se realizo con toda normalidad, yo observaba a Severus de reojo, aun tenia una conversación pendiente con él, pero en honor  a la verdad me estaba faltando el valor para estar frente a él y preguntarle directamente… además tenía un regalito que aun no entregaba también por vergüenza, aunque pensándolo bien, este podría servirme de excusa para acercarme….tome valor y me dirigí hacia donde se encontraba.

 

-Profesor yo…-rayos no podía quitarme esa maldita costumbre de llamarle de esa forma cada vez que me ponía nervioso, cielos solo mirándole fijamente podía experimentar  la sensación de temor que experimentaba un ratón frente a una serpiente.

-¿Por qué no dice de una vez lo que desea Potter?, es realmente incomodo el que me mire constantemente, estoy cansado, y aburrido de esperar que hable.-su mirada era tan seria que daba miedo  manteniéndome paralizado quitándome toda posibilidad de hablar.-bien si no va a decir nada entonces me retiro.-dice dándome la espalda en dirección a la salida.

-No.. espere.-digo más nervioso de lo normal y es que el sentirme acorralado no me ayudaba mucho que digamos.-si quiero hablar con usted pero…-mire de un lado a otro, me sentía observado y la situación se me estaba yendo de las manos.-no aquí…creo que a salita esta desocupada ahora ya que todos se encuentran tanto en la cocina como en el patio y de seguro no habrá interrupciones y todo será mas rápido y…

-Suficiente Potter vamos a esa salita, realmente sabe como exasperarme.-dice  el hombre sobándose las cienes como lo hacia en clases  cuando se encontraba molesto.

 

Como era de esperarse la salita se encontraba vacía, le sugerí que tomara asiento…

 

-Usted dirá Potter.-dice  cruzando sus brazos

-Emmm, si no fuera molestia le pediría que me tratase por mi nombre…

-¿alguna otra sugerencia? Harry.-dice arrastrando las últimas palabras, lo que hizo que sintiera una especie de escalofríos recorrer mi espalda y no era una sensación para nada desagradable

-Emmm, le tenía esto.-le dije entregándole una especie de cajita adornada con una cinta que el recibió.

-¿no piensa ver lo que es?.-le pregunte con curiosidad

-En mi casa tendré tiempo- dice mirándome con seriedad y guardando la cajita en un bolsillo de su capa

-Bueno, la verdad es… Merlín dame el valor….-las palabras no querían acudir a mi

-Y…-decía con clara impaciencia y no le culpaba

-Este….emmm.-una gran elocuencia de mi parte debo decir ¿Por qué  demonios no me salían las palabras? Realmente era una situación inquietante y lo que era más estaba prácticamente  jugando con la paciencia de Severus

-¿Podría de una vez terminar con ese jueguito de palabras absurdas?-suelta al fin ya molesto

-Quería saber por qué  abandono el hospital sin haber terminando su tratamiento y más aun desapareció durante tanto tiempo sin dar señales a nadie.- concluí casi en un susurro, Severus Snape siempre había logrado intimidarme de una u otra manera

¿no cree que eso es  entrometerse demasiado en mi vida?- repone este en un tono más bien despectivo

-No..yo lo llamo preocupación…de verdad estaba preocupado por su estado, permanecí todos y cada uno de esos días que estuvo en coma a su lado y también el tiempo en que estuvo consiente sin siquiera prestarme la mayor atención….no me mire así.-me sentía un poco descontrolado lleno de esa valentía Gryffindor que me caracterizaba y que utilice en ese momento a mi favor aunque esperaba ciertamente que no tuviese que arrepentirme más tarde.-sé que usted no pidió nada, no tiene que recordármelo, pero durante el tiempo que duro mi entrenamiento para la guerra contra Voldemort yo llegue a conocer a una persona totalmente diferente, una persona a la cual aprecie y...y…¡DIABLOS SOLO QUIERO SABER QUE SUCEDIÓ CON ESA PERSONA!!.-tarde me di cuenta de que había levantado de forma exagerada la voz, en ese momento Snape me miraba con una ceja alzada….franca señal de peligro

-¿y cuál es su interés en esa persona?- inquiere a lo que yo me puse totalmente rojo

-E…- otra vez silencio...pareciera como si todo aquel valor se hubiese esfumado de repente y con tan solo una pregunta directa..

-Cuando este seguro entonces yo responderé sus preguntas en tanto ahora me temo que debo irme, es tarde y mañana me espera un viaje.- dice con un tono más suave en la voz

-Pe..pe..-le vi levantarse y dirigirse a la chimenea yo algo nervioso me dirijo rápidamente hacia el tratando mas bien de detenerlo le sujeto de la mano este tenia los polvos flu en su otra mano pero parecía observar algo en el techo

-Muérdago?.-inquiero con curiosidad.-¿pero a quien se le ocu…-guarde silencio y recode a los gemelos riendo entre si…

-¡siiiii!.-se escucho desde fuera.-¡MUERDAGO! ¡MUERDAGO!.-eran las voces de los gemelos amplificada por diez.-¡EL BESO!

-No es justo Lee solo vino a dejarme su regalo…-decía Giny

-Tu abriste tu pagas jajajajaja, Ron tú también…aunque no creo que haya problema  con besar a Hermione…

-Bueno, creo que los gemelos les gusta divertirse.-comenté  nervioso, estaba parado junto a Snape justo bajo el muérdago, cosa que de por si era ridícula porque suponía que Snape no le daba importancia a este tipo de cosas y, ¡Por Merlín que me sentí  morir en ese momento!  ¡si, morir e irme directo al cielo! Al sentir la calidez de unos labios sobre los míos, unos muy suaves labios para ser francos, mi corazón parecía querer salir de mi  pecho y no dudaba que el pudiese sentir sus latidos que  retumbaban tan fuerte, sentí mis piernas flaquear pero un fuerte brazo me aferro sosteniendo mi peso, aquel beso era lo que mas anhelaba y entreabrí mis labios en una clara invitación que mi interlocutor no rechazo, pude sentir su húmeda lengua recorrer por completo mi boca y juguetear con la mía que no se quedaba quieta, fue un beso dulce, suave que me robaba hasta el alma… un beso que termino mas pronto de lo que hubiese querido.

-Que tenga una feliz navidad Potter…no, Harry, le veré después de las vacaciones- repone dejando caer los polvos flu.-Calle de la Hilandera.-dice poco antes de desaparecer entre las llamas verdosas, yo quede embobado mirando las llamas y no atine  sino a deslizar la punta de mis dedos por mis labios aun sintiendo aquel beso

-Harry a que no sabes…Harry…Harry-dice Hermione zamarreándome y por cierto trayéndome de nuevo a la realidad.-¿Qué te sucede? ¿y Snape?, pensé que estaría aquí ya que les vi venir pero..

-Se fue- dije aun enbobado

-¿y pudiste hablar con el?.- pregunta mi amiga

-Solo en parte.-dije sin poder quitar una risa tonta.-solo en parte, de regreso a Hogwart  tomaremos el pendiente- repuse cerrando los ojos para recordar aquella suave sensación de sus labios y la fuerza de su abrazo…

-Harry tu estas muy raro y….-Hermione guardo silencio mirando justo sobre mí.-no me digas que…hay…no lo puedo creer..

-Si Hermione, Severus conoce muy bien las tradiciones Muggles y las practica muy bien también- dije sonriendo con un leve rubor en mis mejillas

-Vale, por lo visto no estás tan mal situado…-comenta Hermione

-Mmmm, creo que puedo considerarlo como una oportunidad.-dije.-veremos que sucede de vuelta a Hogwart- concluí  sacando mi varita y apuntando al muérdago que callo directo en mi otra mano que le esperaba guardándolo en uno de los bolsillos de mi casaca.

 

Notas finales:

Tan solo recordarles que me dejen sus comentarios ya que estos son mis alicientes para seguir adelante y mejorar mis escritos.

 

Desde ya se agradece a todas aquellas personas que se tomaron parte de su tiempo en leer este pequeño finc.


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