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No más juegos por Hellcye

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Notas del capitulo:

Hola amigos!!!! me tardé mucho en actualizar este fic y la verdad es que me costó mucho trabajo escribir algo más, lo tenía en la cabeza pero no quería salir jajajaja y me quedó cortito, pero espero que les guste.

Por favor diganme que les parece, me ayudaría mucho saber lo que piensan.

Era un idiota, si, un verdadero idiota. No escarmentaba y parecía no tenerle miedo a Dios y no al del cielo sino al de esa casa, Batman.

-Dick –gimió el petirrojo contra las latas de conservas.

-No hables Tim – susurró a su oído – pueden escucharnos.

Llevaban un par de meses así, escondiéndose para poder tener sus encuentros del tercer tipo y habían  sido verdaderamente afortunados de que Bruno no lo hubiera notado ya. Era realmente imposible negarse a las insinuaciones de ese pequeño bribón, sabía perfectamente lo que le enloquecía y que no podría negarse a poseerlo en cualquier lugar.

-Más Dick – suplicó-  más fuerte.

 Había creado un monstro, uno adicto al sexo rudo y ahora era él quien comenzaba a temer del menor, si seguían así tal vez un día terminaría matándolo en sus juegos de asfixia.

-¡Ya cállate con un demonio! – la estocada fue tan fuerte que el mueble donde Tim estaba apoyado se tambaleo. –Mira lo que provocas.

- ¿Yo? – lo miró lascivamente, maldito mocoso, se había convertido en un verdadero dolor de cabeza. El chico tomó uno de los frascos de la repisa y lo destapó para untar un poco de su contenido en su miembro.

-Ya no volveremos a hacer esto – Nightwing sacó su pene del muchacho y lo hizo girar para que quedara frente a él -  te has vuelto un verdadero enfermo.

-Si, lo sé pero ahora lámeme.

¡Engendro de Satán! ¿Y en algún momento pensó haberlo violado? Comenzaba a creer que lo habían usado pero aunque así fuera no le importaba este niño era lo que había deseado siempre.

Cuando acercó el rostro a su entrepierna un aroma dulce llenó sus sentidos era algo conocido, algo como… mermelada de fresa. Ya no volvería a comer los pasteles de Alfred de la misma manera.

Introdujo ese dulce tan inusual en su boca y lo lamió lentamente deseando así torturar al pajarillo. Subía y bajaba, una y otra vez desprendiendo así la jalea y remplazándola por su saliva. El menor lo tomó por el cabello y clavo con desesperación su miembro casi provocándole el vómito.

-Tranquilo niño – Dick volvió a lamerlo con lentitud.

-¡Por favor!, ¡no lo hagas tan lento!

-¿No te gusta?

Claro que no, lo sabía perfectamente pero era tan delicioso verlo suplicar por más.

-Gritaré si no lo haces  - Chantaje, estaba jugando sucio.

-¿Y que le dirás a Bruno?, ¿Qué te estoy violando?  ¡Pero mírate!, tu rostro dice lo contrario. Si lo llamas no podrás fingir desprecio hacia mí, el sabrá que lo estas gozando o ¿es que acaso quieres tener un trío Tim?

-¡Dios no! – Robin buscó con desesperación los ojos de su hermano – ¡yo solo quiero estar contigo!

Una risa ronca resonó en el pecho de Dick, estos juegos se habían convertido en parte fundamental en sus relaciones sexuales. Escupió sobre su propia mano para así poder lubricar su miembro, tomó a Tim por las piernas y lo levantó quedando ambos frente a frente.

-Eres mio – pronuncio al besarlo – solo mio.

Mientras se movía escuchaba los pequeños gemidos del menor en su oído y sentía su miembro presionado entre sus vientres. No quería detenerse, deseaba poder hacer esto siempre, poder permanecer dentro de hasta el final de sus días pero no podría hacerlo mientras tuvieran que esconderse entre las malditas latas de comida.

El orgasmo los tomó por sorpresa, toda esta situación clandestina era tan excitante que no podían evitar esos espasmos sorpresivos.

Vestidos y discretos salieron de la alacena y buscaron por todos lados algo sospechoso. Al parecer nadie estaba cerca. Al llegar a la mesa de la cocina encontraron una pequeña nota, era la letra de Alfred y estaba dirigida a ambos jóvenes.

 

Queridos jóvenes:

No soy nadie para juzgar sus actos y para nada estoy en contra de que decidan externar sus sentimientos pasionales pero me permito suplicarles que por favor se abstengan de hacerlo entre las tres y las cinco de la tarde ya que en ese horario preparo los postres para la cena y me es indispensable entrar en la alacena.

P.D. Dejaré algunos frascos de mermelada para su uso personal, pero las de fresa son únicamente mías.

                                                                                      ATTE.

                                                                                            Alfred.

 

 Hablaron muy pronto, después de todo “alguien” si los había escuchado y como no, ese hombre era más que un sirviente, era el verdadero dueño de la casa.

 

Notas finales:

Jejejeje me encantó el final no se ustedes. 

Gracias por volver a leerme y espero les agrade, por favor no se olviden de escribir.

Nos vemos pronto, espero.


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